Todo se sentía distinto, pero de alguna manera se veía igual. Kreacher realmente se había esforzado limpiando el número 12 de Grimmauld Place.

Los muebles estaban libres de polvo y cada rincón estaba prácticamente reluciente. Se sentó en la estancia y suspiro profundamente. ¿Dónde estaba Harry? Eran casi las dos y aun no llegaba con Teddy. Lo cuidarían todo el día, Tonks y Remus necesitaban tiempo a solas. Después de la guerra no habían tenido la oportunidad de salir juntos. Nynphadora siempre tenía alguna misión con los aurores y el hombre lobo estaba ayudando con la reconstrucción de Hogwarts.

-¡Hermione! - gritó una voz desde la puerta.

-¡Sirius! - Se levantó de un salto y corrió a abrazarlo, no lo había visto en un par de meses y estaba muy feliz de encontrarlo en la casa a esa hora.

Después de haber sido declarado inocente pasaba casi todo su tiempo recorriendo las calles o sentado en el Caldero Chorreante, intentando acostumbrarse a la idea de ser una persona libre, de verdad lo estaba disfrutando.

-¿Dónde está Harry?- preguntó tan pronto como ella lo soltó

-Fue a buscar a Teddy, Lupin y Tonks tienen una cita, Bueno si se le puede llamar cita a un juego de Quidditch-murmuró recordando la última vez que salió con Ron.

-¿Tienes hambre? ¡Kreacher!-llamó Sirius.

Con un pequeño plop apareció el pequeño elfo, sosteniendo una cacerola y luciendo más vivo y amable de lo que Hermione lo recordaba.

-¿Llamó el amo?- pregunto haciendo una reverencia.

-Prep… eh… ¿podrías preparar unos bocadillos? Harry y Teddy están a punto de llegar así que prepara suficiente… Por favor- Intentó poner una expresión amable, pero lo único que logro fue asustar un poco al elfo… y a Hermione.

Mientras Sirius continuó dándole instrucciones al Kreacher levitó su baúl y subió a su nueva habitación a poner sus cosas en orden. Tomó una ducha rápida y bajó a esperar a Harry.

Todo había cambiado, todavía no podía creer lo diferente que eran las cosas. En un mes volvería a Hogwarts, quería conseguir sus NEWTs. Hace algunas semanas había decido volver al mundo muggle, pero sabía que no podía hacerlo, después de intentarlo por un par de semanas lo entendió.

-¿Mione?-La llamó su padre con una voz dulce. Demasiado dulce.

-¿Si?-respondió apenas asomando la cabeza por la puerta de la cocina.

-No te preocupes. Siempre seremos tus padres, siempre te amaremos y sin importar que pase estaremos aquí para ti-Se levantó y camino hasta ella, le dio un enorme abrazo, un beso en la frente y le entrego un sobre con dinero muggle.

Su madre se acerco a ella y la miró a los ojos, y la abrazó.

- Lo único que queremos es que seas feliz. Ven a visitarnos y no olvides escribir- le alcanzó su baúl y Hermione lo supo, la estaban dejando ir. Después de encontrarlos y regresarles la memoria decidió quedarse con ellos, recompensarlos. Pero ese no era su lugar.

-¡Herms!-una voz la sacó de su recuerdo, se volvió y saludó con entusiasmo.

-¡Harry!-su amigo corrió a ella y le dio un abrazo que rompió un par de costillas, al menos eso pensó-¡Teddy!- levantó al niño de la silla y lo abrazo con cuidado, él le respondió con una sonrisa y en segundos ambos tenían el mismo color de cabello.

Comieron tranquilos, pero no en silencio. Teddy no se molesto en comer y prefirió decorar las paredes lanzando puré con todas sus fuerzas. Limpió las paredes con su varita y suspiró. Era bueno poder usar magia, la hacía sentirse en casa.


Los primero rayos de sol dieron en el apuesto rostro, puso una mano sobre sus ojos para evitar la luz y tratar de dormir un poco más. Casi tuvo éxito… casi

-¡Draco Lucios Malfoy!- escuchó la voz de su madre. Tomó su varita y cerró la puerta mágicamente, no tenía intención de levantarse aún. ¡No eran ni la 1!

Sintió que su habitación se estremecía y escuchó pasos que se acercaban a su cama.

-Aguamenti

Un gran chorro de agua le dio de lleno en la cara. Abrió los ojos y miró a su madre sonreír.

-Vístete y baja, tenemos que hablar.

Veinticinco minutos después estaba en el despacho de la mansión sentado en un sofá de cuero, frente a sus padres. Su respiración estaba agitada y no encontraba su voz.

-… es por eso que no te lo habíamos dicho- concluyó su padre, aunque su voz sonaba calmada, pudo ver que le preocupaba su reacción.

-¿Soy parte veela? ¡Qué demonios! ¿Por qué no lo dijeron antes!- reclamó bastante enojado, Lucios no contestó y miró a su esposa buscando ayuda. Narcissa entendió y aclaró su garganta para llamar la atención de su hijo.

-Porque no estábamos seguros de que los genes se manifestaran, pero ahora solo basta verte para saberlo, esa mujer muggle empujó a su esposo para que pasaras junto a ella, ¿lo recuerdas?

¿Quién podría olvidar algo así? ¡La loca había fingido que debía arreglarse la media y casi le había mordido el trasero!

-Draco es esencial que encuentres a tu pareja. Las veelas tienen solo una oportunidad de ser felices y es solamente con su pareja. Si ella o él elige a otra persona morirás por tu corazón roto…- la voz de su madre continuó pero el sólo podía pensar en una cosa.

¿ÉL? No, definitivamente no. Había escuchado mal, levanto su voz y se animó a preguntar.

-¿ÉL? ¿A qué te refieres con él? - preguntó preocupado.

-Bueno hijo, la pareja de una veela no es necesariamente alguien del sexo opuesto, será de tu misma edad, porque si tu pareja muere, tú también lo harás. Estamos seguros de que va a Hogwarts, el lazo mágico que los une se encargará de eso. Contrario a la creencia general, no existe un límite de tiempo para reclamarla. Ahora tus habilidades se están desarrollando, tu vista, el tacto, la velocidad, la audición y el olfato. Todas son herramientas para encontrarla. Su olor te atraerá, sigue tus instintos. Siempre te llevaran a ella. Si ella es feliz tú lo serás, si esta triste tú también. Si alguien la lastima, bueno seguramente será lo último que haga. La veela es posesiva y celosa, si cree que tiene competencia puede es bastante agresiva. Debes intentar controlarte.

-¡GENIAL! AHORA SOY UN LOCO POSESIVO OBSESIONADO CON UNA SOLA PERSONA. ¡ESTE ES MI CASTIGO POR HACER QUE DOBBY SE COMIERA MIS VEGETALES! SOY EL DIOS DEL SEXO DE SLYTHERIN Y PUEDO ACABAR CON UN HOMBRE-gritó lamentándose.

-¿Dios del que?-preguntó su madre impresionada.

Mierda. Ahora tenía mucho que explicar