Henry

He jurado que no intentaría nada pero no puedo mantenerme a raya y ver como todo sucede, o más bien, como nada sucede. Sé que Regina necesita de mi ayuda, no hay tiempo que perder. Ya es muy noche cuando por fin se me ocurre un plan que pueda funcionar, es simple, solo espero a que llegue la mañana para poner manos a la obra.

-Hey, ¿Ya despierto tan temprano?- me pregunta mi papá cuando entro a la cocina, él ya está preparando el desayuno como de costumbre

-Sí tengo un par de cosas por hacer este día

-¿Qué es lo que planeas?- me observa detenidamente

-Solo algunas cosas para pasar el rato, nada importante. ¿Por qué no fuiste ayer a la cafetería?- cambio el tema a la primera oportunidad antes de que se descubra algo

-Yo… tenía asuntos pendientes en el trabajo- regresa su atención a la estufa

-Últimamente no pasas tanto tiempo en casa- me dirijo a la sala y veo su abrigo colgado en el perchero, sus llaves en una mesa cercana a la puerta

-Tengo trabajo de sobra

-¿O es otra cosa?

-Henry- se interrumpe cuando baja Emma- luego hablamos

-¿Vas a salir de nuevo hoy?- pregunta ella aun somnolienta

-Solo un rato para pasear con seeker de nuevo, casi toda la semana se queda aquí, no me parece justo

-De acuerdo, ten cuidado. Y recuerda lo que hablamos ayer

-Acerca de eso, no sería mejor que interrogaras a los sospechosos. Quizá si lo hicieras en el hospital habría alguna reacción que te ayudara a averiguar algo más

-Por favor Henry…

-Sí, sí, solo era una idea. Dijiste que por lo menos podía hacer eso

-Bien

-Entonces ¿Tomamos el almuerzo juntos?

-Tengo cosas que hacer- responden ambos al unísono, para después compartir una mirada un tanto sorprendida

-Ok- terminamos el desayuno en silencio, algo que me viene bien para repasar una vez más el plan

Salgo con seeker sujeto a su correa y con un juego de llaves que no es el mío. Damos un paseo por la ciudad, pasando repetidamente por calles cercanas a donde se encuentra la tienda del abuelo. Ya es casi medio día cuando sale de la tienda, y si todo marcha según lo planeado, va con destino al hospital. Me aseguro de dar un par de vuelvas más alrededor antes de acercarme a la puerta trasera y abrir con las llaves de repuesto de papá. Enredo la correa de seeker en mi mano procurando que ambos estemos bastante juntos entramos a la tienda.

Esta habitación está a un más llena que la parte delantera, repleta de un montón de objetos algunos de apariencia normal y otros que nunca antes había visto. Evito tocar cualquier cosa que este a la vista, porque si estoy en lo correcto lo que busco debe estar escondido, además de que no quiero dejar ninguna evidencia. He recorrido casi todos los lugares probables y algunos no tan probables pero sin éxito. Así que decido ir a la parte delantera.

Como ya he estado varias veces en este lugar y nada parece fuera de lo ordinario, empiezo a ser creativo y busco algún tablón flojo en el piso o un hueco oculto en la pared. Empiezo a creer que me he equivocado, cuando seeker comienza a ladrar. Intento callarlo aunque no consigo nada, el tiempo se me está acabando también, empiezo a pensar en la retirada antes de que sea encontrado y posiblemente castigado. Tiro de la correa del perro pero este no se mueve, de hecho parece empeñado en ladrar al cuadro detrás del mostrador.

En un acto desesperado me acerco a la pintura y tiro de ella, pero no se mueve. Jalo de nuevo pero solo de lado derecho, veo una caja fuerte. Ya tendría bastante tiempo para reprocharme por no pensar en ello desde un principio, por ahora tengo que pensar en una manera para abrirla. Lo primero que hago es darle vueltas a la perilla, pero ni siquiera se mueve, parece sellada de alguna manera. Esta hechizada es lo que se ocurre, y el pensamiento me desanima porque la magia es algo que está más allá de mis capacidades.

Respiro frustrado, decido salir del lugar antes de que me descubran. Arrastro a seeker conmigo pero entre tanto jaleo un par de cosas caen al piso. Las levanto rápido y las coloco de forma desordenada sobre una mesa de madera. Me doy cuenta unos segundos después de que no es una mesa, es una rueca, mi vista se fija en la punta metálica. Como si estuviera en un sueño me pincho el dedo hasta que una gota carmesí se forma en la punta, regreso a la caja fuerte, pero esta vez cuando toco la pequeña puerta se abre fácilmente.

Mi corazón late rápidamente dentro de mi pecho. Dentro de caja fuerte, hay un cofre de madera. No hay tiempo para comprobarlo, escucho un auto estacionarse al otro lado de la puerta, tomo rápido la caja y dejo todo como lo encontré. Me deslizo por la misma puerta donde entre, con seeker siguiéndome de cerca, como si entendiera lo delicado de la situación. Después de cerrar con cuidado me alejo con paso constante evitando a toda costa salir corriendo, con una mano sostengo la correa de mi fiel amigo y con la otra el cofre de madera, ahora sé que hay un corazón latiendo dentro.

Emma

La idea de Henry me da vueltas en la cabeza, si alguien la odia lo suficiente es lógico que tiene que tener algún tipo de respuesta estando cerca de ella, ya sea culpa o felicidad de verla en aquel estado. No tengo una larga lista de sospechosos, así que me ocupo de contactar con las personas que han demostrado cierto interés en Regina.

El hada azul llega junto a Campanita, la chica controla mejor sus lágrimas pero es obvio que se culpa por lo sucedido.

-Emma, ¿Has encontrado algo?- pregunta la mujer mayor con expresión severa mientras Campanita se precipita cerca de la cama de su hermana

-No, pero estoy trabajando en ello- me coloco al otro lado de la cama para observar mejor a la futura hada- Me gustaría hacerte más preguntas si no te molesta

-Ya te he contado todo lo que sé. Pero si contestando tus preguntas seré de más ayuda adelante.

-Antes de la pelea ¿Cómo era la relación con tu hermana?

-Como una relación normal, supongo. Ella era la mayor, así que cuando nuestra murió se hizo cargo de mí. Discutíamos seguido, pero era más porque me gustaba desafiarla. Yo la quiero y siempre he admirado su fuerza

-Entiendo. ¿Sabes si tenía enemigos?

-No

-¿Amigos?

-No lo sé. Es una persona reservada, la mayoría del tiempo la pasaba en la casa

-Así que estaban solas, solo tú y ella

-Supongo que sí

-Estuve buscando pero nadie parece conocerla tampoco hay archivos de ninguna clase sobre ustedes. Es como si no existieran

-Bueno no sé cómo responder a eso

-De repente llegas y dices que es tu hermana, pero no hay más pruebas de ello más que tu palabra

-Te digo la verdad, yo la quiero. Y me preocupo por Regina

-Es que parece que algo no encaja. No cuestiono tus sentimientos, pero ¿realmente es tu hermana?

-No veo a dónde quieres llegar con esto Emma- interviene la mujer mayor

-Nada de esto tiene sentido es como si de algún modo la magia estuviera interviniendo en todo esto. Además el hecho de que no tenga su corazón solo puede ser por culpa de una criatura mágica, y a pesar de que hay la magia existe en Storybrooke son pocos los que saben manejarla

-¿Qué insinúas?, Campanita no pudo haber hecho nada de eso. Para arrancar corazones se necesita de magia oscura y las hadas tenemos prohibido hacer uso de ella

-El que esté prohibido no significa que no puedan usarla

-No puedo creer lo que estás diciendo. No vamos a contestar más preguntas. Es mejor que nos vayamos de aquí- se da media vuelta de manera furiosa

-Cuando recuperes su corazón nos iremos de este lugar- dice Campanita cuando pasa a mi lado

-No puedes hacer eso

-Cuando despierte será nuestra decisión, y te aseguro que Regina no querrá quedarse

Me siento unos minutos en el sillón que está en la habitación, mi cabeza palpita con toda la información. Las cosas se me fueron de las manos y el resultado había sido poco menos que catastrófico. Perdí la confianza de Campanita y el hada azul, por acusarlas sin tener ninguna prueba. Y ahora tenía que lidiar con la idea de que Regina se iría para siempre. Era raro que algo como eso me doliera tanto, para ser una persona con la que nunca había cruzado palabra sentía que la conocía bien.

-¿Es un mal momento?- Gold toco en la puerta sacándome de mis pensamientos

-No claro que no. Pase por favor

-¿Si no le importa me gustaría saber por qué estoy aquí?

-Bueno usted es una persona influyente, que conoce a la gran mayoría de las personas en Storybrooke, después de todo usted es el dueño de la ciudad

-Sea concreta, realmente no tengo mucho tiempo

-¿Conoce a esta mujer?

-No

-¿Esta seguro?

-Ya le dije lo que sé. Si solo me trago aquí para preguntarme eso creo que hemos acabado

-Sabe que sé cuándo las personas mienten

-Es patético inventarse habilidades de ese tipo, puede que en otro momento eso le haya sido de utilidad, pero permítame recordarle que en este lugar las cosas funcionan de manera diferente. No puede intimidarme con esa declaración. Y otra cosa Emma, yo no miento

Sale de la habitación me quedo de pie sola, bastante sorprendida para hacer alguien que dice la verdad actuó a la defensiva. Tengo claro que sea lo que no está bien aquí Gold tuvo que ver en el asunto.

….

Unas horas han pasado, y no he sido capaz de irme del hospital, es como si una fuerza invisible me lo impidiera. La fuerte sensación de que olvido algo cuando estoy a punto de salir me hace regresar. Deje de pensar en soluciones para admirar a Regina, tendida en esa cama y a pesar de todo parecía tan perfecta.

-Ma- la voz me sobresalta

-Henry ¿Qué haces aquí?- esta agitado y parece un poco pálido- ¿Te encuentras bien?

-Fui a buscarte a la comisaría, aunque primero tuve que dejar a seeker en casa. Lo he encontrado- por primera vez lo que trae un cofre de madera entre las manos

-¿Qué es eso?

-Es su corazón, es lo que hace falta para que despierte

-Henry ¿de dónde lo sacaste?

-Gold lo tenía

-Prometiste…

-Después me podrás castigar. Ahora hay algo hacer- me tiende el cofre

-No estoy segura de esto- aun así lo recibo, y lo abro. Un corazón late dentro, observó por un momento las manchas negras sobre el rojo. Lo tomo entre mis manos y lo empujo dentro de su pecho. El cambio es casi imperceptible, pero ahí está puedo verlo, aunque no sabría decir con precisión que es, sé que es su corazón.

-¿Por qué no despierta?- cuestiona Henry, por un minuto me olvide que no estaba sola en la habitación

-No lo sé

-Ahora que tiene su corazón de vuelta debería de despertar

-Yo no lo sé. Pero creo que llamare a su hermana, tengo que informarla. Hay que llamar a Whale para que verifique sus signos vitales

-Un beso de amor verdadero

-¿Qué?... no

-Es lo que necesita, ahora que tiene su corazón puede volver a sentir el amor. Solo necesita el beso de su príncipe azul

-Henry ahora no primero, ayúdame a buscar al doctor Whale

-Pero Emma…

-Por favor, solo ayúdame con eso

Whale confirma que todo está en orden, que tiene una salud perfecta. Campanita parece agradecida con la felicidad derramándose en su rostro, aunque me desagarra por dentro cuando me dice que su plan de marcharse continúa en pie, está convencida de que es lo mejor que pueden hacer, pues con la magia que hay en el bosque encantado quizá Regina pueda despertar, tiene todo listo para su viaje, incluso algunas personas que quieren regresar a casa.

Cuando todos se han retirado me quedo unos minutos junto a la puerta, en la que probablemente sea la última vez que la vea. Aun así y en contra de la razón quiero que se quede a mi lado, protegerla, quiero ver en luz sus ojos, vida, alegría, felicidad, deseo darle esperanza. Suspiro pesadamente y una sensación que me impide respira se instala en mi pecho, sé que a partir de mañana esa dolor no desaparecerá jamás.

Pero hoy no, ella aún está aquí. Avanzo hasta la cama, la observo e intento grabar cada detalle en mi mente, su cabello negro, sus labios con esa cicatriz que solo la hace más bella. Cuando me doy cuenta, mis labios están a centímetros de los suyos, un familiar olor a manzanas me estremece. Cierro los ojos y corto la distancia que nos separa, un hormigueo me recorre el cuerpo, pero todo es igual.

Hago mi camino de nuevo hacia la salida, nada ha cambiado ella sigue dormida, una parte de mí se ha roto, sin razón lagrimas empiezan a caer por mis mejillas…

-Emma- Es casi un susurro y aun así su voz hace eco dentro de mí, de un momento a otro todo está ahí, las discusiones, las peleas, el beso robado. La alcaldesa, la reina malvada, Regina, mí Regina, esta de vuelta. Y todo lo que no encajaba está de nuevo en su lugar.

Mi corazón se acelera, volteo a verla es como un sueño, está a medio sentar en la cama haciendo lo posible por levantarse y, aun con esa bata de hospital, me parece que nunca la había visto más hermosa. Sin saber cómo estoy a su lado, sujetándola.

-Te eche de menos. Nunca te vuelvas a ir- le dijo al oído con voz quebrada, nuestros labios se unen de nuevo, en un beso casi desesperado, como si solo así pudiésemos recuperar el tiempo perdido

Escucho unos pasos en el pasillo, que es lo único que me hace apartarme, para dejar que Henry se reúna con su madre. Se funden en un abrazo, ambos empiezan a llorar. Me limpio mis propias lágrimas, mientras trato poner en una oración todas las sensaciones que me invaden en este momento, pero no puedo.

-Todo estará bien Henry, te lo prometo- dice ella para consolar a nuestro hijo

-Nunca me dejes de nuevo. Nunca- Henry se aferra a ella

-Lo prometo

Uno de sus brazos esta alrededor de Henry y el otro lo extiende hacia mí, lo tomo y me siento a su lado. Fueron años que estuvimos separadas, lo peor es que ni siquiera la recordaba, pensar en eso me hace sentir una punzada de culpa.

-Ahora seremos una familia

N.A.- Muchas gracias por sus comentarios y por su paciencia para leer esta historia. A pesar de que las actualizaciones últimamente me han llevado bastante tiempo, esta historia se acerca a su fin.

El capítulo siguiente probablemente sea el último y la gran pregunta es ¿Los villanos merecen tener un final feliz?