¡Hola a todos! :D
Como ya avisé, iba a actualizar un día de estos porque ya tenía prácticamente el capítulo escrito pero entre unas cosas y otras he tardado un poco más de lo que pensaba. De hecho, dejé el capítulo subido en el Doc Manager pero hasta ahora, por falta de tiempo no había podido publicarlo. Sin embargo, aquí estoy de nuevo! Si seguís ahí después de tanto tiempo, de verdad, muchas gracias a todos los que me escribís para apoyarme ^^ Me hace muy feliz que os guste la historia. No me ha dado tiempo a responder los comentarios, pero lo que voy a hacer para la próxima... es ir contestando poco a poco conforme los voy recibiendo, para que así todos tengáis mi respuesta. Y las contestaciones a las no registradas las dejaré en el capítulo siguiente como siempre.
¡Esta vez el capítulo va dedicado a todas las que me escribisteis en el anterior! ¡MUCHAS GRACIAS! ¡Espero que todo os esté yendo muy bien!
¡Muchos besos! Y... os dejo con la lectura :)
ADVERTENCIAS: Vocabulario soez y escenas con contenido sexual.
-PAJAS-
Y ahí estaban.
Hermione, Parvati y Lavender.
Plantadas frente al cuarto de baño de los chicos de la cuarta planta, un viernes por la tarde, sin nada mejor que hacer. Las clases ya habían concluido y los alumnos, o estaban en la biblioteca estudiando o castigados en el Gran Comedor para regocijo de Umbridge.
— Nos vamos a meter en un lío, de verdad— insistió Hermione—Sigo pensando que esto es una mala idea, Lavender. En serio, ¿no podemos escribir el capítulo tranquilamente en nuestra habitación? ¿Puedes decirme qué hacemos aquí perdiendo el tiempo? Si alguien nos ve, pensará que… que somos unas viciosas. Oh, por favor, está decidido. Me voy ahora mismo— añadió indignada, con el rostro congestionado de puro bochorno.
Parvati suspiró. Por eso nunca se habían llevado demasiado bien con Hermione. Porque sencillamente era una aguafiestas y una aburrida.
— ¡Venga ya, Hermione! Si fuiste tú la que nos recriminaste, diciendo que nuestro manual era una sarta de bobadas.
Lavender evidentemente asintió, dándole toda la razón del mundo.
—Además— continuó Parvati intentando persuadirla— Tú misma aseguraste que Malfoy no había escrito el manual. Tenemos que llegar hasta el fondo del asunto. Debemos descubrirle y dejarle en evidencia, pero para ello, necesitamos que cometa un error. Y obviamente no lo conseguiremos si su manual tiene más éxito que el nuestro. Aunque el suyo…
— El suyo es machista. Denigrante. Uf, una auténtica porquería— Hermione terminó su frase—Pero me gustaría saber qué tiene que ver el baño de los chicos con todo esto.
Silencio.
Lavender miró a Parvati. Parvati miró a Lavender. Y Lavender carraspeó. Tenían que ser cuidadosas porque sabían que si daban demasiada información, su compañera acabaría echándose atrás.
— ¡Os lo digo en serio, Lavender! Decídmelo ahora mismo— las instó frustrada.
Pero no hizo falta que las chicas diesen explicaciones porque alguien las interrumpió repentinamente.
— ¿Qué narices estáis haciendo vosotras aquí? — Hermione escuchó una voz femenina surgiendo de las sombras. Una voz con un tono repelente y quisquilloso que conocía demasiado bien.
Se giró y se quedó en silencio al ver a Pansy Parkinson.
— No estamos haciendo nada que a ti te incumba— espetó Hermione, cruzándose de brazos— Sólo hablábamos sobre los TIMOS y las redacciones que tenemos que entregar mañana a la profesora McGonagall. Como sea, no es asunto tuyo, Parkinson.
Pansy enarcó una ceja y se puso firme.
— Ah… y os ponéis a hablar sobre TIMOS y clase de Transformaciones junto a la puerta del cuarto de baño de los chicos. Claro, sangre sucia. Claro. Tan elocuente como siempre. Pero me pregunto… ¿qué diría Umbridge de todo esto?
En realidad a Pansy lo que menos le apetecía en ese momento era ir a ver a Dolores, pero tenía demasiada curiosidad por saber de qué estaban hablando. Después de lo que había ocurrido durante los últimos días en Hogwarts, quería averiguar quién era la fuente de todas las ideas a la hora de escribir los consejos del manual.
Porque sabía a ciencia cierta que la sangre sucia no lo había podido hacer sola.
Lavender, presa del pánico y sin poder soportar la tensión, explotó.
— ¡Bueno, vale! ¡Está bien, está bien! Pero no le digas nada a Umbridge— dijo inquieta, interponiéndose entre Hermione y Pansy—Queremos entrar en el cuarto de baño de los chicos para comprobar algo…
— ¡Estúpida! — gritó Hermione exasperada— ¡Cómo se te ocurre contárselo!
Lavender la sujetó de los hombros para tranquilizarla, algo que obviamente no consiguió.
—Mira, si ella nos apoyó cuando leyó nuestro manual, no creo que diga nada.
—Ah, vuestro manual… claro… me lo suponía— sonrió Parkinson con cinismo.
Hermione la empujó, indignada por completo. Nunca tenía que haber confiado en Lavender. Encima ahora Pansy sabía la verdad. ¡Lo que faltaba!
—¿Acaso eres tonta? ¡Es Parkinson, Lavender! ¿No has pensado en que te ha podido mentir? ¡Siempre está con Malfoy! ¡No se aparta de su lado!
Pansy tosió, captando su atención.
— No habléis de mí como si no estuviera aquí— escupió mirándolas por encima del hombro— Y para que lo sepas, Granger, hace semanas que no hablo con Draco. Lo veo de vez en cuando pululando por la sala común de Slytherin sin despegarse de sus queridos Vincent y Gregory, pero eso es todo. Y aunque no seamos tan íntimos como antes, tengo más amigos. No como tú.
Hermione bufó y le lanzó una mirada cargada de odio, sin embargo captó un claro resentimiento en su tono de voz.
— Parad de discutir de una vez— dijo Parvati— A ver, creo que todas estamos de acuerdo en algo. Tú también Parkinson. Lo afirmaste el otro día. El manual de Malfoy es horrible. Aún no estamos seguras de si alguien le ha ayudado o no pero…
— Pues claro que lo han ayudado— dio por hecho Pansy, adoptando una pose altiva— Precisamente yo lo sé mejor que nadie.
Hermione rodó los ojos.
—¿Ah, sí? ¿Y por qué no habláis según tú desde hace semanas? ¿No estabais saliendo juntos?
Pansy ahogó una carcajada.
—¿De qué narices hablas sangre sucia? Sólo fuimos juntos al baile de Navidad el año pasado. Si vieras lo desesperado que estaba porque lo acompañase... Casi todas las alumnas de Slytherin ya tenían pareja y su padre lo había obligado a ir con alguien con clase. Ya sabéis. No podía decepcionar a Lucius—dijo con suficiencia— Me dio un poco de pena y fui con él.
Hermione entornó los ojos, con recelo.
— Creo que no eres la más indicada para menospreciarlo de esa forma, Parkinson. Para tu información, Harry y yo escuchamos rumores de que os habíais morreado una vez. Dudo que puedas negarlo. Además, siempre te has mostrado muy…atenta con Malfoy. Nunca te has despegado de él, por favor.
Pansy, nada más escucharla, comenzó a toser. Era verdad. Draco le había gustado desde hacía mucho tiempo. Pero esa idea que tenía de él, -de chico perfecto- se había esfumado desde el momento en el que había tocado sus labios. Draco Malfoy era muy guapo. Sí. Muy inteligente, también. Pero besaba de pena. Por no hablar de que era un inmaduro y un consentido. Y sobre todo, no era perfecto. Había pasado casi toda su infancia con él, los veranos en Malfoy Manor, las tardes juntos en Hogwarts… Lo conocía muy bien. Pero había tenido puesta una venda en los ojos durante largo tiempo y por fin se había deshecho de ella. Podía aspirar a alguien mejor. Alguien que la tuviese en cuenta. No sólo le había dejado de gustar por lo mal que besaba. Lo único que tenía Draco era una cara bonita y su posición social. Pero luego, no había nada más. Su obsesión por Potter y sus amiguitos lo absorbía por completo. Ella quedaba totalmente excluida y ahora por fin lo había comprendido. Había sido una imbécil. Pero no podía reconocerlo. Al menos, no delante de esas idiotas.
—Es posible… pero ahora soy consciente del error que cometí. Sólo tuvimos unos pequeños roces un par de veces y…— se quedó en silencio durante unos instantes.
Lavender y Parvati la observaron con total expectación. Tenían demasiada curiosidad después de todo.
—¿Y qué? — indagó Hermione metiéndose un mechón de pelo detrás de la oreja, nerviosa.
—Que besa fatal— soltó Pansy llevándose la mano al rostro, dando a entender que se arrepentía—Ni siquiera sabía cómo había que abrazar a alguien. De hecho creo que era la primera vez que lo hacía y estuvo a punto de dejarme sin dientes. En fin, prefiero olvidar ese fatídico pasaje de mi vida. Luego Adrian Pucey me confesó que le gustaba y una cosa llevó a la otra, y al final le dije a Draco que no quería nada con él. Aunque él procuró que pareciese que no le había afectado. Se hizo el indiferente y empezó a burlarse con Gregory y Vincent, como si yo le debiese algún tipo de favor por haberme dirigido la palabra durante todos estos años.
Hermione, pasmada por completo, soltó una risotada. Parvati y Lavender se sentían abrumadas con lo sucedido. Todo aquello era demasiado para asimilar. ¡Un notición!
— ¿En serio besa tan mal? — inquirió Hermione, algo incrédula y con una pizca de curiosidad. Si Malfoy se enteraba de lo que acababan de descubrir, no estaría muy contento.
Pansy se enrojeció violentamente.
— No te rías, Granger. Pero sí. Qué vergüenza. No sabía mover la lengua. Lo hacía sin nada de sutilezas. En cambio Adrian…
Pero no pudo terminar la frase porque las chicas de Gryffindor estallaron en carcajadas. Que Pansy hablase así de Draco Malfoy demostraba que él no tenía ninguna experiencia sexual, y por tanto, no había escrito el manual.
— ¡Callaos de una vez! ¡Ya bastante me arrepiento de haberle besado!
Sin embargo todas, incluida Pansy, se quedaron mudas nada más escuchar unos pasos provenientes del fondo del pasillo.
Alumnos. Y por el sonido de las pisadas, estaban demasiado cerca.
Hermione se quedó petrificada y Pansy chasqueó la lengua- porque lo que menos quería era que alguien la viese con ellas-. Las únicas que reaccionaron fueron Lavender y Parvati, y rápidamente arrastraron a las chicas con ellas y entraron en el baño.
— ¿Pero qué haces, Lavender? ¡Vámonos ahora mismo! — Hermione se sentía agobiada. Era la primera vez que se colaba en un baño de chicos y estaba poniéndose muy nerviosa. Encima estaba quebrantando las reglas del colegio, y aquello la estresaba aún más. La situación empeoró cuando escucharon unas voces masculinas, cada vez más cercanas a ellas.
— ''Vamos a los lavabos, además debemos hablar sobre algunos detalles de…''
Hermione se quedó sin aliento.
— ¡Maldita sea! ¡Vienen aquí! ¡Qué hacemos!
Lavender sonrió.
— ¡Al cubículo! ¡Ya!
Hermione no rechistó en ese momento y obedeció. ¿Qué iba a hacer si no? Ya era demasiado tarde y se los encontrarían de frente si decidían salir de allí. Pansy tampoco dijo nada. Ella se encerró en uno de los cubículos con Lavender y Hermione hizo lo mismo con Parvati. Una vez dentro, se subieron muy rápido sobre el retrete para que no las viesen por debajo de la puerta y se quedaron muy quietas.
Hermione hizo un gran esfuerzo por no perder el equilibrio, desplomarse y arrastrar con ella a Parvati.
—Joder, aparta tu asqueroso culo Brown. No te muevas tanto— se quejó Pansy, molesta— No sé qué hago aquí contigo. Con vosotras en general.
— No puedo hacer nada— susurró Lavender— Callaos todas, que ya vienen.
Hermione resopló desde el otro lado.
— ¿Y ahora qué demonios vamos a hacer? Si nos descubre Umbridge, nos expulsarán. Y os juro que…
—Tranquila, tranquila Hermione— musitó Parvati— Esto formaba parte del plan. Es necesario que haya chicos dentro del cuarto de baño si queremos escribir la siguiente parte del manual porque si vamos a observar la anatomía humana…
—¡Oh, por favor! ¡Yo no pienso mirar! — Hermione, totalmente horrorizada, cerró los ojos. La puerta del cubículo estaba cerrada pero aún así podía ver los lavabos gracias a una pequeña rendija que les daba cierta visibilidad.
— ¿Os queréis callar de una maldita vez? — las advirtió Pansy desde el otro cubículo al escuchar voces junto a la puerta del cuarto de baño.
Ninguna dijo una palabra más. Hermione se cubrió la cara pero nada más escuchar la odiosa voz de Draco Malfoy, abrió los ojos de par en par y empujó un poco a Parvati para poder mirar por la rendija.
Malfoy no iba solo. Todos sus compañeros de habitación lo acompañaban.
Crabbe, Goyle, Zabini y Nott.
— ¿Ves cómo te dije que el manual iba a ser un éxito? —comentó Blaise, hundiendo las manos en sus bolsillos.
Draco sonrió con falsedad y prefirió olvidar los asquerosos pensamientos que habían pasado por su cabeza cuando leyó un poco del manual de la sangre sucia. Cómo había podido caer él tan sumamente bajo. Estaba convencido de que Granger había usado algún maleficio en el manual que lo había inducido a que se empalmase. No había otra explicación posible.
—Pero sigo teniendo un problema, Blaise— dijo arrastrando las palabras—Todas las alumnas de Hogwarts…me odian. Pansy ya ni me habla. Hasta la asquerosa de Millicent me miró por encima del hombro ayer. ¿Sabes lo desagradable que fue tener que soportar algo así? Tengo que ganarme al sector femenino. Al menos, al de mi casa.
Crabbe y Goyle se rieron con fuerza. Theodore Nott, en cambio, se mantuvo taciturno. Sin opinar al respecto, ajeno a toda la conversación. Como si le molestase el simple hecho de estar ahí. Él sólo los había acompañado porque Draco Malfoy había insistido en que tenía que contarles algo muy importante. Demasiado relevante como para que esperasen a llegar a la sala común de Slytherin. Algo- probablemente- relacionado con Potter o con Granger… o con Weasel. Sus principales temas de conversación a lo largo del día.
— Todo a su tiempo, Draco. Todo a su tiempo— Blaise sonrió para sí mismo. Conseguiría que todas las alumnas de Hogwarts lo odiasen, que lo considerasen un machista. Dejarían de mirarle con admiración, con respeto. Y él pasaría a estar en primer plano y a ser venerado por todos y todas. Pero debía darle la razón para que no sospechase y su plan se fuese a la mierda—Por ahora, voy a escribir el segundo capítulo y seguiré el mismo método que con el primero. Tenemos que conseguir ganarnos el apoyo de todos los alumnos de Hogwarts. Ya nos sigue la gran mayoría, pero aún hay algunos gilipollas de Ravenclaw y Gryffindor que son bastante reacios. Debemos ganarnos su confianza, su respeto. Y las alumnas tienen que odiarte. A ellas les gusta odiarnos al principio, ¿sabes? He oído que ese rollo de amor-odio las pone cachondas. Cuando pasen unas semanas cambiaré el método. El método que hará que se enamoren, que se quieran tocar por las noches pensando en ti. ¿Qué te parece?
Draco asintió, un poco más conforme. Pero un escalofrío lo recorrió al imaginarse a Millicent tocándose pensando en él.
— Bien, Blaise. Bien.
Hermione apretó los dientes.
''Zabini, así que él está detrás de todo''
Todas continuaron escuchando.
Vincent sacó en ese momento un pergamino arrugado de su bolsillo, captando la atención del resto.
— ¡Crabbe! — aulló Draco, asqueado al ver que se trataba del manual de la sangre sucia— Qué haces con esa bazofia. Creía haber quemado todas las copias que trajiste a la habitación.
Crabbe volvió a releer algunas partes, bastante sorprendido.
'' Empieza dándole un suave beso con la boca cerrada. No tengas prisa ni seas brusca. Entreabre un poco tus labios muy lentamente, recreándote en la suavidad y ternura de su boca…'' —el chico no pudo terminar porque Draco Malfoy le arrancó con todas sus fuerzas el pergamino de las manos. Se acercó a un cubo vacío que había junto a los lavabos y lo arrojó con repulsión, como si de algo podrido se tratase.
Theodore frunció el ceño pero continuó en silencio.
— ¿Por qué has hecho eso, Draco? — replicó Crabbe, pero cuando percibió la fría mirada que le lanzaba su compañero, dio un paso hacia atrás, cohibido.
— No hace falta que me recuerdes las estúpidas palabras de la sangre sucia, Crabbe— siseó con desdén.
Blaise intervino con cierto recelo, intentando meter veneno.
— ¿Que te recuerde? ¿No dijiste que ni siquiera te ibas a molestar en leerlo, Draco?
Malfoy masculló. Puto Blaise.
— Cuando fui a deshacerme de él, cayó al suelo abierto y leí algo por accidente. Eso es todo, Blaise. No me provoques.
Zabini volvió a sonreír. Interesante. Muy interesante.
— Bueno— carraspeó Goyle, bastante confuso. Al fin y al cabo, pensar no era su fuerte— No me hubiera imaginado que Granger supiera escribir tan bien.
— Y no sabe— escupió Malfoy con desprecio— Le han ayudado. San Potter, Weasel. Quién sabe. Pero ella no ha escrito el manual. Al menos, sola. No veo a Granger capacitada, sinceramente. Es evidente que no tiene experiencia sexual de ningún tipo. Y dudo que haya visto la polla de Potter o la de la comadreja. Es más, dudo que haya visto alguna en su vida.
A Hermione se le detuvo el corazón en ese momento. Maldita cucaracha deplorable.
— En fin, eso es lo que tú piensas, Draco— Theodore, que hasta el momento había estado muy callado, se unió por fin a la conversación, aburrido de tantos desvaríos— Pero no has llegado a replantearte ni una sola vez durante todos estos años si en realidad Granger ha estado con alguien. Tiene una vida fuera de Hogwarts. Y durante las vacaciones probablemente…
— Probablemente…— lo imitó Malfoy poniendo voz infantil, con cara de asco y todo el desprecio del mundo—Ni de coña, Theodore. ¿Granger? ¿Qué crees que hace fuera de Hogwarts? Es evidente, ¿no? Aburrirse. Pasar las tardes en su casa, estudiar y leer todos los libros que encuentra a su paso porque no tiene nada más emocionante que hacer. Le encanta revolcarse en su propio patetismo creyéndose mejor que el resto. Y encima se atreve a pensar en los demás como si fueran mediocres, cuando ella es una asquerosa sangre sucia. Además, siempre está con la comadreja y Potty, que son los únicos que la soportan. ¿Crees que llegaría a hacer algo con ellos? Párate a pensarlo un segundo. ¿Un trío tal vez? Lo dudo mucho. Granger es un coñazo. Weasel una comadreja paupérrima. Y Potter… un cara cortada que va de héroe por la vida. Algo que es más que evidente a estas alturas.
Theodore se llevó la mano a la barbilla.
— No necesariamente tiene que haber estado con ellos. Granger es hija de muggles, te recuerdo. Quizá su novio también sea otro muggle de pacotilla y sólo se ven en verano— aguijoneó con satisfacción viendo como el rostro de Malfoy se tensaba de pura rabia.
Draco, procurando no mostrar estar afectado, soltó una falsa carcajada que hizo eco en todo el cuarto de baño.
— Lo dudo mucho. Seguro que incluso los sucios muggles de sus padres están hasta las narices de ella. ¿Os imagináis tener que aguantarla durante las vacaciones? Opinarán que es mejor que venga a esta bazofia de colegio y nos ''honre con su presencia''-para nuestra desgracia- con tal de no soportar sus crisis emocionales durante todo el año— continuó con hastío— Porque claro, le encanta llamar la atención y como físicamente no puede ni podrá nunca, lo hace levantando la mano en clase hasta que- y ojalá ocurra- se le caiga el brazo un día de estos o…evidentemente, participando en las hazañas heroicas del gran pajipotter, ¿no? Y ganando muchos puntos, muchísimos. Que no están justificados aunque el patético viejo de Dumbledore se empeñe en que se lo merecen porque son muy buenos y muy valientes y nunca quebrantan las normas ni nada de eso. Entiendo la obsesión del viejo por su querido Potter y el afán de compadecerse del pobretón de Weasel de algún modo… como no puede ofrecerle galeones, le regala puntos como si fuesen caramelos. ¿Pero qué tiene Granger, joder?
— Pues la noche del baile de Navidad del año pasado no estaba mal… y el gran Viktor Krum la eligió como pareja. Esa noche llamó mucho la atención. Físicamente y… ¿mentalmente? —comentó Crabbe debatiendo si había hecho bien aquel último cumplido, pero inmediatamente recibió un golpe en la nuca por parte de Malfoy.
Draco, por algún motivo, se sentía cada vez más molesto.
— No es necesario que nos hagas rememorar algo tan lamentable, Crabbe. Creía que ese palurdo tenía un poco de inteligencia, pero dejó claro que le faltaban más de cien gramos de cerebro cuando fue al baile de la mano de Granger. Y pensar que por un momento llegué a apoyarle en los mundiales de quidditch o durante el torneo de los tres Magos…—carraspeó con desdén procurando no admitir que en algún momento de su vida había admirado al búlgaro.
— Bueno y en el caso hipotético de que Granger haya escrito el manual, que puede ser… todo es posible, no digáis que no— los interrumpió Blaise— ¿creéis que alguna vez se habrá masturbado?
A Malfoy se le dilataron las pupilas. No, no le gustaba absolutamente nada el rumbo que estaba tomando la conversación. No quería visualizarla haciendo… eso, joder. No.
— Quién sabe— Gregory Goyle se encogió de hombros— Nosotros nos hacemos pajas cada dos por tres. ¿Por qué no iba a hacerlo ella?
Blaise no desaprovechó la oportunidad de molestar a Draco aún más.
— Somos adolescentes. La sangre sucia también lo es. Tiene hormonas… y necesidades como todos. Se hace dedos, seguro.
Draco se vio obligado a poner fin a aquello.
— Pero de qué narices estáis hablando. ¿Os estáis escuchando? En serio…Granger, ¿tocándose? Habéis perdido el juicio. Veréis, cómo os lo explico para que os quede claro y no vuelva a salir este tema de conversación tan horriblemente vomitivo. La sangre sucia se cree demasiado buena, demasiado ética. Para ella no sería moralmente correcto meterse la mano bajo las bragas. Tocarse…esa palabra es una de las pocas que no existe en su gran libro de sabiduría. ¡Oh qué tragedia!
Theodore suspiró cansado.
—Y lo sabes tú, Draco, porque la conoces mejor que nadie, ¿no? En fin, no has llegado a pensar en que a lo mejor esa es la imagen que Granger quiere mostrar de sí misma. De inocente. De repelente coñazo. Y si realmente, ella…
Draco fulminó a todos y cada uno de ellos con la mirada. Su paciencia había llegado al límite.
— Ya basta. ¿No se suponía que habíamos venido a… echar una meada? — espetó dando por finalizada la conversación— ¿Qué hacemos aquí entonces? Volvamos de una vez a la sala común. No tengo ganas de continuar hablando de esa estúpida. Ni siquiera se merece que desperdicie mi preciado tiempo insultándola.
Zabini movió la cabeza, con total aburrimiento. Era él el que había propuesto lo de ir al baño a hablar. ''Ya veréis, os tengo que contar algo muy importante. Muy interesante. En los lavabos '' Lo único que había hecho Malfoy era putear a Granger desde que habían entrado en el cuarto de baño. ¿Por qué cojones se quejaba tanto?
Hermione se puso más que furiosa. Detestaba a Draco Malfoy. Mucho. Pero ese día en concreto, después de toda aquella conversación que había escuchado y ''presenciado'', su odio había pasado al siguiente nivel. Quería pegarle una bofetada, como el día en el que Buckbeack iba a ser ejecutado. No. Quería pegarle puñetazos. Muchos. Arrancarle el pelo engominado. Mechón a mechón. Hasta dejarlo calvo. Siempre había procurado ignorarle a él y a sus despectivos comentarios con tal de evitar un enfrentamiento y no empeorar la situación. Además, sentía que no merecía la pena iniciar una batalla con un niño consentido y malcriado que se aburría demasiado y sólo se entretenía a costa de fastidiarles. A Harry, a Ron y a ella. Pero ya no podía más. No iba a dejar estar todo aquello. Su cólera sólo empezó a calmarse cuando vio que los chicos se iban a marchar- porque eso quería decir que por fin podría salir de aquel maldito lugar- pero…
— Id vosotros. Yo voy a…lavarme un poco la cara. Nos vemos en la sala común— comentó Theodore Nott mirando hacia todos lados. En un principio había querido a volver a su sala común cuanto antes, pero había habido un cambio de planes.
Lavender se emocionó más que nunca. Pansy, por otra parte, se mantuvo indiferente. Le preocupó más el hecho de que el pie se le estuviese quedando dormido.
Draco entornó los ojos. ¿Lavarse la cara? Theodore llevaba días comportándose de una forma extraña. Se pasaba horas metido en el baño, a saber haciendo qué. Pero no quiso preguntarle. No era su problema, por lo tanto, interés Malfoy= cero. Sin decir adiós y de espaldas a él, alzó la mano a modo de despedida y se marchó del baño junto al resto con aires de grandeza.
Theodore suspiró en cuanto sus compañeros desaparecieron por la puerta. Después, cerró los ojos.
Inspiró.
Y cuando volvió a levantar los párpados, parecía mucho más seguro y decidido que antes. Lentamente, se subió las mangas de la camisa, abrió el grifo del lavabo, se echó un poco de agua en la cara, se pasó los dedos por su pelo castaño y se aflojó la corbata. Durante unos segundos se miró en el espejo, sin tener ni idea de que lo estaban observando. Exhaló, intentando calmarse y se acercó a la papelera donde Malfoy había arrojado el manual de Hermione Granger. Cerciorándose de que no venía nadie, lo cogió rápidamente y se acercó a los cubículos.
A Hermione y Parvati les latió el corazón desbocado cuando vieron que Nott alzaba la mano para abrir la puerta del cubículo en el que Pansy y Lavender se encontraban, pero por algún motivo el chico cambió de opinión en el último momento, y de un portazo, se encerró en el contiguo.
Durante unos minutos no se escuchó absolutamente nada. Sólo silencio. Sólo el goteo del agua que caía, causado por un grifo mal cerrado.
Hermione no podía ni respirar. Tenía la sensación de que si lo hacía, el chico misterioso de Slytherin la escucharía. Apretó los ojos fuertemente y lo único que deseó fue que Nott se marchase cuanto antes.
¡No pensaba volver a entrar en un baño de chicos durante el resto de su vida! ¡Antes prefería volver a enfrentarse a un Troll en Halloween!
Lavender que hasta ese momento había permanecido algo agachada, se irguió para mirar por encima del cubículo. Parvati desde el otro lado, hizo lo mismo. Ambas se observaron y sonrieron con picardía.
Hermione no podía dejar de sudar, y en cuanto a Pansy, decidió unirse a hacer de voyeur junto a Lavender y Parvati.
Y es que todas, siendo tan opuestas, se hicieron la misma pregunta. Incluso Hermione, aún estando agachada y con los ojos cerrados.
Y esa pregunta era… ¿Por qué Theodore había recogido el manual y se había encerrado en el cubículo con él? ¿Con qué objetivo? ¿Iba a leer el manual a escondidas? ¿Acaso no había tenido tiempo de hacerlo a esas alturas? No tenía sentido, desde luego.
Hermione abrió los ojos lentamente y alzó la vista para mirar a Parvati. Se extrañó cuando vio que su compañera tenía la mandíbula desencajada y se había puesto bastante roja. Hermione se preocupó, quiso arriesgarse y se puso totalmente en pie sobre el retrete, procurando no achuchar a Parvati, para ver qué demonios estaba ocurriendo.
Un segundo después se arrepintió de haberlo hecho.
Theodore se había sentado sobre el retrete con la tapa bajada y había comenzado a desabrocharse el cinturón del pantalón, sin soltar el manual.
La tapa bajada.
Todas se dieron cuenta al instante de lo que pretendía. Hermione ahogó un grito, pero por alguna razón inexplicable, estaba tan impresionada que ni siquiera pudo apartar la mirada.
Theodore, sin ser consciente de que lo estaban espiando, inspiró, cerró los ojos y deslizó la mano en el interior de sus pantalones.
Lavender no daba crédito a lo que estaba contemplando. Y no era la única. Hasta Pansy, que supuestamente era la que mejor lo conocía, estaba sorprendida. Theodore siempre había sido un alumno reservado, solía mantenerse apartado del resto y pocos eran los amigos que tenía. Si es que acaso él los consideraba amigos.
¿Y ahora… iba a hacerse una puñetera paja en el cuarto de baño como si nada?
La situación empeoró cuando él deslizó la mano y empezó a moverla muy despacio, gimiendo suavemente.
Hermione se cubrió la cara, abrumada. Irónico cuando ella no era la que estaba siendo observada, pero le resultaba demasiado vergonzoso mirar en su intimidad a un Slytherin que hasta ese momento había pasado ligeramente desapercibido para todas.
Los jadeos de Theodore se hicieron más fuertes. Más intensos. Y al mismo tiempo, el movimiento de su mano se volvió más rápido, más ansioso.
Más desesperado.
Parvati aún continuaba con la boca abierta. Lavender no podía parpadear y los ojos se le habían quedado resecos. Pansy había pasado de estar roja a estar casi morada. Y Hermione sencillamente, no estaba ahí.
— Oh— gimió él repentinamente comenzando a murmurar algo por lo bajo. Lavender sintió curiosidad e hizo un esfuerzo por escuchar mejor— Oh… Pan…
Hermione frunció el ceño. ¿Qué demonios estaba balbuceando? El corazón se le detuvo. ¿Quizás estaba pensando en…?
— Pansy…— jadeó haciendo más presión en sus sacudidas— Pansy.
A Pansy se le dilataron las pupilas al escuchar su nombre. Perdió el equilibrio y Lavender la tuvo que sujetar para que no cayese al suelo. Pero la chica se había quedado inerte. Su nombre resonaba una y otra vez, haciendo eco en sus pensamientos.
No, no, no.
Y entre todo ese barullo de confusión, sólo pudo hacerse una pregunta. ¿Por qué Theodore Nott estaba masturbándose pensando en ella?
¿Es que acaso le gustaba a él y era tan gilipollas que no se había dado cuenta?
No era posible.
No.
Hermione, por otra parte, se sentía anonadada. Theodore Nott, tocándose tan provocadoramente, leyendo ''su supuesto manual'', pensando en Pansy, gimiendo su nombre mientras las gotas de sudor resbalaban por su rostro. Por no hablar de su...
Cabeceó apretando fuertemente los ojos. Ni ella misma lo creía. Cuando se sintió con fuerzas, observó a Parkinson desde el otro cubículo para ver cómo se encontraba y entonces se percató de lo afectada que estaba. Pansy siempre había sido fría como el hielo. Orgullosa. Vanidosa. No dejaba que nada ni nadie derrumbasen su muro de contención. Y ahora…
Ahora claramente estaba sorprendida. Azorada. Incluso Hermione hubiera dicho que Pansy Parkinson estaba excitada.
En ese momento a Theodore se le escapó un fuerte gemido, se retorció de placer, aumentó el movimiento de su mano y durante unos segundos se quedó inmóvil, sólo respirando agitadamente. Sólo sintiendo. Sólo disfrutando de ese escaso instante placer, hasta que su pulso volvió a la normalidad.
Agotado, apoyó los codos sobre sus piernas y dejó caer el manual al suelo, olvidándose de él por completo.
Luego suspiró, bajó los párpados y apretó los puños con ira, siendo consciente de lo que había hecho.
— Mierda— susurró con voz ronca, haciendo que todas se preguntasen a qué se debía ese cambio de actitud y por qué parecía estar tan enfadado.
Pero al ver que se levantaba del retrete bruscamente y se abrochaba el cinturón con manos temblorosas, rápidamente volvieron a agachar la cabeza para ocultarse. Theodore recogió el manual manchado del suelo, pegó una patada a la puerta del cubículo y después de arrojar el pergamino a la basura, abrió el grifo para lavarse las manos que estaban cubiertas de su esencia. A Hermione comenzaron a temblarle las piernas de estar tanto rato de puntillas. Lo único que quería era que Nott se marchase de una maldita vez.
Que desapareciese por la puerta del cuarto de baño para no volver.
Y así sucedió, pocos instantes más tarde.
Cuando por fin se quedaron solas, no tardaron en salir de allí en tropel.
— ¡No puedo creerlo! —dijo Lavender en el pasillo, buscando cualquier recoveco en el que esconderse para hablar tranquilamente del tema sin que nadie las viese— Así que de esta forma se tocan los chicos. Habéis visto cómo se ha corrido... Ay, ¡qué vergüenza!
Pansy continuaba roja. Daba la sensación de que iba a desmayarse de un momento a otro, pero cuando vio la expresión eufórica de Lavender Brown por fin reaccionó y se puso furiosa.
— ¡No pensaréis usar esto en vuestro manual, ¿verdad?!
— Esto...¡pues claro que sí! — corroboró Parvati.
Pansy empezó a hiperventilar.
— ¡Juro que usaré una imperdonable si….! — bramó sacando la varita de su túnica pero Lavender no la dejó continuar. Hermione, en cambio, no tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo— ¡Estáis locas!
— A ver, relájate— murmuró Lavender sujetándola por los hombros a lo que Pansy respondió con un ''Quién te crees que eres para tocarme'' y un manotazo, pero ella hizo caso omiso a sus palabras— Mira, necesitábamos material para el siguiente capítulo del manual. Y ya lo tenemos. Obviamente no vamos a mencionar nada de Nott. Ni de ti. Sólo haríamos una descripción de los hechos.
Pansy no parecía que estuviese prestando la mínima atención a lo que Brown le estaba contando.
—Esto…— balbuceó en shock— esto no puede estar pasándome.
— Qué fuerte... De todas formas, Parkinson, tampoco es tan malo que le gustes a Nott— la cortó Parvati— Creo que es algo natural que se toque pensando en ti. Quizá esa sea la única manera que tiene de desahogarse porque no se atreve a decírtelo. Oh, ¿pero habéis visto la forma en la que se estaba tocando? Y yo que pensaba que era un soso... y un bicho raro.
— Eso es una gilipollez—escupió Pansy, bastante incómoda— No puedo gustarle a Theodore. Es imposible.
Hermione enarcó una ceja. Le sorprendía que Pansy, por primera vez, admitiese que no necesariamente tenía por qué gustarle a todo el mundo.
— ¿Y por qué estás tan convencida?
Pansy chasqueó la lengua y señaló a Parvati con el dedo.
— Ella lo ha dicho. Él es un bicho raro. Además, ni siquiera me mira cuando pasa por mi lado. Porque supuestamente, me odia.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Lavender.
Pansy suspiró e intentó sincerarse por una vez en su vida. Sentía que la cabeza le iba a explotar en cualquier momento si no lo hacía.
— Joder, a ver… es que Theodore es demasiado raro. Siempre lo ha sido. Está todo el día con sus libros y sus estupideces. Y no sé, da la sensación…no, estoy segura de que se cree superior a los demás y por eso se mantiene al margen de todo y no se relaciona con casi nadie. Al único que no mira por encima del hombro es a Draco. Además, una vez, Daphne me dijo que lo había escuchado hablar con Blaise.
—¿Y? — Hermione empezó a sentirse interesada al respecto. Maldición, estar tantas horas junto a Lavender y Parvati le estaba afectando seriamente.
— No sé cómo surgió la conversación, pero el imbécil de Theodore le dijo a Blaise que no entendía cómo yo podía gustarle a Draco porque era muy pedante y demasiado…simple.
Hermione tuvo que contener un poco la risa.
— No te rías, sangre sucia— espetó molesta— En fin, que supuestamente siempre me ha detestado. ¡Cómo puede decir que soy simple! Sólo me habla cuando no tiene más remedio. Y lo hace con muy poco interés, creedme. Cada vez que me mira noto que piensa que es mejor persona que yo... ¿y ahora se hace una paja pensando en mí?
Parvati se quedó dubitativa por unos momentos, pero Hermione fue la que llegó a una conclusión.
— Quizá le hayas gustado desde siempre y haya sentido rabia por haber estado tú con Malfoy y ahora con Adrian Pucey.
— ¿Y por qué narices no me lo dice?
— No lo sé. Quizá por orgullo. Además, es cierto que es soberbio y bastante misántropo. Nunca he hablado con él pero sí da la sensación de creerse superior y pretender mantenerse apartado del resto. O quizá no te lo dice porque realmente no te soporta. No sería extraño.
Pansy rechinó los dientes. La sangre sucia empezaba a tocarle la moral.
— No empecéis otra vez—dijo Lavender, cansada de tantas discusiones— Recordad. Zabini está ayudando a Malfoy. ¡Él es el que está escribiendo el manual! Olvidaos por un momento de Nott. Ya hablaremos de él más tarde.
— ¿Más tarde? — preguntó Pansy, con el ceño fruncido— ¿No estaréis pensando en que os ayude con el manual, verdad? He quedado con Daphne dentro de un rato y además, aunque no tuviera nada mejor que hacer, jamás se me pasaría por la cabeza juntarme con vosotras. ¿Habéis perdido las pocas neuronas que os quedan? Yo juntándome con una sangre sucia con pelo de escoba y unas traidoras a la sangre… Ni pensarlo.
Hermione intentó ignorar sus últimas palabras.
— ¿Quieres que Malfoy se salga con la suya? — dijo Parvati, azuzándola— Además, Nott estaba pensando en ti mientras se tocaba. Entre todas tenemos que escribir el siguiente capítulo. Y tú eres la más indicada para… describir ciertas sensaciones.
— ¿Sensaciones?
— Sí, a ti te ha afectado más que a nosotras, está claro— añadió Lavender— Estaba pensando en ti mientras… ya sabes. Se tocaba.
Pansy cerró la boca y se lo pensó por unos momentos. No quería que Draco se saliese con la suya. Y menos ahora que había escuchado toda la conversación con Blaise en el cuarto de baño. Pero ayudar a la sangre sucia y a las cotillas de turno con el manual y describir lo que había visto significaba tener que recordar, momento tras momento, a Theodore Nott, moviendo la mano muy despacio, masturbándose pensando en ella. Gimiendo su nombre con esa puñetera voz tan provocadora saliendo de sus labios.
Sacudió la cabeza.
Definitivamente, no podía. No quería. Pero…por otra parte, le extrañaba demasiado el comportamiento de Blaise. Él estaba ayudando a Draco, pero ella lo conocía lo suficientemente bien como para saber que tampoco era un machista. Ni mucho menos. Es más, era uno de los alumnos con más clase y educación de Slytherin. Esa educación y elegancia la había aprendido muy bien de su madre. ¿A qué se debía entonces ese tipo de manual? ¿Una treta? ¿Se la quería jugar a Draco? ¿Y por qué? ¿Acaso tenía asuntos pendientes con él? ¿Viejas rencillas? ¿Qué era lo que habría pasado?
— Está bien… pero— añadió rápidamente al ver que Brown y Patil se emocionaban demasiado pronto— Sólo por esta vez. Eso sí, me tenéis que jurar que no vais a contar a nadie lo que ha ocurrido en el cuarto de baño con Theodore. ¡¿Me estáis escuchando?! Eso también va por ti, Granger. Ni una palabra a Weasel. Ni a Potter.
Hermione se encogió de hombros y se sintió indignada al recordar la última conversación que había tenido con sus amigos. Tenía que hacerles entrar en razón.
— No creo que me creyesen de todas formas. Para tu información últimamente están muy emocionados con el manual de Malfoy. O mejor dicho, de Zabini.
— ¿En serio? — hasta a Pansy le sorprendió. ¿Weasel y Potter apoyando a Draco? ¿Se acercaba el Apocalipsis y no se había enterado?
Hermione bufó.
— Sí, en serio. Palabras textuales de Ronald: ''tu manual es muy ñoño''.
Pansy dejó escapar una risotada.
— Por una vez debo darle la razón a la apestosa comadreja. Tenéis suerte de que yo os vaya a ayudar. Esta vez venceré y el manual de Draco quedará como lo que es. Una mierda.
— Venceremos, venceremos— la corrigió Lavender.
Hermione, en cambio, estaba cansada de discutir y en ese momento sus prioridades eran otras mucho más importantes. En algo coincidían Pansy Parkinson y ella. Ambas querían humillar a Draco Malfoy. Que supiese que, ni mucho menos, él tenía el control de la situación.
— En fin, ¿cuándo vamos a escribirlo? ¿Después de la cena? — preguntó Pansy intentando pensar en cualquier cosa que no fuese Theodore Nott pero por más que quería no conseguía sacarse la escena del baño de la cabeza.
— Sí, será lo mejor— dijo Parvati, exaltada.
Pansy las miró con cierta duda. Llevaba largo rato haciéndose una pregunta.
— A todo esto listillas… ¿me podéis decir dónde vamos a quedar para escribirlo?
Las chicas permanecieron en silencio. Aquello era algo con lo que no habían contado. Pero aún tenían la cena y tiempo para pensar un lugar apartado donde nadie las molestase.
Eso sí, presentían que iba a ser una noche muy larga.
Demasiado larga.
Bueno, bueno xDD ¡Al final ha resultado ser Theodore Nott, y encima... pensando en Pansy! WTF. Madre mía la que se va a formar. Cómo ya os dije, voy a intentar ser lo más fiel posible a los personajes, incluidos Draco y Theodore. Y por otra parte, para las que habéis leído el príncipe... en este fic, como habéis visto, no va a haber Theodore/Luna. Por otra parte, según Rowling, Theodore Nott era un alumno bastante reservado, y además, que no fuese gritando a los cuatro vientos que odiaba a los sangre sucia, no quiere decir que no los considerase inferiores. Porque lo hacía. Y mucho xD Y bueno, empecé a pensar en la idea de él con Pansy y me gustó bastante. Y ya sabéis que estoy abierta a todo tipo de posibilidades. Aunque mis parejas favoritas siempre serán el dramione y el blinny. Y a Blaise sólo lo shippeo con Ginny, que conste. Por otra parte, parece que Pansy ha madurado algo y ha dejado de sentirse interesada por Malfoy. A ver qué pasa ahora con Adrian y Theodore porque vaya, vaya... xD
Espero que os haya gustado este capítulo... cualquier cosa, si os ha gustado, si no... pinchad el botoncito review y hacédmelo saber.
Y... volveré con ''El príncipe durmiente de las serpientes''! :D
- tyna fest-