Perdonen le demora de este capítulo, andaba un poco apurada. Finalmente lo termino, espero les agrade, debo decir que me senté a escribir y no paré, ¡la inspiración llegó sola sin proponérmelo! :3

Por cierto, acabo de crear una página en facebook donde subiré las imágenes del fic para que puedan imaginárselo. Sólo pongan en la búsqueda "Fanfic padre sustituto", incluso viene un resumen de la historia :B, espero verlos por allá ;)


Tamaki se preguntó por qué Hikaru había pedido que fuese a su casa con tanta urgencia cuando apenas se vieran la víspera pasada, sin embargo, le hacía realmente feliz compartir momentos con los integrantes del antiguo Host Club, por lo cual no se opuso a su deseo. Le informó a su chofer que se quedaría por un par de horas, así que no había prisa en recogerle, bajó felizmente de la limosina blanca que recientemente le había comprado su abuela, se quitó los lentes de sol al más puro estilo hollywoodense y entró en la bella mansión Hitachiin. Las mucamas le hicieron entrar en el despacho de la familia, donde ya allí se encontraba el resto, volteando a verle apenas entrase.

–¡Ahhh, Tama-chan! –sonrió Honey– ¡Es bueno volver a verte!

–Como siempre, llegas ligeramente tarde –le recriminó Kyouya.

–Lo siento, había tráfico horrible –se sinceró.

–Ya que Tono está aquí, creo que puedo empezar –habló Hikaru, parándose de su asiento.

–¿No esperaremos a Haruhi? –preguntó el rubio– No podemos empezar una reunión sin mi hija. ¿Vieron cuán hermosa estaba el día de ayer?

–Haruhi no va a venir –aclaró el Hitachiin mayor.

–¿Por qué? –cuestionó el rubio– ¡Oh, ya entiendo! –sonrió ampliamente– Su cumpleaños es en poco tiempo, ¿no es verdad? Nos has llamado para prepararle una fiesta sorpresa digna de recordarse, como su padre sé perfectamente qué le gusta y qué no, así que deja todo en mis manos, ¡haré que sea la mejor fiesta de la historia!

–No, Tamaki, no les he convocado por eso –buscó la mirada de Kaoru, mas su hermano la desvió.

–¿Entonces? –le miró confundido.

–En realidad, les he reunido para darles una noticia: Haruhi está embarazada –miró los rostros de todos, esperando su reacción.

Era mejor así, quitarse la bandita rápido y sin meditarlo, sabía que no podría hacerlo si pensaba mucho en ello y que prepararlos para recibirla sólo podría empeorar las cosas. Hubo un silencio sepulcral en ese momento en toda la habitación, nadie dijo nada, se podía incluso escuchar la respiración de los demás. Hikaru no sabía qué vendría a continuación, pero definitivamente esa calma aparente le abrumaba. La risa de Tamaki vino a interrumpir todo.

–¡Buena ésa, Hikaru! –se llevó una mano al estómago, producto del esfuerzo con que estallase en carcajadas– No sabía que tenías un sentido del humor tan ácido, realmente nos hace falta reír en los días tan pesados en la Universidad, pero hay cosas con las que es mejor no jugar.

Kyouya se ajustó las gafas como único signo de vida, fijando sus ojos con detenimiento en él.

–¡Venga, ya! Déjate de bromas y dinos el verdadero motivo de esta reunión –pidió con una sonrisa.

–No creo que sea una broma, Tamaki –dijo el Otori.

–No me dirás que le crees, ¿cierto, Kyouya? –le palmeó amistosamente la espalda– ¿Nuestra Haruhi embarazada? Es decir: es Haruhi. Ayer le vimos perfectamente, no ha cambiado en nada, es imposible que ella esté embarazada.

–Si Haruhi no dijo nada ayer es porque apenas después de que los dejáramos nos enteramos que estamos esperando –contempló a Kaoru, el cual finalmente volteó a verle.

–"Está", querrás decir –hizo hincapié Kyouya, empezando a atar cabos sueltos, como la partida de esos dos en la reunión previa.

–"Estamos" –rectificó el joven, notando cómo Honey y Mori se daban perfectamente cuenta de la gravedad de sus palabras, aún sin poder creérselas.

–¿Qué quieres decir? –le miró el rubio confundido.

–Que Hikaru es el padre –recalcó el de lentes antes de que Hikaru pudiese decir algo al respecto.

Tamaki sintió un enorme nudo a la mitad de su garganta, dificultándole el respirar, fue como si alguien apretase su cuello con fuerza, divirtiéndose con su sufrimiento. Haruhi significaba mucho para él, apenas unos meses atrás habían estado saliendo, había probado sus labios en varias ocasiones sólo para enterarse que lo mismo había hecho el Hitachiin mayor. Su mundo comenzó a desmoronarse en frente de sus ojos, sus planes de pedirle volver cuando terminasen la Universidad, presentarla como su prometida, casarse, tener tres o cuatro hijos y un perro e incluso comprar una casita a las afueras de Tokio para verlos crecer.

Kyouya se cruzó de brazos, impávido ante la noticia recién dada, su rostro no reflejaba emoción alguna, era imposible de leer lo que en esos momentos pasaba por su mente.

Honey alternaba la mirada entre uno y otro, sentía que estaba durmiendo, definitivamente Hikaru no podía hablar en serio, quiso abrazar a Usa-chan para encontrar algún apoyo en él, mas por la promesa hecha no le había llevado consigo. Al verle en ese estado Mori sacó su peluche rosado, llevándole consigo por si la situación lo requería, entregándoselo a su primo mientras le colocaba la mano en la cabeza, indicándole que todo estaría bien. A pesar de eso, el moreno tampoco sabía qué esperar de todo esto y cómo reaccionaría el resto.

Kaoru se frotó la mano en la tela del pantalón que llevaba, se acomodó la camisa, le quitó una pelusa imaginaria y consultó el reloj un par de veces, nervioso ante lo que pudiera suceder.

–No es cierto, ¿verdad? –sonrió el rubio– Hikaru sólo ha querido hacernos pasar un mal rato a todos nosotros, Haruhi está en clases en estos momentos, ajena a todo lo que se dice. El motivo de esta reunión es para preparar su fiesta de cumpleaños, me encargaré personalmente de llamar a un famoso repostero francés para que diseñe el más hermoso y delicioso pastel de cumpleaños que se haya visto; Kyouya hará cargo de las invitaciones, queremos que sea lo más privada posible, así que contactará con los amigos de la secundaria de Haruhi, así como familiares cercanos y vecinos; Mori y Honey buscarán un amplio salón donde podamos celebrar la fiesta sin temor a mojarnos si acaso ese día llueve, asegúrense de elegir un sitio con amplios ventanales que permitan el paso de la luz del sol, también verán el decorado de…

–Basta, Tamaki –le interrumpió Kyouya–. Simplemente te niegas a ver la verdad: que Hikaru y Haruhi se han acostado y que por su irresponsabilidad ahora esperan un hijo.

Las frías palabras del de lentes sorprendió al resto. Nadie podía imaginarse que hablase de ese modo de la castaña a quienes todos amaban y consideraban parte de su familia. Tamaki se quedó petrificado a la mitad de la estancia, perdiendo color ante palabras tan duras, finalmente pareció volver en sí y se dirigió donde Kyouya con la furia claramente pintada en el rostro. Antes de que cometiese una estupidez, Mori se adelantó, deteniéndole del hombro, contemplándose tranquilamente.

–Esperemos por lo que tenga que decirnos Hikaru –pidió, volteando a verle.

–No es una broma, Tamaki –habló seriamente, dejando de lado el título que a su Señor le gustaba–. Haruhi y yo estamos esperando, pero no significa que delegaré mi responsabilidad, por eso mismo a partir de mañana no le encontrarán en su casa porque se mudará a mi… quiero decir… a nuestro departamento.

Si Hikaru tenía intensiones suicidas parecía haber quedado confirmado en ese momento, ya que las palabras utilizadas sólo empeoraban la situación a grandes rasgos. Mori estaba seguro de poder contener a Tamaki y Kyouya si acaso ambos planeaban lanzarse sobre él, en cambio, el rubio sólo se soltó bruscamente de su agarre, apretando los puños molesto. Justo en ese momento la puerta se abrió, entrando Haruhi por la misma.

oOo

Apuró el contenido de su vaso, bebiéndoselo de un trago, el alcohol lastimó su garganta, nublándole los sentidos por un instante.

–¡Otro! –pidió al barman, el cual negó con la cabeza mas procedió a obedecerle.

–Es muy temprano, ¿no, señores? –le quiso hacer ver.

–He dicho otro –tomó el trago, molesto ante la reprimenda de un desconocido.

–Es suficiente, Tamaki –pidió Kyouya, arrebatándole el vaso de la boca–. Págale al hombre y vámonos de aquí.

–No pienso moverme de este sitio –le miró fijamente.

–No eres un niño, así que deja esa actitud inmadura, vayamos por un café –pidió.

–Si sólo me reñirás como mi madre, entonces vete, pero yo me quedo –hiso una seña para que le trajeran otra bebida.

Kyouya suspiró ante la conducta del rubio, luego se bebió el trago arrebatado y sentó a un lado en la barra, acompañando al rubio, el cual le miró sorprendido.

–Un martini seco –pidió.

El barman obedeció lo dicho, inclinándose para dárselo, momento que el azabache aprovechó para decirle al oído que no le sirviera más alcohol a su amigo, a lo cual asintió.

–¿Qué es lo más fuerte que tiene? –pidió el rubio.

–Dry martini –avisó seriamente.

–Dame uno –demandó.

Kyouya le miró sobre las gafas, indicándole lo que debía hacer. El hombre se dio media vuelta para preparar la bebida solicitada, pero en vez de ello preparó una sin alcohol y luego se la entregó al de ojos violeta. El chico, sin notar el cambio, se apuró en tomarlo.

–No te hace bien –informó Kyouya mientras recibía su pedido.

–Sólo quiero olvidarme un momento de todo lo que Hikaru dijo –avisó con la mirada fija en la copa–, ¿crees que es fácil para mí saber que Haruhi, mi ex novia, está embarazada?

–Y supongo que el alcohol es la solución –dio un trago a su bebida.

–No, sé que no –pidió con la mano otro trago igual al de antes–. Sin embargo, no puedo creer eso de Hikaru, creí que era mi amigo pero me traicionó… –se bebió el contenido de la copa– ¡Kyouya, tú eres el único que realmente es mi amigo!

El de lentes no dijo nada, tomando lo que restaba de su bebida.

oOo

Haruhi supo que Hikaru no repararía en cuidados respecto a su nueva condición. Sin embargo, no esperaba que el chico actuase tan rápido cuando, a la mañana siguiente de la plática con el resto del Host Club, se apareciera en la puerta de su casa vistiendo ropas un poco más sencillas a las de costumbre. Como aún era muy temprano se había parado apenas escuchado el timbre, razón por la cual ahora dejaba al descubierto su pijama rosada con conejitos estampados.

–¡Hola! –le saludó alegre el azabache.

–¿Qué haces aquí? –le miró sorprendida.

–Te dije que te ayudaría con la mudanza –le recordó lo obvio–, así que henos aquí.

–¿Henos?

–¡Hola, cuñada! –salió Kaoru del otro lado de la puerta, sonriendo ampliamente– No creerían que les dejaría hacer esto solos, ¿cierto?

–Pe-Pero… –tartamudeó nerviosa.

–Nada de objeciones –dijeron al mismo tiempo, entrando sin ser invitados–. Ya que no podemos contratar a un equipo de mudanza que haga esto sin llamar la sospecha de tus vecinos, hemos venido nosotros.

–Pero tengo que ir a clases, no puedo dejarles solos aquí y tampoco consiento que ustedes falten un día o dos –les riñó.

–No hay problema –sonrió Hikaru–, lo primero es lo primero. ¿Y Ranka?

–Salió a trabajar –informó.

–¡Perfecto! –metió unas cajas de cartón en el sitio– Kaoru, ayúdame con esto.

–¡Entendido! –se puso la mano en la frente en una pose militar.

Los gemelos entraron en las diferentes habitaciones, buscando aquellos objetos útiles de la castaña o que podrían ser importantes para ella. Viendo que nada ganaba con querer hacerles desistir de su idea, la chica suspiró, yendo donde Hikaru para ver en qué podría ayudarle. Le encontró en su cuarto metiendo sus libros de la escuela en una caja donde ya había los que le leyera su madre cuando era más pequeña.

–¿Puedo ayudarte en algo? –preguntó suavemente.

–No hay problema, Haruhi, puedo hacerme cargo de esto –le sonrió–, lo principal es que tú estés tranquila.

–No me siento calmada con ustedes dos rondando mi casa mientras escudriñan mis cosas… –suspiró mientras se sentaba en el piso.

–Ohhh, ¿en serio? –alzó una ceja divertido mientras metía algunas cosas del buró en otra caja– Sin embargo, yo te veo lo suficientemente cómoda como para pasearte con conejitos en toda tu ropa.

Sólo entonces reparó en la verdad de sus palabras, tornándose su rostro rojo como la grana, parándose de inmediato y yendo rápido a su ropero, del cual sacó un par de prendas, luego procedió a cambiarse encerrada en el pequeño cuarto de baño ante la risa cantarina de Hikaru.

–Idiota… –masculló mientras se desabotonaba la camiseta.

Era bueno oír reír al Hitachiin, el día anterior había estado muy serio mientras comunicaba su paternidad a los demás Hosts e incluso parecía que las cosas con Kaoru estaban mejor si el pelinaranja había accedido a ayudar con la mudanza. Haruhi presentía que las cosas marcharían mejor con él a su lado, indudablemente debía ser así. Se colocó una playera azul marino con un short café claro y salió del baño. Hikaru y Kaoru ya había metido algunas cosas en cajas, por lo que procedió a ayudarles.

–¿Qué es esto? –preguntaban curiosos ante lo que encontraban.

–¡Waaa! ¡Nunca habíamos visto uno tan pequeño, las cosas de los plebeyos son impresionantes!

–¿Me dirás que no es de juguete? ¡De niño tenía uno más grande!

–¿Y funciona con pilas?

–¡Qué cuarto tan diminuto! La casa de muñecas de nuestra tía es una mansión comparada con esto.

–¡Esas cortinas atentan contra el buen gusto de la moda!

Entre esas y algunas otras quejas se fue la mañana, Haruhi sonrió cuando al medio día ya la mayoría de los enseres habían sido debidamente empaquetados y acomodados en un rincón de su cuarto. Le pareció entonces un poco extraño ver los muebles sin decoraciones, justo como el día en que ella y su padre se mudasen, todo estaba allí, incluso su ropero había sido vaciado. Sólo entonces reparó en algo…

–¡¿Guardaron mi ropa interior?! –gritó molesta, más roja que nunca.

–No creerás que yo realmente hice eso, ¿cierto? –se señaló Kaoru– Hikaru me mataría de ser así, por eso él mismo se encargó de ello.

Haruhi se sintió de pronto apenada con el azabache, no pudiendo mirarlo a la cara ante la declaración de su hermano, quien suponía que tenían mayor confianza debido a la intimidad que tuviesen antes.

–Iré a buscar un taxi que pueda llevar todo esto, será fácil porque Haruhi no tiene muchas cosas –avisó Kaoru, saliendo por la puerta.

Cuando se quedaron a solas la castaña le fulminó con la mirada, sintiendo violada su privacidad en demasía. Hikaru negó moviendo ambas manos.

–¿Qué debería haber hecho cuando él dijo: Te lo dejo a ti, después de todo ya la has visto antes?

–¡Podrías haberme llamado! –le recriminó.

–Se supone que esos temas no deberían ser incómodos para los dos –le hiso ver.

–¡Pues lo son! –salió de la estancia.

Minutos después el taxi conseguido por Kaoru les dejaba a las afueras de un complejo de apartamentos que, si bien no estaba localizado en un barrio de ricos, se veía que pertenecía a la clase privilegiada. Estaba localizado cerca de Shibuya, se notaba que era un edificio moderno, para poder acceder al inmueble debían subir unas pequeñas escaleras hasta la entrada principal. Haruhi contempló las amplias puertas en donde un hombre les abrió permitiendo el paso, saludando a Hikaru como si le conociera desde hace bastante tiempo.

–Es un lindo lugar para mudarse, ¿no lo crees, Haruhi? –le sonrió Kaoru mientras llevaba las cajas al elevador.

–Claro –corroboró.

Hikaru se entretuvo con el taxista, hablando sobre algo importante. Kaoru había terminado de llevar todas las cosas, por lo cual sólo le esperaban a él.

–Está tardando mucho –suspiró.

–Deberíamos adelantarnos y meter todo al departamento –avisó la castaña.

–Buena idea, cuñadita –le abrazó de los hombros–, pero no sé en qué piso vive Hikaru.

La castaña presionó sin titubeos el piso número 7, comenzando a subir con lentitud. Kaoru le soltó apenas llegaron al sitio, comenzando a bajar las diversas cajas con cuidado.

–Es tonto que no sepa el piso donde se queda mi hermano, ¿cierto? –le sonrió– Afortunadamente tú sí, imagino que ya has venido aquí antes, ¿no?

–U-Un par… –tartamudeó nerviosa, sonrojándose.

–No debes apenarte por ello –le sonrió picaresco–, realmente no me interesa saber la frecuencia de su vida sexual.

Haruhi pensó que se desmayaría en ese preciso momento, ¿cómo podía Kaoru decir eso con tanta tranquilidad? Cargó una caja con el rostro rojo segura de que esa mañana se había sonrojado más veces que en el año pasado.

–¿Qué puerta? –preguntó el pelinaranja.

–Es el 72 –avisó.

–¿Tienes la llave? –inquirió con un par de cajas en las manos.

–No… lo siento… –se disculpó.

–Entonces sólo pondremos todo en la entrada hasta que llegue mi hermano –avisó.

Comenzaron a sacar las cosas, cuando terminaron esperaron por Hikaru, en ese momento la puerta de enfrente se abrió saliendo por ella una mujer que rondaba los cuarenta años, maquillada en exceso y vistiendo imitaciones de diseñador, llevaba a un pequeño chihuahua atado a una correa con brillos que le hacían ver vulgar en vez de elegante, al verlos arrugó el seño.

–¡Sólo esto faltaba! –se quejó al ver a Kaoru, tomándole por Hikaru– ¿Ahora tu noviecita se muda contigo? Ya no hay moral ni respeto en estos tiempos…

–Simpática vecina, ¿no? –murmuró al verla andar altanera.

–¡Y será mejor que quites esas cajas del pasillo! Dan muy mal aspecto al lugar. Suficiente tenemos con tu cabello teñido de naranja –gritó mientras pulsaba el botón del ascensor.

–Estoy seguro de haber visto unas raíces blancas… –murmuró el chico.

–Hipócrita… –secundó Haruhi.

–¿Le conoces? –volteó a verle, mas ella quedó callada.

La mujer no tuvo que esperar mucho ya que las puertas se abrieron en segundos, gritando sorprendida al ver al azabache en el mismo.

–Lo siento, Sakurai-san, no quise asustarla –se disculpó con la dama.

La señora volteó a ver detrás de sí, notando que Kaoru le sonreía divertido al reparar en su confusión. Ella apartó a Hikaru de un empujón mientras entraba molesta en el ascensor.

–¡Me quejaré inmediatamente! –se le escuchó gritar– ¡Un par de hermanos que tienen orgías en ese apartamento!

–¿Me perdí de algo? –les miró contrariado el otro.

–Ohhh, sólo conocíamos a tus encantadores vecinos –se burló Kaoru.

–Ahhh… veo que ya se toparon con Sakurai Reiko… es realmente un poco difícil convivir con ella, pero no imposible –sacó las llaves del departamento, abriéndolo para ingresar todo.

Una vez que las cosas estuvieron adentro procedieron a llevarlas a la recámara de Hikaru, acomodando todo allí. Kaoru se despidió después de eso, tenía unas cosas que atender antes de las 6 de la tarde y, considerando el tiempo que le tomaría llegar a su destino, apenas podría con ello. Haruhi se quedó a solas con el chico, sintiéndose incómoda al darse cuenta de que sólo había una cama que, si bien era de tamaño matrimonial, eso no mejoraba las cosas.

–No te preocupes –le avisó el azabache al ver su preocupación–. Hay un futon en el ropero, lo tomaré por las noches y en días de frío dormiré en el sofá.

–No me siento cómoda con eso… yo tomaré el futon –avisó.

–No será bueno para el bebé –le hiso ver–, así que no digas más y obedece como buena niña, ¿de acuerdo?

Haruhi rodó los ojos molesta. Hikaru sonrió ante el gesto, parecía ser que la chica estaba más calmada que un par de días atrás.

–Te dejaré desempacar, debo ver un par de cosas –le avisó–, no le abras la puerta a nadie, ¿de acuerdo?

–Sí, sí –le prestó poca atención.

–Ohhh, se me olvidaba, aquí tienes una copia de las llaves, le pedí al casero que me diera otro juego –se las extendió–. Ahora podrás salir y entrar sin problemas.

–Gracias –las tomó.

–Regreso en un par de horas –salió, dejándole sola.

Haruhi se puso a revisar las cajas, notando que Hikaru había anotado con un plumón negro sobre ellas. Encontró rótulos interesantes en todas ellas, siendo muy descriptivos de lo que contenían. "Objetos de aseo personal de pebeyos" leyó rodando los ojos; por allá había varios curiosos como "Cosas que nunca había visto pero que lucen importantes", "Cosas demasiado pequeñas que parecen de juguete", "Libros de cuentos de Haruhi que nunca he leído y espero hacerlo". Sonrió divertida sólo para caer en cuenta de algo. Apartó algunas cosas sólo para toparse con lo que tanto temía, una caja con grades letras que indicaban: "Ropa interior nada sexy de Haruhi que atenta contra el buen gusto y que me hace querer llevarla de compras"

Hikaru se las pagaría.


Ahora sí, ¡a contestar reviews se ha dicho!

Rooss: ¡Salve Usa-chan! XD Definitivamente no ha de ser fácil que aquellas personas en las cuales crees poder confiar ciegamente te den la espalda de buenas a primera, mas recordemos que la chica es muy importante para todo el Host Club, por lo cual es perfectamente entendible que tengan sentimientos encontrados. Prometo dar resolución a ello. También, en el siguiente capítulo se verá la respuesta de Ranka ante la mudanza de Haruhi y el por qué de la misma.

HarukaSou: Es bueno saber que a pesar de todo, hay Host que prometen dar todo su apoyo a la castaña (aparte de Hikaru). Tamaki no puede creerlo, es por eso su actitud, incluso vemos en este capítulo cómo le afecta todo.

Amyranda: Todos culpan a Kyouya XD A ver si opinan lo mismo en los siguientes capítulos, muajajaja

DayRoss: Ya había comentado que Tamaki y ella terminaron por sus horarios de la Universidad y debido a que se verían cada vez menos tiempo, así que para no terminar peleando por lo mismo, decidieron cortar por lo sano. Este capítulo es más extenso porque pienso que tienes razón: están demasiado cortos :/

Darling: No, no es una aventurilla de por allí, Haruhi conoce al padre de su hijo y, hasta cierto punto, agradece que sea él y no otra persona... ¿cómo dijo? *se pone un ziper en los labios*

Hina fire: Kyouya ha declarado en el manga que él está enamorado de Haruhi, mas que nunca se casaría con nadie que no sea digna de llevar el apellido Otori, es por eso que se siente decepcionado de dicha noticia.

Dannyplz: Hikaru es inmaduro e impulsivo, mas no quiere que un niño crezca sin padre. Él y Kaoru se pasaron la mayor parte de su infancia solos, así que sabe lo que eso significa 0:3

nicole: Lo siento, por el momento no tengo intención de meter OC relacionadas con los demás Host debido a que este fic está pensado para 9 u 10 capítulos, así que no me pienso extender, la historia se centrará en el HikaHaru.

ZeldaPhantomhive5: ¡No! D: Eso no. A Haruhi no la violaron ni drogaron ni nada, ella sabía lo que estaba haciendo y con quién, así que no hay trauma de por medio.

KonnyCP: Gracias por tu apoyo, ya tenemos con nosotros el siguiente capítulo :D

killlua: ¡De acuerdooooooooooooooooo! XD

Chewing-Strawberry: ¡No te lleves a Hikaru! *corre detrás de ella, la alcanza y taclea* ¡Lo necesito para el fic! Gracias por tu energía, espero te gusten los siguientes capítulos, ¿ya te dije que amo el HikaHaru? Bueno, por si no quedaba claro XD Los gemelos son lo máximo, mi favorito es Hikaru, por si no se notaba, ¡pero eso no significa que Kaoru sea menos importante para mí! Ahhhh, me volveré polígama XD

Hanji: Espero poder actualizar más seguido y traer capítulos más largos :D

darling: Ya está aquí la continuación, espero sea de tu agrado :3

Alex-kuran: ¿Spoiler? ¡Bueno! XD Haruhi deberá enfrentar a Ranka, Yuzuha pega el grito en el cielo al enterarse de todo, Hikaru irá a comprar artículos de bebé, los Host comienzan a aceptar esta nueva etapa de la castaña, un problema en el Ouran que no se esperaban, etc. :3