Capitulo 1

De regreso a Hogwarts

Esa mañana no había sido como las otras. Al abrir los ojos molestamente por el escandaloso ruido de su despertador, se acordó de lo que había intentado olvidar horas antes. Furioso por eso, le dio un fuerte golpe al reloj cayendo destrozado en el suelo. Su enfado iba en aumentó cuando la mano comenzó a arder. Se contempló esa parte de su cuerpo. No solo le dolía mano, sino la cabeza también. Dejó caer pesadamente su cuerpo en la cómoda cama matrimonial que adornaba su habitación, y aun así seguía sintiendo se cansado, dolorido e infausto.

¿Por qué él? ¿Por qué de todos justamente lo habían elegido a él? Se sentía desgraciado, infeliz, condenado…Hacía tanto tiempo que no se sentía así, es posible que algunas veces su padre o "compañeros de Hogwarts" sobretodo Potter y Granger, le hicieran sentir algo parecido. Pero esta vez era diferente, de esta no se libraría. Hiciese lo que hiciese, tomara la decisión que tomara, probablemente acabaría en Azkaban o muerto.

De todas formas, su vida siempre había sido miserable, algunas veces lujosas, pero eso era cuando era un crío. Un niño inocente y sin que preocuparse, y ahora, adulto, casi en la mayoría de edad reclamaba su deber. Lo que fue asignado desde pequeño, lo que su padre había soñado y cumplido desde que nació él: su deber como mortífago

Dejo caer su cabeza entre sus manos, si, desde luego estaba desgraciado. Y su vida ya tenía futuro, uno muy oscuro, su camino ya estaba construido y marcado en una dirección. Sería imposible que algo o alguien lo cortaran por la mitad y pudiera ir al otro lado.

Harto de tanta desgracia se puso en pie y camino hacía la ducha, se dio un baño, se puso su traje. Sus padres esperaban en el salón donde irían a desayunar. Bueno, solamente su madre, su padre estaba en Azkaban. Estuvo el desayuno en silencio, apenas probó bocado. Su madre lo miraba de reojo cada dos por tres desde la otra punta de la cabecera de la mesa.

Su hijo, simplemente miraba de mala gana la comida y tragaba poco.

Al poco rato de terminar le desayuno se dirigieron al vestíbulo. Draco Malfoy recogió la chaqueta de la percha, se la puso y el elfo doméstico, él y su madre caminaron hacía la entrada. Entraron en el coche y se alejaron de la Mansión Malfoy para dirigirse a la estación de King's Cross.

En cuanto llegaron un hombre coloco las cosas del muchacho en el tren y su madre se despidió dándole un suave beso en la frente a su hijo. Probablemente sería el último que sentiría, pensó él.

Entro en el tren.

Ya habían llegado por fin a Hogwarts. Todos se alegraban, que por fin estaban en un sitio seguro para ellos. Aunque, aun así habían padres que dudaban de si Hogwarts iba a ser un lugar seguro para sus hijos. Varios padres no habían permitido la ida a sus hijos a Hogwarts ese año, el miedo los abrumaba y ya no sabían ni lo que era lo adecuado para ellos. Los alumnos, grandemente la mayoría intentaba pasarse lo bien en el tren, y aun así habían pasado varias cosas raras. Como por ejemplo, aquel humo negro que apareció de repente por uno de los pasillos. Y aun así creían que Hogwarts era grandioso. Pero Draco Malfoy creía que Hogwarts era un infierno.

Cuando el tren se detuvo en señal de que habían llegado, todos los alumnos comenzaron a bajar. Con las túnicas puestas y montando en las carrozas. Hermione, en cambio, al salir de su compartimento junto con Ron Weasley se fijo en los pasillos desiertos.

-¿Qué pasa?-preguntó el pelirrojo al ver como la castaña se detenía.

-¿Dónde esta Harry?-Hacía unos minutos atrás había dicho el muchacho que se iba al baño, y aun así Hermione se temía lo peor. Sobretodo al ver a Draco Malfoy observarla desde el otro vagón, clavando su mirada grisácea en ella a través del cristal de la puerta que separaba los dos vagones.

Estuvieron así un buen rato observándose el uno al otro. Esas miradas con odio y repugnancia, pero esta vez, no había ni odio en ellas, quizás. Draco no lo tenía muy claro, habían tantas cosas que el quería hacer en ese preciso momento. Quería acercar se a ella y dejarle una "cosas" muy claras, pero era demasiado tarde, su camino estaba tomado y tendría que olvidarse de sus preferencias y sus deseos hacía la impura. Y como si se tratara de un punto, cerró la cortina cinchando la hacía abajo.

Hermione, como si hubiera leído la mente del rubio, ella también deseaba dejar un par de cosas claras. Como por ejemplo las decisiones que había tomado ese verano respecto a Draco Malfoy y Ron Weasley, y había elegido. Ron Weasley era el amor de su vida. Así que pensó que debería de dejar de preocuparse por la vida desgraciada y patética de Draco Malfoy, sentía pena por él. Eso era todo.

-Debe de estar ya abajo.-dijo una voz sacando la de su trance. Ella giró su cabeza, vio al pelirrojo. ¿Cuánto tiempo había pasado? Ahora se daba cuenta de que solamente un par de segundos.

Los dos caminaron hasta la puerta, cuando la castaña se detuvo para observar como Draco Malfoy vigilaba mientras corría la cortina. Pudo distinguir su ojo gris, desde luego, ese ojo no pasaba desapercibido, era demasiado…hermoso para disimularlo con una cortina vieja y sucia.

-Hermione, ¿Qué pasa?-preguntó el pelirrojo al ver que la chica se detenía.

-No…nada.-dijo casi en un susurro. Ella y Malfoy intercambiaron miradas, aunque miradas muy diferentes, la de Malfoy expresaba odio y repugnancia, la de Hermione…curiosidad, y a lo mejor pena, pero también había odio en ella.

Los dos muchachos se fueron. Y al cabo de un rato ya estaban dentro de una carroza.

-Creo que deberíamos esperar a Harry, no me parece buena idea que nos vayamos tu y yo solos.-dijo la castaña pareciendo preocupada, los dos ya estaban dentro de una de las carrozas y apunto de irse.

-Seguro ya habrá cogido una carroza.-dijo Ron pareciendo tranquilo.

-No lo se Ron, ¿has visto a Malfoy? Creo…que no es buena idea dejar a Harry solo, sabiendo lo de esta mañana.-la chica parecía preocupada.

-No pasa nada. ¿Es que…no quieres estar conmigo a solas?-preguntó el chico inclinando se mas a ella, miró a Hermione como…tierno.

-No…yo, Ronald no he querido decir eso. Es que estoy preocupada por Harry, sabiendo que…es capaz de cualquier cosa cuando sospecha de alguien. Ya lo conoces.

-Bueno, ya es mayor Hermione, vamonos. Además, no pasa nada porque estemos tu y yo solos, ¿no?-la chica se sonrojo por la pregunta del pelirrojo.

-No, claro.-Hermione acabó sonriendo lo, y él también a ella. Fueron inclinando se, poco a poco, ya solo quedaban unos cuantos centímetros, los cuales separaban los dos asientos largos de piel en la carroza, cuando…

-Hola chicos.-dijo Neville apareciendo, los muchacho se separaron enseguida.

-Hola Neville.-dijo Hermione pareciendo avergonzada.

-Hola Neville.-dijo Ron fastidiado por la interrupción.

-¿Puedo sentarme con vosotros?-preguntó el chico mientras sujetaba un cactos en sus manos (en una maceta, claro)

-Por supuesto.-dijo Hermione sonriendo le, Neville entró y Ron miró a la castaña mal.

-Ron, por favor.-le dijo la chica.

-De acuerdo.

La carroza se fue llenando minutos después, cuando Neville dijo que se bajaría porque había visto una planta que necesitaba urgente se bajo de la carroza, pero enseguida entro Ginny. Y Ron volvió a poner los ojos en blancos, que inoportuna era su hermana y para colmo se trajo a su novio, Dean. Quienes estuvieron todo el viaje cogidos de la mano. Ron se puso mar rojo de lo normal (o de lo que ya era) y encima Hermione sonreía la ver la parejita tan bonita.

-Ron, por favor, pareciese que vas a cometer lo.-le susurró la castaña.

-Y a lo mejor lo hago.-y al decir eso recibió un buen codazo de su hermana menor.

-Será mejor que ni lo intentes.-lo miró seria, Dean y Hermione en voz caja por eso y en cuanto Ginny los miro no pudo evitar sonreír.

Cuando llegaron al colegio se encontraba una cola enorme. Al principio se extrañaron, pero al parecer se trataba de que registraban sus maletas de todos los alumnos.

-Pero que pasa ahora, ¿es que nos toman por mortifagos o temen que nos matamos entre nosotros?-se quejó el pelirrojo.

-Solo quieren asegurarse de que no tenemos nada que pueda perjudicar.-intentó aclarar la castaña.

Filch estaba registrando las maletas, de todos los alumnos, pero solo quedaban Ron, Draco y Hermione. Filch al acabar con Ron le volvió a cerrar su maleta. Aunque él, como ya había acabado, prefirió esperar a su amiga, pero ella le dijo que podía irse, y el así lo hizo. Filch ya estaba a punto empezando a registrar la maleta de Malfoy. Cuando el le hablo a la chica.

-Vaya, vaya, la Sangre Sucia va después de mi, como siempre, aunque a decir verdad yo siempre la adelantado en todo, en la entrada del colegio, con la sangre...con la inteligencia.-Presumió el chico.

-Cállate Malfoy.-Le ordeno la chica.

-A mi no me ordenes nada Sangre Sucia, además ¿Qué he dicho aparte de la verdad?

-Ja, no me hagas reír Malfoy, a demás me has superado el turno, porque te has colado. Y la inteligencia nunca se adelanta, se supera, y tú no haces ninguna de esas dos cosas. Y encima dices que me superas en sangre. Y no. Pues para tu información la sangre no es un adelanto, es distinta y no cuenta.

-Ya, ya, deja de hablarme Sangre Sucia, no quiero que nadie me vea contigo. Me daría vergüenza de que un Slytherin me viera hablar con la Sangre Sucia de Granger. -Hermione estuvo a punto de coger su varita y de lanzarle un hechizo para que se le borrara esa boca, pero no pudo, ya que Filch estaba delante y Snape caminaba en dirección de ellos.

-¿Esto que es?- Le preguntó Filch a Draco con una mano el bastón de su padre.

-No necesito que usted se encargue de mí. ¡Y usted! ¡Deme eso idiota!-Le contesto Draco con agresividad a Filch mientras le arrancaba el bastón de su mano

Malfoy se fue de ese lugar y Snape fue detrás de el, pero antes de que pudiera desaparecer por la entrada del colegio, Snape lo agarro del brazo y le obligo a dar media vuelta de un estirón. Malfoy intento forzar lo y enseguida miro a Hermione que había observado toda la escena, y lo primero que hizo fue levantar las dos cejas mirando a la castaña y después las cejas se bajaron y así su mirada paso de una mirada de odio a una de ayuda.

Filch, mientras tanto, agarro la maleta de la castaña y la abrió con la intención de registrarla. Pero la profesora McGonagall cerró la maleta con un golpe, impidiendo a Filch poder registrarla.

-Ya me encargaré yo, señor Filch.-dijo la profesora mirando lo con una mirada seria.

-Pero, yo soy el que debe de…

-Por si no lo sabía señor Filch, usted solamente registra las maletas de los alumnos hombres, en este caso, a las mujeres me encargo yo, supongo que no tendré que explicar le porque. Claro, que la diferencia de mujeres y hombres es una muy grande, y usted no puedo ver tanto como los objetos y/o pertenencias de las alumnas de este colegio.

-Pero, si he registrado todas las maletas.

-Pues muy mal, señor Filch, y que sea la última que intenta registrar una maleta de una chica.

-Si, señora.-dijo este furioso.

La castaña sonrió, pero intentó ocultar la sin éxito delante de la profesora, que también acabó sonriendo. Pero, rápidamente Hermione desvío su mirada a Malfoy, mientras él y Snape se iban hacia el castillo. Los dos se quedaron mirando durante un determinado tiempo, Draco, la miraba con ¿ayuda? Y ella…

…por primera vez Hermione Granger miraba a Draco Malfoy sin odio.