HOLA, hola n.n siento haber tardado, pero es que, no pude escribir u.u no tengo escusa.

Bueno, lectores, el fic ha llegado a su fin. Como muchos saben, este fue mi primer fic, con el que inicie en FanFiction, nunca quise dedicarme mucho a él como lo hice con "El día en que decidí amarte", nunca quise involucrarme sentimentalmente y de ninguna manera con este fic, porque en verdad pienso es que es muy malo :/ pero ahora veo que no logre mi cometido.

Debo mencionar que cuando inicie este fic me encontraba deprimida (se puede notar en las notas de inicio de los primeros caps) no tenia ganas de continuar, ni de seguir en esto, no tenia ganas de escribir ni nada, pero ahora me siento feliz ¡resulta que escribir fics es mejor que tomar pastillas antidepresivas! :D definitivamente Feliz de haberlos conocido :*

Gracias a todos aquellos que se dignaron a dejar un review, resalto principalmente a Dark Rose Mouth, BlueRosePegasus, Sonatika, y a pesar de no tener cuenta en FF, a Srto por comentar siempre y leer cada cap n.n

Gracias también por los Favs y los Followers.

Sin nada mas que decir, disfruten del final de este fic.

FELIZ... ¿O QUIZAS NO?

– ¡no puedo creer que se la ha llevado! – exclamo Amy en los brazos de Sonic mientras el corría a toda velocidad.

Después de tener el mayor ataque de histeria de su vida, después de amenazarlo con su martillo, después de llorar desconsoladamente, después de rogar, después de muchas cosas mas, Sonic había permitido que fuera con él.

Pero ¿A dónde iban? ¿Quién se llevo a quien?

Flash Back:

Los papeles… los malditos papeles de adopción que tenia que firmar y que se encontraban esperándola sobre esa pequeña mesa, frente a ella. Después de todo lo que había pasado, de todo lo que habían hablado, de que él le dijera que la niña fuera suya, Amy ya no se encontraba segura de querer firmar los papeles.

Ya no quería que Anny, esa dulce niña de ojos azules y púas rosas, de la que se había enamorado en el momento en que apretó fuertemente su dedo, desde el primer momento en que la sintió, esa personita que había conocido mucho antes de ver su rostro, ya no quería que esa niña se fuera.

Quería lo mejor para ella, por eso, tomo los papeles y ¡Crasch!... una, dos, treces veces… no supo cuantas veces rasgo el papel, solo supo que todas esas paginas se volvieron papelillo de innumerables fragmentos de diversos tamaños. Los papeles que indicaban que renunciaba a su hija ya no existían.

Sintió que la carga que había sobre sus hombros se aligero y por primera vez en meses, pudo respirar tranquila, con la certeza de que todas las tragedias y sufrimientos habían ya terminado.

– No pudiste haber tomado mejor decisión, chiquilla – dijo Rouge que con sus grandes orejas se encontraba escuchando detrás de la puerta, a veces tener un oído tan agudo era muy útil.

Estaba feliz por esa pequeña rosa que se había convertido en su amiga, había tenido un final feliz, su hija y su héroe, la expresión de Rouge cambio a un aire melancólico. Le llego a su mente una imagen de cierto equidna rojo y pensó que quizás ella también podía tener un final feliz, quizás.

Solo tenia que hacer que dejara de ser tan terco, o aprender a aguantarlo tal como es.

– ¿¡que babosadas estas pensando, Rouge!? – se reprendió, pero una sonrisa aun decoraba su faz.

Adentro de la habitación, Sonic aun miraba perplejo los trozos de papel en la cama y suelo.

– Entonces – dijo Sonic, buscando una manera de soltar su pregunta, pero no había maneras fáciles, solo se encontraba un camino, justo el que tomo – ¿te quedas conmigo?

Las gotas cristalinas de sus ojos se deslizaron por sus tercias y sonrosadas mejillas, pero esta vez, no eran lágrimas de tristeza, no eran lágrimas de sufrimiento, esta vez eran lágrimas del regocijo que sentía en su alma, esa sensación que le acelera el corazón. Una sonrisa traviesa se extendió en sus labios.

– No – contesto divertida sorprendiendo al erizo azul.

– ¿por que? – pregunto él, con un poco de desilusión en su tono de voz. La sonrisa de Amy se extendió aun más y sus carcajadas tocadas de voz aguda e infantil llegaron a sus oídos y resonaron en esa habitación.

¿Por qué? Fácil. Quería hacerlo sufrir por todas sus lagrimas, quería hacerlo pagar un poco por todos sus desplantes, quería golpear su orgullo por ser un tonto, quería que los papeles se invirtieran y que ahora fuera él quien rogara, que siguiera sus pasos, quería verlo así.

Por eso las carcajadas de ambos se hacían sonar por toda la habitación, el pasillo, y hasta el hospital entero, llenando a un sitio que parece lúgubre de suma alegría…

– Porque no – Pero al final la respuesta siempre será si.

Cinco años después…

Risas infantiles reinaban en un mundo donde antes no había nada, mañanas en que se despertaba por unos pequeños labios estampándose en su mejilla y destellos de ojos azules llenos de amor y alegría.

Sonic por su parte sentía una extraña sensación en el pecho, con un dolor que se extendía llenándole el cuerpo entero, que lo hacia querer correr, no para huirle a la vida, sino para vivirla con regocijo. Era un dolor apacible, normal, era el dolor de esa palabra llamada amor, un dolor llenador, confortable, un dolor que se necesita para saber que estas vivo y que terminaba traduciéndose en una sonrisa que se le extiende en la cara cada vez que ve a Anny, cada vez que ve a su hija, porque a pesar de que él no es su padre biológico, él es el que le enseña a ser una buena persona, porque él la ama, ama a esa pequeña así como ama a su madre, que al fin y al cabo no termina de aceptar sus proposiciones, pero nadie es suficientemente orgulloso para renunciar a algo que quiere si no lo obtiene en dos o tres intentos.

Pero… ¿Qué paso con su vida de héroe libre y aventurero? Bueno, el seguía siendo un héroe, jamás dejaría de serlo, en esos momentos se encontraba viviendo la mas emocionante de las aventuras, porque tener una familia también era una gran aventura y amar, es ser verdaderamente libre.

Risas... risas infantiles resonaban con el aire, y se quebraban con un grito agudo que demostraba felicidad.

– ¿¡no hagas eso!? – grito la madre de la pequeña eriza rosa de ojos azules, al ver que Sonic la elevaba en el aire para luego correr y atraparla en cuestión de segundos. A pesar de estar tan histérica, notaba como ellos dos se divertían con ese juego.

Ninguno de los dos le hacían caso, lanzaba a la niña al aire para volver a atraparla. Cada vez que lo hacia Amy daba un respingo.

– No caeré – dijo con seguridad la pequeña niña, mirando a su madre y abrazándola. Con el tiempo, el color verdoso de sus orejas se fue diluyendo un poco, pero aun era notable.

– Y yo no dejare que caía – su voz, confiada y despreocupada, hacia que el corazón de Amy diera un vuelco en su lugar y que las lagrimas abandonaran sus bellos ojos verdes. El erizo azul y la rosita de cinco años le besaron las mejillas, para hacerla sonreír.

– vamos. Tengo que llevarte al colegio – dijo con autoridad.

La niña corrió a unos metros y se detuvo, para verla a la cara y notar que hablaba en serio. No le gustaba el colegio, no quería estar encerrada cinco horas de su vida en un lugar como ese.

– ¡por favor! ¡Soy muy joven para morir! – se hinco de rodillas y le rogó, Amy rodó los ojos, Sonic solo se dedico a soltar carcajadas – si ustedes no fueron al colegio, ¿Por qué yo tengo que hacerlo?

– Deja de ser tan persuasiva y vamos – la tomo de la mano, llevándola casi arrastrada, al final tuvo que llevársela a peso muerto – tanto drama no te servirá para nada, señorita.

– ¿por que yo tengo que ir? No es justo.

– ¿acaso quieres terminar como Sonic? – miro a su madre, justo a sus ojos verde esmeralda que no bromeaban y luego miro al erizo azul que era su padre, este le sonrió y le mostró el pulgar.

– si – respondió la pequeña, Amy la fulmino con la mirada y siguió caminando – ayúdame, papá – mascullo, pero Sonic negó con la cabeza y la despidió con la mano. Anny hizo un puchero, no le quedaba de otra que irse.

Anny había cumplido los cinco años hacia poco y había comenzado a ir al jardín de infantes, digamos que no le gustaba mucho, prefería ser libre… de todos modos (sin importar los pucheros que hiciera) tenia que quedarse.

Pero… nadie podía obligarla. Una sonrisa astuta se poso en sus delgados labios y miro al frente. En ese salón solo había niñitos tontos que jugaban unos con otros, la maestra se encontraba distraída. Se escaparía e iría a jugar con los chaos en Green Hill.

Tomo su bolso y metió su chao de peluche, al que había llamado Cheese en honor a ese chao de moño rojo que había siempre jugado con ella y con Cream cuando era mas pequeña. Dio dos palmadas pero no paso nada, por lo que gruño levemente, volvió a dar palmadas y desapareció.

Tenía iguales poderes como los de Amy, aunque lo único que había casi dominado era la invisibilidad, todavía tenia problemas y accidentes, pero estaba aprendiendo, solo tenia cinco años.

Se deslizo fuera del aula, pero cuando ya se encontraba en la calle, ¡pops! Volvió a aparecer.

Pero ya estaba libre así que se fue.

Pasos metálicos aunque pequeños como los de un ratón se escuchan detrás de ella, al voltear, no hay nada. De nuevo. Voltea. Nada. Esta vez estaba esperando el sonido, y cuando este empieza voltea rápidamente para mirar a un robot juguete, de llamativos colores y diseño moderno.

– ¿tu me seguías? – pregunto con una sonrisa, mientras tomaba ese aparato que no paraba de mover los pies.

Al tomar el muñeco, miro sus ojitos rojos con grandes destellos y una voz robótica dijo que habían atrapado a su objetivo.

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Las maquinas se volvieron locas. Las alertas sonaban por toda la habitación, las luces rojas de emergencia estaban encendidas con luces intermitentes que se encendía y apagaban. Tails trababa de hacer que todas sus maquinas volvieran a la normalidad, pero no paraban de salir ventanas de errores en su computadora, por lo que supuso que había ingresado un virus muy fuerte en el sistema central.

Llevaba mucho rato tratando, por lo que ya estaba perdiendo los estribos. Pensó que lo mejor seria apagar las maquinas, pero perdería muchos datos que le habían tomado mucho tiempo recolectar y autenticar la información.

– tengo copias de los archivos en mi computadora, Tails – le dijo una eriza con voz sumamente tierna e inocente – no se perderán las ultimas veinte actualizaciones.

– ¿podrías ir a interrumpir la conexión energética? – le pidió a la eriza de púas cortas que era su ayudante en ese entonces, ella asintió y se fue a buscar la base de energía del laboratorio de investigaciones tecnológicas.

Todo se detuvo, pero las luces aun seguían encendidas con leves parpadeos. La pantalla de su computadora se volvió blanca y entonces esa voz, lo dejo congelado.

Eggman.

No había escuchado la voz de Eggman en varios años. Se acero a su computador para ver la pantalla sin nada, pero supo que era de ahí de donde provenía la voz. Entonces, la imagen escalofriante de ese humano salio sin prevención, dándole un susto de muerte.

– Tails. Tails. Tails. ¡Cuanto tiempo! – su voz se encontraba carrasposa y ronca – veras, hace tiempo que no he atacado, pero ya he vuelto.

– ¿Eggman? – aun seguía perplejo – ¿que haces...?

– ¿qué que hago? ¡pongo en marcha mi plan! – volvió a reír pero se ahogo con sus carcajadas – has arruinado mi ultimo plan.

– ¿a que te refie...? – pero Eggman no lo dejo terminar cuando corto su oración para gritarle.

– ¡la eriza! ¡la que tienes de ayudante! – Tails no podía entender a que se refería – tu tienes algo que me pertenece y yo tengo algo que le pertenece a Sonic...

La imagen cambio por una donde Anny era atrapada por una red que salia de ese pequeño robot de juguete, o que parecía de juguete.

– ¡no le hagas nada, Eggman! – pero ya era muy tarde, en entonces la computadora se apago y las luces dejaron de brillar para sumirlo en una profunda oscuridad. No había entendido nada de lo que ese viejo loco de Eggman había dicho, pero de algo estaba completamente seguro: Eggman tenia a Anny.

Tails fue inmediatamente por el teléfono, marco el numero rápido de Sonic y repico tres veces. Cuando contesto no dejo que la persona del otro lado ni siquiera dijera una palabra, soltó la información que tenia de golpe "Eggman tiene a la niña. ¡Eggman tiene a Anny!"

– ¿¡que es lo que me estas diciendo, Tails!? – la que contesto fue Amy – ¿¡Eggman tiene a mi hija!?

Fin del Flash back.

Amy había enloquecido, si, se podía decir que había enloquecido. Llego como un tornado al taller y casi destruyo todo a su paso. Encontró a Sonic en donde sea que estuviera y lo convenció de que la llevara con él.

El Dr. Eggman tenia a la niña, pero... ¿para que la quería?

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Con los sonidos de mil maquinas a su alrededor, abrió los ojos encontrándose en un lugar que nunca antes había visto. La habitación se encontraba en penumbras, por lo que casi no podía ver mas allá de las luces que producían las maquinas.

– ¿en donde estoy? – se pregunto, poniéndose de pie. Trato de caminar pero su frente choco contra el cristal y cayo de espaldas. Tanteo el lugar para darse cuenta de que se encontraba en una especie de prisión de vidrio. Un domo.

– ¡bienvenida a mi nueva guarida, Mini-Amy! - dijo la voz ronca del doctor Eggman, la pequeña trato de localizar la procedencia de las palabras, pero no parecían venir de ningún lugar físico. Altavoces, quizás.

– La guarida no parece nada nueva, de hecho creo que hay oxido en el suelo de metal de este domo – dijo con un poco de descaro y reto.

De una compuerta que crujió horriblemente al abrirse, salio una maquina llevando sobre si a un viejo gordo con forma de huevo, su expresión develaba ira.

– igual a tus padres – mascullo con desprecio – quien iba a pensar que después de todo ellos terminarían juntos y con una familia. Creando pequeños Sonic's y mini Amy's – se carcajeo.

– ¿quien eres y como conoces a mis padres? – cuestiono.

– ¿no te han contado de mi? – pregunto un poco indignado – oh, me siento tan infeliz de que ellos no te digan quien soy – llevo su mano al corazón, como una espectacular actuación con publico y cámaras incluidas – ¡soy Eggman, el mayor científico del mundo!... y tu, eres mi prisionera.

Lo miro con una mueca despectiva, casi maliciosa para una niña de su edad.

– ¡oh si! Eggman. El papanatas que pensaba derrotar a Sonic The Hedgehog – el científico rabio, lanzo unos cuando gruñidos y las luces alumbraron su cara, dejándola ciega momentáneamente. La niña había aprendido a ser igual de arrogante que el erizo azul.

– de todos modos, preciosa – una sonrisa de tiburón se extendió en su rostro – este es el fin de Sonic y con ello, también el tuyo.

La pequeña trato de romper el cristal con sus puños, pero eso solo ocasiono que se lastimara y el domo no sufrió daño alguno.

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– Tails ¿dime las coordenadas? – solicito el erizo azul que seguía corriendo rumbo al norte. Lo bueno de eso, es que la pequeña niña tenia un brazalete como todos los demás para ayudar a ubicarla, si Eggman no lo notaba, entonces Sonic podía encontrarla con ayuda de Tails y sus computadoras, sin importar el lugar en el que este.

El zorro de diecisiete años de edad le dio la ubicación especifica del brazalete de Anny. Sonic corrió con Amy en brazos todo lo que pudo para llegar.

– ¿Shadow? – pregunto Amy un poco perpleja, al ver que a su lado corría ese erizo negro y rojo que se había vuelto como su hermano.

– agradece que vengo a ayudar – dijo y no volvió a mirarla.

Amy sonrió silenciosamente.

Llegaron a un edificio viejo y destartalado que se caía a pedazos. ¿a eso se había reducido el gran Eggman? ¿a vivir en un edificio que se cae a pedazos y en donde había podredumbre? No le estaba yendo bien últimamente, pero había puesto su ultimo gran plan en marcha, si este no funcionaba... ¡adiós!

Entraron sigilosamente, pero algo andaba mal ¿donde estaban los robots centinelas? ¿donde estaban las alarmas? Los tres erizos le restaron importancia y avanzaron en las penumbras.

– ¡papá te encontrara y arruinara tus planes, viejo gordo! – se escullo el agudo e infantil grito de una niña.

Los ojos de Amy se movieron por toda la estancia tratando de ver de donde vino la voz de su niña y corriendo entro en la habitación que creyó de la que había provenido el grito. "Amy" la voz de ambos chicos al unisono.

– ¿que le enseñan a estos niños? ¡eres una maleducada! Quizás pueda educarte de una buena manera y hacerte mi secuas – en ese entonces la puerta se abrió, dejando ver a una enfurecida eriza rosa con un martillo en la mano. El viejo sonrió – al fin llegan mis invitados...

– ¡cállate! – grito entre dientes con firmeza. Corrió a dentro y a martillazos casi rompió todo el lugar. Ni Shadow ni Sonic se movieron del sitio en que se habían quedado de pie, solo observaban como la eriza rosa sola desbarataba las maquinas.

Shadow miro el domo de la niña y se aproximo a el. Anny alzo la vista de las acciones de su madre solo para ver que ese erizo ser atrapado por un robot que era invisible. Sonic estaba tan sumergido en lo que estaba viendo que se perdió lo que la niña vio.

– ¡papá! – grito casi con suplica. Sonic reacciono y se fue a liberarla.

– ¡esta es la ultima vez que haces una de tus payasadas, Eggman! – le grito Amy, cuando una mujer se enfadaba, no había quien la parara. La cara de Eggman estaba aterrorizada, simplemente asintió y dio las gracias, para marcharse de ese lugar con el único robot que le quedaba – ¿donde esta Shadow? – cuestiono cuando se quedaron solos y guardo su martillo.

– se fue...

Iba a decir la pequeña niña, pero fue interrumpida.

– debió de haberse ido. No se para que vinimos contigo, si puedes sola – Amy lo fulmino con la mirada y sus risas se callaron.

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En otro lugar, una fortaleza escondida entre hielo y rocas, acababa de llegar el gran creador de todo eso. Eggman ingreso con una sonrisa que le decoraba el rostro, esa si era una verdadera base, había miles de robos por todos lados, maquinas y su ultima gran creación. Le había tomado años desarrollar el proyecto B-1 para que saliera mal, pero con los ajustes que le había hecho a la maquina, seguro que esa falla seria corregible, solo necesitaba mas ADN; esta vez usaría el de Sonic.

El robot que se hacia invisible volvió a aparecer.

– doctor, ha sido un éxito – hablo con voz propia de un robot.

– déjame verlo – ordeno.

El robot abrió la jaula de metal y de ella callo una figura negra. El doctor palideció al ver que no era Sonic, sino Shadow el que se encontraba en suelo desmayado.

– no importa. De todos modos me servirás...

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Llegaron con éxito al taller super mejorado de Tails, después de años, el grupo seguía reuniéndose en ese lugar. Anny corrió emocionada a los brazos de su tía Cream, que en ese entonces ya había cumplido los quince años de edad y se había convertido en un linda señorita. La pequeña eriza rosa de ojos azules se acomodaba a su lado para contarle lo que había pasado mientras que Cream lanzaba leves exclamaciones al aire.

– prométeme que no volverás a escaparte – le pidió la coneja a la eriza.

– lo prometo – dijo Anny con una tierna sonrisa, pero su mano detrás de su espalda tenia los dedos cruzados. Una pequeña niña con el pelo rojo ingreso en la casa, tenia a penas tres años de edad – ¡Esmeralda! – exclamo Anny saltando de los brazos de Cream y fue con la híbrida.

Todo parecía perfecto, estaban Rouge, Knuckles, Emeralda, Anny, Cream, Amy, Sonic, Tails... pero a este ultimo una sonrisa triste le decoraba el rostro. Cosmo había muerto hacia poco y eso lo dejaba verdaderamente tocado.

estaban bien por ahora, porque el sabia que Cosmo nunca lo abandonaría. Tails recordó a Eggman y supo que quizás esta no sera la ultima vez que lo vieran, ese viejo no se rendía ante nada. Recordó las palabras de Eggman y busco con la mirada a la eriza que era su ayudante. Tenia vendas alrededor de las muñecas con enormes cortes tan profundos que casi debió de haberse desangrado, casi debió de haber perdido las manos, por lo que pensó que tal vez trato de suicidarse, pero ella le había dicho que pensaba que debido de ser un accidente, era típico en ella, no recordar nada.

Busco con la mirada a Cream, pero antes se topo con la imagen de Sonic tomando de la mano a Amy y llevarse casi arrastrada hasta perderse de vista. Sonrió, ellos se merecían un final feliz.

A fuera, acompañados de la luna llena y un cielo despejado rodeado de estrellas, se encontraban dos erizos que estaban pasando un rato agradable. Entre sus brazos Amy se sentía segura, se sentía amada, no quería perder esa sensación nunca.

– abrázame – pidió solemnemente – abrázame y no me sueltes nunca.

– no tenia planeado hacerlo – dijo él, besando su cuello. En verdad que el amor es una sensación agradable, es confortable, pero cuando es correspondido, sabes que el amor no es egoísta, que el amor no es solo tener lo que se quiere para ser feliz, el amor es ser feliz con lo que se tiene, pero siempre querrás mas de ello, porque nunca te acostumbras a ello, eso es lo que lo hace especial.

Sonic no sabia como se había perdido de eso al ignorarla siempre, y luego de que supo que la amaba por estar en peligro de morir, sabia que ese peligro siempre estaría presente, que sin importar que intente protegerla alejándola de él, simplemente le estaba haciendo mas daño, y eso no la mantenía a salvo. Era mejor disfrutar de eso mientras durara. Tenerla cerca para poder protegerla.

– ¿cásate conmigo? – volvió a pedir Sonic. Era un débil susurro, una petición casi implorada, como el ultimo deseo de una persona que se encuentra a punto de morir y solo necesitaba una afirmación para partir de este mundo completamente feliz.

– no – volvió a decir divertida por quincuagésima vez al año, pero esta vez el chiste estaba perdiendo gracia, Sonic ya no quería seguir jugando, ya no quería que eso fuera mas un chiste – te amo.

– te amo. Por eso quiero que te cases conmigo.

La eriza bajo la mira, sonrió ligeramente y sonrojo, cuando sus ojos se encontraron con los suyos, respondió:

– no – ambos sonrieron ante esa simple palabra, porque era un no que significaba si. Que siempre significaría si.

¡Okey! ¡Acabo de entrar en un coma emocional! Estoy peor que cuando lei el final de Un paseo para recordar y El cuaderno de Noah (recomiendo sus libros, es muy bueno Nicholas Sparks, podrán notar que si leo cosas como esas entonces soy muy empalagosa), pero bien, ¡Final Feliz! :3

Estoy completamente segura de que me volví loca ._. debi de haber escrito "y vivieron felices para siempre" en vez de hacer todo este desmadre. Lamento toda esta payasada. Espero y les haya gustado el ¿final? XDD esto parece la puerta a una continuación.

Me acabo de dar cuenta de que en este fic nunca hubo un beso a lo bien XDDD

Quiero responder el review de Srto:

"Gracias por tu bello halago :') en verdad no pensaba ni creía que tenia un don, me parecía algo ridículo seguir en un mundo al que no pertenezco (como lo es el de escribir). Claro que habrán mas historias marca Tarah, aquí no me detengo, solo estoy comenzando".

Este ha llegado a su fin, pero si quieren seguir leyendo más historias de Tarah pueden seguir mis fics "Ataduras del alma", "Traiciones" y "Viajera del tiempo" ;) en este ultimo hay una grata sorpresa para todos los lectores de este fic, no deben perdérselos:*

Estoy trabajando actualmente con ellos.

Sigo triste y empalagosa TT-TT no es mi mejor trabajo, no esta bien escrito ni elaborado, ._. pero, todo fin de cada historia es llegar al lector, hacer que sienta algo, dejarles una enseñanza y entretenerlos, no se si lo logre u.u

Att: Tarah.