Mil disculpas por no publicar este capítulo a su debido tiempo, a veces suceden cosas que a uno no se les pueden explicar, en fin no daré excusas, espero que me disculpen, bueno sin más preámbulo el último capitulo


Capítulo Final
Fin de un misterio y el comienzo de otro

El tiempo no tiene tregua, avanza sin detenerse ni un solo segundo, y en aquel bosque misterioso era lo mismo, todo cambiaba, pero por un momento el tiempo se detuvo, no avanzo más, solo retrocedió, exactamente 3 años atrás, en ese tiempo la vida de Hiroshi cambió radicalmente, su cuerpo ya no existía, lo único que le mantenía vivo, eran sus recuerdos, que eran manipulados por un extraño Darkrai, ¿Acaso todo podía cambiar? ¿Había forma de retroceder el tiempo?, había tantas interrogantes que retumbaban en la cabeza de Ash. Él estaba de regreso en el bosque, solo con una meta en mente, terminar con todo esto, pero aún más importante, cumplir la promesa que le hizo a aquel Grolithe, Tal como hace 3 años, el cielo estaba totalmente nublado, la lluvia jamás terminaba, un frio viento azotaba todo el lugar, solo se podían ver a Ash y su Pikachu parados en medio de los inmensos árboles del lugar, ellos estaban preparándose para su reto final, un reto que lo querían cumplir desde ya varios días.

Desde que despertó, le pusieron varias pruebas para que él lo superara, y finalmente lo hizo, solo faltaba una más. Al frente del azabache estaba Hiroshi sin ninguna emoción en su rostro, la casualidad entre ellos dos, era que prácticamente eran iguales, más solo una diferencia, sus ojos. El tiempo pasaba y ninguno de los dos realizaba algún movimiento, esperaban algo, en ese extraño bosque los recuerdos de ellos regresaban, atacando directamente a Ash, él solo esperaba comenzar de una vez. Siendo atrapado por esos recuerdos, su prueba daba comienzo.

El ambiente cambio drásticamente, ya no estaban en ese bosque, todo era tan real, la suave brisa recorría todo el lugar, hermosas praderas verdes se podía observar, sin embargo, Ash no se inmuto en lo más mínimo, solo observo con cautela la pequeña casa de madera, que se encontraba al frente de él, lo reconocía perfectamente, era la casa de Hiroshi, sin perder un minuto más, empezó a caminar a dicho hogar, justo al frente de él, estaba la puerta, empezaba a abrirlo, pero antes, un pequeño niño se lo adelanto, la sorpresa que se llevó Ash al ver a ese niño, era totalmente igual que él, no había ninguna diferencia.

Mirando con curiosidad al extraño joven que estaba al frente de él, aquel niño inmediatamente cerró la puerta.

—Espera…—trato de detenerlo el pelinegro, pero le cerraron la puerta en su cara. — ¿Qué es lo que sucede? —pensaba para sí mismo, aquel niño lo agarro completamente desprevenido. Empezó a tocar la puerta, pero no hubo ninguna respuesta. Unos instantes después el niño hablo:

—Vete de aquí o… o llamare a la policía…ladrón—decía aquel infante, con miedo en sus palabras.

Ash dejo de tocar la puerta, tanto él como su Pikachu estaban confusos,¿ Que es lo qué pasaba realmente?, de pronto se escuchó, el llanto del pequeño niño, que lloraba detrás de la puerta.

—Por favor…vete…vete —decía aquel chico.

Con una sonrisa el azabache trato de consolarlo, no tenía otra cosa más que hacer.

—Tranquilo, no te hare daño —dijo Ash con sinceridad en sus palabras —No soy un ladrón, soy un entrenador pokémon.

El pequeño niño escucho lo que aquel sujeto le decía, abrió con lentitud la puerta, la curiosidad que le invadió pudo más que su mismo miedo, tenía tanta curiosidad de conocer al supuesto entrenador pokémon, que lo primero que dijo al abrir totalmente la puerta, era si de en verdad él era un entrenador pokémon. Ash mirando siempre con su misma sonrisa, afirmo aquella pregunta, la tensión había desaparecido, de un momento a otro, el infante permaneció mirando detenidamente al pelinegro, tenía algunas dudas, pero cuando vio al pequeño Pikachu que estaba en el hombro del pelinegro, una gran felicidad le recorrió, inmediatamente, la cara seria que tenia se cambió por una de alegría, sin pedir permiso al pequeño ratón eléctrico, el chiquillo sostuvo entre sus manos a la criatura amarilla, pero fue por unos instantes, ya que la incomodes de Pikachu, libero rápidamente una pequeña descarga eléctrica.

— ¿Estás bien? —pregunto el azabache, tendiendo la mano para ayudarlo.

—Si… si estoy bien —decía el niño, se recuperó tan rápido, que rápidamente se levantó y con una gran energía grito— Quiero una batalla pokémon contigo.

Ash confuso solo arqueo la ceja, miro a su primer pokémon, esperando la respuesta de este, al parecer ambos estaban de acuerdo.

—Está bien, tendremos una batalla pokémon —decía el azabache—Pikachu yo te elijo.

Una gran emoción recorría el cuerpo del azabache y de su pokémon, tendrían después de tantos años una verdadera batalla. Pero pronto aquella emoción se desapareció al ver que aquel chico no lanzaba ningún pokémon, es más, aquel niño estaba cabizbajo, con lentitud se acercó dónde estaba el pelinegro, jalando despacio el chaleco de Ash, con pena solo dijo:

— ¿Me das uno de tus pokémon, para pelear?

Ash casi se cae de la impresión, aquel niño no tenía ningún pokémon, y ¿cómo quiera tener un batalla conmigo? Pensaba. Pero pronto se dio cuenta que aquel chico, empezaba a dar signos de querer llorar.

—Espera… no llores —decía Ash, tratando de calmar al infante.

—Mentiroso, me dijiste que eras un entrenador y solo tienes un Pikachu…—dijo el niño empezando a llorar.

—Es la verdad, soy un entrenador pokémon

—Mentira… ¿porque solo tienes un pokémon?

Por un momento Ash pensó en la forma de cómo explicarlo, no le podía decir toda la verdad, hasta que algo apareció en su cabeza.

—Eso es porque soy un entrenador principiante y Pikachu es mi primer pokémon —decía Ash, sabía que con esa pequeña mentira, el niño le creería, pero no le gustaba la forma en la que le estaba mintiendo.

— ¿En serio? —Aquel chico dejaba de llorar, limpiándose sus lágrimas, otra vez una sonrisa aparecía en su rostro, —Dime…dime cómo se siente ser un entrenador, ¿ya has viajado por todo Sinnoh?, ¿cuántas medallas tienes?, ¿has visto a todos los pokémon de aquí?… dime… dime por favor, quiero saberlo todo.

Mirando el entusiasmo de aquel chico, Ash por un momento se quedó callado, no sabía cómo explicarlo, otra vez estaba en aprietos, no recordaba nada de su pasado, intento recordarlo pero no pudo, no quería mentir a ese niño, quería contarle todas sus aventuras, decirle la gran cantidad de pokémon que había visto, sus experiencias en todas las ligas en donde él participo, pero no lo podía recordarlo. Pikachu miraba a su entrenador, podía observar su preocupación, tenía que hacer algo, sin ningún aviso, el pequeño ratón eléctrico, electrocuto a su amigo, no se sabía el porqué, tal vez la criatura amarilla, pensaba que de esa forma Ash recuperaría todos sus recuerdos, pero no sucedió.

Con un Ash en el piso, él miraba el cielo, se sentía impotente, pero de pronto sintió que alguien le tapaba del sol, era aquel chico, no estaba enojado o triste, solamente feliz.
— ¿Puedo jugar con tu Pikachu? —preguntaba el chico, esperando que le dieran un si

—Claro —respondía Ash.

Sin perder un solo momento, el pequeño niño jugaba cerca de su casa con el pokémon amarillo. Ash levantándose, pensó en la repentina actitud del muchacho, no sabía cómo explicarlo, pero de alguna forma ese chico, compartía algo importante con el pelinegro, tal vez un vínculo, pensaba para sí mismo.

—Ahora eso no importa —murmuraba el azabache, observo como jugaban aquellos dos, Ash sentándose en una roca, por un momento analizo la situación en la que estaban. ¿Porque estaba en este lugar?, ¿cuál era el propósito?, las respuesta a esas preguntas no le llegarían en este momento, El pelinegro solo podía esperar.

La lluvia no terminaba, en el bosque de los recuerdos olvidados, Hiroshi se encontraba al frente de donde estaba Ash, el cuerpo del pelinegro estaba ahí, junto con el de su Pikachu, pero ambos no se movían, era como si su cuerpo este aquí, pero su mente estuviera en otro lado.

Con una sonrisa Hiroshi solo esperaba el momento para dar por terminado con todo esto, solo era cuestión de minutos, para que todo esto concluya. Ash estaba atrapado en uno de sus recuerdos y era imposible para el pelinegro salir de ahí, pensaba Hiroshi.

—Solo un poco más y todo esto terminara

Al mismo tiempo no muy lejos de ahí, se podía observar dos siluetas corriendo a gran velocidad, buscaban desesperadamente la forma de entrar al bosque misterioso, pero era casi imposible, cada vez que entraban en aquel bosque, regresaban al mismo lugar por donde estaban, pero no se rendían no importaba las veces que entraban y volvían a salir, seguían intentándolo, con todas sus fuerzas, no se podían dar por vencidas, May y Dawn estaban seguras que encontrarían a Ash de nuevo, tenían fe en que lo encontrarían sano y salvo,

Fe…fe
Esa palabra retumbo en toda la cabeza del azabache, se dio cuenta que se había dormido, observo en donde estaba, al parecer estaba en el mismo lugar de antes, solo que ya era de noche, levantándose, quiso buscar a su Pikachu, pero no había, se preocupo por un momento, pero luego se alivio al ver que la pequeña casa de madera al frente, se encontraba su Pikachu, Yendo a ese lugar, por un momento se dejo llevar por la situación, el exquisito olor de la comida, que estaba al frente del pelinegro, le hizo actuar de una manera muy extraña, no había comido una deliciosa comida desde hace varios años si se podía decir. El pequeño niño miro de nuevo al supuesto entrenador, le sorprendió la forma en la que comía, muy rápido, parecía que no comía solo lo tragaba. Pikachu se avergonzaba de su entrenador. Pasaron varios minutos y por fin Ash terminaba de cenar, se había olvidado completamente de todo, pero tenía una gran sonrisa en su rostro, y pronto volvió a dormirse.

Era curioso el tiempo que estaba perdiendo en aquel lugar Ash, mientras en ese lugar pasaba un día, en el bosque misterioso pasaba un minuto, y solamente faltaba pocos minutos para que Ash este atrapado en ese recuerdo para siempre.

—Dime quien eres…o llamare a la policía…lo digo en serio —decía un niño, que punzaba con un palo de escoba al azabache.

Sintiendo que alguien lo tocaba, Ash se despertaba y lo primero que sintió fue un golpe en su cara.

— ¿Porque hiciste eso?—decía enojado Ash, pero luego se sorprendió al ver al mismo chico de ayer — ¿Porque me pegas si ya me conoces?

Yo no te conozco, vete de aquí… voy a llamar a la policía —decía el niño, empezando a golpear consecutivamente al pelinegro,

Saliendo de inmediato de la casa, Ash no comprendía lo que pasaba, miro por un momento el lugar era el mismo en donde estaba ¿Que sucedía? Pikachu se acerco a su entrenador, tenía una mirada triste, solo se acurruco en los brazos de su entrenador, todo era totalmente extraño.

No se sabía porque Ash seguía parado al frente de aquella casa, solo estaba esperando, la curiosidad del chiquillo otra vez se apoderaba, desde hace varias horas observaba por la ventana al pelinegro, con algo de miedo, abrió la puerta.

—Si sigues al frente de mi casa…llamare a la policía —decía el chico, con la esperanza de que aquel extraño se largara, pero no paso, con precaución Ash se acercaba donde el infante estaba.

—¿De verdad no me recuerdas? —preguntaba el pelinegro, sosteniendo a su Pikachu entre sus brazos.

El niño observo al pelinegro y solo movió su cabeza para negarlo, sin embargo no sabía el porqué pero, sin ningún aviso, otra vez agarro a Pikachu, y como si todo se tratara de un evento del pasado Ash veía, la misma consecuencias, otra vez el pokémon amarillo libero una descarga eléctrica.

Una sonrisa apareció en el rostro del niño, Ash por otro lado no entendía lo que pasaba, es así que rápidamente llego la noche otra vez, todo parecía normal, de un momento a otro la inseguridad del niño desapareció a tal punto de invitar a cenar al pelinegro y a su Pikachu,

Ash preguntaba sobre la vida del pequeño niño. Él vivía con sus abuelos, ellos trabajaban mucho en los campos de cosecha que casi no les podía ver, pero venían de vez en cuando para dejarle la comida. Ash por un momento quiso preguntarle su nombre, pero aquel chico ya se había dormido. Llevándolo a su cama, el pelinegro solo pensó en lo soledad que tenía que afrontar aquel niño y es así que otro día pasaba en aquel lugar y otro minuto pasaba en el bosque de los recuerdos olvidados, faltaba poco para que Ash este atrapado de por vida en ese recuerdo.

Otra vez el sol salía, Ash se encontraba totalmente dormido, hasta que de pronto sintió que algo se estaba quemando, exactamente era su ropa, con rapidez busco algo de agua para apagarlo, pero no había, salió inmediatamente de la casa, para su suerte encontró un pequeño riachuelo.

El pequeño niño que vivía en la casa, lo último que dijo antes de cerrar la puerta fue:

—Espero que nunca más vuelvas…ladrón —decía el chico cerrando la puerta con fuerza.

Ash después del incidente, se preocupo bastante, ahora comprendía lo que pasaba, este día jamás terminaba, el tiempo de alguna forma regresaba después de pasar 24 horas, y no solo eso, todo lo que ese chico, vivía en este día se volvía a borrar después de 24 horas, "pero como era esto posible" pensaba el azabache, era extraño, pero lo comprendía, el sentir de no poder recordar, Ash no se daría por vencido, acabaría con esta maldición, pero lo que él no sabía era que todos sus recuerdos, estaban ligados con este mundo paralelo.

2 días pasaron y los resultados eran los mismos, en unas horas eran amigos, pero después de un día eran unos extraños, es imposible, la desesperación de Ash le estaba dominando, no sabía cómo podía ayudarlo.

— ¿Ash qué es lo que te pasa? — preguntaba el infante, notando la preocupación de su amigo.

—No… no es nada —respondía el azabache

—Oye ¿sabes cuál es mi sueño?

—Hmm…cual es

—Ser un entrenador pokémon como tu

Ese día jamás lo olvidaría Ash, hoy era el ultimo día, todo se definiría hoy. La noche daba comienzo, en la pequeña casa del niño se preparaban para comer.

—Oye ¿Ash sabes lo que mis abuelos me trajeron para cenar?

—Creo que es estofado ¿no?

— ¿Cómo lo supiste?...¿miraste la olla no es verdad?

—Ahhh... si claro

La cena paso normalmente, mirando el reloj, ya eran las 10 de la noche, Ash se sentó a lado de la cama del pequeño niño junto con su Pikachu.

—Sabes…hoy te contare una historia…

En todo ese tiempo Ash le contaba fabulosas historias que le pasaron a él, lo conto al niño todo, no sabía el porqué lo hacía, tal vez era porque eran completamente iguales no solo en aspecto sino también en alma y en corazón, en todos estos días comprendió que aquel chico era igual que él, amaba a los pokémon, tenía el mismo sueño que Ash, eran casi completamente iguales.

Ya eran casi de la media noche y el azabache estaba al lado de aquel chico, rogaba que él no perdiese la memoria, pero más que eso tenía que tener fe en que eso no sucediera, estos días que pasaron, Ash pensó que cuando conocía a ese niño era…era como si se conociera a si mismo. No había ningún error en eso, con lágrimas en los ojos, él tenía que tener fe. Tal vez lo único que le faltaba era FE.

La lluvia aun continuaba, en el bosque, Hiroshi, se acercaba a donde estaba el cuerpo inerte de Ash para tomar posesión, el tiempo ya se había cumplido, se aproximaba a pasos lentos, estaba justo al frente del azabache, una aura negra le estaba dominado, lo único que faltaba era la posesión, con lentitud, acercaba su mano al rostro del azabache, para así de una vez por todas terminar esto….

—Detente…de una vez por todas —gritaba Ash, alejando bruscamente la mano de Hiroshi, en sus ojos se notaba una gran determinación, una determinación que no se veía desde hace mucho tiempo.

— ¿C…como es esto posible? —decía Hiroshi, con asombro en sus ojos, era imposible salir de aquel recuerdo, ¿como Ash lo pudo hacer? se decía a sí mismo —Bien..Ash no quería hacerte sufrir pero no tengo otra opción, borrare tu alma por completo —en ese mismo momento aquel Darkrai que estaba a su lado se preparaba para atacar.

—Deja de mentirte a ti mismo, Hiroshi, deja de hacerte dominar por esos malos sentimientos, eso es lo que quieres ese Darkrai —decía Ash

—Deja de decir estupideces, tú no sabes nada sobre mí

—Yo sé todo sobre ti. Sé todo lo que pasaste desde tu infancia, la perdida de tus padres, tu sueño que nunca su pudo cumplir, lo sé, y también lo que sientes ahora, por favor reacciona no es tarde para remediar tus errores.

—No sabes lo que siento… tú no sabes nada… Darkrai ataca

—Claro que lo se… lo he vivido, estar solo, no tener ni un solo amigo, estar completamente en la soledad —decía esto Ash apretando los puños, aun viendo el ataque de aquel Darkrai que se acercaba, el pelinegro no se movió —Tu eres bueno es por eso… que tú me ¡AYUDASTE EN ESTE BOSQUE!

El ataque de aquel Darkrai se detuvo, Hiroshi se detuvo, no tenia palabras para hablar, era cierto que fue él que le ayudo a Ash, cuando Gary estaba a punto de morir, era aquella voz que le decía a Ash, en no creer lo que sucedía, pero también era la persona que hirió al castaño, casi produciendo la muerte, pero eso solo lo decía porque aquel Darkrai lo controlaba, ¿Acaso él era una buena persona?

—No puede ser — Grito Hisoshi con las manos en su cabeza, por un momento perdió el control que tenia sobre este bosque.

—Hiroshi lo puedes hacer… no te des por vencido — decía Ash Alentando al pelinegro, la única forma de poderlo ayudar era recobrar la confianza, el espíritu de amistad que Hiroshi había perdido — ¡Hazlo por tu Gholithe!

Poco apoco el aura negro le empezaba a dominar, fue saliendo de su cuerpo, y la fuerza de su Darkrai empezaba a bajar, por un momento Hiroshi recordó, todo lo que había hecho:

Los malos sentimientos que le controlaban, empezaban a dar forma, en este caso la de un Darkrai, pero este luego cobro vida propia. Solo aquellos que tengan el aura podían hacer tales cosas, y aquel pelinegro lo poseía, el tiempo pasó, el odio lo consumía por completo a tal extremo, que toda el aura oscura que estaba en su cuerpo destrozo su cuerpo, necesitaba un cuerpo con iguales características a las suyas y lo encontró. Aquél bosque extraño nació antes de que Hiroshi fuera controlado por el Darkrai que el mismo creo, no sabía de quien lo pudo hacer, pero aprovecho esa situación a su favor, los recuerdos de las personas se podían volver a revivirlas, pero a un precio alto, que sus almas se queden para siempre en este lugar, y es así como comenzó todo esto.

—Todo es por mi culpa… si tan solo hubiera sido mas fuerte… nada de esto hubiera ocurrido…—decía Hiroshi, pero solo había una forma de terminarlo era destruir por completo la raíz del problema — Ash… de un vez acaba todo esto de una vez… destruye a ese Darkrai

Todo era sencillo, Hiroshi, solo podía estar vivo , ya que estaba adentro de ese Darkrai, con solo acabarlo, todo esta pesadilla terminaría…

Pero de pronto aquel Darkrai, empezó a forzar a Hiroshi, para tomar el control de nuevo, pero no podía, el pelinegro usaba todas sus fuerzas para impedirlo.

—Ash de una vez termínalo… no podre aguantar por mucho tiempo así…

Ash estaba en un dilema, como podía hacer esto, simplemente no lo podía, él prometió salvar a Hiroshi, pero no de esta forma, dudaba en lo que podía hacer, Pikachu también estaba en la misma situación. Con odio aquel Darkrai empezaba a dominar con lentitud el cuerpo de Hiroshi, él ya no podía aguantar por mucho tiempo más.

—Ash… recuerda la promesa que me hiciste a mí y a Gholithe… lo cumplirás no es verdad…confió en ti… no dudes… HAZLO.

Lo recordaba perfectamente, si solo sucedió hace minutos nada mas, aquella promesa, no lo rompería, esa promesa que duro tantos años, no la rompería, con lagrimas en los ojos, ordeno a su pokémon.

—Pikachu usa Tacleada de Voltios —ordeno Ash con lágrimas en los ojos

Pikachu, empezó a cargar electricidad en todo su cuerpo, empezando a correr a toda velocidad, su objetivo estaba al frente de él, Darkrai, comúnmente los pokémon no tienen maldad u odio en sus corazones, pero para este caso aquel pokémon era totalmente maldad pura. Sin saber que una aura azul empezaba a brotar del cuerpo de Ash, esta también daba fuerzas a su Pikachu, solo así, era que podían ganar esta batalla, atravesando completamente el cuerpo del pokémon siniestro, Pikachu se detuvo, todo había terminado.

Una sonrisa fue lo último que vio Ash, de Hiroshi , antes de que él desapareciera por completo, Hiroshi estaría esta vez para toda su vida a lado de su fiel pokémon.
Ash sintiendo cansancio, se desmayo.

—Oye Ash despierta —decía un pequeño niño, que estaba recostado en su cama — ¿Estás bien?

—Hmmm… ¿Qué hora es?… ¿Me recuerdas? —decía el pelinegro, mirando por todas partes, hasta que vio la hora eran las 2 de la madrugada, aquel niño le seguía recordando, Ash estaba feliz, justo en la mañana cuando todo estaba tranquilo Ash y aquel niño sin nombre, estaban mirando el amanecer, por un momento aquel niño hablo::
—Oye Ash, me prometes algo

—Claro

—Prométeme que siempre seremos amigos… y cuando este en problemas me ayudaras… ¿me lo prometes?

—Claro que lo haré —decía Ash junto con su Pikachu, sentía que su cuerpo se alzaba al cielo, ¿qué era lo que pasaba? Se preguntaba a sí mismo, lo verdad era que había pasado su última prueba.

— ¿Ash a dónde vas?

— ¿No sé lo que pasa?

—Cumplirás tu promesa ¿verdad?

—Lo haré

Fue en ese mismo momento que regreso al misterioso bosque, y sucedió lo que tenia que suceder, mas sin embargo aquel pequeño niño era Hiroshi, y la promesa que se hicieron nunca se rompió.

—No nos preocupes así Ash…

El pelinegro con lentitud abría los ojos, solo para encontrarse con sus dos amigas, que tenían lagrimas en sus ojos, pero se podía notar la felicidad en sus rostros todo había terminado…

2 DÍAS DESPUÉS…

Ash por fin recordó todo, en realidad nunca se lo olvido, todos sus recuerdos estaban ocultos y era deber de Ash encontrarlos, y finalmente lo hizo, pero ¿que haría de ahora en adelante?

Con una sonrisa Ash esperaba a sus amigas, pronto él estaría en Pueblo Paleta, aunque hasta ahora no sabía la forma en cómo explicar a su madre y sus amigos su repentina aparición, pero ya la encontraría.

Paseando por un momento por el pequeño pueblo, una noticia que se daba en la televisión le llamo la atención

"Listos para la Conferencia del Valle Lily, la gran competencia se dará en una cuantas semanas y…"

—Ash donde estabas te estábamos esperando… vamos de una vez o no llegaremos al ferry —hablaba May con un pequeño enojo en su rostro.

—Espera May, quiero escuchar lo que dic...

—Vamos Ash o se nos hará tarde…—le interrumpía Dawn, jalando sorprendentemente por las orejas al pelinegro.

—Nooo…

—Ja, el lió en que te metiste Ash…—decía Gary que acompañaba al grupo, sosteniendo unas muletas, ya que aun estaba en tratamiento, pero antes, miro la noticia que estaba dando.

"¡Sera que este año, alguien podrá ganar a Tobías y a su sorprendente Darkrai, que es nuestro campeón desde hace tres años!

Ya, cerca del puerto, Ash esperaba la llegada del barco, y de pronto una voz le interrumpió.

— ¿Ash que harás después de ver a tu familia? —preguntaba May

—Bueno creo que… empezare primero en participar en esta liga… ya que como tengo todas las medallas podre participar —decía Ash, con la mano en su nuca.

—Si es así… ¿Ash yo…yo… puedo acompañarte?—decía May con un gran sonrojo en su rostro —Ya sabes como en los viejo tiempos, además también el Gran Festival de Sinnoh, dará comienzo, y yo ya tengo 3 listones, y por eso que te digo esto.

—Clar…

—Un momentito… yo debería ser el que viaje con Ash, ya que nuestro viaje no termino—decía Dawn algo enojada y es así que comenzó una pequeña discusión.

— ¿Ash con quien iras? —decían ambas al mismo tiempo

—Bueno… yo… oh… miren un Palkia

Distrayendo un momento a las chicas, Ash se escapó.

—Un momento Ash… no nos respondiste —decían ambas, empezando a perseguir al azabache.

Sin saber cómo terminaría esto, Gary miraba la situación, Ash si que estaba en graves aprietos, tal vez su aventura recién estaba empezando...

Lejos de allí. Se podía observar un muchacho muy feliz y a su lado un Arcanine, el bosque misterioso nunca más volvería a cobrar la vida de más personas, la tranquilidad reinaba en aquel pequeño pueblo al sur de Sinnoh, meses después de aquel incidente, algunos viajeros decían ver un pequeño jardín que nacía con hermosas flores, además de ver a un extraño joven y a su Arcanine rondando por el lugar, siempre con una gran sonrisa. Aquel joven, siempre ayudaba a los viajeros que se perdían por el gran bosque y los llevaba al hermoso jardín, con el tiempo aquel jardín se llamaría "El jardín de los recuerdos", porque son de nuestros recuerdos lo que podemos vivir, podemos recordar a la gente que siempre está a nuestro lado, podemos recordar los hermosos momentos que pasamos a lado de nuestros seres queridos, y en aquel hermoso jardín se podía alcanzar eso, con fe y esperanza.

Muchas gracias por leer esta historia


Agradezco de antemano a todos los lectores que atrajo esta historia, para ser mi primer fanfic, empecé con el pie derecho, ¡Sí!

Gracias a:

cuinsi45

metrox2323

kokoro

Nos vemos con mis siguientes trabajos, Bye