Hola a todos! :3 me presento en el FanFiction, soy Yui~

Éste será el primer fic que publique, es de uno de los fandom que se volvió mi trauma este año con el estreno del anime de Shingeki no Kyojin, el Rivamika o Rikasa.

Aclaro que esto no empezó con la misma constancia con la que tengo ahorita, sino que cuando los vi juntos en un fanart pensé: "Estos dos seguramente serían perfectos para hacer una de esas propagandas de Paco Rabanne xD"

Pero después comencé a ver imágenes y leer fics muy buenos así que dije: "Por qué no darle a conocer a mis nakamas rikasas mi historia también?"

Y henos aquí ^w^

Espero les guste.


HUMAN RACE REVOLUTION


La diferencia fundamental

—No creo que tengamos muchas más opciones, si tenemos a los soldados más fuertes de nuestro lado, no podemos darnos el lujo de no aprovechar esta ventaja. —explicó Armin con tono algo preocupado, esperando con temor una respuesta.

El cabo ni siquiera lo dudó un instante, también había pensado en la idea, si lograban alcanzar una coordinación suficientemente buena con Mikasa Ackerman, serían teóricamente invencibles.

—No estoy de acuerdo. —resonaron las palabras de Mikasa, como cortante respuesta. —Lo siento, Armin, por más voluntad que tenga, nunca seré capaz de trabajar en equipo con alguien así. —concluyó muy seria, con su típico tono impasible y sin siquiera mirar a Rivaille.

El aire se tornó gélido, el ambiente se tensó ante el resto del equipo que observaba la situación, todos bastante intimidados e incapaces de hacer acotaciones ni comentarios.

— ¿Y cómo, según tu, es "alguien así", Mikasa?

—No pretendo desafiar su autoridad, señor, pero no creo que pueda llegar a entenderme con alguien, que continúa peleando sin el más mínimo resentimiento hacia la asesina que mató a todo su escuadrón despiadadamente.

—Oh, comprendo… —seguía hablando con la misma cara inexpresiva y sin cambiar el tono de voz, —aunque… ¿Seguro que es eso, o te encuentras resentida por otra cosa?

Los que presenciaron la escena, remontaron inmediatamente a aquel juicio, cuando Eren se tragó aquella tremenda golpiza.

De cualquier forma— prosiguió el cabo— supongo que, ¿debo tomármelo personal, o no? — y se plantó con una leve mueca irónica.

Mikasa prosiguió inmutable, —No me malinterprete, señor, no creo que sea bueno para alguien de su "categoría" pelear junto a un soldado que se deja "llevar por sus emociones".

Rivaille percibió de inmediato el tono sarcástico de su respuesta; esto empezaba a tornarse un duelo de miradas amenazantes.

— ¿Me comprende, señor? No quiero "meter la pata" de nuevo, y causar más problemas.

El resto comprendía que lo que a simple vista sonaba como una simple conversación, era más bien un encarnizado duelo de ideales, principios y rencores, que peligraba en estallar en cualquier momento.

—Bueno, entendido, A-cker-man— dijo Rivaille con un tono ya más suelto y sarcástico, siguiendo la corriente.

Eren tragó saliva, se aproximaba algo feo de ver.

—Entonces, —continuó el cabo— quédate aquí, y ve a cambiarle los pañales a Eren, es verdad, no necesito ayuda de una quinceañera histérica y resentida por haber golpeado a su amado bebé bobalicón.

Mikasa tomó a Rivaille de su cravat y levantó el puño amagando un golpe, y con sus ojos asesinos amenazantes.

—Enano altanero, será mejor que mantengas cerrada tu boca de letrina si no quieres pasar otro mes inválido, sigue en pié mi promesa de hacerte pagar algún día por ese complejo de superioridad del que tan orgulloso estás, pero que te quede claro, no vuelvas a meterte con Eren.

—No vas a intimidarme, Mikasa, porque ejerzo mi libre derecho y deber como superior de disciplinar a mis subordinados cómo y cuando se me dé la regalada gana. Y me resulta penoso, como alguien con tanta fuerza y potencial haya decidido entregar su vida y su existencia a una sola persona. El ya no es un niño. —dijo mirando a Eren— presiento que dentro de poco será él, el encargado de proteger nuestras existencias.

—Olvídalo, dijo Mikasa, soltándolo resignada— jamás serás capaz de entenderlo, lo que se siente tener a alguien preciado, por quien estés dispuesto a dar la vida, a quien le agradezcas todo lo que eres, y el miedo y la desmotivación de perderlo.

Todos se sintieron notoriamente aliviados al ver a Mikasa soltar el cuello del cabo, salvo Eren, que seguía pasmado al escuchar sus palabras.

—Tú no sabes nada. — resonaron en el silencio las palabras de Rivaille, que ahora tenía la cabeza gacha, su mirada era oscura y su presencia sombría.

¡TU NO TIENES IDEA DE NÁDA, ABSOLUTAMENTE NADA!

Los gritos resonantes de Rivaille devolvieron el temor a todos que empezaron a retroceder temerosos, salvo Mikasa, que descompuso su expresión.

— ¡Tú no sabes nada sobre mí! ¿Crees que me enorgullece ser lo que soy? ¿Ser como soy? ¿Venir de donde vengo? ¿Crees que me divierte matar titanes y salir a sortear la vida allá afuera? ¿¡Que me divierte enterrar a todos mis compañeros!? ¿¡Tener que ver las caras de sus padres, sus madres, esposas e hijos mientras les explico que no fui un líder suficientemente fuerte para ellos!? ¿Crees que me gusta ser un asesino? ¿Haber tenido que sesgar tantas vidas de humanos por los que "se supone" debemos pelear?

Todos permanecían aturdidos y un poco deprimidos por esos planteos, y Mikasa no era la excepción, en su cara se dibujó una línea que mostraba tristeza, empatía, comprendía lo cruel que era el mundo y sabía desde ya que ella no era la única que lo había sufrido en carne propia, pero esta sensación se rompió en un instante, cuando Rivaille prosiguió, y pasó la línea.

— ¡Tú que vives lamentándote de la pobre suerte que tuviste! ¡Perder a tus padres, pero qué pena! ¿Verdad? ¿Te piensas que has visto suficientes aberraciones en el mundo, que tienes las manos y los ojos curtidos, acostumbrados a todo esto? ¡Para la edad en que mataste a un solo hombre yo ya había asesinado a cientos, vi a cientos de inocentes e indefensos morir de formas que no tienes idea! He visto sufrir maltratos de lo más injustos e inauditos. ¿Y tú crees que tuviste una vida dura? Por lo menos a ti te dieron una oportunidad, otra familia, otra vida, tuviste un lugar a donde ir, pero eso fue todo, la diferencia entre tú y yo, es que yo no me voy a resignar a que todo termine así, hasta que no me quede más aire ni sangre en las venas, lo seguiré intentando, pelearé para acabar con toda esta mierda, para que este asedio por fin termine. ¡Pero en TU CASO, si tuvieras la oportunidad de encerrarte a ti misma y al idiota de Eren en el lugar más seguro e impenetrable del mundo para jamás volver correr peligro, y nunca más hacer nada, no pelear, abandonarlo todo, dejar a los demás morir como hormigas bajo el sol, LO HARÍAS, estoy seguro! ¿O me equivoco?

La sorpresa e inquietud reinaban en las caras de todos, nadie se habría imaginado presenciar una escena como esa, el cabo Rivaille perdiendo los estribos y escupiendo una tonelada de verdades en una pelea de esa categoría, contra alguien como Mikasa, contra quien sabían de sobra que no convenía pelearse.

La chica de momento, suprimía su propia angustia y enojo, y se contenía de no darle un tremendo golpe en la cara.

La discusión no daba para más, pero ella no iba a dar el brazo a torcer, estaba muy apenada y furiosa a la vez, e inconscientemente sabía que las duras y crueles palabras de Rivaille, eran un poco ciertas, como casi siempre lo eran.

Continuó la pelea aumentando el volumen en su voz, ya no con lógica y razones sostenibles con principios, sino más bien con insultos sin sentido y agresiones físicas, algunos empujones, y sobre todo gritos.

Los espectadores no tardaron en pasar del temor al pánico, la situación se volvía insostenible y se temía lo peor.

Eren estaba paralizado, tenía que hacer algo para separarlos antes de que todo se le fuera de las manos, pero no podía ni moverse, se sentía completamente intimidado, ambos le inspiraban un terrible miedo sin siquiera habar, y ahora que estaban fuera de sí, peleando como perros por el territorio, hasta temía por su propia vida si se metía.

Pero aquella angustiante pelea no iba a durar mucho más, ya que al explotar el odio y aliviando la tensión de los gritos, ambos desenvainaron sus espadas en simultaneo y se apuntaron mutuamente a los cuellos, quedando a una proximidad peligrosa, con los filos a escasos centímetros de la piel.

Éste fue el impulso final para dar el gran empujón de valentía que colmó a Eren.

— ¡Ya fue suficiente, ustedes dos!— gritó al empujar las espadas y separarlos varios metros— ¿¡Pero qué les pasa!? ¿Están escuchando lo que dicen? ¿De enserio piensan matarse, es en serio? ¿¡Por un simple desacuerdo de ideas!? ¿No ven la tontería por la cual empezó todo esto?

El envalentonado tono de Eren les llevaba tranquilidad a sus amigos y apaciguaba la compostura de Mikasa y el cabo.

Eren dudó nuevamente de si seguir hablando y tragarse un golpe de cada uno, o seguir.

Pero dejó de vacilar, sabía muy bien que fuera cual fuera la respuesta, él tenía razón, esto no podía estar pasando, y no podía permitir que terminara así.

—No logro comprender esto, simplemente no lo entiendo, me parece tan increíblemente estúpido verlos pelear, no puedo creer que sea el único que lo haya notado. ¿No logran darse cuenta de lo absurdamente parecidos que son? ¿Por qué no pueden solo darse cuenta, aclarar sus diferencias y llevarse bien? ¡Mikasa, no puedo comprender como pudiste decir esas cosas! ¡Otra vez te estás dejando llevar por estas tonterías!

Al voltear para mirar a Rivaille, el miedo resurgió dentro de él, podía reprender a su media hermana con soltura, pero él era cosa diferente, era su superior, y podía llegar a tomar sus palabras como una insolencia, pero comprendió que lo que tenía para decir, merecía ser escuchado, aunque lo castigaran por ello.

—Señor, yo… —tomó el porte para hablar de tú a tú— puede que, hasta cierto punto esté de acuerdo con todo, o casi todo lo que dijo, y lamento mucho la cantidad de cosas inimaginables que ha tenido que vivir en el pasado, pero, de todas formas, no puedo soportar, ni seguir viendo esto.

El rostro de Rivaille no cambió, pero siguió escuchándolo.

—Señor, de ninguna manera permitiré que trate de esa forma a Mikasa.

Ambos beligerantes se quedaron callados por la intervención y las apasiguantes palabras del chico.

Ahora en el aire se respiraba la paz.

Rivaille guardó su espada y regresó a su anterior serenidad.

—Como siempre, nunca puedo contradecirte Eren. — se dirigió a él el cabo con un suspiro, y de la nada sus palabras cortaron la calma:

—"L'essentiel est invisible pour les yeux". Eren, preguntaste que cuál era la diferencia entre nosotros: si buscas el significado de esa frase, entenderás el "por qué" nunca seremos capaces de trabajar juntos, como dice ella.

Se hizo un silencio en el que el cabo se volvió para mirar a la chica, —Siento mucho mis palabras, Mikasa, no pensé muchas de las cosas que decía, fui muy duro para alguien con tan poca experiencia, perdón.

Ella se quedó pasmada, su disculpa fue tan directa y contradictoria con sus previas acusaciones, que no creía que fuera sincera, así que sólo optó por guardar también su espada, cerrar los ojos y darse la vuelta, mientras se retiraba con paso sereno.

—Lo siento… Eren, no volveré a preocuparte de esta forma.

Rivaille hizo lo mismo y se retiró, con bastante decepción un su rostro.

To be continued…


Debo aclarar que sirvo más para guionista que para narradora, ya se habrán dado cuenta de por qué. Es posible que en mis fics predominen los diálogos antes que los relatos de la situación.

Ojalá que puedan hacer su propia súper película mental \o/

Okno ._. Pero disfruten igual.

Déjenme un review con su opinión sobre el capítulo. Trataré de subir más o menos seguido, nee? -.-'

Nos leemos la próxima! :D