Aquí está el epílogo, quise subirlo este día porque hoy 29 de Octubre se cumplen exactamente 2 años en los que subí el primer capítulo de este fic.

Gracias por acompañarme en esta aventura.

Capítulo beteado por Day Aguilar, Beta FFAD www facebook com / groups / betasffaddictio

Muchas gracias Day porque con tan poco tiempo tuviste el capítulo listo, gracias por estar conmigo en los últimos capítulos


CAPITULO ONCE: FAMILIA

—¡Es un niño, un niño! —grité apenas aparecí en la sala. Eran las cinco de la mañana y los únicos que estaban eran mi padre, Esme y Renée.

Se levantaron rápidamente, felicitándome.

—Oh cariño, felicidades. ¡Somos abuelos de nuevo! —Mi madre me abraza y besa mi mejilla varias veces—. ¿Cómo está Bella? ¿Cómo está el bebé? —pregunta ansiosa.

—Sí, ¿cómo está mi hija? ¿Cómo está nuestro nieto? —Mi suegra está igual que mamá, ambas ansiosas y entusiasmadas.

—Están bien, el bebé traía el cordón atorado y estuve aterrado esos minutos —Les cuento—, pero gracias a Dios no pasó nada. Ambos están sanos y descansando. Nació a las 5:15 am, pesó tres kilos quinientos cincuenta gramos, y mide cincuenta y tres centímetros.

Mi sonrisa crece al recordar la imagen de Bella abrazando a nuestro bebé.

—En unos momentos más van a transferir a Bella a su habitación. Lo mejor es que se vayan a descansar para que vengan con energía renovada por la mañana, yo me quedaré con ella. —Les propongo. Tantas horas en espera, sentados solo en unas sillas ha de ser agotador.

Asienten de acuerdo.

—Volveremos en unas horas, dale mis saludos a Bella y dile que estoy muy orgullosa de ella. —Renée tiene lágrimas en sus ojos.

La abrazo para reconfortarla.

—Mi mujer fue muy valiente, porque es igual a usted. —Le digo. Ella me sonríe.

—Felicidades Edward, estoy muy feliz por ustedes, eres un buen padre —Mi padre me abraza—. Tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti. —Lo abrazo, correspondiendo su cariño.

—Gracias, ustedes son mi ejemplo —murmuro.

Ambos me abrazan y felicitan una vez más antes de marcharse.

—Les encargo a mis hijos. —Les digo. Alice y Jasper se los habían llevado muy temprano a descansar a la casa de mis padres, la abuela Elizabeth les hacía compañía.

—No te preocupes por ellos Edward, estaremos temprano para conocer al nuevo integrante de la familia, del cual no sabemos aún el nombre —ríe.

Yo también reí.

—Pronto. —Les dije caminando de nuevo a recepción.

—Señor Cullen, su esposa acaba de ser transferida a su habitación, su hijo en un momento más será llevado con ella. Sígame por favor —Encantado voy con ella, llegamos a la misma habitación en la que estábamos antes—. Lo dejo solo, regresaré por la mañana, cualquier cosa no dude en llamarnos. —Agradezco sus atenciones.

Entro con cuidado, tratando de no hacer ruido. Bella sigue profundamente dormida, su respiración es acompasada, no tiene rastros de sudor y su cabello está suelto. Con esa bata blanca y su cara de tranquilidad parece un ángel… Mi ángel.

Me siento en el sillón que está a un lado y cierro los ojos por un momento. A pesar de estar cansado y tener mucho sueño, estoy plenamente feliz.

Bella está tan hermosa que me deslumbra con ese precioso vestido. Tomy y Mía han crecido demasiado, ahora ambos son casi unos adolescentes. Nuestro pequeño bebé ahora tiene ocho años y seguido de él entran… ¿Qué? ¡Trillizos!

Madre santa, ¿a qué hora tuvimos trillizos? Son tres hermosos niños, con mi cabello y los ojos de Bella, así que es obvio que son de nosotros, parece que tienen cuatro años. Ambos tienen esa sonrisa traviesa tan propia de Tomas.

Edward, amor Llega mi esposa, besándome—, que bueno que llegaste, todos estábamos esperándote para celebrar tu cumpleaños.

¿Sí? —pregunto, tratando de asimilar que soy padre de tres más en un solo jalón. Todo un semental, diría Emmett.

Sí cariño, la familia ha de estar por llegar, pero antes quiero que seas el primero en saber lo que tengo para ti.

Oh, jodida tentación.

Si eso tiene que ver contigo, tu vestido y yo solos, soy todo oídos —gruño juguetonamente.

Sonríe sexymente.

Eso es tu segundo regalo —Me dice—, abre el primero. —Me entrega un sobre y se muerde el labio nerviosamente.

Lo abro ansioso por saber cuál es su contenido, ¿será un viaje? Saco la hoja y la desdoblo. ¿Por qué se me hace conocida esta hoja? Yo ya he leído una anteriormente. Cuando más leo, más cuenta me doy de lo que es. ¡OH POR DIOS!

Dentro del sobre viene una imagen, con manos temblorosas la saco para contemplarla.

¿Gemelos? —Le pregunto, tratando de no desmayarme—. Estás embarazada y esperamos gemelos.

Ella asiente sonriendo y me abraza.

¿No es maravilloso amor? Seremos padres de nuevo y de gemelos.

Volteo a ver a los trillizos que están rodando en el piso, con sus ropas desacomodadas. Los tres intuyen, voltean en mi dirección y sonríen traviesamente.

¡Oh, Jesús! ¡JESÚS, GEMELOS! —murmuro incrédulo, tratando de respirar.

Un llanto me hace abrir mis ojos, mi corazón late demasiado rápido, creo que me va dar algo. Volteo para ver de dónde proviene y veo a Bella con nuestro hijo en brazos.

Fue solo un sueño, un sueño. Gracias Dios, gracias.

Me levanto de mi lugar,

—Mira, has despertado a papi —Sonríe mi esposa a nuestro bebé—. Lo siento cariño, pero tiene hambre. —Se disculpa.

—No tienes nada de que disculparte —Beso su frente—. ¿A qué hora trajeron a nuestro hijo? —pregunto revisando el reloj, son casi las ocho de la mañana, pero ya no quiero dormir, aún recuerdo el sueño "trillizos y gemelos". Tiemblo.

—Hace un momento, ¿me ayudas sosteniéndolo un momento?

Eso no tiene ni que pedirlo, gustoso lo tomo entre mis brazos y él suelta unos quejiditos de protesta.

—Vale campeón, ya sé que en estos momentos prefieres a mamá, solo dale unos minutos —murmuro arrullándolo.

—Listo. —Me asegura mi mujer, quien se ha descubierto un pecho. Le paso a nuestro hijo y ella guía su boquita hacia su pezón, el instinto de nuestro bebé lo ayuda y se pesca de él, donde empieza a succionar con fuerza.

—Si que tiene hambre —menciono, maravillado por la escena que estoy presenciando—. ¿Te lastima? —Le pregunto preocupado por ella.

—No, estoy bien —afirma, alargando su mano hacia mí. La tomo y me ubico junto a ellos—. Es normal, no te preocupes, no me hace daño.

Su cabeza se recuesta en mi pecho, mientras ambos vemos alimentarse a nuestro bebé.

—Es maravilloso que al fin esté con nosotros —murmura, viendo al pequeño descansar en mis brazos después de su toma. Con ayuda de Bella lo hice eructar y ahora duerme tranquilamente—. Es tan hermoso y se parece demasiado a ti. Hicimos una buena elección al escoger su nombre. —Me inclino para besarla. Tiene razón, el pequeño tiene mi cabello y la mayoría de mis facciones, espero que los ojos sean del color de su madre, serían hermosos. Y, lo más importante, está sano y eso es suficiente.

—Le queda perfecto, escogimos bien. Va ser un galán cuando sea grande, igual que su hermano —menciono a Tomy—. Lo que daría por que tuviera el color de tus ojos…

Volteo a verla y me inclino un poco para capturar sus labios. Gimo.

—Voy a extrañarte tanto estos cuarenta días —murmuro sufriendo.

—Al menos que quieras otro bebé, más vale que te mantengas alejado —comenta divertida.

Imágenes de trillizos y gemelos llegan a mí. Eso es suficiente para detenerme.

—No te preocupes amor, hay tantas maneras de estar juntos —Beso una vez más sus labios—. Te amo, gracias por hacer posible esto.

—Tú también contribuiste a ello, gracias por no darte por vencido y por darnos una familia.

—Nunca, nunca me daré por vencido. —Nuestro hijo abre su boquita y bosteza. Es tan enternecedor que ambos nos miramos y sonreímos.

Un toc toc me hace pasarle el bebé a Bella e ir abrir la puerta.

Toda la familia está parada tras ella, con sonrisas, globos y flores.

—Es muy temprano, pero a quien madruga Dios lo ayuda, y no pudimos aguantar más —habla mi abuela—. ¿Vas a quedarte parado o te vas a hacer a un lado para dejarnos pasar? —pregunta tan cariñosa como siempre.

—Se me había olvidado tu buen humor por las mañanas, pero de pronto recordé que es solo conmigo el mal genio viejita. —Me burlo, haciéndome a un lado rápidamente antes de que me pellizque o golpee.

Tomy y Mia llegan corriendo abrazarme.

—Tienen un hermanito que está deseando conocerlos. —Los abrazo. Ambos traen una flor para su madre, estoy tan orgulloso de ellos, son tan buenos niños.

—¿Podemos verlo ya, papi? ¿Cómo está mami? —pregunta ansioso, mirando a su madre.

—Bien hijo, mamá es la persona más valiente que conozco, tienes suerte de tenerla como madre. —Sonríe orgulloso.

—¿Hermanito? —Mía pregunta por el bebé.

—Sí princesa, vamos a conocer al bebé que está dormido en brazos de mamá —Cargo a Mía y agarro a Tomy de la mano, los guio hasta la cama donde Bella nos espera deseosa. Levanto a mis hijos para que puedan besar a su madre, ambos están apoyados en el borde de la cama mirando al bebé—. ¿Qué les parece su hermanito?

Mía voltea a verme.

— Bonito y chiquito. Bebé mío. —Sonreímos ante la forma en que nuestra hija se apropia de su hermano.

La cargo para que quede cerca del bebé.

—¿Qué tal si le das un beso a tu hermanito, princesa? —Ella asiente con su cabecita, besa con cuidado al pequeño antes de agarrar su manita entre las suyas.

—Chiquitas papi. —Apunta a ellas.

—Sí amor, así estabas tú cuando eras un bebé. —Le responde mi esposa.

La bajo con cuidado y volteo a ver a Tomy.

—¿Y tú, campeón? ¿No vas a decirnos que te parece tu hermanito? —pregunto, pasando mi brazo por su espalda.

—Crecerá, ¿verdad? ¿Cuándo voy a poder jugar con él? ¿Le gustará el futbol o béisbol? ¿Va a hacer popis de arcoíris? —Nos pregunta con sus curiosos ojos.

—Cielos Tomas, respira. —Le ordeno, lo ha dicho tan rápido que su respiración está agitada.

—Claro que crecerá Tomy, así como tú y Mía lo hacen cada día. Y respecto a jugar, aún faltan algunos años para que pueda jugar contigo, pero va ser muy divertido cuando lo hagan —Bella palmea la cama para que se siente a su lado. Lo ayudo a subirse—. Sobre el futbol o béisbol: no estoy segura, los dos deportes son muy buenos, tal vez su hermano mayor lo ayude en ello… —Sonríe.

» Y sobre la popo de arcoíris: ¿de dónde has sacado eso? —pregunta reprimiendo una carcajada.

Las mejillas de Tomy agarran un color sonrosado.

—Mi amiga Eliza dijo que su hermanita hacia popis como el arcoíris, verde, amarillo, café. —Nos explica.

Todos en la sala reímos por la imaginación de los niños, bendita inocencia.

—Bueno, el bebé no hará ningún arcoíris y tampoco creo que te agrade estar presente si sucede —comenta mi esposa.

Tomy frunce la cara y arruga la nariz.

—Fuchi, fuchi —exclama negando con la cabeza mientras se baja de la cama con cuidado.

Nuestro hijo decide que es momento de despertarse, pues su boquita se abre formando un bostezo, sus manitas empiezan a moverse y sus ojitos a abrirse poco a poco.

Todos se acercan a verlo. Volteo para ver a Emmett y Rosalie, quienes están cogidos de las manos.

¿Este par cuando acabó juntos? Pienso.

Uff pobre Emmett, al fin le dieron caza y Rosalie va a tener bastante entretenimiento. Bien por ellos, ¡quiero ver eso!

Todos empiezan a soltar expresiones de: "Awww", "es un angelito", "es precioso", "es tan adorable", "buenos genes", "todo un rompecorazones", "igual al mentecato de mi nieto". Ruedo los ojos ante esto último.

—Mijita clonaste a su papá, pero éste sí me cae bien —comenta la abuela arrullando a mi hijo, quien está en sus brazos.

Renée se lo pide a la abuela, quien se lo entrega.

Ella lo sostiene mientras le susurra: —Eres un pequeño muy precioso, no quiero ni imaginar el trabajo que tendrá mamá para espantar a tus pretendientas —comenta riendo.

Bella le lanza una mirada para nada agradable.

—Ninguno de mis hijos va a tener novia, mamá. Ellos van a ser sacerdotes —asegura muy confiada.

—Y Mía será monja. —Apoyo su propuesta.

—Uy sí, seguramente —Se burla Renée—. Si son hijos de ustedes dos, tendrán una lista larga de seguidores. —Bueno, ella tiene un poco de razón, soy irresistible y mi mujer es única, nuestros hijos tendrán muchos seguidores. Es hora de ir pensando en preparar una artillería para cuando llegue el momento. Sí, eso haré.

—Mi turno —Mi madre extiende sus brazos, cargando a su nieto. Mi padre llega a su lado—. Mira Carlisle, ¿no es igualito a Edward? —pregunta emocionada.

—Demasiado, mismo cabello, mismas facciones, misma tranquilidad… Todo lo contrario a Alice —La mencionada protesta—. Lo siento hija, pero desde que naciste mostraste como ibas a ser. Y por el color de sus ojos, todo apunta a que serán verdes —comenta orgullosamente.

Los siguientes en tomarlo son Alice y Jasper, quienes contemplan fascinados a nuestro bebé.

—Haces bonitos bebés, Edward —comenta mi hermana—. Hasta me dan ganas de empezar a hacer uno —Se ríe besando a Jasper suavemente—. ¿Qué opinas, amor?

—Bueno, la práctica es muy buena, por qué no —responde, susurrándole al oído sabrá Dios qué.

—Basta ustedes dos —Los apunto caminado hasta llegar a ellos—. Cochinotes, no quiero saber nada de nada que implique a mi hermana. Denme a mi hijo, apenas tiene unas horas y ustedes ya están pervirtiéndolo. —La abuela y Emmett se ríen, los fulmino con la mirada.

—Aja, sobre todo porque el bebé fue obra del espíritu santo, ¿verdad hermanito? —Me saca la lengua Alice. Decido ignorarla.

Tomy y Mía se sientan en el sillón, ignorando nuestra platica mientras se entretienen con la tablet que les regaló la abuela Renée.

El bebé regresa a los brazos de mi padre y todos se arremolinan cerca de él. Me siento a un lado junto a Bella, con cuidado de no lastimarla. Sus manos se entrelazan con las mías.

—Que cosita, es hermoso, insisto, igualito a Edward. Un Edward Junior sin duda — comenta mamá.

—¡No! —gritamos al unísono Bella y yo.

Nuestra familia se nos queda viendo desconcertados, como pensando: ¿De qué hablan? ¿Qué les picó? ¿De cuál fumaron?

Una carcajada tras otra estalla en el ahora de pronto silencio.

—¡Pervertidos! —Nos grita Emmett bailando graciosamente—. ¿Con que Edward Junior, eh? —Apunta hacia mi entrepierna, moviendo las cejas varias veces—. Edward Junior, Edward Junior... —Se burla.

Mi cara se empieza a tornar roja a juego con la de Bella.

Rosalie, Jasper, Alice y la abuela se ríen sin pena alguna de la situación.

—No, mejor busquémosle otro nombre. Pobre bebé, ¿qué culpa tiene? —comenta Rosalie, tratando de calmar su risa.

—Bueno, basta de avergonzar a Edward y Bella, pero mijito se más original. —Se vuelve a burlar la abuela, haciendo explotar en una nueva ola de risas a los demás.

—Mamá —La reprende mi madre. Eso es, aplaudo internamente, acaba con ella madre—, deja en paz a los chicos. Y hablando de nombres, ¿ya pueden decirnos como se llama nuestro nieto? —pregunta interesada.

Bella y yo intercambiamos mirada y asentimos.

—Sí —Me levanto a tomar al bebé para llevarlo con madre. Cuando está de nuevo en los brazos de mi mujer, su carita se acurruca en su pecho—. Estamos contentos de contar con ustedes en estos momentos y queremos presentar oficialmente a Ian Alexander Cullen Swan.

En la madrugada después de conocerlo, ambos decidimos que ningún nombre que habíamos mencionado le quedaba; él no era un Cristian, ni un Goku (Por mucho que fuera mi caricatura favorita).

Así que nos quedamos pensando. Yo sugerí Alexander, que significaba protector, y mi mujer Ian, que significaba "aquel dado por el señor". Y sí, nuestro hijo era una bendición más mandada por Dios, por lo que en la mañana mientras lo veíamos dormir, ambos sonreímos y nos besamos, quedando satisfechos por elegir un nombre que era adecuado para él.

—Que precioso nombre, le queda muy bien —aprueba mi padre.

—Sí, aquí sí fueron originales. —Se burla de nuevo la abuela.

Entrecierro los ojos.

—Estoy seguro de que al bebé no le importaría no conocerte. —Una sonrisita aparece en mi cara.

—Edward. —Me regaña Bella. Formo un puchero.

—Ella empezó, amor. —Dirijo mis ojos a mi abuela, quien está sonriendo victoriosamente.

—Bueno, basta de charlas, es hora de que dejemos descansar a los padres y a Ian —ordena papá con su voz de 'no acepto replicas', así que todos asienten de acuerdo.

Nuestros hijos se despiden de nosotros para quedarse nuevamente en casa de mis padres. Les prometo a ambos ir por ellos en la mañana para recoger juntos al bebé y a mamá e ir a casa. Gracias a que no hubo complicaciones y ambos están bien, mañana serían dados de alta.

La tarde y noche pasan bastante tranquilas, Ian se dedica exclusivamente a comer, dormir y hacer pis y popo cada tres horas como un relojito. Soy el encargado de cambiarle los pañales, algo mínimo en lo que puedo ayudar a Bella.

Por la mañana me despido de mi esposa, dejándola con una enfermera que se encarga de ayudarla para que esté lista cuando regrese por ella. Una vez que llego a la casa, me baño y cambio, alisto algunas cosas que me pidió Bella e instalo la silla del bebé junto a la de Mía.

Paso por mis hijos, quienes están despiertos y ansiosos, planeamos hacer una fiesta de bienvenida para que conozcan a Ian, pero eso sería más adelante, por ahora lo que queremos es estar nosotros cinco en casa. Nuestra familia nos apoya, tenemos más días para que nos visiten.

Una vez que estaciono el auto en el hospital, ayudo a mis dos diablillos a bajar. Con cada uno tomado de mi mano, caminamos juntos hacia el cuarto de su madre. Bella está lista y cambiada, al igual que Ian, ella lo sostiene mientras está sentada en una silla de ruedas.

Los niños se sueltan de mi mano y corren hasta llegar a su madre, la doctora entra a darnos las últimas indicaciones y una vez que firmamos el alta somos libres de irnos a la hora que queramos. Me acomodo la bolsa de Bella y la pañalera de Ian, la enfermera me hace el favor de ayudarme con las cosas que trajo la familia para ellos.

Mientras Tomy y Mía caminan agarrados de la mano, yo empujo a Bella hasta llegar al auto. Una vez que llego, ayudo a subir a los niños y les ajusto el cinturón, tomo con cuidado a mi pequeño y lo acomodo despacio, tratando de no despertarlo. Una vez que mis hijos están seguros, cargo a Bella entre mis brazos.

—Te vas a lastimar, amor. —Me regaña.

—Si antes no pesabas nada, ahora menos —Beso sus labios rápidamente antes de que los chicos protesten—. Te amo.

—Yo también —murmura. Guardo las cosas en la cajuela, doblo la silla de ruedas y se la entregó a la enfermera, agradeciéndole por sus atenciones. Me subo al auto y verifico nuevamente a los niños, todo está bien, enciendo el carro y lo pongo marcha para llegar a la casa.

El camino es bastante tranquilo, mis hijos observan a su hermano dormir, mientras que con ojos cómplices se sonríen entre ellos. Paramos en un pizzería donde compro unas pizzas, después hago otra parada en un restaurante en el que compro una sopa de verduras para mi mujer. Ella necesita alimentarse sanamente.

Llegamos a casa, una vez que desabrocho y bajo a los chicos, tomo a Ian entre mis brazos. Abro la puerta, ayudando a bajar a Bella; ella aún esta adolorida, camina con cuidado y a paso lento. Le pido que se agarre de mi brazo.

Una vez que llegamos a la puerta, saco la llave de mi bolsillo y abro. Por fin estamos en casa, ahora a atender a mi familia.

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—Edward, están tocando —grita Bella desde la cocina.

—Ya oí. —Le grito de vuelta. Camino a abrir la puerta y los primeros en aparecer son mis padres. Los saludo, haciéndome a un lado para que pasen.

Hoy festejaremos la bienvenida de Ian y yo tengo una sorpresa para Bella, que sé que le encantará. A mí me encanta.

Ha pasado un mes y tres semanas desde el nacimiento de Ian, las primeras cuatro semanas fueron como los juegos del hambre: "tratar de sobrevivir". Nuestro hijo pareció darse cuenta de que era un ave nocturna, pues se la pasaba las noches despierto, mientras que en las mañanas y tardes sus ojos permanecían cerrados.

Adaptarnos nos costó un poco. Mientras que estaba de vacaciones, apoyaba a Bella tanto como podía, hasta hace una semana que tuve que regresar al trabajo. Aún me encontraba en estado zombie caminando por la empresa.

Y Bella… Ella llevaba la peor parte. Nuestro retoño, aparte de batallar por adaptarse a un horario, tenía un hambre feroz, mi mujer estaba bajando rápidamente los kilos que consiguió con el embarazo, mientras que él cogía un buen peso. Ella por ese lado estaba feliz, aunque a veces bromeaba diciendo que nuestro bebé la quería solamente porque era la que proporcionaba el alimento.

Otra cosa que aprendimos de Ian es que era muy puntual a la hora de comer y si no lo atendías rápido se enojaba, haciendo brotar el carácter Swan. Sus gritos de exigencia se escuchan a varias casas y parecía un gusanillo retorciéndose.

Ayer había sido una noche mágica, después de tantos días de estar jugando a toquetearnos y de que yo me entretuviera con Manuela, por fin habíamos podido volver hacer el amor. Habíamos dejado a los niños con mis padres, con varios biberones extras por si acaso.

Teníamos una cena de negocios, pero tan pronto vi a mi mujer mirarme a los ojos mientras conducía, supe que necesitábamos otro destino. Estaba preciosa con ese vestido que dejaba ver el valle de sus pechos y se ajustaba a su cintura. Era hombre muerto y necesitaba revivir. Así que hablé por teléfono con Emmett y le dije que confiaba en él, que se encargara de todo y que no me molestara. Después de reírse de mí, llamándome urgido y que no me olvidara del gorrito para tener una buena fiesta, me deseo buena suerte y colgó, lo que me hizo recordar el sueño que tuve varias semanas atrás. Por supuesto que me cuidaría, Bella había empezado a tomar pastillas, pero eso no evitaría que yo me protegiera también, un paso en falso y trillizos o gemelos. El solo pensarlo me daba escalofríos, con tres estábamos bien, no hacía falta más.

Tan pronto traspasamos la puerta de nuestra casa nos fuimos devorando hasta nuestra habitación, de donde no salimos hasta la mañana siguiente para ir a recoger a nuestros retoños. Una de las mejores noches porque había reconectado con mi mujer. Su cuerpo y el mío eran perfectos juntos y nuestros corazones latían en sincronización, nuestras caricias y susurros demostraban el amor que sentíamos, y que esperaba se intensificara con el tiempo y perdurara hasta el más allá.

Regresé de mis pensamientos para ver a Ian, sus ojos se habían aclarado, eran de un verde esmeralda hermoso, similares a los míos pero con la profundidad de los de mi mujer. Eran perfectos. Esos ojitos se movían de un lado a otro, viendo las siluetas que captaban. Hacía los mismos gestos que Tomy cuando se enojaba y su boquita era similar a la de Mía.

Mis hijos eran los hermanos más amorosos, tiernos y sobreprotectores que alguien pudiera desear. Le hacían caras graciosas para que dejara de llorar, le cantaban canciones, platicaban con él de lo bien que se lo pasarían cuando fuera más grande, inventaban historias y se las contaban.

Siempre estaban al pendiente de Ian cuando nuestro hijo a través de sus llantos nos llamaba o cuando simplemente estaba tranquilo en su cuna o portabebe. Verlos unidos me hacía saber que estábamos educándolos bien, eran buenos niños y nosotros unos padres afortunados.

POV BELLA

La familia había llegado hace unas horas y todo marchaba de maravilla. Estábamos en la sala tomando café mientras que los niños pintaban unos libros para colorear que les habían traído Alice y Jasper.

Rosalie y Emmett estaban en su burbuja personal, viéndose con ojos de cordero a medio morir. Era divertido verlos unos días enamorados, otros días matándose, otros peleando, otros demasiado empalagosos para nuestros castos ojos… Bueno, no eran castos, pero ellos casi filmaban películas XXX. Cuando eso pasaba todos salíamos despavoridos, ese par no tenía pudor.

Mi pequeño Ian estaba en los brazos de mi madre, quien se habría ofrecido a hacerlo eructar. Nos costó un poco acoplarnos al ritmo de nuestro hijo, con dos niños más que requieren atenciones. Era agotador, pero gratificante. Ser padres es emplear esfuerzos, paciencia, amor y dedicación, pero la recompensa vale cada segundo de nuestras vidas: sus sonrisas, sus abrazos, sus "te amo" son un pago muy satisfactorio para nosotros, siempre querríamos más. Gracias al cielo ellos habían aceptado bien la llegada de su hermano.

—Bueno, yo quiero entregarte esto. —Edward llego, dándome un sobre amarillo.

Me le quedo contemplándolo para después voltear a mirarlo.

—Ábrelo. —Me anima. Entrecierro los ojos un momento. ¿Ahora qué regalo será? Me pregunto.

¡Que no sea nada costoso! Suplico.

Mis manos van al sobre, donde saco el contenido de varias hojas tamaño carta.

Empiezo a leer y con una mano tapo mi boca. Dirijo la mirada al hombre que amo.

—Oh Dios, es maravilloso… No lo puedo creer —chillo levantándome para abrazándolo—. ¡Es el mejor regalo que me pudiste dar, amor! Te amo. Gracias, gracias, gracias, soy tan feliz. —Tengo un cumulo de sentimientos, todos positivos. Soy la persona más feliz en estos momentos, mis lágrimas caen en picada, pero son buenas, son lágrimas de felicidad.

—Lo sé cariño, yo también soy muy feliz. —Me abraza un poco más fuerte, mientras su cara va a mí cuello, donde deposita un pequeño beso.

—Tomy, Mía, vengan chicos —Los llamo emocionada por ver su reacción. Ambos niños caminan hacia nosotros—. Tenemos una noticia que darles. —Les cuento.

Tomy y Mía se observan unos segundos antes de voltear a vernos.

—¿Tendremos otro hermanito? —pregunta Tomas curioso.

Los adultos se nos quedaron viendo como diciendo: "¿Enserio? ¡No jodan!".

Edward y yo nos miramos y negamos con la cabeza, mientras una sonrisa adorna nuestros rostros.

—No amor, por ahora no hay más hermanitos —Le aclaro—. Lo que papá y yo queremos decirles, es que él recibió unos papeles en donde dice que yo soy oficialmente tu mamá…

—¡Y Mía es hija de papi! —Termina contando Tomy, mientras brinca feliz a mis brazos.

—Así es hijo, de ahora en adelante, yo soy tu mamá porque te ama mi corazón y tu papá es papi de Mía, porque su corazón la ama. Papá y yo los amamos mucho a los tres y siempre estaremos para ustedes.

—¡Papi! —chilla, mi hija colgándose del cuello de Edward.

—Sí bebita, yo soy tu papá para siempre —promete mi esposo, abrazando a mi hija—. ¿Están listos para esta nueva aventura? —Nos pregunta con lágrimas en los ojos y una sonrisa sincera llena de amor.

—Estamos listos para vivirla contigo —respondo, llegando hasta él con Ian en mis brazos y con Tomy abrazado a mí—, porque a donde vayas, iremos; donde estés, estaremos. Tú eres nuestra fuerza y es gracias a ti que tenemos un hogar, una familia, una razón para ser feliz.

—Sipi una familia, ¡amo a mi familia! —grita Tomy.

—Familia amo. —Lo secunda Mía, brincando feliz en los brazos de su padre.

—Te equivocas amor, ustedes son mi fuerza, mi energía, mi voluntad, mis ganas de luchar, mi fe, mi esperanza… Ustedes lo son todo. Y sí, soy solo un hombre, pero este hombre es el más feliz y afortunado de todo el universo por tenerlos a ustedes como familia.

Veo a la familia que nos rodea, todos sonriendo e incluso llorando de la emoción. Esa familia que nos acogió a mi madre, mi hija y a mí como parte de la suya.

Observo a mis hijos, felices y tan queridos por todos.

Y, por último, dirijo mi vista a mi esposo, amante y amigo. Sus ojos están resplandecientes, su sonrisa es plena y siento todo lo que su cuerpo y alma quiere transmitirme, porque es lo mismo que la mía quiere demostrarle, que mis días mejoraron desde que él estuvo en ellos, que mis noches son perfectas porque sus brazos me cobijan, que sus atenciones me hacen sentir importante, que su amor hacia mis hijos me hace sentir afortunada, que sus besos me debilitan, sus caricias me transportan, que lo amo con cada fibra de mi ser, que le pertenezco desde que decidió luchar por ambos y que cada segundo de cada día daré siempre lo mejor de mí para que siga sabiendo cuanto lo amo y lo agradecida que estoy por haberlo conocido aquella noche.

Si alguien me regresara en el tiempo a esa noche en la que conocí a Edward Masen y me concediera el poder de cambiar mi futuro, le daría las gracias y le diría que no es necesario, porque sin él yo no hubiera podido obtener una familia.

El tuyo, la mía y el nuestro, fueron las principales uniones que nos juntaron, logrando así encontrar el amor donde menos lo esperábamos.


Bueno chicas aquí está el epílogo.

Me fascino escribir esta historia, cada personaje tenía un toque personal y único.

Al fin conocimos el nombre del nuevo integrante de familia Ian Alexander.

¿Y que me dicen del sueño de Edward? Pobrecito XD

A todas mis amigas quienes me ayudaron cuando las llenaba de inbox gracias por sus consejos, sugerencias y opiniones.

A todas quienes leen el fic, dejan rr, gracias por su apoyo y comprensión, por ser pacientes y esperarme en cada actualización.

Una parte de mí esta feliz por haber terminado y la otra esta triste por tener que darle un final. Pero como dicen: todo principio tiene un final.

Las invito a leer Trazando Caminos otro de mis fics que esta en proceso :)

De nuevo muchas, muchas GRACIAS:

Emma cullen, Cullenswan, Rose Cullen Manson, Fran Ktrin Black, Vivi85, Liduvina, Carolina Cullen Pattinson, Gatita Cullen, Ashleyswan, .7355, Lady Andy Pao, IsabellaLeo, Valkirya Door, Ariadne, Angel twilighter, Roxii C, Zonihviolet, Yasmin-cullen, Viivii Alice, Isa Cullen Grey M, Rosii Suarez, Esmeralda C, Patty Miranda, Loreblue31, IsabellaGrace, Magus Cullen Nati Natu, Samyzoe, Madeki, Beastyle, Tata XOXO, Bella Alexandra Cullen, TWILIGHTICA, Aryam Shields Masen, Elaine Hanuro de Uchiha, Nadiia16, Melanie, Bellaliz, Torposoplo12, Mon de Cullen, Solecitopucheta, Saraygarcia08, Yolabertay, Mafe D´Cullen Rojas, Anto prenezio, Kady Belikov Cullen, Maary Cullen, Rockergirl661, Keimasen86, Carlita16, Esmeraldamr, Troian, Patymdn, Bereniizze03, EsteVas, Marce daza, Karolay28, Tita, Chayley Costa, Maria Fernanda, Marilyn, Pili, Cullen-lemmon, Abigail Gonzales De Pattinson, Mandy.01, Sandra32321, Jacke94, Ale74, NachiRK, Eve Runner, Angie Cullen Lutz, Caritofornasier, Miraura21, Greis Cullen Fics, Maricoles, Yessieth Cantu, Liz PattStew, Breyeli, JOhana Manzanares, Saraihtcullen, Katty A Cruz, Tecupi, Cherryland, Dracullen, Daiuamico, Lurix, Karenava, MONIELITA CULLEN, Ania, Cavendano13, Narraly, Sheyla18, CarCulSal, Naye 15, DoriisAriias, Lalyrobsten, Fiorella, Marielpr, Freedom2604, Patricia, Piainzunza, Silvers Astoria Malfoy, Lamb´stown, Gretchen CullenMasen, ConiDanay, Csuhayl, Luy, Marieisahale, NachiRK, Maya Masen Cullen, Dark Arizona, Danitta20, Analang,KaroCullenLautne, Galadrielcullen, Vivi85, Ksts, Isa Labra Cullen Grey Maddox, PequeeCullen20, Bellaliz, Tahirizhita, Vivi SR, Gnziz, FaniCullenSwan, Kady Belikov Cullen, .14661, Patty Miranda, Jackie, Danny Fer D´Rathbone, ISACOBO,Liz Cullen Malonson, Andrea Marbe, GaByMaY91, Angie M. Cullen, Candymel, Choiamberc, KaroSwan, Josephine Whitlock, Lore562, NinaCordova, Emma Cullen, Leah de Call, Patricia Tovar, Crepusculo de media noche, Susancullenmasen, Dark Mochyta, Chiarat, Lizzie Ferrell, Tita Moon, Maayraaykalebb, Roxii C, Silvana98, YareCullen, Bitah, Azabella45, Lili Cullen-Swan, Diana Alvarado, Ald 27, JeniZuluCullenM, Isabelmoon, Diana, Ztrella znxez, PCullenIam, Sandy56, CrazyDreamer07, JosWeasleyC, BABYBOO27, AIDEE SANCHEZ SALGADO, Almas Infinitas, Arlette Cullen Swan, Jacqui, MariaMasen Pattinson, Amarilis666, Angie Cullen Mellark, Annie Pattinson, Karlie 7, Adriu, Hade HSos, Leonor Angelita, NANYs SANZ, lily Len, katty meyer, namezoe nessi, Julissa, Floriponcio, lectores silenciosos y anónimos.

Karina Castillo