Nota aclaratoria:
"Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película La Otra Tierra, ya que ESTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental y visual; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA."
Dada estas explicaciones, podemos proseguir…
Surrender
(Capítulo VI)
A pesar de que aquel beso para Naruto era el mayor castigo que el destino podía darle, no podía evitar sentir como afloraba nuevamente ese calor que nacía desde su cuerpo, corazón y mente. Todo su ser se despertaba a algo que jamás había sentido, las emociones eran tan desbordantes que creía, que en cualquier momento su corazón se detendría de repente. Abrió levemente sus orbes, tan solo para sonrojarse aún más al ver el rostro sonrojado del moreno besándole con mucha devoción.
Pero aquello no estaba bien. No debía ser él el que estuviera besándole en esos momentos. No quería asimilar lo que su alma le gritaba que aceptase. No era capaz de comprender el porqué el destino se empeñaba en hacerle la vida más complicada.
Naruto intentó separarse del moreno pero éste no le dejó, tomando con una de sus manos adoloridas las suyas, llevándolas al pecho del moreno. Se separaron levemente, sus rostros estaban a escasos centímetros. Las orbes azules como el mar se sorprendieron de sobremanera al sentir con sus manos como el corazón de Sasuke latía desenfrenado.
—Naruto…— pronunció su nombre con una voz algo ronca por las emociones cosa que hiso que el rubio se sonrojase más, pero sus remordimientos se hicieron presentes y el retumbar del pecho del moreno no le ayudaba en nada, al contrario se sentía mucho peor.
Con un gran esfuerzo se separó del moreno, bajando la mirada. El moreno le observó durante unos segundos, suspiró cansado. Sabía que Naruto estuvo de acuerdo con el beso, por la forma en que le correspondió, pero tampoco quería incomodarle, las pulsaciones de su corazón empezaron a descender pero aún notaba ese calor en su cuerpo y en su rostro.
— Dobe…
Naruto infló sus mejillas sonrojadas, frunciendo levemente el ceño.
— ¿Por qué me insultas ahora, teme?
El moreno soltó una leve risa, quejándose de paso porque la herida de su estomago le molestó. Naruto dejó su actitud para mostrar un rostro preocupado.
— ¿Te… te duele mucho?
El Uchiha subió sus hombros levemente, respondiendo a la pregunta. Naruto tomó unas curitas, abriendo una y colocándola en cortes algo menores en el rostro de Sasuke.
— Para mañana te sentirás mejor-ttebayo.
Sasuke le miró por breves momentos ya que el rostro del rubio estaba muy cerca del suyo. El calor volvió a invadirle pero carraspeó levemente, había momentos para ello, y ahora tenía una pregunta carcomiendo su cerebro.
— ¿Los tipos pudieron entrar a mi oficina?
El rubio bajó sus brazos, recordando que no había ido a observar la planta baja. Se impacientó por un momento… ¿quizás y los tipos podían seguir allí?, o cerca de la parcela. Naruto inspiró con fuerza.
— Iré a ver…— se intentó levantar de la cama, pero la voz y mirada de Sasuke le detuvieron por unos segundos.
— Si pasa cualquier cosa, sube inmediatamente y si no puedes, te vas.
— Ie, baka…— el rubio le miró con el ceño fruncido. Defendería la casa y al moreno si fuese necesario, — No voy a huir de ellos, dattebayo.
— ¡No te hagas el héroe ahora usuratonkachi!— le gritó Sasuke mirándole sumamente serio, a lo que el rubio le miró de la misma forma.
— No lo voy a discutir, si vez algo, subes o te vas.
El moreno no estaba en condiciones de debatir, y eso lo sabía perfectamente el rubio, por lo que se comió su ira y tan solo asintió, levantándose de la cama. Tomó el cuchillo, a lo que Sasuke iba a replicar, pero el rubio salió tan rápido que las replicas quedaron en la garganta del moreno.
Naruto bajó lentamente, muy seguro de sí mismo, luego de haber visto como habían dejado a Sasuke no tendría ni un miramiento en enfrentárseles, aún si volvía a la cárcel, al menos era por defender a alguien.
Caminó a través del pasillo intentando hacer el menor ruido posible, caminando a través de los objetos repartidos por el suelo, la puerta del baño estaba completamente abierta por lo tanto tenía una preocupación menos que atender, tomó fuertemente el cuchillo en caso de algún ataque sorpresa.
Esperaba al llegar a la oficina encontrar la puerta abierta, pero curioso miró que a pesar que tenía un montón de golpes, raspones y hasta algunas abolladuras que dejaban entrar parte de luz del interior, al parecer no habían podido abrirla. Extrañado observó por las ventanas del hall hacia afuera de la parcela no encontrando nada ni a nadie. Por lo que tomó una mesa y la colocó como tranca en la puerta principal, debían llamar urgente a algún cerrajero para que arreglasen la puerta principal, como también la del portón de entrada.
Luego de aquello subió rápidamente las escaleras, llegando a la habitación de Sasuke viéndolo de pie.
— ¿¡Pero qué haces, teme?!— le gritó enojado el rubio yendo hasta a él, tomándolo por la cintura para volver a dejarlo en la cama. — Baka, no debiste levantarte dattebayo.
— Escuché ruidos y no subías, pensé que te habías hecho el valiente, dobe — le explicaba mientras se apreciaba en su rostro la molestia de los golpes al moverse.
— ¡Yo no me hago el valiente, teme!
Sasuke posó su mano en la boca del rubio, los gritos de Naruto le aumentaban el dolor de cabeza. El rubio al sentir el tacto se quedó callado de inmediato, haciendo una leve sonrisa en el rostro de Sasuke. Esperó unos segundos y quitó su mano de la boca de Naruto, haciendo que este algo incomodo desviara la mirada, para luego hablar:
—No pudieron entrar-ttebayo.
El moreno sonrió con algo de orgullo, a lo que Naruto le miró extrañado.
— Por una vez la suerte estuvo conmigo.
— ¿A qué te refieres?
El moreno le indicó un pequeño freezer que estaba en la habitación, a lo que el rubio le miró con extrañeza.
—Ábrelo.
Naruto se acercó y abrió la puerta, encontrando muchas cervezas. A lo que frunció el ceño.
— ¿Por qué se te ocurre beber ahora, baka?... Si sigues así tendrás que internarte-dattebayo.
El moreno rió levemente, a lo que el rubio le miró curioso.
— Saca la cerveza de más al fondo, usuratonkachi.
Naruto miró extrañado el montón de latas de cerveza, para aceptar la petición del moreno, y al sacarla apreció que ésta era distinta a las demás, contenía cerveza pero algo flotaba dentro en un pequeño sobrecito negro.
—Vacíala en la ventana con cuidado.
Naruto le hiso caso, hasta notar que el sobre descendía poco a poco, posó su mano y el sobre calló a ella junto a lo último de cerveza que quedaba. Caminó hasta Sasuke y se la entregó.
El moreno tomó con una de sus manos la pequeña bolsita negra, la colocó en sus dientes y la desgarró un poco, la volteó y de ella salieron dos llaves pequeñas.
—Esa puerta está hecha con una madera indestructible y un cerrojo de acero que pesa bastante, es imposible abrirla por la fuerza— Sasuke guardó una de las llaves dentro del bolsillo de su pantalón.
— ¿y la otra-ttebayo?
La mirada de Sasuke se volvió a ensombrecer.
— Noté ruidos extraños cuando estaba en la cocina, miré por la ventana y vi a tres tipos con unas mascaras en sus rostros entrando rápidamente a la parcela, corrí hasta la oficina y la cerré con seguro, en ese momento los tipos ya estaban intentando entrar por la puerta principal. Corrí al segundo piso, pero ya cuando iba en las escaleras los tipos entraron, corrieron tras de mí…
En ese momento el moreno agachó la cabeza, Naruto se acercó desde el otro lado de la cama, subiendo, apoyándose en el respaldo y colocando su cabeza pegada a la del moreno, en un gesto de apoyo.
— ¿Qué más paso-ttebayo?
Las manos de Sasuke se tensaron.
— Uno de los tipos me alcanzó lanzándome al suelo en el momento en que estaba intentando cerrar la habitación de Rin. Me llevaron a mi pieza, intenté defenderme, pero tres contra uno es algo sucio, después de un momento me agoté, comenzaron a golpearme entre los tres. Por un momento observé el reloj de la pared y noté que eran las 14:00 y que estarías a punto de llegar, solo pedí una sola cosa… — Ambos se observaron durante unos segundos, hasta que el moreno terminó de hablar — …que no aparecieras.
Naruto le miró impresionado, y algo dolido.
—Demo… yo te hubiera podido ayudar, teme.
— Lo sé y por lo mismo pedí eso.
El rubio le miró algo descolocado. A lo que el moreno le sonrió melancólico.
— Ahora seríamos dos los heridos.
Naruto volvió a sentir ese repentino calor en su cuerpo, al parecer tendría que acostumbrarse a eso y su cuerpo lo manifestó tomando con una de sus manos, la nívea del Uchiha y entrelazando sus dedos. A lo que el aludido suspiró mucho más cómodo.
— Si me hubiera apresurado, el cuarto de Rin estaría intacto.
No quería y no soportaba ver como Sasuke se culpaba a sí mismo por algo en que no podía haber hecho nada más:
— Ve el lado positivo, teme.
Sasuke le miró algo curioso e indignado, ¿qué iba a sacar de positivo con eso?, pero el rubio seguía mirando sus manos con una leve sonrisa en sus labios, volteó su cara y miró las orbes oscuras.
— Rin debe estar aliviada.
— ¿Doushite?— Le miró curioso el moreno.
—Porque ahora podrás visitarla mucho más que antes.
— ¿Cómo?
— ¿Cómo que cómo? ¿No es obvio?— le dijo el rubio inflando sus mejillas—… En tus pensamientos, recuerdos y sueños… sin necesidad de ir a su pieza a recordarla. Ella está contigo en todo momento, teme. ¿Cuántas veces te lo voy a repetir, ¿ne? Baka…
Sasuke sonrió ante las palabras de Naruto, cerrando la distancia y justo en el momento en que éste le insultaba le dio un beso, pero muy distinto al anterior, éste estaba cargado de tranquilidad. A lo que el rubio correspondió, pero se separó segundos después. Perturbando un poco al moreno.
— ¿No te gusta?
Naruto negó con la cabeza.
— ¿Entonces…?
Esos ojos de color zafiro volvieron a mirar al moreno, esa mirada profunda, oscura, tranquilizadora. No podía evitar la atracción por querer estar cada vez más y más cerca de él. Sucumbió al deseo en ese instante, dándole un beso algo más caluroso, a lo que el moreno correspondió; estuvieron así unos minutos hasta que el aire imploró su aparición, ambos respirando algo jadeados mirando las brillantes orbes contrarias.
— No entiendo… qué es lo que quieres, Sasuke.
El moreno tan solo sonrió, mientras besaba el cuello del pelirrubio e inspiraba ese olor característico en él, algo que nublaba sus sentidos. El calor invadía ambos cuerpos, el deseo llegaba a ellos. La idea de la entrega se hiso presente en ambas mentes, pero Naruto la frenó de inmediato. No podía… y no debían.
Pero la realidad era que a pesar que siempre estuvo la intención de decirle toda la verdad a Sasuke, dudaba completamente de decirla. Pero… ¿podría vivir junto a él con aquella mentira carcomiendo su mente constantemente?...
En el momento en que el rubio vio esos orbes abrirse lentamente mientras le besaban, supo la respuesta. Jamás… nunca podría soportar el ver ese rostro mirarle mientras él le ocultaba algo que era derecho de Sasuke saber, por más que la verdad doliese. El destino sin duda se había encargado de cerrarle todos los caminos, dejando el único disponible, enamorarse del moreno… tan solo para sufrir.
Podía quedarse callado y no decirle nunca nada, la posibilidad estaba en sus manos, era tan solo tomarla independientemente que su conciencia no quisiera, pero el amor jamás va acompañado de la palabra mentira.
Era su deber decirle la verdad, aunque a este le doliese y a él sin duda también.
Naruto se separó de Sasuke.
— ¿Por qué?— le preguntó algo preocupado el moreno. Naruto no sabía que responder.
— No está bien, teme. Somos hombres-ttebayo — Por más que le dolía decir esa mentira, con tal que no se acercaran era lo mejor — No soy gay, y tú tampoco.
— Eso no se notó hace unos segundos, dobe. — se mofó del rubio.
— Es que tú…
Pero Naruto no pudo seguir contradiciéndole al ver la sonrisa que le daba el moreno, algo sonrojado salió de la cama con dirección a la primera planta, mientras salía de la habitación anunció:
— Voy a prepararte algo, teme.
El moreno tan solo sonrió, sin duda ese rubio había vuelto todo su mundo de cabeza, y por más que fuese sumamente revoltoso y cambiante… esas cosas le encantaban de él, se acomodó un poco en la cama, cerrando sus ojos.
Pero de pronto la imagen de Sakura y Rin se aparecieron mirándole. Sasuke abrió sus orbes y preguntó al aire… o quizás a su familia.
— ¿Me perdonarían?— dijo con un tono melancólico, volviendo a cerrar sus ojos intentando descansar hasta que el rubio volviese.
Al parecer no era solo el rubio el que tenía sentimientos de remordimiento con respecto a Sakura y a Rin.
Por otro lado el rubio se encontraba observando el sándwich que le había hecho al moreno. Estaba muy confundido, su mente era un caos, y las actitudes del moreno solo hacían que todo fuese peor, la única salida que su mente divisaba era alejarse poco a poco del moreno. No sabía cómo, pero debía hacerlo.
El rubio suspiró algo cansado al ver que debía ordenar toda la casa, y llamar a un cerrajero. Lo más importante ahora era llevar al moreno a un consultorio. No podía quedarse como estaba en la casa, además así había tiempo para que un cerrajero pudiera arreglar la casa. Solo le quedaba una opción… no la que más quisiera, pero debía hacerlo por Sasuke.
Naruto sirvió un vaso con zumo de naranja y llevó la bandeja hasta la habitación del Uchiha. Al entrar notó que el moreno estaba dormido, algo callado dejó la bandeja a los pies de la cama matrimonial, se dispuso a caminar hasta llegar a su lado y se recostó junto a él, observándole. Al parecer el moreno estaba tan cansado que no notó al rubio a su lado, Naruto le observó durante largos minutos. Se veía tranquilo al dormir, pero tenía el ceño levemente fruncido. Dio una leve risa al notarlo, llevó su dedo al ceño del moreno levantándolo, haciendo que éste desapareciera de su rostro. Naruto sonrió al ver que el moreno podía dormir algo más tranquilo. Acarició su cabello negro y su pálida piel.
No pudo evitar pensar que si las cosas hubieran sido distintas quizás él podría estar ahora con el moreno, en paz, en calma; tal vez juntos. No con el remordimiento carcomiéndole cada día. Dolía… algo dolía en su pecho, una presión que no era capaz de sacar y que cada día que pasaba con el moreno, ese peso se acrecentaba más y más. No sabía cómo sacarlo, no era solo el saber que debía decirle la verdad; no… era algo mucho más grande.
Pensando en todas estas cosas el rubio lentamente comenzó a cerrar los ojos, cayendo en el poso enorme e infinitamente peligroso de los sueños.
El rubio caminaba a través del sendero de los árboles de Sakura, los pétalos caían suavemente, bañando parte del luego y a él mismo, Naruto observaba al fondo del lugar donde se encontraba la casa del moreno, con ganas de continuar hacia su destino dio unos cuantos pasos, hasta que estos de pronto se encontraron con una visión desconcertante. Ya no había pétalos, en vez de estos la lluvia lo cubría todo. Una lluvia algo extraña, desconcertado observó a su alrededor, los árboles de Sakura estaban secos, y los pétalos que alguna vez vio en el suelo, estaban convertidos en una alfombra roja muy parecida al color de la sangre; la misma que en aquel momento bañaba su cuerpo.
Asustado llevó las manos a su cabello, para comprobar que estaban llenas de sangre, sus ojos azules se dilataron del miedo y más al ver a dos personas que ya conocía bastante bien en frente, las que le observaban sin expresión en el rostro, tan solo frías y neutrales.
— Gomen… — dijo el rubio llevándose sus manos a su pecho, sus ojos amenazaban con soltar lágrimas, pero sabía que no las merecía.
— No eres digno, Naruto. — La mujer de cabello rosa como los árboles de Sakura, se acercó a él mientras le hablaba — Nunca vas a remediarlo.
— Gomen…— Naruto solo repetía esa palabra mientras se arrodillaba en el suelo, quedando su ropa manchada en sangre.
— Esa palabra jamás te quitará el peso — dijo con convicción la peli rosada. La niña tan solo estaba lejos de su madre, observaba a las dos personas.
El rubio solo asintió, mientras apoyaba su cabeza en el suelo, abrazándose a sí mismo. El cabello del rubio comenzaba a mancharse de sangre. La mujer se agachó, manchando también su vestimenta.
— Cinco años, han pasado cinco años ya…
— ¡No!… ¡Lo haré-ttebayo!... ¡Lo juro!— interrumpió el rubio desgarrando su garganta con ese grito. De pronto comenzó a escuchar por todo el lugar una voz que le llamaba… una voz que conocía muy bien.
— ¿Naruto…?
La pelirrosa observó hacia el cielo y a los alrededores de donde provenía esa voz cerrando sus ojos verdes.
— Naruto…
De pronto todo desapareció y el rubio notó que el charco bajo de sí se desvanecía al igual que el suelo. Todo estaba oscuro y su cuerpo caía a una velocidad vertiginosa, Naruto tan solo gritaba esperando el inminente choque que se aproximaba a su cuerpo.
Fue en ese momento que su atormentada mente despertó de un salto.
— ¡Naruto!— el rubio tenía sus orbes abiertas de par en par, pero aún no estaba consciente de su alrededor. — Dobe…
Naruto observó que el moreno no había cambiado de posición de a como se había quedado dormido, y al parecer él mismo tuvo unos momentos de sueño, lástima que los suyos no fueran muy tranquilizadores. El rubio sintió que sus pies estaban levemente mojados, observó hacia abajo y notó que había derramado parte del jugo en la cama, supuso que se había movido al tener ese sueño.
—Gomen Sasuke — el rubio se iba a levantar, pero la mano del moreno lo impidió. Le miraba serio, demasiado para su gusto. Algo intranquilo le mantuvo la mirada.
— ¿Por qué pedías perdón? — y más que una pregunta, parecía una afirmación, un tono demandante. Al cual al rubio puso nervioso.
— Etto… solo era una pesadilla, teme.
— No te creo.
El rubio le miró con el ceño fruncido.
— Pues no me creas, baka.
— ¿Tienes pesadillas recurrentes? — la mirada seria continuaba en su rostro.
— ¿Cómo lo sabes-ttebayo?
— Yo también las tuve y sé que no te dejan descansar muy bien dobe— Suspiro el moreno. El rubio por un momento se tensó, no le gusto esa respuesta. Pareciera como si éste supiera algo… sabía que era imposible, pero se sintió intranquilo.
No lo había notado, pero en todo ese momento el moreno le estaba observando, apreciando absolutamente todas las emociones que pasaron por el rostro del Uzumaki, primero impresión, para luego pasar a algo extraño… ¿miedo?
— Dobe… — le llamó, a lo que el rubio fijó su mirada en la ónix del Uchiha, el que sonrió de medio lado, — Te voy a dar un consejo.
El rubio le miró algo extrañado, pero también levemente indignado. — No soy un niño, baka.
El moreno posó con dificultad su mano en parte de la frente y cabeza rubia de Naruto. Se notaba el cabello algo húmedo, supuso que con la pesadilla el rubio debió haber sudado un poco, a pesar de eso, jaló un poco de su cabello dorado, haciendo que el rubio se quejase.
— ¡Ite! ¿¡Teme, qué haces!?— gritó para luego separarse del moreno el que le soltó. Naruto estaba sentado en la cama viendo a Sasuke con un puchero enfadado en su rostro.
— Tu cabello… — el rubio le quedo mirando un momento, Sasuke continuaba con su mirada fija en sus manos que sostenían esas hebras, — Él es la clave.
El rubio le miró confuso. — ¿Nani?
El moreno tan solo sonrió, posando su mano en su cien apretándola levemente. De verdad el rubio no sabía interpretar que las pocas palabras significan mucho más que las largas.
— Intenta pensar de vez en cuando, dobe.
El rubio indignado le miró como queriendo asesinarle allí mismo, a lo que el moreno soltó una pequeña risa, que fue interrumpida al dar un gemido de dolor al forzar los músculos del estómago para reír.
El Uzumaki dejó su enfado y lo de intentar descifrar el extraño idioma del moreno, para posarse de lleno en lo que hace unas horas había decidido, miró consternado hacia afuera. Era algo tarde, debía apresurarse y llevarle al Hospital, se levanto para posarse a un lado del moreno, el que le miró extrañado.
— ¿Qué haces?
— Vamos al Hospital.
— Ie. No es para tanto, lo que hay en el bolso de primeros auxilios es suficiente.
Pero el rubio hiso caso omiso a lo que decía, tomó el hombro del moreno y lo pasó debajo de su cabeza. Elevando lentamente al moreno, sujetándole de la cintura con la otra mano.
— No sabemos si tienes una infección, ¿quieres arriesgarte, teme? — La voz del rubio no daba pie al debate. El moreno tan solo suspiró cansado, asintiendo.
Naruto sonrió complacido, ambos caminaron lentamente por el pasillo, claro que el rubio se colocó estratégicamente en una posición en donde tapaba un poco la visual del moreno, para que éste no viera como estaba el dormitorio de su hija, tan solo quería evitarle una imagen muy desagradable. Ambos caminaron hasta que llegaron a la escalera. El rubio dejaba que el moreno intentara bajar primero para apoyarse en la baranda y en el cuerpo de Naruto.
— No puedo dejar la casa.
— ¿Llevas tus llaves-ttebayo?
El moreno asintió.
— No te preocupes, llamaré a un cerrajero.
El moreno asintió.
— Puedes llamar a mi hermano y pedirle que venga un cerrajero de emergencia, tiene unos contactos, no demorará mucho. Pero no le digas lo que pasó.
El rubio le miró, Sasuke sabía que esa mirada era de reproche.
— No quiero darle un susto, dobe.
El rubio un poco más tranquilo asintió. Ambos llegaron al último escalón, Sasuke vio el saqueo, sus ojos no pudieron evitar demostrar dolor, pero la rabia estaba intacta en sus venas.
— Ya está hecho, Sasuke.
El moreno peinó su propio flequillo con la mano, le caía sobre la cara y no le agradaba esa sensación que le envergaba.
— Dejaré todo tal cual como estaba, no te preocupes teme. — Le dijo con una bella sonrisa. Una a la cual Sasuke no se pudo resistir, levantó su mano con lentitud hasta posarla en la mejilla del rubio, acariciándola. A lo que éste intentó apartarse, el moreno bajó su mano. No entendía el porqué del rechazo del ojiazul, pero tampoco quería incomodarlo.
Naruto le dejó encima del sofá, mientras buscaba algunas cosas en la casa. Luego de unos segundos, llegó junto al Uchiha.
— ¿Dónde tienes los documentos de la camioneta? — le preguntó seriamente al momento en que lo levantaba para salir.
— ¿Nani? Vas a… — preguntó impresionado, sabía que Naruto había superado un poco lo de la camioneta, ¿pero ahora hacer de piloto?... era algo muy distinto.
— No tenemos tiempo. — cortó los pensamientos del Uchiha. A lo que Sasuke solo asintió.
El rubio salió junto al moreno, al que dejó recargado en el umbral de la pequeña escalera que llevaba al suelo. Le pidió que le esperara un momento.
Naruto intentó trancar la puerta con un gran mueble en la casa, al menos serviría para que no intentasen entrar mientras ellos no estaban en el lugar. Caminó hasta la oficina del Uhciha, y comprobó que la puerta continuaba cerrada. No pudo evitar preguntarse, qué era lo que querían esos tipos… se notaba a leguas que habían intentado de varias maneras abrirla, por lo que supuso lo obvio, algo importante había en esa habitación. Además de los premios, otras conmemoraciones y las películas; ya sabía que con ello habían mucho dinero invertido en esa habitación, pero… ¿solo buscaban eso, o algo más?... No lo sabía y no había tiempo para averiguarlo, tan solo cerró todas las habitaciones y salió por una de las ventanas de la casa, para luego cerrarla y dejarla trancada desde afuera.
El moreno le miró curioso, al ver que Naruto salía por una de las ventanas, a lo que éste sonrió al acercársele.
— Dejé todo asegurado, por lo que no te tienes que preocupar, al menos unas horas.
Sasuke sonrió de medio lado, Naruto no tenía por qué hacer todo aquello. Lo sabía en su interior, pero el ojiazul no era tan solo una persona impredecible; era una persona capaz de empatizar con todos y al mismo tiempo ayudar sin pedir nada a cambio; cualidad que en estos días se encuentran una entre un millón.
Esos pensamientos no pudieron evitar hacer huella en Sasuke, quizás tan solo estaba idolatrando un poco al rubio, no todas las personas son perfectas, y era de esperar que el rubio haya cometido unos tantos errores, por algo había ido a parar a la cárcel, asunto que le tenía muy desconcertado. Por primera vez se preguntó el qué había cometido Naruto como para pasar tantos años y tan joven en ese lugar al cual muchos le llamaban el infierno en vida, tenía más que curiosidad, pero sabía que si Naruto no pudo cometer algo tan atroz, eso no iba con su personalidad, ya que en ningún momento en que ambos habían compartido el rubio le había decepcionado o hecho algo malo, sino todo lo contrario y se lo agradeció. Al momento en que el rubio lo dejó en el asiento de copiloto.
— Bien, intentaré ir lo más rápido que pueda. ¿Te duele mu… — pero las palabras de Naruto murieron en su boca al recibir un beso muy pasional por parte de Sasuke, el moreno le besaba con fuerza, llegaba a ser algo demandante, cosa que hiso sentir al rubio algo confundido, la lengua del moreno pedía con cada roce ingresar y jugar con la suya, cosa que se resistió a negarle.
Sasuke llevó su mano a la nuca del rubio, el atardecer comenzaba a hacer aparición, cosa que desconcertó un poco al rubio, desviándolo de ese placentero momento.
— Sa… — pero el moreno continuaba intentando probar casa parte de esa boca que le atraía tanto, pero Naruto continuaba intentando hablar, — Te… — pero el moreno continuaba, lo que hiso que los colores llegaran al rostro de Naruto de una forma abrazadora. No quería separarse tampoco, esa era la verdad, pero no era ni el momento ni el lugar para aquello. Tomó los hombros del moreno y lo alejó, suspirando con fuerza.
— ¡Teme! Tenemos que llegar pronto-ttebayo.
A lo que el moreno solo bufó enfadado, no le gustaba que el rubio se alejara. Le dolía su herida bastante, pero cada vez que las oleadas de calor llegaban a su cuerpo y a su mente, su dolor quedaba en segundo plano y tan solo quería demostrárselo al ojiazul, hace mucho que no sentía aquello, y no quería dejarlo. Pero notaba la mirada de preocupación del rubio, por lo que solo asintió.
Naruto algo sonrojado cerró la puerta, la caminata hasta el asiento piloto le llenó de culpa, tristeza y un sinfín de sentimientos. Jamás creía que después de cinco años, volvería a manejar y menos en una de esas camionetas. El rubio se llenó de valor y entró. La sensación fue mil veces peor a la de ir de copiloto hace unos días, ahora era como si viviera en carne propia el accidente, tan solo debía llegar lo más pronto posible al Hospital, el atardecer estaba recién comenzando y según sus cálculos si se apresuraba alcanzaría a llegar antes que anocheciera, pero solo si alcanzaba una buena velocidad; algo que sin duda lo aterró. No creía que soportaría manejar de noche, pero tampoco a gran velocidad. El temblor le llenaba, puso ambas manos en el volante, intentando serenarse.
El moreno observaba como el rubio se debatía consigo mismo, sin duda para Naruto aquello era una tortura. No quería verle de aquella forma, si pudiese evitarlo lo haría. Pero en ese momento no estaba en condiciones.
— Los documentos están en la guantera. — Intentó decirle para tranquilizarle.
El rubio asintió. Esperaba o más bien rogaba porque no se encontrara a ningún policía, él tenía prohibido de por vida manejar, si lo pillaban volvería a la cárcel y sin lugar a dudas en ese momento no le convenía para nada volver.
— ¿Tienes tus documentos?
Sasuke no pudo haber metido el dedo en la llaga de una mejor forma. Aquel era terreno peligroso y Naruto debía medir bien sus palabras.
— Etto… Ie. — el moreno le miró incrédulo. ¡Rápido!, debía dar una respuesta veloz y convincente, se rogó a si mismo exprimir su cerebro en busca de alguna mentira creíble
— Están vencidos-ttebayo. No los he renovado desde que salí de la cárcel.
— Esperemos que no encontremos a ningún policía, dobe— dijo algo preocupado el moreno.
— Lo mismo digo, teme.
El rubio encendió la camioneta, mientras la mirada del moreno no se despegaba de sí. Inspiró pausadamente, obligando a su mente a no evocar memorias dolorosas, y tal como la vez anterior, Sasuke prendió la radio. Una canción que en lo personal le gustaba bastante "I Love You More Than You'll Ever Know" de Donny Hathaway, y que extrañamente le llenaba su contenido más que nunca, se comenzó a escuchar.
Naruto recordó la época de escuela, antes de todo, cuando le gustaba cantar y pensaba que quizás se convertiría en ello. Pero poco a poco notó que no se sentiría cómodo en esa labor, yendo a un sinfín de conciertos, repitiendo sus canciones una y otra vez, y al final su vida se convertiría en monotonía, además odiaba la fama y todo aquello. Sentía muchas más cosas al escribir relatos que solo rimas y versos. Quizás algunos le dirían que era un idiota, pero así pensaba. Ahora sabía que quería convertirse en guionista o escritor en vez de cantante y compositor. Lo primero le llenaba mucho más, además y lo mejor las personas se emocionarían con sus películas, pero jamás conocerían su rostro. No faltaba las personas que si le reconocerían, pero conservaría su libertad. Cosa que como cantante o actor, era prácticamente imposible.
Para él ahora el canto simbolizaba algo mucho mejor, no era un "hobby". No le agradaba esa expresión porque para él no era un pasatiempo cantar. Era parte de su liberación como individuo, ¿por qué las personas no se pueden dedicar a hacer muchas cosas?, ¿por qué las personas intentan encasillar a otras en una sola cosa?... odiaba aquello. Simplemente para él, el canto era parte de su vida, como escribir, como limpiar, como ordenar, como cocinar, como conversar y debatir… todo ello lo hacían ser quien era y sin esa faceta; no sería él.
La canción hablaba muchas cosas, entre ellas el abismo problemático que existe entre una pareja y al mismo tiempo el amor tan grande que no puede profesarse solo con palabras, o con incluso los pensamientos, un sentimiento que trasciende más allá y es definitivamente incomprensible. Sentía en aquel momento que esa canción llenaba su mente y alma. Lo había comprendido en aquel momento, era más que una atracción que sentía por el moreno. Algo que jamás podría confesar, tan lejos pero a la vez tan cerca; simplemente una infame, deliciosa y masoquista tortura.
Pensaba esta y más cosas al manejar, hasta que escuchó el tarareo del moreno; a lo que sonrió. Todas las malas emociones al manejar se esfumaron, al fin se sentía mejor, liberado y todo gracias a Sasuke.
— Arigato, teme.
El moreno le miró curioso. Naruto desprendía un sentimiento de melancolía, la cual no supo a que se debía, pero también de tranquilidad. Tan solo le sonrió, para luego continuar tarareando. Hasta que finalmente llegaron al Hospital.
Con cuidado hiso bajar al moreno, ambos entraron. El rubio pidió en recepción que los atendieran, ya que era una emergencia, le atendieron de inmediato. El médico al ver la herida notó que esta no estaba infectada, pero necesitaba de algunos puntos. Les pidió a ambos que le esperaran un momento, a lo que ambos accedieron, luego de unos minutos, el hombre llegó con una jeringa y demás instrumentos.
Le dio anestesia local a Sasuke, lo que hiso que Naruto no mirara hacia ese lugar, odiaba las inyecciones y cosas por el estilo. Recordaba cuando estaba enfermo y su madre debía inyectarle, Kushina era muy buena médico, pero tenía el hábito de no avisar al momento de administrar una inyección, además de hacerlo rápido para que el dolor no fuera mayor. Le agradecía eso, pero llegaba a ser bruta a veces de lo rápido que intentaba darle las inyecciones.
Naruto sacudió su cabeza y el color pálido llegó a ella al ver cómo le colocaban la inyección al moreno en el estomago y este se quejaba un poco. El médico pidió nuevamente que le esperasen unos minutos a que hiciera efecto la anestesia, a lo que ambos asintieron.
— ¿Te duele mucho, teme?
— No sé qué duele más si la herida o el pinchazo — Se quejó. Haciendo sudar una gota de anime en el rubio.
De pronto un celular se comenzó a escuchar, el rubio notó la vibración sacándolo de su bolsillo en el acto; era su hermano.
— ¿Mochi-mochi?
— Naruto, ¿dónde estás?
— Etto… tuve una urgencia.
— ¿Qué paso?... ¿¡Te paso algo?!
— Ie… ie
Pidió al moreno con un gesto de mano retirarse de la sala. A lo que Sasuke asintió, aún así estaba intrigado. Naruto se separó del lugar hasta una distancia en que el moreno no pudiese oírle.
— Estoy en el Hospital.
— ¡¿Nani!? ¿¡Doushite?! Voy ahora mismo para…
— ¡Ie Dei-niisan!— Interrumpió a su histérico hermano, el que se quedó callado por completo, esperando la explicación, a lo que el rubio suspiro algo cansado — No pasó nada. Es Sasuke-ttebayo.
— ¿Qué sucedió? — preguntó algo preocupado, mal que mal era el hermano de Itachi y la razón de porque Naruto estaba volviendo a ser el hiperactivo de antes.
— Cuando llegué a su casa estaba todo desordenado y saqueado. Entraron y de paso le golpearon. — se apreciaba el tono enfadado y cargado de rabia, tono que no pasó desapercibido por su hermano mayor.
— Tienes que calmarte. Ya sucedió y no se pudo evitar.
— Hai.— contestó desganado.
— Ahora, ¿cómo está?
— Mejor. Le van a colocar puntos en una herida del estomago, por suerte no mide más de 4 centímetros y no comprometió nada.
— Ya veo. Espero que se mejore.
— Hai. Deidara…
El rubio sabía que si le llamaba por su nombre era para pedirle algo importante. Tan solo esperó paciente a que el menor continuase.
— Sasuke no puede volver a su casa, al menos por hoy, y no quiere que Itachi se entere de lo que pasó.
— Demo él es su hermano, tiene derecho.
— Hai, lo sé. Pero también quiero respetar la decisión de Sasuke.
— Bien, ¿entonces que se te ocurre? ¿Traerlo a casa?
Naruto se quedó callado, por lo que Deidara asumió una afirmación.
— No me voy a poner en contra, es de urgencia, pero ten mucho cuidado. Intentaré ordenar algunas cosas, no vaya a ser que descubra algo como lo que pasó con Itachi.
— Hai. Arigato Deidara.
— Y bien, ¿qué es lo otro?
Luego de unos segundos el rubio le habló:
— ¿Puedes comunicarte tú con Itachi?
— No sé si sabías, pero ese Uchiha me odia. — le dijo, sin animos.
— No te odia. Aún sigo enojado con lo que te hiso, no quiero hablar con él, como supongo él tampoco querrá hablar conmigo. Eres el único que puede hacer de intermediario, onegai Dei-nissan. — suplicó a su hermano mayor.
— Hai, entiendo. No te preocupes, ordeno tu habitación y le llamo.
— Arigato niisan. Eres el mejor dattebayo. — le habló con cariño.
— Hai… hai lo que digas, ¡a por cierto!, ¿qué pasó con tu trabajo nocturno?... ¿no empiezas hoy?
El rubio menor quedó petrificado. Se le había olvidado por completo, además ¿¡qué hora debía ser ya?!... observó su celular, tan solo las 8:30 pm. Suspiró tranquilo aún tenía dos horas y media, y el médico ya debía estar próximo a llegar con el moreno.
— No te preocupes, tengo bastante tiempo.
— Bien, intenta no demorarte. — el rubio escuchó un poco de ruido desde el teléfono de su hermano. — Es oka-san, me pregunta si llegarás luego.
— Hai, tan solo esperamos a que el médico vuelva y nos vamos de aquí.
— Bien, ha estado algo nerviosa desde que despertó.
El rubio meditó un momento quizás era por lo de ese gen nuevo del cual en la prensa y en el hospital había tanto alboroto.
— No te preocupes ya estaremos allá.
Luego de unas palabras más cortó la llamada, caminó rápidamente hasta donde debía encontrarse el moreno, esperaba que Deidara quitara de su habitación cualquier rastro de la cárcel o cualquier documento o escrito suyo. Eso era lo que más le preocupaba en esos momentos.
Al llegar notó como el médico estaba a media labor, desvió la mirada, le parecía bastante doloroso aunque sabía que el moreno no sentía nada.
— ¿Qué sucede gatito asustadizo?
El rubio le miró con los ojos llenos de ira. A lo que Sasuke sonrió de medio lado.
— ¡No sé de que hablas, teme!
— Hai… lo que digas, no te atreves ni a mirar, cobarde.
— Grr… eres un idiota.
— ¿Por favor pueden callarse ambos?, dejen sus peleas maritales para otro momento, no sé si lo notan pero estoy suturando.
Ambos se quedaron callados, sumamente avergonzados por el "show" anterior.
Luego de que el médico terminase la sutura y desinfectara la herida, le colocó un parche transparente, el que parecía bien pegado a la herida, le entregó a Naruto unos cuantos de estos.
— Bien, por suerte fue bastante sencillo. En tres días debería estar recuperado, puede que le duela al moverse pero puede hacer su vida como siempre, Uchiha-san. Deberá tomar analgésicos si comenzase a doler más de lo normal y si es que llegase a ver la herida más roja debe volver, porque estaría infectada. — el médico posó su mirada en el rubio. — Debe limpiar la zona dos veces al día y luego colocar el parche nuevo.
— Hai, arigato.
Justo en el momento en que el médico se iba a retirar, se volteó hacia ambos, los que le miraron curiosos.
— Por cierto, lo felicito Uchiha-san.
El moreno le miró curioso al igual que el rubio, el médico solo le sonrió.
— He visto películas suyas y de verdad espero poder ver más obras suyas.
El moreno tan solo asintió de forma muy respetuosa, algo que observó curioso el rubio. El médico tan solo se retiró. Mientras Sasuke e colocaba una camisa limpia que le había traído Naruto.
— Vaya parece que eres famoso, Teme.
— Ie. Es raro que me reconozcan al verme, que yo sepa he salido poco en televisión o revistas, solo iba a esas cosas para promocionar mis películas.
El moreno se bajó de la cama un poco más compuesto, de hecho cuando el rubio le iba a ayudar, el moreno se lo impidió.
— Me dio una inyección de analgésico. Casi ni duele la zona.
— Debes avisarme cuando el efecto disminuya, para darte otro.
Ambos salieron del lugar, el moreno se apoyo de todas formas en el rubio para poder caminar. Caminaron por los pasillos, hasta lograr salir del lugar. El personal del hospital se veía algo agitado, el rubio se preguntaba el porqué de todo aquello, sabía que en cuanto llegara a casa le preguntaría.
Justo antes de salir, una voz le llamo la atención.
— ¡Naruto!
Ambos jóvenes se voltearon al escucharla. Corriendo apareció una mujer rubia con dos coletas a los lados.
— Tsunade no ba…
Pero las palabras quedaron allí al sentir un golpe bastante fuerte por parte de la rubia en su cabeza. El moreno sudo una gota al ver tal acto.
— ¡Ite! ¿¡Por qué hiciste eso?!— le gritó con los ojos aguados y enfadado.
— ¡Cuantas veces tengo que decirte que no me llames vieja, baka!
— ¡Pero si tienes más de cincuenta!— decía aun sobando el golpe.
— ¡Tenme más respeto Naruto no Baka!
— ¿Por qué, podrías ser realmente mi Oba-chan?— se mofó el rubio sin miramientos. Provocando la ira de la directora del Hospital.
— Tú…
— Etto… gomen… — habló el moreno apoyado en la muralla. Estaba entretenido viendo la pelea de ambos rubios, pero se quería largar luego de allí. Su casa estaba sola y debían llegar pronto.
La mujer lo observó detenidamente y luego de unos segundos sus ojos le miraron con interés.
— ¿Tú eres Uchiha Sasuke, ne?
El moreno asintió algo extrañado, ¿desde cuándo le reconocían tanto?
La rubia observó de reojo al rubio, el que agachó la mirada. Tsunade sabía que Naruto había cometido ese accidente a la familia del cineasta mal que mal, ella tuvo que supervisarlo el tiempo en que éste estuvo en coma a causa del accidente, lo cual no fue poco tiempo. Pero lo que más le llamaba la atención era el porqué ambos estaban juntos y en el hospital. Sabía que a Naruto le había costado superarlo, se lo comunicaba en las cartas, preguntaba siempre por el estado del moreno, en aquellos años el rubio le decía que no soportaría la idea de que también le hubiese arrebatado la vida a Sasuke y no despertara del coma.
— ¿Naruto?… — la mujer preguntó algo preocupada, pero el rubio solo le sonrió.
— No pasa nada, Obachan.
La rubia lo miró durante un momento suspirando algo más tranquila, no era el momento de hacer preguntas que pudieran incomodar al rubio.
— Ella es la directora del Hospital y es la madre adoptiva de mi oka-san-ttebayo.
El moreno la miró curioso, su rostro se le hacía levemente familiar, pero no sabía de dónde. La rubia lo notó y tan solo le sonrió.
— Veo que estas muy bien, me alegro mucho Uchiha-san.
De pronto al moreno le vino un recuerdo a su mente, recordaba que estaba en un sueño muy pesado y profundo una voz de un hombre le hablaba continuamente, una que parecía algo distorsionada, y otra voz femenina que le llamaba y luego al abrir sus ojos, un cabello igual de rubio al de la mujer se apareció en frente…
— Usted…
— Hai, yo estuve a cargo en ese tiempo de ti.
El moreno se inclino.
— Arigato por todo lo que hiso por mí.
— No me des las gracias.
El moreno tan solo volvió a repetir un "gracias". El rubio le miró con una leve sonrisa, sabía que en esos momentos la situación del moreno era tan crítica que incluso el comité del hospital barajó la posibilidad de desconectarle, pero la rubia lucho para que eso no se llevase a cabo; sabía que gracias a esa mujer él ahora estaba en aquel lugar, aunque en un principio el moreno pensase que debieron haberle desconectado para jamás despertar, ahora sabía que aquella no abría sido la mejor opción, tan solo al ver al rubio en frente de él.
— En fin, Naruto… — el rubio le miró, — Kushina vendrá en unas horas más, creo que deberías apresurarte en ir a tu casa.
El ojiazul la miró curioso, y la rubia muy seria. Algo pasaba no solo en el hospital; lo sabía. El chico tan solo asintió, y ambos se despidieron de la voluptuosa rubia, salieron del hospital y entraron a la camioneta, las calles comenzaban a vaciarse.
— Te llevaré a mi casa-dattebayo.
— Ie, dobe. Debo volver.
— Avise a tu hermano, llamará al cerrajero para que vaya ahora mismo — mintió e interrumpió al moreno. — Te quedarás hoy en mi casa, es peligroso que estés solo allá.
Dadas estas palabras el moreno asintió, mientras el rubio comenzaba a acelerar. El moreno notaba algo nervioso al rubio, cosa que en el pasado viaje no había sucedido, pensaba que ya el tema estaba superado, de todas formas le cuestionó:
— ¿Qué sucede?
El rubio tan solo le observó de reojo, para estar nuevamente concentrado en la pista.
— Ie, teme solo que no me gusta viajar de noche-ttebayo.
El moreno meditó un momento, el rubio dándose cuenta que había hablado de más, arregló su frase:
— Encuentro que es algo peligroso.
El moreno tan solo asintió, y vaya que sabía él de aquello mal que mal había perdido hace cinco años a su familia en una noche como aquella.
Naruto descendió la velocidad levemente para doblar por una de las esquinas y vio su pesadilla hacerse realidad.
Un choque.
Los policías deteniendo a los automóviles.
El choque era simple, sin un caos mayor, pero había unos tantos policías cerca, fuese como si el pánico tocara cada vibra de su ser y Sasuke lo notó, observó cada reacción extraña del ojiazul.
— Naruto, solo es un accidente.
El rubio le miró un poco descolocado, pero el golpeteo en el vidrio del automóvil les hiso sobresaltar a ambos. Naruto creía que aquel sería el final de todo, juró… rogó a todos los dioses que algo lo ayudara, sea lo que fuese. Solo le quedaban dos opciones, la primera que cruzó su mente fue huir… pero no podía huir, lo atraparían enseguida y lo peor lo enviarían directo a la cárcel sin miramiento alguno. La segunda opción era entregarse, y en el fondo sabía que si ocurriera lo peor, aquello debería pasar. Con un leve nerviosismo pero muy seguro de su estampa a pesar de ello, abrió lentamente la ventana. El policía le miraba con rostro de pocos amigos.
— ¿Qué sucede? — preguntó serio y sin atisbo de miedo, cosa que sorprendió hasta al moreno.
— Señor, no puede pasar por esta calle. Ha habido un accidente y la hemos cortado.
— ¿Y qué sugiere que haga? Mi casa está en unas calles más allá.
— Gomen, pero debe dar la vuelta. No hay automóviles ahora — dijo mirando detrás de la camioneta, — Puede virar; le doy autorización.
El rubio asintió, iba a cerrar la ventana cuando el policía posó la mano en el borde del vidrio para que éste no la cerrase. Al rubio y al moreno se les erizó el bello de la nuca, ¿qué más les podría decir el policía?, el hombre miró un momento a un lado del rubio.
— Por cierto… un placer conocerle Uchiha-san.
Y sin más se retiró. El rubio y el moreno miraban descolocados al policía. El rubio cerró la ventana lentamente, cuando ésta estuvo cerrada dio un leve gritillo de pánico, cosa que hiso saltar al moreno.
— ¿¡Pero qué diablos te pasa, dobe?!
— ¡Estaba muerto de miedo, eso estuvo muy cerca-dattebayo! — suspiró algo más descansado y volteándose para mirar si habían más automóviles, y comenzar a poner el auto en reversa hasta salir de la calle. El rubio dio una sonrisa de medio lado, sin duda Naruto era el número uno en sorprender a la gente.
— Por primera vez… doy gracias de ser medianamente conocido, dobe.
— Por primera vez estoy de acuerdo contigo, teme.
Los dos se regalaron una sonrisa, mientras el rubio continuaba manejando hasta llegar a la casa Uzumaki-Namikase.
Deidara observaba el celular algo indeciso, y perturbado, había pedido el celular a su madre, porque si llamaba desde el suyo sabía que el moreno mayor no le contestaría. No comprendía el porqué estaba tan nervioso, tan solo debía tocar el número, nada más decir lo que debía decir y punto, tampoco es que fuese tan complicado. Con estos pensamientos decidió marcar.
Un tono…
El rubio observaba hacia la ventana que daba a la calle.
Segundo tono…
El rubio miraba en frente con un rostro indeciso.
Tercer tono…
Deidara ya no estaba muy seguro de qué decir.
Cuarto tono…
Ya no sabía que decir, no había nada en su mente. Iba a cortar cuando se escuchó la potente voz del otro lado del auricular.
— Mochi Mochi…
Deidara simplemente no sabía que decir.
— Si está llamando para ofrecerme algo o no sé dígamelo ya.
Nada, Deidara continuaba mudo.
— Mira imbécil… no tengo tiempo para tus…
— No me cuelgues, onegai. — Interrumpió Deidara. Luego de unos segundos de silencio el rubio continuó, al parecer el moreno no le colgaría, — Quiero que te tomes con calma lo que te diré.
— Tan solo dilo.
— Entraron a robar a la casa de Sasuke.
El silencio se hiso presente, pero el ojiazul pudo notar la voz algo desencajada de la persona del otro lado.
— Mentiroso.
El rubio observó el teléfono algo desencajado.
— ¡Itachi, tú me conoces, yo no llamaría a estas horas para decirte una mentira! — le habló con indignación, no pudo evitar perder los estribos ante aquello.
— Te dije que me dijeras Itachi-sama. Ni me hables de eso, que ya sabemos por qué estamos hablando así y fue por una mentira tuya.
— ¿Vas a seguir con lo mismo?... — no escuchó nada desde el otro lado. Por lo que decidió continuar con lo que había quedado.
— Mi ototo me dijo que cuando llegó a su casa estaba todo desvalijado y que a tu hermano le habían golpeado y…
— Malditos hijos de… — interrumpió el moreno.
— Pero no está grave. — le interrumpió de vuelta. No quería que el mayor se hiciera ideas malas de lo que había pasado. — Naruto me pidió que llamaras a un cerrajero de emergencia y que le dieras la dirección de la casa para que pronto fuera, ya que pasará sola…
— ¿por qué no habló tu hermano directamente conmigo? — le interrumpió nuevamente, a lo que Deidara suspiró cansado.
— Sabes bien el por qué.
El moreno mayor tan solo se quedó callado, Deidara continuó.
— Ahora Naruto trae a Sasuke a nuestra casa, para…
— ¿¡Nani?! ¿¡Doushite?! ¡Él tiene casa, yo iré a buscarlo al hospital y me quedaré con él hasta que el cerrajero termine su traba!...
El rubio perdió la paciencia completamente y explotó:
— ¿¡Podrías escucharme una vez en tu vida Itachi no Baka?!— El rubio se quedó callado de inmediato, había metido la pata, pero es que ya estaba harto de la actitud del moreno. Al fin sus heridas estaban sanando y ya no quería que éste le tratase de esa forma.
— Porque mi hermano vale más que tus palabras, voy a hacer caso omiso de lo último; continúa — le dijo de forma fría el moreno.
Deidara tuvo que comerse su orgullo y proseguir.
— Tu hermano viene acá porque además que no puede volver porque sería peligroso que esté herido y solo en esa casa, mi madre es médico, cualquier complicación ella puede atenderlo. Además solo será uno o dos días.
El moreno se quedó callado, el rubio sintió un sonido desde la calle y vio a través del velo de la ventana. Que unas luces pasaban, supuso que su hermano y Sasuke había llegado.
— Al parecer llegaron. No sé qué has decidido, pero creo que la decisión que tomó Naruto es la mejor.
El moreno luego de unos momentos contestó.
— Solo acepto porque tu madre lo puede atender.
El rubio tan solo sonrió levemente, Itachi continuaba dolido eso era más que obvio, y tampoco lo culpaba tanto. Estaba harto del tema, pero sabía que el moreno hablaba así solo por orgullo, sabía en el fondo que Itachi era una muy buena persona, se lo había demostrado en todo ese tiempo trabajando juntos y a pesar de todo, el jamás podría enojarse con el Uchiha; simplemente no podía.
— Arigato. — Agradeció con una sonrisa, mientras se acercaba a la ventana y observaba como el rubio salía de esa camioneta… extrañas coincidencias la misma camioneta, pero el desplante de su hermano era preocupado, iba apresurado a abrir la puerta del copiloto y ayudar a Sasuke.
— ¿Doushite? — escuchó desde el otro lado del teléfono.
— Por permitirlo. — dijo con una sonrisa entre satisfecha y melancólica al verlos entrar.
Ambos se quedaron callados durante unos momentos, hasta que el moreno mayor habló.
— No estoy de acuerdo con su relación.
— Hai, lo sé. Pero yo sí.
— ¿Doushite?— se notaba la intriga en la voz del mayor Uchiha. El rubio escuchó la estridente voz de su hermano pequeño anunciando que había llegado a la casa.
— ¿Quiénes somos para cortar lo que se está formando?... — dijo sincero y luego de unos segundos el moreno le contestó.
— Hai, lo sé.
Una simple respuesta, pero suficientemente potente como para crear sensaciones en el rubio mayor. Sonriendo satisfecho.
— Llamaré a mi ototo en unas hora más. — anunció el moreno.
— Esta bien…
Y ambos se quedaron al teléfono, no sabiendo cómo cortar la conversación, hasta que Deidara dio el pie.
— Nos vemos en la escuela.
— Hai. — Tan solo escucho del moreno, el que le dio un rápido "Sayonara" y colgó. Pero el rubio no se decepcionó ni nada por el estilo. Algo había avanzado en su relación con el mayor de los Uchiha y eso lo hacía sentirse extrañamente feliz.
Deidara se recostó en la cama aún con el teléfono en mano, preguntándose el por qué sentía un calor atravesándole por cada fibra de su cuerpo…
Escuchó de pronto la voz de Naruto llamándole desde abajo y al parecer un insulto hacia el Uchiha menor y una risa que no escuchaba desde hace años, sonrió muy contento. Su hermano no lo sabía pero la realidad él la conocía. Naruto estaba más que enganchado al Uchiha menor.
De pronto la imagen de Itachi mirándole con una sonrisa autosuficiente pero al mismo tiempo cariñosa apareció en su mente, esas sonrisas que antes le profesaba. Recuerdos que añoró con tristeza. A pesar de que éste prácticamente le acosara hace un tiempo y que ahora abruptamente había dejado de hacer todo aquello y su relación se había vuelto fría, no pudo evitar sentir nostalgia y algo más… extrañaba esas miradas que le regalaba el moreno.
¿Por qué las extrañaba?… eso tampoco era muy normal que digamos.
Y volvió a escuchar las risas quedas desde el salón y como ahora Kushina les saludaba.
No podía ser cierto…
Deidara se levantó de golpe, observó el celular pasmado y con el corazón a mil, no quería creerlo pero el latido acelerado de su corazón y el calor lo comprobaba… se golpeó la cabeza con cansancio y con un poco de cizaña.
Se miró en el espejo, su cara seguía sonrosada, decidió que esperaría a que estuviera de un color más neutral antes de bajar y saludar a la pareja. Se observó con el ceño fruncido y lanzó al aire unas palabras para sí mismo:
— Mira que enamorarte de ese imbécil… — Tomó parte de su cabello en una coleta alta, aun mirándose, — Estás muy mal Deidara… ¿tenía que odiarte para que te fijaras en él?
Suspirando cansado y algo melancólico al haber descubierto esto, se golpeó levemente la cara, su rostro ya adquiría un color normal; era hora de saludarles.
Naruto al ver a su hermano lo saludó, Deidara se veía algo extraño cosa que preocupó al rubio menor, pero decidió no comentar nada, luego hablaría con su hermano en privado. Aquel no era el momento.
Deidara saludó a Sasuke, mientras de una habitación cercana se abría la puerta para dar paso al rubio mayor de la familia, que al ver a Sasuke se acercó rápidamente a él.
— Usted es Uchiha Sasuke…
El moreno asintió. El rubio ya estaba un poco harto de la fama del menor, justo en aquel día muchas personas lo habían reconocido, por suerte no armaban alboroto ni nada, como sí pasaría si el moreno fuese actor.
En ese momento se preguntó, el porqué Sasuke no era actor. Había muchos casos en que grandes directores también eran actores, al menos en sus propias películas. No había podido ver películas del moreno, pero ese bichito se implantó en su psiquis ¿Cómo sería Sasuke como actor?, mal que mal era atractivo y no solo eso, personas atractiva hay muchas, pero Sasuke tenía una mirada penetrante, que trasmitía emociones con sus ojos, sin llegar a ser histriónico. Sin duda en ese momento Naruto vio un potencial en Sasuke, algo que quizás el moreno ni se había llegado a plantear, quizás por las mismas razones que el rubio, quizás por otras, no lo sabía. Pero algún día le preguntaría.
— Es un placer tenerlo en mi casa. — dijo muy educado Minato. Kushina al ver algo incomodo a Sasuke, le dio unas palmaditas en la espalda a su esposo.
— No molestes a la visita, Minato. Hoy se quedará con nosotros, entraron a robar a su hogar y tiene una herida, que yo atenderé. — Naruto había puesto al tanto a su madre hace unos minutos antes que Minato y Deidara hicieran aparición por lo que ambos rubios asintieron aceptando hospedarle.
— ¡Demo… No hemos arreglado una habitación para él!— dijo compungido Minato, Sasuke era una persona importante, no quería atenderle a medias. Sasuke por su parte movía las manos en señal de que no se preocupara.
— Dei-chan llevó la cama de Naru a la habitación de la azotea. — dijo rápidamente Kushina.
El moreno miró algo extraño al escuchar esas palabras…
— Dormirás en la azotea con Naruto, espero no te moleste el lugar… — le dijo dándole una sonrisa acompañada con un leve tono de disculpa la mujer.
El moreno no entendía mucho el asunto, pero solo asintió.
— Muy bien pasen por favor, preparé algo antes de marchar. Mi turno es nocturno en el Hospital, por lo que debo ir en una hora más allá. Además debo hablar algo con ustedes dos-ttebane; disculpa Sasuke
— Ie, no hay problema. — respondió cortes el moreno.
— Muy bien, pasen todos a la mesa...
Y así todos pasaron a la mesa, entre conversaciones Sasuke contó un poco de su experiencia en el ámbito cinematográfico. Agradeció que la familia no le preguntase el porqué de que no hubiera continuado con sus películas y así la conversación se hiso bastante amena. Cada vez que Sasuke miraba a Minato y a Naruto se sorprendía de sus parecidos, eran como dos gotas de agua, salvo en la forma del rostro y la expresión de los ojos, esos eran los de su madre y al parecer la personalidad algo cambiante pero cálida también; sonrió ante aquello.
Kushina observaba de reojo a Naruto y a Sasuke. Ella lo había reconocido enseguida, sabía quién era, sabía que Naruto se culpaba cada día por ese accidente, Minato no lo había reconocido al parecer y sospechaba algunas de las razones del porqué Sasuke no sabía quién era Naruto. Lo más curioso llegó que en una de esas miradas, el rubio observó a Sasuke con una mirada distinta, una que no lanzaba a todo el mundo, una cálida y sincera. En ese momento comprendió la situación, a veces el omitir información es mejor que crear una tormenta, pero conocía a su hijo y esperaba como madre poder sostenerle en ese momento tan difícil.
Mientras si lograban disfrutar el uno del otro ¿quién era ella para adelantar un mal rato?, callar a veces es mejor.
Observó por un momento a su marido el que se notaba entusiasmado hablando con el moreno, y al parecer éste no lo había reconocido, pero ella conocía a Minato. Sabía que él siempre había admirado artísticamente al moreno, y que cuando se enteró de lo que hiso Naruto, el reto y la distancia fue bastante colosal.
En ese aspecto ella no se pudo distanciar de Naruto, sabía que el rubio había cometido un error que le costaría toda su vida. Pero Minato tenía sentimientos encontrados, estaba decepcionado de Naruto, y apenado por todo lo que éste le había hecho a Sasuke, pero a pesar de todo perdonaba a su hijo.
Sabía que Minato lo había reconocido, pero la sutileza era un don en su marido. Más tarde ambos sabían que hablarían el tema.
De pronto sintió un golpecito en su pie, su hijo mayor le miraba con una leve sonrisa indicando a la pareja que peleaban de vez en cuando por algo en la mesa para comer. Kushina tan solo rió quedita, su hijo mayor también se había dado cuenta. Cómplices rieron.
— ¿Etto… de que se ríen-ttebayo?
Miraron Sasuke y Naruto a la familia los que les sonreían.
— Nada, Naru. Etto… — la mujer observó el reloj. Tenía media hora para marchar. Observó que todos habían terminado de comer. — Chicos tenemos que hablar.
El moreno comprendió que allí él estaba de más, con respeto pidió permiso, siendo ayudado por Naruto.
— Naru, puedes llevarlo al salón, yo no demoraré mucho, y de ahí podrás ayudarle a subir-ttebane.
El moreno sonrió de medio lado asintiendo; si la personalidad de Naruto era como la de la madre. Con una pequeña muletilla como firma.
Luego que el moreno estuviera en el salón, observó como la puerta de la cocina se cerraba al entrar Naruto, se preguntó ¿qué tanto tendrían que hablar?... observó todo el espacio. Una casa grande, con muchas comodidades, si es así ¿por qué el rubio trabajaba en algo como lo que hacía?... era extraño. Muy extraño y se prometió a si mismo que aunque fuera tarde, lo averiguaría. Algo aburrido, tomó el control del televisor y lo encendió pasando los canales. Uno le llamo la atención, la rubia que había visto hace unas horas, la que le ayudó en su rehabilitación ahora anunciaba que mañana se daría una gran noticia que cambiaría muchas cosas. Sasuke la observó extrañado, ¿qué tanto pasaba en la medicina que estaba todo el mundo histérico?
Kushina y Minato estaban sentados frente a Deidara y Naruto. Los hermanos se sentían algo incómodos, tanto pareciera como esas conversaciones que tenían cuando eran más jóvenes, los hiso retroceder en el tiempo y sentirse como unos infantes.
— Esto me trae recuerdos, Kushina.
Minato fue el segundo en notarlo.
— Hai. Pero esta vez es algo diferente. Ustedes son adultos y les hablaré como tal— Habló seria la mujer.
Ambos hermanos asintieron expectantes.
— Bien, mañana Tsunade dará una noticia junto al presidente de este país y a otros representantes del oriente.
— ¿Y qué tenemos que ver nosotros con ello, Oka-san?— preguntó cortes Deidara.
— Bien… como ya saben hay un nuevo gen que permite que algunos hombres puedan concebir, ¿no?
Ambos asintieron.
— Eso significa que de acuerdo al examen, que será obligatorio para todos los hombres, incluso para hombres de la edad de Minato-ttebane…
— ¡Oi… no soy tan viejo, Kushina! — se quejó Minato.
— No quise decir eso, Anata. — Kushina sacó la lengua a su marido el que dio un puchero enfadado. Lo que hiso reír un poco a los jóvenes destensando el ambiente. Pero luego Kushina volvió con el tema.
— En fin, todos los hombres hasta los 45 años de edad deben realizarse este examen, por qué… — Kushina suspiró un poco cansada, —debe mostrarse en la cédula de identidad y además de aquello, a cada "Doncel" como les llamamos a estas personas, deberá tener un tatuaje visible que lo identifique.
— Demo… ¿eso no es como denigrarle-ttebayo?, mal que mal todo esto es nuevo y lo mirarán de mala forma.
— Lo sé, Naru ya lo habíamos hablado y desgraciadamente será así. Van a abundar las personas que comiencen a tratar mal, u otros que los miren con pena a los Donceles.
— Pero, ¿por qué los marcan como si fueran ganado-ttebayo? — habló algo enfadado el rubio menor.
— Porque ahora hay tres categorías de seres humanos e irán por orden jerárquico. De mayor a menor: Hombre varón en primer lugar, Mujer en segundo y Doncel en tercero.
— ¿Por qué es menos un hombre doncel que una mujer o que un hombre común?— habló enojado Deidara.
— Porque es la excepción a la regla, los raros. Los que traen seres al mundo de una forma anormal y que no saben si esos seres son normales o quizás otra clasificación.
— ¿Oka-san, cómo puedes decir eso? — le habló indignado su hijo menor.
— No lo dice su madre chicos… lo dicen las autoridades. — dijo Minato algo enojado.
— Tsunade ha tenido muchos problemas con esto, hace poco hubo uno que se escapó de las manos, por ello que ahora los políticos y los miembros del consejo de los países han decidido unas cuantas leyes. Yo todo esto prefiero decírselos ahora; mañana Tsunade lo anunciará pero no con tantos detalles.
Ambos asintieron.
— Bien además de lo que les mencioné, hay otras clausulas. Un doncel si está en cinta la responsabilidad cae directamente en quien le embarazó, el gobierno no aceptará hijos de donceles no reconocidos, y si estos llegasen a no reconocerse el doncel tendrá que recurrir… — Kushina se quedó un momento callada para después proseguir:
— Al aborto, porque el gobierno y el registro de habitantes de todos los países no aceptará hijos de donceles no reconocidos, porque no se sabe que facultades tienen o carecen estos niños. — Ambos jóvenes la miraban desencajados, pero más aún con lo que prosiguió, — Tendrán que abortar independiente del mes de gestación, de uno a nueve se puede realizar. A diferencia de la mujer que es optativo y es solo hasta antes de los tres meses de gestación. Y si el doncel no acepta o intenta escapar, le harán abortar como debía haberse hecho y los donceles no podrán ejercer la vida que llevaban, el castigo es peor que la cárcel. Se les privará de cualquier actividad que realicen sin derecho a ejercer sus estudios o vocaciones y deberán dedicarse a ser parte del personal de obras públicas de la ciudad, además…
— ¡Esto no puede ser-ttebayo!— El menor de los Uzumaki-Namikaze dio un fuerte golpe a la mesa junto a su grito, que se pudo apreciar en toda la casa, incluso impacientando al moreno, se preguntó sobre qué estarían hablando… pero decidió no interrumpir ni acercarse, era un tema familiar y no quería entrometerse.
— ¡Naruto cálmate!, tu madre aún no ha terminado — Minato le miró con el ceño fruncido, cosa extraña ya que nunca miraba a sus hijos de esa forma, salvo cuando trataban temas importantes como el que estaban hablando.
El rubio tan solo se sentó algo avergonzado, y continuó escuchando.
— Otra ley es, si el doncel embarazado es de condición vulnerable y el bebe llega a ser reconocido, el doncel podrá dar a luz, pero el bebe ya no será suyo. La autoría la tendrá completamente el padre varón de acuerdo a la jerarquía, ya que un doncel inestable no está capacitado para criar solo al bebe.
Todos se quedaron callados luego de esto, salvo Deidara el que habló con un tono tranquilo, pero se le notaba muchísimo su enojo en el tono de su voz:
— No comprendo por qué tantas diferencias, Oka-san. ¿Los hijos de estos hombres del gen aun no han sido investigados o sí?
La madre negó.
— Entonces, ¿cómo saben que esos niños son distintos?
La madre se sirvió un poco de agua en su vaso, tomó de éste. Su familia la observaba atenta; Kushina suspiro cansada.
— No lo sabemos, al menos no en el ámbito médico porque aun no hay pruebas.
— ¿Entonces?
— A pesar de que no tenemos las pruebas, las autoridades lo ordenaron, políticos y milicia. No podemos hacer nada. Ellos creen simplemente que el bebe de dos hombres es netamente un ente extraño.
Naruto se levantó, mientras sus padres y hermano lo miraron.
— Gomen, demo no quiero escuchar más-ttebayo.
— ¡Naruto! — gritó Minato, pero Kushina lo detuvo.
— Cumplí el deber de decirles a ambos. — Kushina miró a sus dos retoños con amor, — El examen es obligatorio, por lo que la orden llegará pronto a nuestra casa. Onegai, no quiero que se preocupen por esto. La situación va a cambiar, pero debemos tomarlo con calma-ttebane— les dio una pequeña sonrisa, intentando relajar el ambiente.
Ambos asintieron algo abatidos, pero finalmente le dieron una sonrisa a su madre.
Luego de unos momentos la mujer comenzó a arreglarse para ir al Hospital, Minato se disculpó con los tres jóvenes argumentando que acompañaría a Kushina hasta su trabajo, por lo que los tres chicos se quedaron solos.
Deidara se disculpó con ambos, se sentía algo cansado y aun perturbado por lo que había escuchado de su madre, además de sus pensamientos y sentimientos por el hermano mayor del Uchiha que se encontraba en la casa. Pero antes de retirarse, se volvió a su hermano.
— Naruto, tienes media hora para estar allá, dejé la bicicleta fuera.
— Arigato, Dei-niisan.
Y así el rubio mayor subió para recostarse.
El moreno miró al rubio con el ceño fruncido, a lo que Naruto le miró extrañado.
— ¿Por qué tienes que salir, dobe?
— Etto… No te preocupes teme, te llevaré a mi habitación y luego me iré, si tienes alguna complicación o algo puedes avisar a Dei-niisan o a Oto-san, ¿ne? — el rubio se acercó hasta el moreno para llevarlo a la azotea, pero Sasuke lo detuvo en el acto.
— No contestaste mi pregunta, dobe.
El rubio se quedó un momento callado meditando en que decirle, pero ¿qué sacaba con sacar una mentira?... mal que mal en algún momento el Uchiha menor se enteraría.
— Hoy empiezo otro trabajo-ttebayo.
El moreno esperó pacientemente a que terminara.
— Un amigo me ayudó a encontrar un trabajo de pocas horas y de buena paga.
El moreno a cada palabra que lanzaba el rubio su ceño se iba frunciendo cada vez más, poniendo algo incomodo al ojiazul.
— ¿Por qué pones esa cara-ttebayo?
— Un trabajo nocturno y de pocas horas no me parece muy confiable.
El rubio meditó un momento, la venita en su frente palpitaba a cada palabra del moreno, y su reacción no se hiso esperar.
— ¿¡Quién te crees que soy, Teme!?— gritó sonrojado y de paso dándole un golpe en la cabeza al moreno. A lo que éste posó sus manos en ella, quejándose.
— ¿¡Porqué me pegas usuratonkachi?!
— ¡Por decir cosas como esas, baka!
Los gritos podían escucharse a leguas, pero el rubio mayor en la habitación de arriba escuchaba música con sus audífonos mientras observaba intranquilo un lienzo en blanco que lo sostenía un atril, por lo que ni se enteró del escándalo de los más jóvenes.
— ¡¿Te crees que soy un gigoló o algo parecido?!— habló alterado el ojiazul menor.
El moreno tan solo le miró enfadado.
— Te lo repito usuratonkachi, no es de fiar un trabajo nocturno de pocas horas y buena paga, yo tan solo decía.
— No necesito tus opiniones, baka.
El rubio observó el reloj, ahora solo le quedaban 20 minutos. Algo asustado por la hora, además que iría en bicicleta y demoraría un poco, se acercó rápidamente al moreno para intentar levantarlo. A lo que éste se volvió a negar.
— ¿Ahora qué te pasa, teme?, tengo que ir pronto. Vamos que tenemos que subir.
— Ie, te voy a acompañar.
El rubio se quedó en silencio unos momentos, para luego lanzar sus palabras.
— ¡¿Nani?!, demo…
— Es tarde, y no te puedes ir solo.
— Demo iré en bicicleta.
— En mi camioneta llegaremos rápido.
— Tú debes… — pero el moreno le interrumpió en el acto.
— No me siento mal, dobe. Puedo acompañarte, además estaré sentado. — dijo elevándose del sofá y sosteniendo la zona de su herida un poco. — Me dieron una buena dosis de analgésicos, podré aguantar unas horas.
El moreno caminó lentamente hasta el umbral de la puerta, pero Naruto no le seguía, el Uchiha extrañado se volteó, tan solo para ver el rostro del ojiazul algo preocupado. Suspiró tranquilizándose a sí mismo y al mismo tiempo sin darse cuenta a la persona que estaba enfrente.
— No te preocupes, usuratonkachi. Yo quiero ir, además… hace tiempo no voy a uno.
El rubio al ver la leve sonrisa del Uchiha asintió, de verdad el moreno se veía muy guapo cuando sonreía de forma sincera, aquello hiso sonrojar levemente al ojiazul, el que se volteó excusándose que iría por algunas cosas. Para el moreno no pasó desapercibido ese pequeño gesto, sacando otra de esas sonrisas involuntarias en él.
Luego de unos minutos ambos se encontraban en la camioneta, mientras el rubio conducía. Había dejado una nota pegada en el refrigerador que decía que Sasuke le había acompañado al pub. Por si Deidara la llegase a leer.
Luego de manejar durante unos diez minutos, el rubio aparcó cerca de la zona. Había algunas personas que ingresaban y otras conversaban fuera del local. El Uchiha observó a cada persona, había de todo tipo, desde personas que por vista se veían algo más tranquilas, otras un poco más fiesteras, pero lo que más le llamó la atención era el barrio en donde estaban. Al parecer le habían dado un buen contacto al ojiazul. Esos eran los pubs que frecuentaban mucho personas importantes, ya son los mejores de la ciudad.
— Al parecer la paga que recibirás será buena, dobe.
— Que los dioses te escuchen, teme. — rogó Naruto al bajar junto a Sasuke de la camioneta y ayudarle a caminar hasta el lugar.
Un guardia en la entrada les dio la bienvenida, ambos pasaron. El rubio se maravilló al ver el lugar, bastante sofisticado y muy acogedor. Todo el diseño arquitectónico y el diseño industrial del lugar relucía en buen gusto, cada detalle. Estaban ambos apreciando el espacio cuando escuchó al pelirrojo llamarle.
— ¡Naruto!
El rubio observó que se acercaba, vestía un traje blando y dorado muy elegante que hacía resaltar sus ojos y cabello aún más, se veía despampanante, pero lo que le causó curiosidad era que el tatuaje de la frente ya no estaba allí. El pelirrojo lo notó y habló:
— Tengo que maquillarlo, me lo pidió el jefe, tú sabes. No es cualquier lugar donde estamos.
— ¿Cómo se llama este lugar?— preguntó el moreno observando unos segundos al pelirrojo.
— "Byakugan"; Uchiha-san.
El moreno asintió comprendiendo el porqué de tanto color blanco y plateado en el lugar y al mismo tiempo algo curioso.
— Respeto mucho su cine.
El moreno asintió en agradecimiento, a lo que el rubio sonrió triunfante.
— Gaara estudió dirección de fotografía-ttebayo.
Dijo con orgullo por su amigo, a lo que este le miró con algo de fastidio. No venía en el caso decir eso.
El moreno le miró durante unos segundos.
— Las personas que trabajan en ello son muy cotizadas. — El pelirrojo asintió, — No quiero sonar despectivo, pero ¿por qué trabajas aquí?
— No he podido terminar mis estudios.
El moreno tan solo asintió, comprendiendo y asumiendo que era por asuntos económicos, sin duda era muy perspicaz.
Naruto notando una cierta tensión en el ambiente se dispuso a aflojarlo. Los anfitriones y meseros pasaban de unas mesas a otras atendiéndolas y decorando.
— ¿Etto… con quién debo hablar, Gaara?
— Gomen, Naruto. Ven…— dijo indicándole por donde debían caminar. Observó de reojo al moreno que se quedó atrás el que levantó su mano en una señal de que se verían en un rato más, a la que el rubio correspondió.
Gaara y Naruto llegaron al fondo del lugar y traspasaron una puerta. Ya desde ese lugar el sonido de la sala era nulo y de pronto algo le resultó familiar… ¿Byakugan?... ¿en dónde había escuchado ese nombre?
Pero sus dudas se disiparon al momento en que el ojiverde abrió una de las puertas, en donde se encontró a dos personas.
— Él es la persona de la que les hablé.
Y la reacción de una de las personas fue de completa dicha. Hace tiempo que no se veían, habían cambiado un poco.
— ¿Naruto? — preguntó la pareja al verle.
— ¡Hinata!, ¡Neji! — dijo sorprendido pero con un leve toque de nostalgia. De ambos primos, Hinata era la que más había cambiado, usando su cabello azulado más largo, que la hacía ver mucho mejor, y sus ropas algo más ajustadas. Al parecer había dejado una pequeña parte de su timidez atrás. Mientras Neji seguía estando casi igual a como le recordaba.
— Por kami, ¿Naruto-kun cómo has estado?— Hinata se acercó al ojiazul tomando sus manos y sacudiéndolas levemente, a lo que Neji miró un poco intranquilo.
El pelirrojo observaba la escena algo confundido.
— Al parecer no tan bien como ha ustedes chicos, jeje.
— Nos va muy bien, gracias a este pub. — dijo Neji acercándose y separando a su novia de su amigo de escuela, para saludar de mano al rubio.
— Lo noté al entrar, es muy hermoso. Los felicito dattebayo.
— Arigato, Naruto-kun.
El pelirrojo algo desconcertado pidió retirarse a lo que ambos dieron aprobación, dejando a los tres solos.
— Y bien, ¿Naruto qué haces aquí?, ¿quieres tomar algo?— preguntó el Hyuuga.
— ¿Cómo? ¿Gaara no les dijo que yo venía por el trabajo que ofrecen?
— ¿Nani? — dijeron los dos algo descolocados.
— Hai. Gaara me dijo que en este pub necesitaban a un mesero más, por lo que decidí apuntarme.
— Demo… — Neji le miró descolocado, — ¿Por qué quieres trabajar aquí?, ¿no tienes otro trabajo?
— Etto… hai — en ese momento comprendió el porqué los Hyuuga le miraban de esa forma. — Pero no me es suficiente-ttebayo.
— Demo estos trabajos son para personas que no son profesionales.
— Yo no lo soy.
Ambos se quedaron pasmados ante esas palabras, sin evitar preguntarse el por qué… por lo que recordaban Naruto a pesar de lo hiperactivo que era en la escuela y en los problemas que se metía, todos pensaban que se dedicaría a algo inusual pero brillante. Los Hyuuga no podían creer lo que escuchaban.
— ¿Nani? — preguntó la peliazul.
— ¿Etto… está algo mal conmigo?— preguntó un poco incomodo. No le gustaba que le hablaran de aquello.
— Ie, demo Naruto-kun siempre pensamos que te dedicarías a la música y ahora… no podemos no evitar estar sorprendidos.
El rubio no sabía cómo responder, hasta que pensó las palabras adecuadas si desvelar mucho.
— La universidad nunca fue para mí dattebayo. Voy a mi ritmo.
La pareja se observó de reojo por unos momentos, sabían que Naruto no había sido sincero, pero tampoco querían ahondar en un terreno que quizás para el ojiazul no era fácil de comunicar. Neji inspiró por unos momentos y dio vueltas en la oficina hasta que finalmente le habló en un tono más formal al rubio. Naruto comprendió en ese momento que el trabajo era suyo.
— Supongo que Gaara ya te dijo el horario de trabajo, ¿no? — el ojiazul asintió. Mientras Hinata caminaba hasta una estantería y sacaba de ésta un traje idéntico al que vestía el pelirrojo.
— Deberás usar esto en el horario de trabajo— le entregó una pequeña libreta y un lápiz, — Ten, aquí está la libreta de pedidos.
— La regla primordial aquí es: El cliente siempre tiene la razón. — El rubio asintió. —Pero si éste no respeta nuestras reglas, tienes que hacérnoslo saber. Por otro lado, este es un pub karaoke, por lo que a veces los meseros deben cantar, entretener al público o animar a que participen si se ven muy intimidados, pero sabemos que ese es tu fuerte Naruto-kun.
El rubio sonrió conforme.
— Arigato Hinata-chan y Neji-kun.
— No nos trates de manera formal, nos conocemos de niños. — le dijo la ojiclara.
— Demo ustedes son mis jefes y yo los respeto-ttebayo.
La peliazul rió levemente y Neji dio una sonrisa corta, Naruto continuaba siendo la misma persona empática y agradable, algo más apagado, pero aún conservaba esa chispa que lo hacía especial ante la mirada de los demás.
— Bien, empezamos en media hora, cámbiate y ponte en contacto con Gaara para que te ayude.
El pelirubio asintió y salió del lugar, en ese momento se encontró a Gaara quien volvía a buscar unas cuantas cosas. Le preguntó dónde estaba el baño para cambiarse, el pelirrojo lo llevó hasta allí y le pidió que se apresurara.
Luego de unos minutos Naruto terminó de vestirse, observándose en el espejo algo curioso. El traje blanco con dorado combinaba muy bien con su tono de piel. Con una sonrisa y arreglando un poco su cabello rebelde salió del lugar.
Las personas estaban entrando y se acomodaban en las mesas. El rubio corrió hasta donde Gaara y le preguntó algunas cosas.
El Uchiha le miraba atento desde su mesa, sin duda aquel traje le quedaba más que bien. Se le notaba al rubio algo nervioso, cosa que hiso reír levemente al Uchiha, al parecer el rubio no estaba acostumbrado a ese tipo de lugares.
Sasuke levantó su mano, cosa que el pelirrojo notó y le avisó al pelirrubio. Naruto se acercó hasta éste rápidamente, a través de las personas que se acomodaban en sus mesas respectivas y otros empleados se dedicaban a atenderles.
— ¿Qué sucede, teme?
El moreno sonrió con superioridad, — No deberías llamarme de esa forma acá, dobe.
— Tú tampoco, baka.
— ¿Me puedes traer alguna bebida?
— Gomen ne pero no puedes consumir alcohol con esa herida que tienes, hace poco tomaste analgésicos. Te traeré una gaseosa y algo de comer.
— Los meseros no escojen la comida por el cliente, dobe.
— Contigo es diferente, teme.
Y sin más se retiro directo a la cocina para el pedido. El moreno tan solo sonreía levemente. Gaara observó la escena atento, estaba algo sorprendido y no solo por la confianza en la que se trataban sino que allí había algo más. Sonrió satisfecho, y al mismo tiempo algo preocupado. Notaba la unión que había entre ellos, pero sabía el abismo que los separaba. Se sintió de pronto algo mal por su amigo. Tan solo esperaba que las cosas no fueran por un mal camino, Naruto ya tenía suficiente con la culpa y demás cosas, solo esperaba que éste pudiera vivir de una forma más pacífica, que a como le había tocado todos estos años.
Con esos pensamientos el pelirrojo comenzó a atender a algunas personas, retirándose y trayendo sus pedidos. Cuando de pronto alguien llegó y le golpeó levemente el hombro, a lo que Gaara se volteó. Su cuerpo quedó hecho piedra al ver a la persona que se le había acercado y más aún a quien tenía a su lado.
— ¿Gaara… te llamabas, no?— Sai le observaba con un rostro algo curioso, pero frío. A lo que Gaara asintió. ¿Qué hacia él allí y además con esa mujer?
— Sai, tan solo pide lo que ofrecen, no tienes que hacer vida social con un empleado. — y allí estaba la mujer que Gaara más odiaba en kla faz de la tierra. La esposa del moreno, Karin.
— Hai. ¿Qué desea?
— Bien, unos cocteles con un acompañamiento surtido, onegai.
El pelirrojo asintió.
— En seguida se los traigo.
Y sin más el pelirrojo se marchó. Sai por su parte observó en todo momento a éste, cosa que notó algo extrañada su esposa.
— ¿No te vas a sentar, Sai? — le preguntó demandante su mujer. El moreno le observó por un momento asintiendo, pero justo en el momento en que se iba a sentar pudo apreciar que en el lugar había una persona muy parecida a quien pensaba. Entrecerró sus ojos intentando observarle con más claridad, ya que debido a las luces algo bajas no podía apreciarlo en plenitud. Pero al ver ese cabello desordenado y esa mirada oscura y penetrante, lo reconoció enseguida.
— ¡Sasuke!
Y como por arte de magia, la pelirroja abrió sus ojos de sobremanera y miró hacia donde su marido observaba.
— ¡Sasuke-kun! — exclamó emocionada.
Ambos se acercaron al pelinegro. El que de pronto al escuchar su nombre observó algo curioso, de pronto toda su energía decayó al instante y no por ver a su primo; sino a la esposa de éste.
— ¿Qué haces acá?, ¿desde cuando frecuentas pubs como éstos? — preguntó curioso su primo.
— Tuve que venir por obligación, baka.
— ¿Qué te paso?— le preguntó extrañado por lo parches que tenía en el rostro. Sasuke no estaba de animos para contar lo que había sucedido, por lo que tuvo que decir cualquier mentira que se avecinara a su mente.
— Me tropecé limpiando unos matorrales en la casa.
Su primo le miró con un leve toque de desconfianza. Sasuke no era de esas personas algo torpes, ahí había algo que le estaba ocultando.
— ¿Por qué tuviste que venir, Sasuke-kun? — preguntó interesada la pelirroja, pero Sasuke no le observó en ningún momento.
— Es asunto mío, Karin.
Y sin más se dedicó a hablar con su primo, dejando a la pelirroja de lado, la que le miraba algo indignada.
Las mesas se llenaban cada vez más, hasta que finalmente cerraron las puertas. El pequeño escenario se iluminó con luces muy penetrantes, todos comenzaron a aplaudir al ver en él a los dueños del pub, los que iban tomados de las manos al escenario, ambos vestidos de forma semi-formal.
— Sean como siempre bienvenidos a nuestro respetado pub "Byakugan", esperemos que los tragos y la comida sean de su agrado y disfruten de esta noche. — anunció el Hyuuga.
— Cualquier consulta háganlo saber a nuestros queridos meseros, esperamos que pasen una noche agradable en compañía de sus cantos. — sonrió Hinata.
Y sin más se retiraron de escenario. La gran pantalla LED que se encontraba en el escenario se encendió, mostrando un listado de canciones, se comenzó a escuchar un poco de música para encender el ambiente.
Luego de unos minutos, una de las meseras subió al escenario, algunos le lanzaban besos, ella para nada se sentía avergonzada, se presentó como Yamanaka Ino, pidió al encargado de sonido que pusiera una pista y comenzó a cantar, no era muy afinada, pero tampoco lo hacía mal. Se acercó a una de las mesas e invitó a una persona a subir al escenario y cantar con ella, todos reían y observaban el espectáculo mientras tomaban sus tragos.
Al rubio se le veía algo nervioso, por lo que Gaara le ayudó argumentado que todos eran un equipo y que debían ayudarse hasta tener un buen ritmo. El rubio se lo agradeció enormemente.
El ambiente se había destensado un poco y los clientes comenzaban a enumerarse para cantar, al rubio le agrado mucho el ambiente del lugar.
Salvo al ver como esa mujer llamada Karin se apegaba un tanto a Sasuke. Se preguntó el porqué Sai no estaba muy interesado en aquello, sino que lo veía interesado en otra cosa. Observó por donde mismo este miraba y se sorprendió al ver a quien observaba, su mirada estaba fija en el pelirrojo el que conversaba amablemente con un cliente, mientras se retiraba a buscar su pedido.
Naruto notó que una de las personas tomó el brazo del pelirrojo acercándose a él y diciéndole algo al oído. A lo que éste se sonrojó con sutileza intentó zafarse lo más rápido que podía, pero al parecer el cliente no le dejaba marchar, Naruto observó de paso a Sai el que se levantaba hasta llegar allí.
— Disculpe, necesito hablar con el mesero ya que le pedí unas cosas. Si es tan amable en soltarle. — Sai habló en todo momento con esa sonrisa falsa que se notaba a leguas. Cosa que hiso temblar levemente al hombre a causa de la frialdad del moreno. Gaara por su parte observaba impresionado a Sai.
El hombre soltó a Gaara.
— Bien puedes acompañarme a la mesa, se me apetece pedir otros cocteles.
El pelirrojo asintió y mientras se acercaban a la mesa, notó que su mujer en ningún momento le había observado, continuaba mirando embelesada a Sasuke, el que ni siquiera se percataba de ello, sino que miraba curioso como Sai había ayudado al pelirrojo.
Sai le pidió ir a la barra al pelirrojo, el que le acompañó. Naruto por su parte continuó atendiendo las mesas.
— Odio a los tipos como esos.
— Arigato.
— No me agradezcas, ya te lo dije, no soporto a los acosadores.
— Demo… ¿cómo lo noto?
— Era más que obvio.
Tan solo respondió el moreno. El pelirrojo estaba hecho un mar de nervios, pero se mostraba sumamente serio, hasta algo indiferente. Pero Sai no se sentía incomodo con el de ojos verdes, sino al contrario.
— ¿Qué desea tomar?
— No me hables con tanta formalidad, se que estas en trabajo, pero dime Sai.
— Hai… Sai — el pelirrojo se sintió algo extraño al pronunciar ese nombre con tanta naturalidad, — ¿Qué deseas tomar?
— Un vodka con alguna fruta, onegai.
El pelirrojo asintió mientras preparaba el trago, tenía maestría para aquello, solo se demoró unos tantos segundos. Las cantidades ya las tenía aprendidas, por la cantidad de tiempo que llevaba trabajando allí.
El moreno comenzó a tomar su trago.
— Se que no debería tomar tu tiempo, pero te tengo una pregunta… ¿sabes qué relación hay entre mi primo y Naruto?
El pelirrojo le miró algo curioso.
— Supongo que amigos.
— Gaara, no nací ayer. Tú sabes algo más. — le dijo con esas sonrisas extrañas.
— Etto… no me corresponde decirlo.
— No te preocupes quedamos entre familia — dijo en un tono algo cautivador, lo que hiso enrojecer levemente al pelirrojo. — Sasuke para mí no solo es mi primo, es como un hermano, y por lo que veo Naruto para ti también lo es.
El pelirrojo medito por un momento la situación, lo que decía el moreno no era erróneo, por lo que asintió a sus palabras.
— ¿Y bien?
— Creo que ya te has dado cuenta, entre ellos hay más que solo amistad — le miró el pelirrojo intensamente con sus orbes aguamarinas, haciendo una descarga en todo el cuerpo del moreno. Hace mucho que no sentía con tan solo una mirada, una oleada de calor como aquella.
— ¿Pero están juntos?... sería muy conveniente si me permites decirlo.
El pelirrojo lo miró curioso y con un poco de desconfianza, cosa que notó de inmediato Sai.
— No me malinterpretes, demo Sasuke es un cineasta connotado a pesar de estar en pausa, y Naruto quiere convertirse en guionista. No puedo evitar pensar que es una pareja laboral perfecta.
El pelirrojo suspiró cansado, pero con una leve sonrisa en su rostro.
— Hasta para esas cosas piensas como un productor.
El pelinegro le miró algo impactado, ¿cómo sabía él aquello?. Observó su rostro durante unos minutos, el pelirrojo comenzó a sentirse algo intimidado, por lo que le dio la espalda ordenando parte de la barra. Algo le parecía familiar en él, pero no sabía qué.
— ¿Tú y yo nos conocemos de antes?
El pelirrojo se detuvo en seco, no sabía a como contestar esa pregunta, pero finalmente respondió con sinceridad.
— Ie.
— Entonces cómo sabes que yo…
— Disculpa, me llaman a otras mesas— y sin más se retiró, dejando sumamente intrigado al pelinegro.
Las horas pasaron, la tensión entre los implicados se hacía notar, mientras los clientes solo se divertían, cantaban y reían. Sai no le quitó la mirada en toda la noche al pelirrojo, como Sasuke en gran parte al rubio. La que no comprendía nada de lo que ocurría era solo la pelirroja, la cual observaba a las personas que cantaban con enfado por sus voces desafinadas.
La hora de cierre estaba próxima, de pronto la puerta que conectaba a la oficina de los dueños del pub se abrió, dejando ver a la peliazul, la que llamó a Naruto un momento.
— Dígame…
— Que no me hables así, Naruto-kun.
— Hai… gomen, ¿qué sucede?,
Le miró seriamente, con esos ojos claros y decisivos.
— Necesito que cierres el local.
— Etto… ¿yo?
— Hai eres el más indicado. Canta una canción y da la despedida, onegai.
Naruto quedó algo impactado por ello, iba a protestar pero la mujer se había retirado. El rubio inspiró calmándose, mal que mal era su trabajo y él había aceptado. Observó como la última pareja se retiraba del escenario. Con paso lento comenzó a subir, a cada paso se preguntaba hace cuanto que no cantaba en público, ¿estaría bien hacerlo?... de pronto el escenario le llamó, las luces en su rostro le trajeron recuerdos del pasado, miró la lista de canciones del menú y una le llamó la atención. Una que había escuchado hace unas horas y que necesitaba expresarla. Esa sería la que cantaría, observó al DJ y le pidió aquella. Cosa que éste comenzó a buscar.
Los Uchiha miraban impresionados.
— ¿Acaso va a cantar, Sasuke?
El moreno no respondió a la pregunta.
— Seguro será una vergüenza. — dijo la pelirroja. — Voy a ponerme a escuchar música desde mi Iphone, no creo que pueda soportar esto. — y sin más sacó su celular y sus audífonos y comenzó a escuchar otra canción.
El pelinegro le observó con un enojo marcado en su rostro.
— No le hagas caso, Sasuke. Solo está celosa. — dijo Sai intentando mediar pero también con cizaña a su primo.
— No digas tonterías, baka.
— Hai, Hai. — respondió divertido.
Naruto estaba a punto de comenzar, pudo apreciar al pelirrojo que levantaba el pulgar en señal de victoria y como la rubia que había cantado en un principio le observaba con curiosidad. Las personas también, al verle sentarse en la silla del escenario de una forma bastante natural. Por último pudo apreciar a Sasuke el que le miraba expectante.
— Etto… damas y caballeros, el cierre está próximo. Por lo que ésta será la última canción, espero que hayan disfrutado mucho de la noche, — se sintió aplausos y vitoreos de que algunos la habían pasado muy bien, el rubio continuó. — Muchas gracias por asistir al pub Byakugan y que ésta canción les acompañe el resto de la noche.
La música suave comenzó a sonar, las voces de las personas aun se escuchaban, pero aquello no intimidaba al rubio. De pronto el lugar se convirtió en su antigua habitación, donde él siempre cantaba con soltura y sin remordimientos ni temores, y aquello mismo notó al momento de comenzar a soltar su voz junto a aquella música.
If I ever leave you baby... you can say I told you so
(Si alguna vez te deje, cariño... Puedes decir que te lo dije)
And if I ever hurt you... you know I hurt myself as well
(Y si alguna vez te herí... Sabes que me herí a mí también)
El rubio observó con una leve sonrisa a Sasuke, aquella era la canción que hace unas horas el moreno le había tarareado en la camioneta, cosa que hiso dar al moreno una sonrisa autosuficiente.
Is that any way for a man to carry on
(Es esa la forma para un hombre; seguir adelante)
Do you think I want my loved one gone
(¿Tú crees que quiero que mi amor desaparezca?)
Sasuke le miraba con intensidad, la melodiosa voz del rubio entraba por sus oídos, llenando su cuerpo de un sinfín de sensaciones.
Said I love you
(Te digo… Te amo)
More than you'll ever know
(Más de lo que nunca sabrás)
More than you'll ever know
(Más de lo que nunca sabrás)
La sonrisa melancólica también se mostró en Sasuke. Por su parte Sai miraba a ambos con una sonrisa sincera, era más que obvio lo que sucedía entre los dos. Karin por su parte al ver a las personas del lugar observar intensamente al ojiazul y la voz de éste comenzaba a escucharse distorsionando la canción que ella escuchaba en su iphone, con enojo se los sacó.
When I wasn't making much money
(Cuando no estaba haciendo mucho dinero)
You know where my paycheck went
(¿Sabes dónde fue mi cheque de pago?)
En aquel momento Naruto recordó con melancolía los pagos que el moreno le había realizado todas esas veces; ninguno lo había cobrado. ¿Cómo cobrarle a quién le has hecho daño?... tan solo estaban guardados bajo siete llaves, por ello en ese momento había aceptado el trabajo de Gaara y no se arrepentía, se sentía muy bien volver a cantar en un escenario.
You know I brought it home to you baby
(Sabes que lo traje a casa cariño)
And I never spent a red cent
(y nunca gasté ni un solo rojo centavo)
Heeey…
Is that any way for a man to carry on
(Es esa la forma para un hombre; seguir adelante)
Do you think I want my loved one gone
(Tú crees qué quiero que mi amor desaparezca)
Said I love you
(Te digo, Te amo)
More than you'll ever know…
(Más de lo que nunca sabrás…)
More than you'll ever know
(Más de lo que nunca sabrás)
Pudo notar la voz del rubio, mirándolo en un momento con impresión, para luego desviar la mirada, tampoco es como si cantara tan bien, tenía lo suyo. Pero las personas allí exageraban. Enfadada se levantó y fue a la barra por un coctel. Ino le sirvió, pero a cada rato miraba al ojiazul cantar. Haciendo enfadar aun más a la pelirroja.
— No sé que le ven, no es para tanto.
La rubia le miró con el ceño fruncido.
— Entonces vaya a cantar usted si canta tan bien.
— Yo no canto en lugares como éstos, mi voz solo la escuchan personas importantes.
La rubia algo enojada tan solo le sirvió con desgana el coctel y se retiró, para estar a un lado del pelirrojo y alabar al rubio, haciendo enojar aun más a la pelirroja. La rabia carcomía su mente al ver como Naruto miraba a Sasuke dedicándole esas palabras, el muy maldito, como lo definía ella se estaba ofreciendo a Sasuke, pero ella se juró a si misma que ese "maldito homosexual" no le tocaría ni un pelo de su adorado Uchiha.
El Uzumaki sentía su corazón apretarse levemente al cantar. La verdad relucía ante aquella canción y pedía no equivocarse en ese camino. No quería terminar con ello, lo comprendió al mirar al pelinegro.
Now listen to this…
(Ahora escucha esto…)
I'm not trying to be
(No estoy tratando de ser)
Just any kind of man
(Cualquier tipo de hombre)
No I ain't
(No, no lo soy)
El rubio cerró sus ojos, transmitiendo sus sentimientos al momento de escuchar cómo la música aceleraba un poco el ritmo. Solo un reflector le daba de lleno. El rubio se acomodaba en la silla para poder cantar mejor, mientras en el LCD que se encontraba detrás de él iba mostrando la letra al ritmo del canto. Naruto no necesitaba verla, el adoraba esa canción.
I'm just trying to be somebody
(Sólo estoy tratando de ser alguien)
You can love, trust and understand
(Que puedas amar, confiar y entender)
I know, I know, I know that I can be
(Lo sé, lo sé, ya sé que puedo serlo)
A part of you that no one else could see
(Una parte de ti que nadie más podría ver)
Yeah…
But I gotta hear you say
(Pero tengo que oírte decir…)
I got to hear you say
(Llegar a oírte decir)
…It's alright
(…que todo está bien)
I'm only flesh and blood
(Yo sólo soy de carne y hueso)
But I can be anything that you demand
(Pero puedo ser cualquier cosa que me pidas)
La voz del rubio se notaba intense. El pelirrojo le miraba impresionado, y se dio cuenta en aquel momento que su amigo era un artista muy completo. Qué no solo sabía inventar historias, sino que tenía otras facetas como aquella. Eso le llenó de orgullo, y un pequeño atisbo de envidia, pero desechó este último pensamiento de inmediato, Naruto podía ser un artista completo… pero por todo lo que había pasado, nadie lo sabía. Esperaba que algún día su rubio amigo pudiera sentirse e paz consigo mismo. De pronto sintió que alguien le observaba, miró a todas las mesas y pudo apreciar que Sai le miraba intensamente. Algo que lo incomodó un poco, pareciera con esa mirada como si también le estuviera dedicando esa canción. Pero aquello era imposible, el moreno era exitoso y tenía una familia… ¿Qué tenía para ofrecerle él?... supuso que nada. Por lo que desvió su mirada al escenario.
I can be King of everything
(Yo puedo ser el rey de todo)
Or just a tiny grain of sand
(O simplemente un diminuto grano de arena)
Now tell me
(Ahora, dime)
Is that anyway for a man to carry on
(Es esa la forma para un hombre; seguir adelante)
Do you think that I want my loved one gone
(Tú piensas que quiero que mi amor desaparezca…)
El rubio continuaba cantando con intensidad, sobretodo en la última parte de la canción.
La rubia que estaba a un lado de Gaara observaba maravillada
— Al fin un compañero que pueda cantar además de mí. No me gusta mucho subir a cantar, pero a él parece que le encanta. — le dijo sonriente al pelirrojo a su lado. El que sonrió también.
I love you
(Te amo)
More than you'll ever know
(Más de lo que nunca sabrás)
I said I love you
(Te digo, Te amo)
I love you
Te amo…
I love you
(Te amo…)
Heeey…
Y Naruto abrió sus orbes brillantes, el día y la noche observándose en esa gran sala, pero que ambos sentían tan pequeña:
Don't want nobody else but you...
(No quiero a nadie más que tú...)
La música se detuvo al igual que la voz del ojiazul, mientras se escuchaba un silencio sepulcral. El rubio pensó que quizás no les había gustado, pero a él no le importaba. Naruto había cantado para Sasuke, pero no quería verle en aquel momento, así que comenzó a hablar mientras veía a los clientes:
— La canción que acaban de escuchar se titula "I Love You More Than You'll Ever Know" del gran Donny Hathaway, gracias por oírme cantar; buenas noches. — Y en el momento en que el rubio se levantó. La sala se llenó de aplausos, a lo que éste se sorprendió, todos aplaudieron menos la pelirroja, y Naruto lo notó, pero tampoco es como si le importase mucho lo que ella pensase.
Detrás de una puerta la peliazul miraba contenta a Naruto.
— ¡Woau! Naruto-kun canta igual a los años de escuela. No ha perdido la práctica, ¿ne Neji-kun?
Pero Neji observaba curioso al rubio que recibía algo tímido las ovaciones, cosa que no ocurría cuando todos estaban en la escuela.
— Hai, demo… no es igual.
— Ahora canta con más sentimiento y al mismo tiempo carraspea, cosa que no hacía antes. No comprendo por qué Naruto no continuo con esto, pero algo debió pasar en estos años, algo no muy bueno como para que no continuase con lo que quería, Hinata. — habló sincero. A lo que su novia meditó unos momentos.
— Creo que tienes razón, pero no es tiempo de discutirlo… quizás lo sepamos pronto o quizás no, el tiempo nos ayudará. — dijo la ojiclara a lo que su novio asintió.
Las personas poco a poco comenzaron a levantarse y marchar. A lo que el rubio también ayudo, mientras algunos clientes le felicitaban a lo que él respondía con cortesía. La sala comenzó a despejarse, hasta que quedaban solo los que conocía. La chica rubia también le felicitó, además de los Hyuuga.
Naruto se acercó a la mesa con una sonrisa, mientras el moreno meditaba cada palabra de la letra de la canción y pensó lo mismo que el pelirrojo, Naruto era un artista completo. Uno que aún no daba el salto, pero que él mismo se encargaría de ayudar a que lo diera.
— ¡Naruto, te felicito! — lo abrazó Sai.
A lo que el rubio le correspondió. — ¡Arigato, Sai!
— No fue para tanto, he escuchado mejores versiones que la tuya. — dijo la pelirroja, pero el rubio no la miró ni nada, hiso caso omiso. Cómo si no existiese, cosa que enojó aun más a Karin.
— ¿Karin, por qué no esperas fuera? — pidió algo enojado Sai, a lo que la pelirroja le miró indignada, pero obedeció al mandato, cuando la vieron desaparecer Sai se volteó al rubio mirándole con una sonrisa, cosa que también compartió este.
— ¡Naruto, no me dijiste que sabías cantar así!— lo alabó el pelirrojo. A lo que el rubio posó su mano en su nuca rascándose, se sentía algo intimidado.
— No es para tanto, chicos. Primera y última vez que lo hago, es un pub karaoke, los clientes deben cantar-ttebayo.
— No seas modesto, usuratonkachi — le dijo el moreno, quien sonreía autosuficiente, a lo que el rubio algo sonrojado al verle le rebatió.
— No me busques, teme.
Sasuke tan solo se levantó, con algo de dificultad y caminó hacia la salida.
— Te esperaré en la camioneta, dobe.
El pelirrojo y el primo de Sasuke le observaron curiosos.
— ¿Naruto, qué pasó? — preguntó preocupado y muy serio Sai, al ver a su primo caminar en ese estado, no se creía lo de los matorrales.
— Etto… lo que pasó es que entraron a robar la casa del teme.
Ambos chicos le miraron con los ojos sumamente abiertos.
— Demo… él…
— No te preocupes, el médico suturó una de las heridas y ahora está quedándose en mi casa por este día al menos, mi oka-san es médico por lo que puede supervisarle mejor que cualquiera. Quiso acompañarme porque salía muy tarde-ttebayo. — le explicó todo a Sai para que éste no le preguntase nada.
— Comprendo, ¿mandaste a llamar a alguien para que asegurara la casa?
El rubio asintió.
— Bien. Cualquier cosa Naruto házmela saber enseguida, ¿ne?
Naruto volvió a asentir.
— Me marcho, sino Karin se pondrá de mal humor. — se volteó al pelirrojo, — Hasta luego, fue un placer charlar contigo, Gaara-kun.
— No seas tan formal, dime solo Gaara — negó este con sus manos en un acto algo incomodo. Sai le sonrió sincero a Gaara, cosa que le llamó mucho la atención a Naruto, ya que éste jamás daba ese tipo de sonrisas.
— ¡Matta ne, Naruto!— se despidió del rubio el que le sonrió. Observaron al moreno retirarse.
— Ne… ne, parece que Sai está interesado en alguien, jeje — se mofó el pelirrubio. A lo que Gaara le miró de mala gana y algo sonrojado.
— Ie, no digas esas cosas. Es imposible además… es un hombre casado.
— Tristemente casado-ttebayo — se mofó el rubio.
— No soy nadie para meterme en su vida. — dijo sincero arreglando unos utensilios que tenía en la mano para luego guardarlos en una estantería. El rubio no comentó nada más, tampoco quería molestar a su amigo. Terminó con sus labores, se despidió de Gaara y de los Hyuuga y salió hacia donde estaba el moreno.
El viaje de vuelta fue algo incomodo, ya que el moreno no le comentó nada de lo que había hecho y Naruto algo confundido por todo lo que había hecho, no quiso brindar palabras.
Finalmente llegaron a la casa. Naruto entró con cuidado junto al moreno. Al ver todo apagado, el rubio decidió ayudar al moreno a subir las escaleras de forma pausada, ya que el moreno aún estaba algo adolorido.
Finalmente llegaron a la azotea, el rubio abrió la puerta haciendo que ambos ingresaran.
El moreno se impresionó un poco al ver que tan solo había un colchón en el suelo con unas mantas y a su lado una cama bastante elegante y enfrente de la cama un televisor.
Supuso que él dormiría en el colchón, así que comenzó a caminar hacia el, cuando el rubio le detuvo.
— ¿Teme, qué haces?
— Voy a recostarme.
— Demo ahí no, es mi cama. — El moreno le miró con una ceja alzada, a lo que el rubio le indicó el catre, — tú dormirás ahí, por algo la trajimos.
La mirada del moreno pasó del rubio al colchón del suelo.
— Demo… ¿ésa es tú cama?
— Hai. No me gusta dormir en el catre. Prefiero el colchón solo-ttebayo — argumentó no convenciendo mucho al ojinegro.
Naruto ayudó a Sasuke a sentarse en la cama.
— ¿Te duele mucho?
El moreno se quejó unos segundos.
— ¿Los analgésicos?
— Te los traigo enseguida, teme.
Y así Naruto se retiró yendo a buscar los analgésicos y demás utensilios, ya que debía cambiar el parche del moreno.
Sasuke observaba algo extrañado el lugar, ya que no parecía la habitación de un veinteañero, de hecho le parecía bastante curioso que no hubieran posters, o cosas por el estilo. Parecía una pieza muy vacía. El Uchiha se acomodó en la cama, tomó el control remoto que estaba encima de ella y encendió el televisor, pasando por algunos canales. Todos exactamente lo mismo, sobretodo que mañana temprano se daría un anuncio muy importante en todo el mundo, a decir verdad estaba algo cansado de tanto anuncio. La puerta sonó y el moreno notó que el rubio se daba paso en la habitación.
— Traje todo — dijo dejado una bandeja encima de la cama, el moreno tomó los analgésicos al instante, — Ahora hay que cambiar el parche.
El rubio se dirigió al bolso que había traído el Uchiha y sacó de éste la parte de arriba del pijama.
El moreno comenzó a sacarse el suéter y luego la camisa, el rubio observó hacia el televisor, tampoco quería incomodar al moreno.
El que solo sonría de medio lado a pesar de que le doliese un poco el roce con las demás heridas.
— ¿Bien?
— Hai, dobe— contestó, haciendo que el rubio se voltease, tan solo para sonrojarse levemente, el moreno no se había puesto la parte de arriba del pijama.
Sasuke se dio cuenta de la reacción del rubio.
— ¿Qué pasa, usuratonkachi?
— Ie, nada-ttebayo — y con todo su cuerpo en modo autocontrol, comenzó a retirar el parche con cuidado, limpiar y colocar el nuevo.
La piel pálida de Sasuke contrastaba con la de sus manos que atendían la herida, en verdad eran como el agua y el aceite.
El Uchiha miraba atentamente al menor de los Uzumaki, como con dedicación atendía su herida, limpiándola con suavidad, sin si quiera llegar a molestarle. Cada vez que tenía un espasmo inevitable, el rubio se detenía por unos segundos y luego continuaba con su labor. La mirada de Naruto era de suma concentración. Naruto terminó de limpiarla, para luego colocar con cuidado el parche, la herida se veía levemente roja, pero supuso que sería normal por el proceso de cicatrización, de todos modos su madre llegaría por la mañana y podría preguntarle.
— Naruto…
El rubio extrañado levantó la mirada, Sasuke nunca le llamaba por su nombre, pero lo que encontró lo desconcertó, e rostro del ojinegro estaba a escasos centímetros del suyo.
— Esa canción… ¿por qué cantaste esa canción?
El rubio se sonrojó. No sabía que responder ante ello, supuso que intentar salir con una mentira era lo más ridículo del mundo, ya el acto de hace unos momentos estaba hecho y él no era un cobarde, estaba nervioso, si… eso era innegable, pero no retractaría sus palabras ni sus acciones, así era Uzumaki Naruto.
— Pensé que había sido bastante obvio.
El moreno le miró con una sonrisa cautivadora.
— A mí no me pareció tan claro… — se acercó aun más al rostro del rubio, Naruto inconscientemente cerró sus orbes, sentía el aliento del mayor chocarle en su boca, — Demuéstramelo, d-o-b-e— pronunció lo último y el insulto letra por letra. El rubio iba a replicar por ello, pero la fría y suave boca del moreno se coló en la suya sin miramiento alguno.
Comenzaron a besarse con suavemente, para luego pasar a la pasión. El moreno atrajo el cuerpo del rubio hacia el suyo. Lentamente comenzó a sacar la ropa de éste, mientras el rubio acariciaba toda la mitad del cuerpo del Uchiha que se encontraba descubierta, la pasión comenzaba a nublar su mente, y más aún al sentir el aliento frio del moreno en su cuello, haciéndolo temblar.
— Naruto… — susurró el moreno. Susurro que le supo a gloria al rubio, jamás pensó que su nombre se escucharía tan bien en la boca cargada de deseo del moreno.
— Ie…— Naruto intentaba controlarse, pero Sasuke estaba despojándole de su camisa, dejando al descubierto el tostado torso de éste. El moreno observó cada lugar de él.
— Eres… — no pudo terminar de decir la frase ya que sus pálidas y expertas manos comenzaron a recorrer todo ese torso, rosando con sus manos al pasar los pezones del rubio, cosa que hiso al Uzumaki encogerse levemente a causa del placer. Era la primera vez que el rubio consentía que le tocasen, ya que en esos infernales días de cárcel habían intentado hacerle unas cuantas cosas, pero Naruto jamás se dejó. La situación de ahora era completamente diferente, y supo en ese momento al abrir sus orbes azules llenas de sentimientos por el hombre que tenía enfrente, que agradecía que éste le estuviese tocando.
Continuaron besándose con pasión. El televisor se escuchaba muy bajo, pero lo suficiente como para enmascarar cualquier ruido que los jóvenes pudiesen hacer. En un momento se separaron, observando los orbes del contrario. Sasuke ya no aguantaba más, sentía que su parte baja estaba más que despierta y por lo que notaba la de Naruto también. Acercó sus manos hasta el pantalón del rubio, desabrochándolo y bajando lentamente la cremallera, notando a través de los bóxer ceñidos que su hombría estaba algo alzada, iba a pasar su mano por aquella zona que le parecía hasta casi prohibida, Naruto lo deseaba, deseaba que le tocase, pero de pronto las imágenes, la culpa y un sinfín de sentimientos entre mezclados, además del amor y atracción que finalmente estaba reconociendo por el pelinegro le detuvieron al instante.
Naruto detuvo la mano del Uchiha con la suya.
— Ie… — dijo separando su boca de la del moreno, algo agitado. — No debemos, Sasuke.
— Naruto, la canción iba dedicada a mí.
Más que una pregunta parecía una afirmación, por lo que el rubio tan solo bajó su mirada, a lo que Sasuke con sus dos manos levantó el rostro algo abatido del ojiazul, observando esas orbes aun llenas de deseo.
— No estamos haciendo nada malo, dobe.
— Eso tú no lo sabes, teme.
— Demo algo siento por ti, Naruto… — el rubio le miró impactado… no podía ser, no lo quería creer. No podía haberse…
—No sé si es amor… pero no puedo soportar estar juntos sin poderte tener. — Le habló con sinceridad, en verdad era lo que sentía en aquellos momentos y todos en los que estaba con Naruto.
— Demo… — Intentó rebatir el rubio, pero el moreno había aprovechado esa distracción y había colado su mano por encima de los bóxer de Naruto, haciendo que éste soltara un ligero gemido, haciendo que Sasuke atrapara inmediatamente los sedientos labios del rubio.
— Déjate llevar… — le pidió el moreno, moviendo su mano lentamente, el rubio sentía que aquella era una tortura.
El rubio gimió quedito.
— Déjame hacerte sentir bien, tan solo déjame hacer eso usuratonkachi… — la voz del moreno estaba ronca de deseo, observaba las brillantes orbes azules, con su otra mano acercó el cuerpo del rubio al suyo,
— Tú también lo deseas, lo sé. Me lo dice todo tu cuerpo, dobe. — le besó el cuello, marcándolo levemente. Naruto observaba el techo, realmente sin saber qué hacer, esa mano en su zona intima y esa boca en su cuello verdaderamente no le dejaban pensar con claridad.
Más aún cuando el moreno llevó una de las manos libres del rubio a tocar la hombría de Sasuke y al sentirla endurecida y algo mojada a través de los calzoncillos apretados, su cordura se fue a volar muy lejos. Ambos observándose inundados de pasión, deseo y otro sentimiento mucho más fuerte…
— Esto está mal, teme… — respondió Naruto con leves gemidos.
— Demo… te encanta, dobe. — le habló autosuficiente el moreno.
Sinceramente ambas conciencias se habían ido a dar un buen y largo paseo, los gemidos de ambos comenzaban a escucharse, los besos se profundizaban más, sencillamente era imposible salir de esa colosal burbuja de pasión y deseo… En esos momentos, independientemente de sus pasados, eran dos personas que se estaban uniendo para dar paso a un colosal y candente encuentro; nada ni nadie además de ellos dos podían poner el tope a lo que acontecería en esa cama.
…CONTINUARÁ…
Jeje…
No me maten, por favorcito xD…
Dejo aquí el link de la canción que canta Naruto (está en youtube, ff no me deja poner el link completo): /watch?v=Dko6eQl4w2s
Una de mis preferidas de este pedazo de artista =D
Éste capítulo fue uno de los que más me ha costado escribir, ya que quería que contuviera muchos acontecimientos, me gusta describir mucho las escenas y no me creerán, pero es de verdad lo que les digo, este capítulo tiene un total de 54 páginas en Word, si… aunque usted no lo crea, en un momento pensé hacerlo en dos partes, pero luego cambié de opinión.
Me gusta escribir, por lo que a veces vuelo en los sentimientos y visualidades que olvido que debo acortar para que sea más rápido ya que es un fanfic, ¿pero por qué un fic no puede tener su propio ritmo?... al menos el ritmo del mío es este y no quiero apresurarlo, me gustan las cosas algo más lentas, no relaciones apresuradas e ilógicas, ¿por qué acaso cuando uno se enamora es todo en tiempo flash?, supongo que la respuesta es un rotundo NO y por ello mismo Sasu y Naru, además de Itachi y Deidara y Sai y Gaara se deben tomar su tiempo, todo a sus propios ritmos.
En fin, ahora haré unas pequeñas conjeturas del próximo capítulo:
CAPÍTULO SIETE: " SACRAMENT "
¿Naruto y Sasuke se entregarán mutuamente?... La noticia se ha dado oficialmente, ¿cómo afectará en la vida no solo de los personajes, sino de la sociedad?... ¿Deidara y Naruto irán a hacerse sus exámenes?… ¿Cuáles serán los resultados?... ¿Naruto y Gaara comenzarán a armar el cortometraje?... ¿Sai y Gaara realmente se conocen de antes?... ¿Deidara intentará acercarse aún a Iatchi?... ¿Por qué Sasori le sigue los pasos?... y lo más importante, ¿se acerca la confesión?...
¿Quizás adelante mucho?… quizás no, pero los pasos no están lejos del camino que lleva al destino de los personajes.
Como siempre,
lo sabrán mientras lean ;-)
En fin, muchísimas gracias a las bonitas personas que siempre me dejan Reviews y aquellas que lo leen :D
