Naruto y su mundo no me pertenecen.

—Hablan—

"Pensamientos"

Recuerdos

Advertencia: Esto es un short fic y gender bender.


Capítulo VI

Quede de piedra en cuanto estuve frente a la habitación de Uchiha-san. Te veía llorar dolorosamente mientras intentabas zafarte de los médicos, mi corazón se contrajo angustiado, te escuche gritarle blasfemias a tu mejor amiga por lo que dirigí mi mirada hacia aquella domínate mujer pero ella me evito, me sorprendió esa acción por lo que regrese a verte para comprender la situación pero mis ojos chocaron con Sakuraba-san—el cual estaba siendo reprendido por Tsunce-sama—y su semidesnudes. Mi rostro se ensombreció, junte todas las piezas y maldije por lo bajo.

Posteriormente a la salida de Uchiha-san me quede meditando, algo en mi interior me decía que había hecho mal al haber aceptado aquel acuerdo, esa incertidumbre no me dejaba concentrar lo suficiente en mi trabajo, suspirando pesadamente trate de alejar aquella molesta sensación pero seguía latente. Mi ceño se frunció levemente, estaba frustrado.

— ¿Qué hará Uchiha-san?— susurre, realmente me intrigaba el que haría para que Naruko-san se olvidare de mi colega de cabellos rosas. Nuevamente aquel hueco en el pecho se hacía presente— Tranquilo, Hinata…

Trate de calmarme, estaba siendo muy paranoico, era la primera vez en toda mi vida que había tomado una decisión tan egoísta así que tenía que ser positivo, nada malo ocurriría. Cerré los ojos y me concentre en pensamientos optimistas, sin embargo como si de un flash se tratase un recuerdo doloroso cruzo por mi mente. La muerte de mi tío. Estaba equivocado, esta no era la primera vez que cedía ante uno de mis deseos. Exaltado y de manera torpe me coloque de pie, coordinado con mi brusco movimiento escuche numerosos pasos apresurados.

— ¡Hinata!— mi rubio amigo abrió la puerta de manera estrepitosa, antes de que yo pudiera hacer algún otro movimiento— ¡Algo ha pasado en la habitación de Sasuko-chan!— la angustia era palpable en su voz, y con la simple mención de la pelinegra corrí en dirección de dicho lugar, solo rogaba que mi decisión no te haya lastimado.

Era la peor escoria que existía, nunca me perdonaría por haberte hecho tanto daño. Que ingenuo fui al creer que podría ser el dueño de tu corazón, tan siego fui que no me percate que tú ya se lo habías entregado a otro, solo quise darme falsas esperanzas pensando que solo sentías atracción por mi colega cuando era todo lo contrario. Una de las cualidades que me hizo amarte fue tu lealtad y veracidad así que ¿Por qué mentir cada vez que le gritabas "Te amo" a Sakuraba?, no había razón, tus palabras eran sinceras y demostraban todo lo que sentías por él. Solo fue mi estupidez quien jugó con mi mente y corazón, dándome la ilusión de algún día tener un nosotros.

— Hinata…— la mano en mi hombro me saco de mi turbada mente, Inoue me miraba preocupado, le sonreí quedamente y retire su mano. Debía hacer algo con esta desastrosa situación que cause.

Me acerque hacia donde tu seguías luchando por escapar y dañar a mi azabache cómplice, llegue a ti y tome tu rostro entre mis manos para a continuación limpiar tus fluyentes lagrimas con mis pulgares, bese tu frente y te sonreí. Mi sonrisa era genérica, era la misma que usaba cuando tenía que tratar con un niño en estado terminal, con pesar te hice mirar mis ojos, sé de antemano que estos han de proyectar mi culpabilidad, tristeza y arrepentimiento pero esos sentires los reprimiría para poder arreglar mi infausta acción.

— Todo estará bien Naruko— tu cediste y dejaste de forcejear, ordene que te soltaran y con cuidado te abracé— Tranquila…— susurre mientras acariciaba tu cabeza rubia.

— Sácame de aquí…por favor— suplicaste con dificultad, asentí. Puede que me viese como un enclenque pero contaba con la fuerza para tomarte en brazos y sacarte de aquel infierno que te provoque.

Te lleve entre los pasillos hacia otra habitación, te coloqué sobre la camilla y aun bañada en llanto agradeciste, me quede callado, no merecía ni un gracias de tu parte. Me aleje de ti y fui en busca de un tranquilizante, si seguías en ese frenético e inestable estado te enfermarías. El medicamento surtió el efecto esperado, ahora dormías profundamente, acaricie tu cabello y parte de tu rostro.

— Perdóname, por favor…— me hubiese gustado decirte estas palabras cuando estabas consiente pero soy un maldito cobarde, tome una sábana y te cubrí, no despertarías en un largo rato. Corrí la cortina que rodeaba la camilla y me dirigí al estante de donde tome los medicamentos que te suministre y me di a la tarea de dejar todo en su lugar.

Me sobresalte cuando escuche que la cortina era parcialmente apartada, estaba tan concentrado en hallar un buen escenario para confesarte mi atroz acto que no me percaté de que alguien más había entrado a la habitación y puesto que la cortina no había sido retirada del todo mantenía mi presencia en anonimato y eso me puso intranquilo.

—…Como lo siento Naruko, pero…— esa voz comúnmente fría, arrogante e insensible ahora se escuchaba temblorosa y triste. Pude escuchar sus sollozos y fue cuando caí en cuenta que no solo te lastime a ti, sino también a esa hermosa mujer, desconocía sus motivos por 'ayudarme' pero sabía que le dolía el que ahora tú le odiaras.

— Oi Hinata…— vire mi rostro para poner atención a mi madre— Pronto tendrás una hermanita— asentí emocionado— Así que tienes que prometer ser un buen hermano mayor— ladee mi cabeza sin comprender.

— ¿Por qué?

— Porque si eres un buen hermano que cuida de ella serás un buen hombre que también lo hará por su novia— me sonroje intensamente y mi madre rio divertida— Después de todo…a ti no te gustaría que lastimaran a tu hermanita ¿cierto?— asentí mientras acariciaba la pancita de mi madre.

— Me enojaría y estaría triste si le hicieran algo malo— respingue cuando el bebé dio una patadita.

— Lo sé, así que tienes que tomar la responsabilidad de tus actos buenos y malos— le mire sin comprender, ¿eso que tenía que ver con ser un buen hermano mayor?El corazón de una mujer es muy especial, así que nuca tienes que hacerlas llorar porque eso significaría que les estas dañando ese hermoso tesoro— mi madre señalo su pecho— Pero…si por alguna razón lo haces tienes que abrasarlas, decirles que todo está bien y si aun así no dejan de llorar tienes que darles un beso— nuevamente mi rostro se encendió por lo último.

— Okaa-san no entiendo…— dije avergonzado.

— Lo entenderás cuando crezcas, por ahora procura no lastimas a ninguna niña— palmeo mi cabeza.

Ese recuerdo me asalto de pronto, mi madre me educo para ser respetuoso y amable con las mujeres, ahora la culpa se sentía 10 veces más pesada. Regrese a la realidad al escuchar el golpe seco que hace algo al caer y como aquel llanto se intensificaba al igual que las disculpas, empuñe mis manos y dándome valor aparte la tela blanca. Le vi tirada de rodillas en el suelo sosteniendo una de tus bronceadas manos ente su diestra pálida, la mano izquierda ayudaba a sostener su peso aunque de manera temblorosa, tenía la cabeza gacha provocando que su bruno cabello le cubriera el rostro y me fuera imposible verle, su llanto cesó en cuanto aparte la cortina y su espalda que aun mostraba una que otra convulsión se tensó así como el agarre que tenía a tu mano. Me acerque dubitativo temiendo el que de un momento a otro aquella mujer atemorizante apareciera y comenzara a gritarme, verle tan rota me causaba un daño que desconocía pero lo atribuí a mi culpabilidad por destruir tan hermosa amistad, con cautela retire su agarre que tenía sobre ti y como lo hice contigo la tome en brazos, ella no dijo nada, se mantuvo en silencio y siguió con la cabeza gacha todo el recorrido que hicimos hacia el pequeño escritorio que había en el cuarto. Delicadamente la senté en el mueble y sorprendiéndome solté todo el aire que inconscientemente estuve reteniendo desde que la sostuve.

—…Lo siento— solté arrepentido después de un tiempo en el que solo estuve parado frente a ella— N-no debí aceptar…yo nunca imagine que haría tal cosa.

— ¿Y qué esperabas que hiciera?— su frialdad al preguntar me angustio— Supongo que ahora has de pensar lo peor de mi, una perra maldita que traiciono a su mejor amiga y…

— ¡No!— interrumpí de golpe y sin pensarlo la tome por los hombros, ella dejo esa pose cabizbaja para mirarme levemente sorprendida y por primera vez pude ver esos posos cristalizarse— ¡Yo nunca pensaría tal cosa de usted…la única escoria aquí soy yo!— baje la cabeza lleno de vergüenza, actualmente me aborrecía a mi mismo. Aspiré aire— ¡Uchiha-san solo se vio afectada por mi culpa, por ayudar a un idiota cobarde que no es capaz de hacer nada por sí mismo!— mi volumen fue aumentando conforme iba hablando.

— Eres un idiota demasiado amable— que pronunciara aquellas palabras con ese aire burlón tranquilizo un poco mi corazón, eleve el rostro y sentí un escozor en mis ojos al ver su rostro lloroso con una sonrisa divertida. De manera impulsiva la abrace y hundí mi rostro en el hueco de su cuello.

— Uchiha-san…perdóneme, le prometo que arreglare este desastre— susurre contra su cuello y la sentí temblar, temiendo el que haya iniciado un nuevo llanto la abrace aún más fuerte— Prometo que todo estará bien y a cambio del dolor que le he causado…— dude un momento pero esperaba que esto la hiciera feliz, me separe un poco de ella para poder verle su sonrosado rostro y con cuidado lo tome entre mis manos—…Permítame quedarme a su lado— nuestros ojos se encontraron y le dedique una pequeña sonrisa, me petrifique al verla asentir al tiempo que volvía a derramar lágrimas y sin saber que más hacer para detener aquel llanto seguí el consejo de mi madre.

La bese, solo fue un roce a aquellas suaves comisuras pero aun sentía fluir las lágrimas entre mis dedos así que de forma insegura y torpe junte un poco más nuestras bocas. Era nuevo en esto de besar y dar el primer paso fue muy vergonzoso pero aunque mi corazón latía desenfrenado y bombeaba sangre a mi cara no era el momento para caer inconsciente, con los ojos fuertemente cerrados seguí con el inexperto contacto hasta que sentí como ella respondía de a poco mi beso. Ante su queda acción sonreí contra su boca, y sin saber el porqué, mi mente se puso en blanco y mi alrededor se desvaneció, dejo de importarme el que estuviéramos besándonos en la misma habitación donde dormía Naruko-san y donde quizás nos pillarían, lo único que me importaba ahora era la felicidad de Uchiha-san.


¡TADA! Aquí está la continuación que tanto habían estado esperando, pido disculpas por el retraso pero en verdad me calcine el cerebro para poder hacer esto un poco más romántico y tuve que posponer la hermosa y sexy entrada de Itachi-sama TT_TT.

Espero que hayan disfrutado de la lectura.

Agradecimientos a: suhinas fan, FlaviaUchihaHyuuga, Mishiel-chan Uchihalove, Kumikoson4, Tzukyblue, , Aka Uchiha.

Neko: gracias por el nombre y el apoyo con la universidad, te deseo la misma suerte con tus estudios y espero te guste el cap.
Anónimo: gracias por el review y pronto (eso espero) actualizare mi otro fic sasuhina.


Si gusta dejar criticas, sugerencias, comentarios y tomatazos serán bien recibidos.

¡SAYONARA!