MUCHAS, MUCHAS GRACIAS POR SU APOYO, COMENTARIOS, COMPLICIDAD, POR HABERME AYUDADO A INSPIRARME EN ESTA HERMOSA HISTORIA Y POR SER PARTE FIEL POR QUE LA VIERON CRECER Y LLEGAR A SU FIN:

Kathy Kawaiii

rukia kuchiki White moon

Aurora-MB

jailys-sama

mitsuki kuromo

MaiVegeta

marylu Rguez

una personita anónima que me mando comentario

A las personitas que me pusieron como historia favorita y la siguieron

A las próximas personas que comentaran ya que termino…..

TITE-KUBO ((CREADOR DEL BLEACH Y DE LA BELLA Y PERFECTA PAREJA ICHIGOXRUKIA))

"RYUUJI" MI SEÑOR MARIDO ESPOSO

Gracias por todo… Este final va dedicado a ustedes….. Los espero en mis próximas historias ICHIRUKI que vivirá por siempre.


Un amor en venta

Pvos: Kuchiki Rukia

Sentía mi cuerpo entumecido, mis piernas me hormigueaban, empecé a abrir los ojos, me sentía exhausta, una luz me daba en la cara, sentía algo en mi boca. Abrí los ojos y vi mis manos atadas en los brazos de una silla, quise moverme pero estaba atada, sentía ataduras en mis pies cerca de los tobillos, de mi cintura y mi boca. Intente gritar pero no salía voz de mi boca mas que gruñidos extraños. Frente a mi estaba alguien, estaba también una chica de cabello negro y largo, despierta al igual que yo, estaba llorando, era Karin.

-Al fin despertaste bello cisne

Una voz se escucho detrás de mi, extrañamente me parecía tan familiar, sentí como esa boca masculina lamia mi cuello por la parte de atrás, lamió mi mejilla y yo quería mirarle pero sostuvo mi mandíbula apretándola evitándome verle, su otra mano viajo por mi cuello, hizo un sonido de placer y viajo hasta mis pechos donde solo toco la base de estos, se deslizo mas al sur y se detuvo en mi vientre.

-Eres tan... -pensó- no se como decirlo. Solo con verte tengo tanta hambre.

Esa voz, era la de un hombre que desprecio tanto, me removí en la silla pero aun me sostenía firmemente y no pude verle. Presionó su nariz en mi cabello, beso delicadamente mi sien y bajo hasta mi mejilla, me soltó y se puso frente a mi, se paso el pulgar por sus labios y me miro de arriba a abajo, solo estaba con un sujetador y unas bragas, soltó lo que me impedía hablar.

-¡Bastardo! -grite- ¡suéltame!

-No mi princesa, no te soltare, no aun.

-Déjame o te va a pesar. –le amenace pero solo conseguí ser su burla.

-Mi hermosa princesa. -jalo de mi cabello obligándome a mirarle, se sentó a horcadas de mi sin dejar todo su peso- Ahora, eres mía, vi desde lejos como salías de la casa de tu pelinaranja toda destrozada -acaricio mis labios- y de pronto te desmayaste, llevabas muchos días así dormida, me alegro que despertaras, ya me aburría ver tu cuerpo sin ninguna reacción.

-Eres un maldito infeliz, ¿Que es lo que quieres? –exclame enfadada

-Oh mi nena, hay tanto que me puedes dar.

Lamió desde mi clavícula hasta mis oídos, ahí se detuvo y me susurro.

-¿Dime nena, que posición te gustaría?

-Déjame maldito, suéltame, yo no are lo que pides, primero muerta.

-Eso se podría arreglar pero no me gusta el sexo con muertos, ahora mismo podría tomarte a la fuerza.

Se bajo de mi y me miro de nuevo, sentía tanto asco y peor aun, sentía que pronto iba a vomitar, mi estomago daba vueltas. Se giro y miro a Karin, le soltó también lo que no le permitía hablar.

-¡Suéltame ya Grimmjow! ¡Por favor! –le suplico

-No cariño, tu iras por el dinero, ya sabes lo que tienes que hacer, así que, cuando obligues a tu padre a darte el dinero te dejare. –asintió como si hablara con un niño pequeño

-¡Lo are pero ya suéltame, ya por favor! Recapacita Grimmjow.

-¡Cállate ya! -levanto su mano contra ella.

-¡Déjala! -grite y el me miro.

-¿La defiendes zorra? -me miro enarcando una ceja- Ella fue la que todo este tiempo me dijo sobre ti, me dijo que hacías, donde ibas, con quien estabas.

-La defiendo por que ella solo es un títere movido por ti. Déjala y dime que es lo que quieres.

-Primero, quiero follarte, después, necesito dinero.

-Lo segundo te lo puedo dar pero nunca lo primero.

-Lo primero no esta a tu discusión, lo segundo si, necesito mucho dinero, dólares y Karin me dará el dinero y contigo el sexo.

-Déjala libre. -me miro extrañado- deja libre a Karin, yo te doy el dinero y podremos follar, es mas, lo podremos hacer cuanto quieras, cuando quieras pero déjala libre a ella.

-Vaya hermoso cisne, -me beso en los labios- por eso me gustas tanto, me excita tu forma ruda de ser.

-¿Entonces que? ¿La soltaras si o no?

-Claro que si pero después de que me entregues el dinero que quiero.

-Tengo unas propiedades que...

-Ah no, eso no mi amada zorra –me interrumpió- yo tengo un plan perfecto.

Su sonrisa y sus ojos brillaban en repugnancia, sentí de nuevo un nudo en mi estomago y tenia ganas de vomitar, hice un gesto de asco.

-No vuelvas a vomitar, me costo quitarte la ropa, vomitaste hace poco. –hizo un gesto de asco.

Suspire aliviada, pensé que había abusado de mi dormida pero ahora entiendo por que no tengo ropa. Karin me miraba apenada, por un segundo nuestras miradas se cruzaron pero ella agacho la cabeza. Mire con detenimiento el lugar y parecía un hogar olvidado y deteriorado

-Mi amada Rukia, ¿Sabes a quien le pedirás dinero? -continuo.

Le mire indiferente, el se acerco de nuevo y beso mis labios obligándome tomando mi rostro entre sus manos.

-¿A quien? -pregunte después de que me soltó.

-A tu amado pelinaranja -me sonrío con cinismo- tenia planeado que Karin le pidiera dinero a su padre -saco un cuchillo y lo recorrió por mi cuerpo mientras hablaba- pero ahora que estas dispuesta a todo por ella, se me ha ocurrido esta brillante idea.

Su mirada psicópata estaba excitada, este juego le gustaba, este bastardo es un demente, tengo que seguirle el juego, tengo que idear algo rápido o si no Karin, su familia y yo moriremos.

-De acuerdo, pero jura que jamás les harás daño o mataras a algún familiar de los Shiba, ya sea Kurosaki o Ishida.

-Solo si tu juras ser mía por la eternidad.

Mire a Karin quien tenia los ojos desorbitados, su boca formaba un no y movía su cabeza en negación y miedo, sus ojos estaban negros por las muchas horas que debió llorado y su maquillaje se derramo.

-Lo juro -lo mire con el ceño fruncido.

-Así me gustas -me obligo de nuevo a besarle- ahora te soltare para que te vistas, iremos a la empresa Shiba. –

¿Ahora? -casi di un grito ahogado.

-Si, ¿No quieres que suelte a Karin? Quiero hacerte mía ya.

Me soltó pero aun me apuntaba con el cuchillo, sobe mis muñecas pues dolían, el piso estaba sucio.

-Tendrás que caminar, yo iré tras de ti. Ve a aquel cuarto -señalo con el cuchillo.

En esa enorme habitación se veían tres puertas, el señalo la de en medio, entre con el y había una cama con sabanas limpias, el piso limpio, un televisor de segunda mano y varias velas sin prender. Pegadas a la pared de la derecha estaban mis maletas y otro par de maletas, estas eran rosas con lunares blancos, apuesto que son de Karin, en el piso habían varias envolturas de comida rápida.

-Cámbiate. -ordeno.

Me acerque a mi maleta, comencé a buscar ropa pero antes de que escogiera dijo:

-Busca algo cómodo para correr y cámbiate de ropa interior.

Lo mire arqueando una ceja, se lamió los labios y me miro de arriba a abajo. Parpadee confundida y busque ropa interior, tome una playera blanca deportiva, unos jeans azul cielo y unos tenis.

-Necesito privacidad.

-A no, a partir de hoy eres mi mujer y te ordeno que te desvistas y no intentes darme la espalda o te amarrare y te follare.

Sentí mucho miedo, mi corazón latía temeroso, pero no lo demostré me quite mi ropa interior frente a él, le mire con rabia, me miro de la misma forma lasciva y asquerosa, sus ojos se agrandaron, me puse rápido toda mi ropa y estaba lista en muy poco tiempo.

-Tienes unos pechos increíbles. –dijo lamiéndose aun los labios

-Vamos con Ichigo. –dije por lo bajo.

Él asintió, y me hizo señal para que saliera de la habitación, salí y Karin seguía igual, atemorizada.

-Zorra, desata las manos de Karin y vuelve a amarrárselas juntas. -asentí y lo hice, puse flojo el amarre- mas te vale que lo aprietes. -fingí amarrarlo fuerte y la mire en complicidad- Ahora desamarra sus piernas. -las desamarre- ahora toma ese pañuelo rojo de su cuello y amárralo en sus ojos. -lo hice como dijo.- ahora guiaras a Karin, salimos por la puerta de la izquierda, baja las escaleras y sales por la puerta.

Hice lo que me dijo, baje las escaleras con Karin con cuidado, le fui diciendo por donde debía pisar, salimos y mire con detenimiento la calle, estábamos abajo de un puente de autos, se escuchaba como pasaban. Frente a nosotras estaba un coche, un escarabajo amarillo, todo a nuestro al rededor eran viejos borrachos basura y olor a tabaco y alcohol.

El se adelanto y abrió el auto.

-Sube a Karin y acuéstala en el asiento de atrás.

Hice lo que me pidió y me lanzo una cobija negra.

-Tápala completamente.

La tape y me subí al auto junto con el, manejamos y fui viendo las calles con sumo cuidado y discreción, me di cuenta de por donde andábamos, estábamos en las afueras de la ciudad, cerca del distrito 54, estábamos como a dos horas de la empresa de Ichigo, llegamos y de un cajón que estaba frente a mi saco dos pistolas.

-Toma -me dio una pistola- escóndela bien, no tiene balas.

Reviso su pistola y la guardo en la bolsa de su saco. Lo mire con detenimiento y guardo su celular en su pantalón, mire por el retrovisor y Karin seguía escondida, espero y haya desatado sus muñecas, me dio un beso en la mejilla y bajo del auto, quise salir por mi puerta pero no podía, el tuvo que rodear el auto y abrió mi puerta.

-No soy estupido Rukia, las puertas, las dos, se abren por fuera.

Mierda, baje del auto y guarde la pistola entre mi vientre y mi playera, se notaba un poco. No vi el momento en que Grimmjow traía una mochila, me la lanzo.

-Iras a la oficina de Ichigo y le dirás que meta 1 millón y medio de dólares en esa mochila. Tienes media hora. Todo el personal sale a comer a esta hora y se quedan cinco oficiales en cada piso, tienes que pasar desapercibida, estoy segura que solo con que digas tu nombre te dejaran pasar, tiene que meter el dinero Ichigo y bajas, tienes que procurar que Ichigo no avise a las autoridades. El tiene un botón en la lámpara de su oficina, tiene caramas, tienes que hacer que nadie sospeche.

-Ya lo habías planeado, sabias que daría mi vida por ellos. Sabias que salvaría a Karin.

-Se le dice suspicacia. Rukia, yo y otro hombre te hemos vigilado desde hace mucho, sabemos que darías tu vida por las personas que amas.

-¿De que hablas? ¿Tú y quien más? ¿Mi padre?

-Solo te diré que no es la primera vez que nos das dinero. Ahora ve y tráeme el dinero, si no sales, te tardas, o si veo salir a gente sospechosa que me mira matare a Karin, tengo a otra persona que vigila a Ichigo y si no le llamo en media hora lo matara. Mas te vale regreses con el dinero.

Camine hacia el edificio y entre, pase por el vestíbulo y un oficial me detuvo.

-Bunas tardes, necesito ver a Ichigo Shiba. Dígale que Kuchiki Rukia lo busca.

El me miro sorprendido, hablo por alguien en el radio y dijo mi nombre, le contestaron que subiera y el mismo me abrió el elevador.

-Piso 3 señora.

-Gracias -le dedique una sonrisa vacía.

No se si era por el elevador, mi miedo o mis tremendas ganas de vomitar pero sentí algo en mi estomago que se removía, tenia asco, quería vomitar pero al no haber nada en mi estomago. Llegue al lugar, otro policía me miro y me sonrío, asintió y señalo las enormes puertas de madera vieja pero brillosos. Entre por ellas y ahí estaba...

Su rostro estaba pálido, se veía muy delgado, no traía corbata, no traía saco, su camisa blanca estaba desabrochada de los primeros botones y estaba desfajada, su barba le había crecido bastante, sus ojos eran los mismos que había visto hace tiempo, no se cuanto tiempo ha pasado, su cabello naranja estaba mas alborotado de lo normal, sus manos posaban en sus caderas y caminaba de un lado a otro, me miro y cuando sus ojos se cruzaron con los míos, café a violeta se lanzo a mis brazos y le escuche llorar en mi hombro.

-Rukia, amor. Creí que te había perdido.

Me quede petrificada, olía a tabaco y alcohol, a mugre y suciedad; estaba sudoroso, beso mi cabeza y me miro a los ojos. Mi corazón se partió en mil pedazos, sus ojos eran tan tristes que no pude verlos un segundo mas agache la mirada, tire la mochila y saque la pistola, recordé la vez que fui con Ashido al Gotcha y tome la pistola de la misma forma y tome el gatillo igual, apunte hacia él. Me miro confundido.

-Rukia que...

-¡Dame tu maldito dinero ahora mismo!- grite sin ser capaz de mirarle a los ojos.

-¿Es una broma? –me miro confundido y con una sonrisa que no llenaba sus ojos.

-Dije que me des tu maldito dinero, Un millón y medio de dólares que tienes aquí.

-¿Que haces Rukia? –trato de tomar la pistola pero retrocedí

-¿Creíste que estaba contigo por que te amaba? –sonreí como si me burlara de él- Dame el dinero.

-No Rukia, tu no eres así.

Vale, Ichigo me cree, cree todo lo que le dije ¿O es que es solo una trampa?

-¡DAME EL PUTO DINERO! CALLATE Y PON EL DINERO EN ESA MOCHILA BASTARDO!

Le patee la mochila hacia él, el me miro con dolor, le estaba partiendo el alma, lo estaba lastimando, pero es lo mejor, el no tiene que mirar como me estoy vendiendo por el, esto es UN AMOR EN VENTA para tenerle a salvo, lo amo mas que a nada que el mundo y si me tengo que vender, lo are, pagare el precio que sea; aun si el tiene que odiarme siempre para que este a salvo lo are. Te amo, perdóname.

-Mete el maldito dinero a no ser que quieras que tu hermana muera.

-Karin -me miro horrorizado- ¿Donde esta? ¿La tiene Grimmjow?

-¿Grimmjow? -me reí- yo y Grimmjow planeamos esto, ustedes son muy ingenuos.

Se acerco a mi muy enojado y rudo pero alce mas la pistola y se detuvo.

-Si haces algo matare a tu hermana, a tus padres y a ti. Mete el dinero Ichigo, ¡Rápido!

Tomo la mochila y en la pared de enfrente había una pintura enorme de unos ángeles, lo movió con facilidad y apareció una caja fuerte, metió todo el dinero que había, metió papeles también.

-¿Que son esos papeles?

-Son las escrituras de tu mansión en Inglaterra, también son papeles de investigación, te estuve vigilando hasta que saliste de mi casa y dijiste que me arrepentiría -me miro con tanto dolor que no pude apartar mis ojos de él- y ahora me arrepiento. ¿De verdad solo era mi dinero?

-No lo hagas más difícil, por favor. -angustiada evite llorar.

-Te creo Rukia, se que nunca fue el dinero y ahora no se por que lo haces…

Cerró la caja fuerte y puso la mochila a mis pies, se hincó y me miro. No sentía mi cuerpo, su rostro estaba deprimido, todo ese bello amanecer que representaba para mi ahora era una noche oscura sin luna, sin mi. Lentamente varias lagrimas cayeron, tomo mi mano y pego la pistola en su frente.

-Mátame. Mátame por favor, sin ti ya nada importa. Ya nada tiene sentido, mátame y llévate el dinero, no me importa.

-No, por favor -susurre.

-O quédate conmigo, yo te daré el dinero que desees, todo lo que quieras a cambio de que estés conmigo. Rukia, Te amo como no te imaginas.

-No Ichigo, tienes que odiarme. Olvídate de mí. ¿Que no vez que esta a punto de morir tu familia si no me llevo el dinero?

-Entonces mátame, apúntame al corazón, aquí Rukia, -señalo su corazón- dispara aquí, por que solo una bala podría hacer que pierda la conciencia y me olvide de ti un segundo si es que quiere que te olvide. Apúntame en mi cabeza y dispara -señalo su mente- por que estas tan aferrada a ella que estoy seguro, aun muerto tu voz, tu aroma, el sabor de tu piel se harán presentes.

-No Ichigo, no digas eso -susurre

-¡Hazlo Rukia, mátame y no me dejes medio muerto! perdóname por ser tan imbecil.

Guarde la pistola y le tome de la mano, lo lleve con cuidado hasta una puerta que había, era un baño, lo metí y el me miro sin emoción, estaba desecho, le mire, seria la ultima vez que le podría ver y la imagen que me llevo es la de un hombre muerto en vida.

-Perdóname, te amo.

Cerré la puerta y tome una de las sillas y la atranque contra el picaporte, no podía irme sin decirle algo de verdad a Ichigo, no puedo dejarle así, por que si Grimmjow no lo mataría por mi juramento su depresión o el mismo se llevaría a la muerte.

-Mi amor, te he dicho muchas mentiras, pero jamás te mentí cuando te dije que te amo y lo que hago ahora es por tu bien, Grimmjow tiene a tu hermana y yo me vendí por ella, por ti, no la juzgues y cuídala. Siempre serré tuya -mis lagrimas salieron- Mi amor, mi vida, perdóname por favor, perdóname, perdóname. Siempre te amare.

Y salí corriendo, tome la mochila y corrí al elevador con lagrimas en mis ojos al llegar a la planta baja Grimmjow seguía afuera del auto amarillo, le lance la mochila. Miro por todos lados y marco un número de su celular, me tomo de la muñeca y una camioneta cuatro por cuatro color beige apareció. Grimmjow abrió una de las puertas de atrás y me metió en ella. Al subir un hombre de cabello rizado y café conducía.

-Ya tenemos el dinero, ahora huyamos. –bramo Grimmjow al hombre que estaba frente a nosotros.

-Asi se hace Grimmjow.

Su voz me calo hasta los huesos, esa voz me era muy familiar, me miro por el retrovisor y sus ojos castaños me miraron con burla.

-Hola Rukia, hace mucho no te veía.

-Aizen...

-¿Y dime como esta tu mama?

Esa frase llego hasta lo profundo de mi corazón, tome la pistola que tenia y golpee a Aizen con ella en la nuca, Grimmjow forcejeo conmigo para quitármela pero del golpe que le di a Grimmjow el se golpeo la cabeza contra el vidrio que tenia a su izquierda y quedo inconsciente, el auto se tambaleaba, Grimmjow me jalo del cabello e intento quitarme la pistola, mientras luchábamos recordé que el guardo su pistola en su saco, solté esa pistola y le saque esa pistola y sin pensar le apunte y dispare, la bala quedo en su pierna haciéndole gemir de dolor, algo golpeo el auto del lado derecho provocando que el auto girara y rodara varias veces, me quise sostener de lo que pude pero fue en vano, era movida a voluntad de la gravedad dando vueltas en el carro junto a Grimmjow, sentí golpes en todo mi cuerpo sin poder proteger mi cara o algún otra parte de mi cuerpo.

Al fin el auto se detuvo y lo que veía era sangre, estaba encima de Grimmjow, el estaba inconciente, trate de moverme pero una de mis piernas dolía demasiado, grite de dolor, no podía moverme. Escuche gritos de gente, el dolor era insoportable.

-¡Auxilio! ¡Por favor! ¡Alguien ayúdeme!

Mi vientre dolía mucho, había sangre en mis pantalones toque mis piernas y no había algún vidrio incrustado, ni en mi vientre, pero dolía mi estomago, ardía. Y me deje llevar por la pesadez de mis ojos, escuche mi nombre ser pronunciado y aun a pesar de que intentaba contestarle a aquella voz y que luche por no cerrar los ojos ellos me ganaron ¡NO! No quiero cerrarlos.

Y soñé.

Unos ojos cobrizos me miraban, eran los ojos de Ichigo, pero algo no andaba bien, su cabello no era naranja, era negro, su rostro era pálido, era pequeño e indefenso, unas mantas blancas le cubrían, estaba entre mis brazos, era la cosa mas bella que mis ojos hubiesen visto y me sonreía, yo le sonreí, estaba en una casa blanca, mire frente a mi y ahí estaba Ichigo, vestía de negro, yo estaba con un largo vestido blanco pero algo le pasaba a Ichigo, el lloraba y en sus manos tenia una caja de madera, idéntica a los restos de mi madre.

-Ichigo, ¨¿por que tienes los restos de mi madre?

El parecía no escucharme y seguía llorando, pronto llegaron sus padres y sus hermanas igual vestidos de negro y le miraron llorar, Karin fue la que hablo.

-Perdóname hermano, si solo yo no...

-No digas nada Karin, no fue tu culpa, si yo la hubiese detenido, Rukia y el bebé que estaba dentro ella, mi hijo, no hubieran muerto.

Mire al bebé y era mitad él y mitad, yo, había mucha sangre en el piso, mire horrorizada a Ichigo y negué con la cabeza, el me miro y seguía llorando.

No, ¡NO!...

-¡No, ¡No! ¡Ichigo! ¡Ichigo!...

-¡Ryuuken!

Alguien grito y me acariciaba el rostro, yo seguía repitiendo el nombre de Ichigo.

-Ichigo, salva a mi bebé, sálvalo. Ichigo!

-Tranquila amor, esta bien, tranquila.

No podía abrir mis ojos pero luchaba por levantarme de donde estaba, sentía pánico y miedo, abrí un poco mis ojos y veía borroso, un naranja brillaba ante tanto color blanco.

-Ichigo, salte. ¡Enfermera! Póngale un sedante.

Se escucharon varias voces pero yo solo quería la de Ichigo, de nuevo sentí mis ojos pesados y de nuevo dormí.

Esta vez tuve un sueño normal, poco a poco me fui despertando.


Un amor en venta

Pvos: Shiba Kurosaki Ichigo

-Mi amor, te he dicho muchas mentiras, pero jamás te mentí cuando te dije que te amo y lo que hago ahora es por tu bien, Grimmjow tiene a tu hermana y yo me vendí por ella, por ti, no la juzgues y cuídala, siempre seré tuya -callo y la escuche sollozar- Mi amor, mi vida, perdóname por favor, perdóname, perdóname. Siempre te amare.

Y nada mas se escucho, luche contra la puerta pero no la podía abrir, tome mi celular y le marque a Momo pero antes de que contestara la puerta se abrió, Ashido la abrió.

-¿Ichigo? ¿Que paso? Vi a Rukia salir.

-Tenemos que seguirla, Rukia esta en problemas.

Corrimos hacia las escaleras y bajamos rápidamente, pasamos el vestíbulo a prisa y la vi subir en una camioneta. Mierda no tenía tiempo de ir por mi auto, un hombre de mensajera había llegado en una moto, lo empuje y cayó, tome la moto y Ashido me miro confundido. Salí con la moto a toda prisa tras la camioneta, no paso mucho tiempo cuando el auto se ladeo hacia la izquierda y luego a la derecha, iba a la deriva, como si nadie manejara, se escucho un disparo y un camión de carga que estaba de lado derecho los golpeo y de la fuerza giro seis veces y se detuvo quedando el lado izquierdo suspendido al aire, llegue y deje la moto a su suerte, me acerque a la camioneta.

-¡Rukia! -la llame pero no contesto.

De una de las puertas salio alguien, le mire y tenia el cabello café y rizado, se quejaba de dolor, callo de la camioneta y quito un vidrio de su estomago. Estaba todo ensangrentado, lo tome del cuello y le estrangule.

-¿Donde esta Rukia?!

Sonrío y con voz áspera dijo

-muerta.

Le di un puñetazo en la cara y callo inconsciente, me subí a la camioneta con ayuda de las llantas y abrí con dificultad una puerta y ahí estaba Rukia con un pie atorado entre los asientos delanteros, estaba inconciente y encima de ese puto de Grimmjow, Estaba sangrando de la cabeza, de sus brazos y de su entrepierna. Se escucharon sirenas de ambulancia. No podía sacar a Rukia sin lastimarla, a los pocos segundos llego Ashido.

-¡Ichigo! ¿Donde esta Rukia?

-Esta aquí adentro, llama a la policía, las ambulancias, que todo mundo venga.

Un minuto después llegaron ambulancias y la policía. Bajaron uniformados.

-Señor baje. -dijo uno de ellos.

-Mi esposa esta ahí adentro, ese tipo que esta tirado -señale al hombre de cabello café- y otro que esta aquí adentro secuestraron a mi mujer y a mi hermana.

-Esta bien señor, baje, necesitamos sacar a los heridos.

Los paramédicos acostaron al hombre de cabello café en una camilla.

-Es mejor que lo encadenen -dijo Ashido- El es Aizen, el mas grande estafador.

Un hombre de la policía lo miro y tomo unas esposas y le ato a la camilla.

-En efecto, es él.

Baje de la camioneta y los paramédicos sacaron primero a Rukia, estaba llena de cortaduras, la metieron a una camilla. Y la subieron a una ambulancia.

-Ashido, te encargo que te asegures que metan a estos tipos en la cárcel, iré con Rukia, avisa a mis padres y a Gin Ichimaru que la hemos encontrado.

-Ichigo, también ya encontramos a tu hermana. Estaba afuera de la empresa en un auto amarillo.

-¿Esta bien?

-Si, ella esta bien, he llamado a tus padres y de seguro ya han de estar con ella dentro de la empresa.

-Gracias Ashido -le di un golpe en la espalda en símbolo de confianza- te debo mucho.

-Ve con Rukia, te necesita.

Subí a la ambulancia y los paramédicos le pusieron un collarín, tomaban su pulso y parecía estar bien, rápidamente revisaron sus heridas y vieron anormalmente al igual que yo ese sangrado entre su pierna.

-¿Usted es su esposo no? -pregunto una paramédico.

-Si, algo así, vivíamos juntos. –conteste nervioso

-¿Usted sabe si esta en su periodo?

-No, no se la verdad.

-Este sangrado no es nada bueno en el hecho de que no sea su periodo. ¿Sabe si estaba embarazada?

-¿Embarazada?

-Si. –contesto concretamente

-Hace, una semana que no tenemos relaciones y...

En todo el tiempo que hacíamos el amor no me protegí y nunca le pregunte si ella se protegía, palidecí y la paramédico asintió con la cabeza.

-Necesitamos un ultrasonido, no sabemos si esta embarazada pero cabe la posibilidad -dijo a sus compañeros paramédicos que le atendían.

Un bebé, ¿Ella estaba embarazada? Un bebé. Sentí una opresión enorme en mi corazón, sonreí como un imbecil, mire a Rukia, un bebé, una personita que nos unirá aun mas, Rukia, tienes que ser fuerte, mi vida ahora tú dependes de mi y mi hijo depende de los dos, de nosotros dos, Rukia se fuerte y valiente, no te rindas amor.

Por suerte íbamos al hospital del doctor Ryuuken, al llegar baje y varios doctores se la llevaban, corrí hacia ellos. Una doctora de cabello verde y ondulado la llevaba.

-¡Doctora, esta embarazada mi esposa!

-Señor, déjeme hacer mi trabajo, valla a la sala de espera. –me regaño.

Me quede mucho tiempo sin saber nada de ella, pronto el doctor Ryuuken junto a la doctora de cabello verde se acercaron y me levante enseguida.

-Mi nombre es Nell, soy doctora especialista en embarazos.

-¿Ella esta embarazada? -pregunte.

-Si, tiene menos de un mes de embarazo, tiene amenaza de aborto.

-Salve a mi hijo, sálvelo. –sentí palidecer, ¿Cuánto mas tenemos que sufrir?

-Su esposa también corre peligro, señor, -me miro seriamente- estamos en una cuestión en que su esposa es la única que se salvara, el feto es muy pequeño

-¡Salve a los dos! -suplique

-Estamos haciendo todo lo posible pero su esposa esta muy débil, ella es la que no lo da todo.

-Haga todo lo posible, es mi hijo y mi esposa, los dos tienen que salvarse y si es el hecho en que de verdad mi esposa esta muriendo, sálvela.

La doctora asintió y se marcho junto al doctor Ryuuken, me volví a sentar y pronto llegaron mis padres junto a Ashido.

-¡Hijo! -grito mi madre.

-¡Mamà!

-¿Hijo, como sigue Rukia? -pregunto mi padre.

-Ella esta luchando por vivir, esta esperando un hijo mío y los dos corren peligro.

Mi madre tapo su boca evitando gritar y mi padre agacho la mirada, Ashido recargo su mano en mi hombro.

-Ellos saldrán de esta, Rukia es fuerte y el bebé es mitad tu y mitad ella, es lo doble de fuerte. -Gracias Ashido.

Pasaron varias horas, estaba apunto de anochecer, el ocaso se extendía por la ciudad, nunca me han gustado los ocasos, es la muerte de un día único, que jamás volverá. Desesperado me levante de mi asiento y camine como león enjaulado.

-Ichigo. -dijo Ryuuken.

Me acerque a él y mi familia estaba tras de mi.

-¿Que paso? -Ichigo, salvamos a tu esposa y a tu hijo, están bien, han respondido favorablemente al medicamento.

Sonreí y abrasé a mi madre, lagrimas salieron de mis ojos pero eran de felicidad, las enjugue y mire al doctor.

-Quiero pasar a verla.

-Solo tu, ella necesita descansar.

Asentí y camine tras el doctor, en la habitación 15 entre y ahí estaba Rukia, con varias mangueras saliendo por su cuerpo, el doctor salio en cuanto entramos, junto a ella había una silla gris, la tome y me senté a su lado, tome su mano. La mire y estaba un poco hinchada, sus ojos tenían hematomas violáceas al igual que su cuello y varias partes de sus brazos, parecía dormida, acaricie su rostro. Es hermosa hasta enferma, dirigí su mano a mis labios y bese los nudillos de esta.

-No, ¡NO! Ichigo, sálvalo, salva a mi bebé... –chillo mientras decía mas cosas

-¡Ryuuken!

-Tranquila –acaricie su cabeza

Rukia parecía tener una convulsión, se movía frenéticamente, le sostuve sus brazos para que no se moviera mas, el entro junto a tres enfermeras, dos de ellas le tomaron los brazos que yo sostenía, otra le puso una inyección mientras Ryuuken le revisaba la presión, salí del cuarto; no pasaron ni diez minutos cuando todos salieron, Ryuuken me llamo.

-Ichigo, Rukia tuvo una pesadilla, le pusimos un sedante, tiene que descansar mucho, tiene una fuerte depresión y mucho estrés.

-¿Puedo entrar a verla otra vez?

Asintió con la cabeza, entre y ella seguía durmiendo, esta vez tome su mano entre las mías y me recosté esperando a que ella despertara pero yo me dormí.

Sentí que algo acariciaba mi cabello, me desperté de golpe y me tupe con unos ojos violetas que incluso muerto los seguiría.

-Rukia. –dije su nombre con veneración y con sentimiento de haberla extrañado demasiado.

-Ichigo, perdóname por...

-Shhhh -la calle- no digas nada del pasado. -me senté en la cama, ella estaba incorporada- mejor piensa en nuestro futuro, en nosotros.

Pase mi mano por su vientre aun plano y ella puso su mano sobre la mía, sus ojos brillaban.

-Ichigo, tuve una pesadilla. Yo moría y también...

-¿Y también? –pregunte dedicándole una sonrisa

-Soñé que tenia un bebé, un varón, mitad tu y mitad yo.

-¿Y si no fuese un sueño?

Sus ojos se abrieron como platos y tomo con fuerza mi mano.

-No me digas que...

-Si mi vida, ya somos papás.

Ella agacho la mirada y miro su vientre y lo acaricio, me volvió a mirar y una lagrima salio de sus ojos.

-Un bebé. -dijo con dulzura.

-Así es -seque su lagrima con un beso.- Un bebé de nosotros.

Ella me abrazo y yo la abrace, nos quedamos así mucho tiempo hasta que ella rompió ese acogedor silencio.

-Ichigo perdóname, no sabia que hacer y Grimmjow tenia a tu hermana.

-Te dije que te callaras, Karin esta bien, acompañada de Ashido.

-¿Ashido?

-Si, tu amigo, el fue una pieza importante para que yo abriera los ojos, yo soy quien debería pedir perdón Rukia.

-No, yo fui la mentirosa. –acaricio el flequillo de mi cabello.

-Yo también mentí. Los dos mentimos, Rukia, si aun en tu corazón aun hay espacio para mi, perdóname por todo lo que dije, nada fue verdad, fueron blasfemias -tome su rostro- perdóname por haberte herido de esa forma.

-Cállate y bésame.

La bese con adoración, hacia tanto no tenia contacto con su piel que la mía ardía por la de ella, la bese con cuidado. El beso acabo por la falta de respiración.

-Tengo hambre -susurro.

-Rukia, es un hospital y aunque quiera hacerte el amor aquí mismo no podemos.

-¡Idiota! -me golpeo la cabeza y se sonrojo, extrañaba verla con ese matiz rojizo- tengo hambre de comida.

Ambos reímos y la noche era tranquila, estrellada, llena de paz.

El tiempo pasa rápido cuando menos lo esperas, Y aun a pesar de que Rukia vive sola en su mansión y yo vivo en mi casa no nos dejamos de ver todos los días, ella me pidió tiempo para poder organizar su vida, yo se lo di. Inoue nos dio la noticia que los doctores se habían equivocado, no era una niña, era un niño el que le nació, le pusieron Ryuk, era un niño lindo de cabello negro y de grandes ojos grises.

Ashido y Karin salían a menudo y aun a pesar de que me daban grandes celos no pude evitar que se enamoraran, han planeado ir a un largo viaje por todo el mundo.

Gin, hermano de Rukia, vive con ella en su mansión, el cuida de mi enana y el me cae bien, sale con una chica amiga de Rukia, creo se llama Rangiku, ellos son muy pervertidos y no me gusta que se queden encerrados en un cuarto mientras hacen sonidos extraños.

El día por fin había llegado, todos estábamos reunidos amigos y familia vestían elegantes, una enorme alfombra de rosas rojas estaba frente a mí, y del brazo de Byakuya, Rukia caminaba hacia mi, vestía de blanco con un vientre pequeño digno de tres meses y medio de gestación de mi nena hermosa que crecía del amor entre los dos. Tome su mano y Byakuya dijo sus palabras.

-Te entrego a mi pequeña hija por que se que la cuidaras y la protegerás, en nombre de su padre Jin Ichimaru hago voto de que vigilare su matrimonio.

Asentí y le tome la mano. Dijimos nuestros votos con el acertamiento de todos.

Los años pasan rápido, y para nada en vano. El ocaso de un viejo día se abría paso frente a nosotros, y el mar nos daba de su fría brisa, nos bañaba de recuerdos del pasado, malos y buenos, de amor y de tristeza, pero seguimos aquí yo y Rukia, tomados de la mano sin soltarnos, si vemos que el otro desfallece con la otra mano nos sujetamos.

La playa nos daba una vista hermosa y recostado en una hamaca con mi esposa a mi lado abrazándome de mi regazo veíamos el ocaso con unas copas de champagne, su lindo cabello caoba revoloteaba con el viento.

-¿Sabes señora Shiba? –la saque de sus pensamientos- Te amo aunque hayamos tenido un amor en venta.

Quito sus enormes gafas oscuras y me miro a los ojos, sus labios pintaban de un hermoso carmin y su traje de baño blanco hacia que resaltara sus ojos.

-¿Sabe que señor Shiba? con la edad se vuelve cada vez mas insoportable –refunfuño mirando jugar a nuestros nietos- a veces me pregunto como es que tengo 30 años de casada con usted y como es que sigue siendo igual de pesado. ¿Qué no ve que los dos ya tenemos canas?

-Pues para tener canas te moviste muy bien anoche y gritabas de una forma muy sexy.

-Eres un viejo verde –se quito su enorme sombrero blanco y me golpeo.

Me moví a modo que nuestras copas cayeron y me recosté sobre ella tomándole las muñecas y juntando sus piernas con las mías, dejando mi peso sobre ella para que no se moviera.

-Y Te amo como no te imaginas.

-¿Mucho mucho?

-Mucho mucho.

...

**FIN**