Tardé en continuar pero aquí estoy! *-*)/ perdonen el retraso, pero nunca actualizo pronto los fics u.u
Ante algunos comentarios diciendo que si puedo hacer trío, pos no, no puedo hacer trío, y no es porque no quiera, sino porque... No sé hacer Lemon con tríos TT_TT si, si, ríanse (Ya lo hace mi prima, qué más da?) pero es cierto ._. Lo he intentado y me ha salido del asco (por no decir que te quedas como que "Dafuq?!"). Y esa mis queridos amigos, es mi patética explicación de porqué no puedo hacer trío (un día hice un one-shot 692718 y con lemon y pues... Lo borré antes de publicarlo u.u, no me parecía bueno).
Y para recompensar a las personas que querían 1827 creé el fic "Hibari-sensei" pensando en ustedes de todas formas ya quería otro fic con esa pareja, pero gracias a vuestros comentarios mi imaginación voló *A*, y de ahí nació ése fic XD.
Bueno, sin más, espero que os guste el cap n.n
-Reborn, ¿te sientes mal?-preguntó preocupada. Y algo extraño sucedió, el sicario se apartó bruscamente dando un paso hacia atrás, la expresión que tenía Reborn era seria, pero Tsuna pudo notar que en los ojos del sicario habían confusión y dolor, mucho mas dolor que el primero. Parecía que se estuviera regañando a sí mismo, y eso Tsuna lo pudo notar
Reborn negó con la cabeza y bajó su fedora-Me encuentro perfectamente-dijo fríamente antes de salir. Había recordado algo.
...-*¿qué fue eso?*-pensó Tsuna.
Algo en él se estrujó, porque a pesar de que Reborn siempre le insultaba nunca lo trataba de esa forma tan fría e indiferente. Decidió ignorar eso, tal vez Reborn se había enfadado con algo y por eso le trató así. Después de todo es realmente fácil hacer enojar al sicario.
Suspiró de cansancio, no tenía hambre. Mejor era dormir y olvidarse de todo, confiará en Reborn y esperará a que él mismo se lo diga.
Se tumbó en la cama, mal hecho, se le había olvidado de "cierto par" que ahora estaba en su pecho. Su cama era dura y cayó bocabajo, simplemente...El dolor de sentir sus pechos siendo aplastados por el peso de su propio cuerpo...Era verdaderamente indescriptible.
Y ahí estaba ella, privada por el dolor. Y es que, joder, dolía como los mil y un demonios. Procurará nunca más golpearse ahí. Nuca!. Incluso se podría comparar con el dolor de una patada en la entrepierna en los hombre. En su escuela siempre estaba la chica torpe que se caía de boca al suelo, aunque las suertudas eran planas y aparentemente no les dolía.
Cuando el dolor por fin pasó, se quedó dormida. Estaba realmente cansada.
Miraba el hermoso cielo azul con toques naranjas que marcaban el atardecer, las nubes moradas azuladas adornaban el resplandeciente panorama. Veía como la gente pasaba cerca del parque en donde él se encontraba, cada uno de ellos pendiente en su propio asunto.
Era otoño, las hojas antes verdes de los árboles pasaban a ser de un colo marrón, denotando la poca vida que había en ellas. Eran sus primeras vacaciones, pues nunca las tenía ya que un Hitman jamás descansa.
Nadie se encontraba en el lugar, pues al ser una época muy cercana al invierno las personas buscaban diferentes prendas para mantenerse en calor.
Suspiró, importándole poco lo que los demás hiciesen con su vida. Solo le prestaba su absoluta atención a ese cielo con capacidad ilimitada de adjetivos para describir lo magnífico que era.
Sintió como una persona se sentaba a su lado sin ningún remordimiento en afectar su comodidad.-Hola, es un lindo día, no?-preguntó una suave voz.
Sin dirigirle siquiera la mirada asintió con aprobación ante el comentario de la mujer al lado suyo.-Oh, disculpa por mis pocos modales, soy Luce. Y tú?-dijo ella mirándole con interés.
Se pasó una mano por sus descubiertos cabellos, acomodándolos hacia atrás.-No es asunto tuyo-respondió mirándola con amenaza en sus ojos azabaches. La mujer era esbelta, con cabellos negros agarrados a una coleta y una marca por debajo de uno de sus ojos azules.
-Heh, eres muy amargado. Relájate, señor mejor Hitman del mundo-habló ella riendo. El azabache le lanzó una mirada asesina, la mujer sabía quien era.
-Cómo lo sabes o quién demonios lo dijo?-preguntó con enojo y molestia.
-Nadie me lo contó-dijo ella sonriendo.-Sé un poco del tema mafioso porque mi familia trata con varios de ellos, y entre la mafia eres muy famoso. Aunque no sé tu nombre.
-Tsk, si no me has visto cómo sabes que soy yo?-preguntó hastiado.
-Sexto sentido-dijo ella aun sonriendo.
El azabache bufó, prendió un cigarro y lo adentró entre sus labios, aspirando el tranquilizante humo que emanaba. Su mirada volvió a ése cielo tan hermoso-Reborn-terminó por decir.
-Reborn?-Preguntó confusa, ladeando su rostro.
-Mi nombre-aclaró el sicario.
-Oh! Como revive en inglés-dijo sonriendo-Es un lindo nombre, un gusto Reborn-dijo extendiendo su mano.
El azabache aceptó y estrechó su mano con la mujer.-Lo mismo digo-habló con desgano.
La mujer se le quedó mirando con una sonrisa.-Si que eres pretencioso-dijo.
Reborn miró a la mujer, alzando una ceja como gesto de incredulidad.-Pretendes que no te importa nada, que no te molesta estar solo y que no quieres que alguien sea cercano a ti-dijo ella mirando el cielo. El hitman la veía con cierta sorpresa que no expresaba en lo absoluto.-Pero en cambio.-miró al azabache-Tú solo deseas que alguien esté a tu lado, quieres sentir algo hacía una persona; cosa que te resulta imposible. Eres un Hitman y todos tus sentimientos han sido sellados, incluyendo el odio.-dijo. Reborn se quedó mirando por largo rato a la mujer.
Volteó la mirada.-Cómo sabes tú todo eso?-preguntó.
-Con solo ver tus ojos pude saberlo todo. La mirada de una persona representa su ser.-dijo ella ablandando más sus facciones. El azabache se sorprendió, ella pudo ver en él cosas que nadie pudo y solo con mirarle a los ojos.
Suspiró, y sonrió sin decir nada. Era la primera vez que conocía a alguien como ella.
-Ves? Eres más guapo sonriendo-dijo ella sonriendo-Por cierto, me encantan tus patillas, son uno de tus mayores atractivos-dijo Luce tocando dichas patillas.
-Tsk-volteó la mirada.
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Había tardado dos meses en hacer una misión, hace tiempo que no tardaba tanto, pero en ésta tenía que viajar.
El azabache caminaba por las desiertas calles de la cuidad, iba en dirección a su casa compartida. Al llegar, abrió la puerta, la cual no tenia seguro. Extrañado entra estrepitosamente.
-Luce! Ya llegué-llamó, pero no recibió respuesta alguna. Preocupado, comienza a buscar por todas las habitaciones y lugares del la casa.
No encontraba rastros de que alguien hubiese estado allí desde hace tiempo, todo estaba hecho un desastre. Varios muebles se encontraban destrozados mientras que cuadros que antes colgaban en las paredes se hallaban esparcidos en el suelo. Parte de los electrodomésticos no estaban.
Un secuestro.
Reborn chasqueó la legua realmente enojado. Bajó su fedora y se dirigió a la casa de la vecina. Tocó fuertemente esperando que la dueña abriera pronto.
Ésta abrió, él enseguida la interrogó. La mujer le dio una pista, la última vez que vio a Luce fue hace dos semanas atrás cuando ésta se dirigía a hacer unas compras en un abasto cercano. Sin dudarlo se encaminó al lugar, era de noche, podría filtrarse fácilmente en el interior del local y ver los vídeos de las cámaras de seguridad.
Su misión trazada por él mismo la efectuó exitosamente, había logrado apreciar como Luce entraba y cuando salía unos hombre encapuchados la secuestraron sedandola. Notó como le sacaron las llaves de la casa y luego la arrojaban al interior de una camioneta negra.
Detuvo el vídeo para apreciar la placa del auto, grabó la secuencia de números y letras en su mente, debajo de ellas se hallaba el nombre del estado en el que matricularon al vehículo. Sicilia... Y estaba en Venecia.
Chasqueó la lengua, desde donde él se encontraba Sicilia estaba al otro polo de Italia. Si el sujeto que secuestró a Luce estaba en Sicilia, le tomaría tiempo hallarlo.
Aprovechó el hecho de que estaba usando el computador de seguridad y con él hackeo una página policial en el que se hallaban todas las matrículas de Italia junto con parte de la información de sus dueños. Efectivamente el sujeto vivía en Sicilia, pero no especificó su sitio de estancia.
Cerró todo, no sin antes quitar los vídeos que grabaron su entrada al sitio, ni se había molestado en ocultarse. Con su silenciosa revolver disparó al cpu, justo donde estaba la tarjeta madre.
Salió de la cabina de seguridad, su próximo destino era el aeropuerto.
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Siete meses le llevó encontrar el paradero de su enemigo y consigo a Luce. Era un edificio que se alzaba a grandes alturas, era de una compañía que en esos tiempos estaba cerca de la bancarrota, en una misión que le fue otorgada consistía acabar con el vicepresidente se ganó a esa compañía como enemiga.
Frunció el ceño, entró en el establecimiento. Avanzando con pasos silenciosos mientras que con hábiles movimientos daba disparos certeros contra el cráneo de aquellos ignorantes que no se percataban de su presencia.
Comenzó a buscar en distintos lugares, hasta llegar a una puerta cerrada con llave, la cual sin vacilar la tumbó. Ingresó en el lugar solo para encontrarse a Luce atada con unas cadenas a la pared que se encontraba apoyada. La mujer estaba en un estado deplorable, en medio de la conciencia e inconsciencia.-R-Reborn... -Ella logró decir su nombre mientras una sonrisa débil adornaba su demacrado rostro.
Una pequeña punzada atravesó el corazón de Reborn, nunca se imaginó encontrarse a Luce en ése estado-Vámonos de aquí-dijo con voz segura mientras liberaba a la mujer de sus ataduras disparando a las cadenas.
La cargó y con paso apresurado salió del lugar, adentró a Luce en su auto. Cerró la puerta del copiloto y se dirigió a la entrada del edificio tomando distancia.
Sonrió con lujuria, sacó un yesquero y lo prendió antes de lanzarlo. Al poco tiempo el edificio se hallaba envuelto en llamas, el día anterior se había tomado las molestias de ir al sitio sólo para llenarlo de gasolina. Pasadizos, oficinas, estacionamientos, comedores, jardines, sótano, vestíbulo, no se había olvidado de ningún lugar.
Volvió a donde se encontraba Luce, entró en el vehículo y se dirigió al hospital. Tenía un mal presentimiento.
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Cuando llegó, los médicos rápidamente atendieron a Luce, llevándola a emergencias ya que se encontraba en un estado deplorable. No tuvo de otra más que esperar sentado en la sala de espera.
Estaba realmente agotado, pero satisfecho. Había logrado su cometido, e incluso logró acabar con todas las vidas de ésa compañía, sonrió, si alguien siquiera había logrado sobrevivir a la explosión, entonces moriría lentamente en llamas pues incluso el vestíbulo estaba envuelto en éstas. Incluso el edificio probablemente pronto se derrumbe.
La espera continuaba, las horas se reían de él, burlándose por su estado tan mediocre, en la espera de una persona. Como Hitman nunca pensó siquiera en esforzarse tanto por alguien.
Él era un asesino, mataba a personas, no las salvaba.
Notó como un médico salía de emergencias y se dirigía hacia su persona.-Usted es alguien cercano a Luce-san?-preguntó.
-Su pareja-reafirmó el azabache.
-Bueno, le vengo a informar el estado de Luce-san. Ella está desnutrida, demacrada; mientras hacíamos los exámenes pudimos encontrar algo-el médico dejó de ver la carpeta para observarle a los ojos-Ella está embarazada-
Reborn por primera vez en su vida demostró sorpresa en sus facciones-Cómo?-preguntó, tal vez oyó mal.
-Luce-san está embarazada, su cuerpo demuestra haber sido violado hasta el cansancio-dijo el doctor-Y eso no es todo, el bebé con tan solo siete mese ya va a nacer, va a ser un bebé prematuro. Por el estado en el que se encuentra la paciente es dudable la posible vida del niño-dijo-Quiero preguntarle algo, usted ha estado con ella todo éste tiempo?-preguntó.
-No. Ella fue secuestrada-informó seriamente, el doctor sospechaba que él era el agresor de Luce, pero al oír las palabras cambió rápidamente de tema.
-Aun no se han terminado sus exámenes. Si encontramos algo más o el bebé muere se lo informaremos-dijo el médico antes de irse, huyendo de la mirada amenazante que le enviaba el azabache.
-Tsk-la impotencia comenzaba a usurpar su mente.
Los minutos le dieron paso a las horas, el tiempo transcurría lentamente. A pesar de ser hijo de un bastardo, a pesar de que ése niño fue producto de una tortura, él quería que viviera; tenía la esperanza de que el bebé pudiera sobrevivir. Porque después de todo, ése niño venía de Luce.
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Suspiró, comenzaba a impacientarse, ya eran tres horas desde la última vez que habló con el médico.
-Tenemos malas y buenas noticias-una voz le sacó de su estado de pensamientos.
-Las buenas-pidió inmediatamente. El doctor pasó la página de su carpeta.
-La bebé nació, pudo sobrevivir y en estos momentos se halla en una incubadora. No obstante su estado a pesar de ser una niña de siete meses es bastante pobre, pues gracias a la desnutrición de Luce-san ella nació más pequeña de lo que debería ser un bebé de la cantidad de sus meses. Por ésa razón era imposible saber que Luce-san estaba embarazada a simple vista, si no fuera por los exámenes no nos hubiéramos percatado de su estado-explicó el doctor. Reborn pudo respirar tranquilo-Pero, la mala noticia es que tuvimos que hacerle una mamografía por la extraña condición en la que se encontraba sus pechos. Pudimos confirmar que ella sufre cáncer de mama, el tumor ya ha invadido otros tejidos; desgraciadamente le tenemos que notificar que su promedio de vida es de dos a cuatro años-dijo con pena el doctor.
El azabache volvió a sorprenderse, su corazón comenzó a latir con pesar mientras se contraía dolorosamente. Ella moriría, su destino había sido trazado.
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Observaba aquel lugar, ése sitio donde dejó de verla pero sabía que ahí estaba.
A su lado estaba Aria, la hija de Luce, ahora con siete años cerca de cumplir los ocho. Ella agarraba de la mano a un adolescente que trabajaba para Luce, su nombre era Gamma. La niña mostraba un semblante lleno de dolor mientras observaba la reciente tumba de su madre, quería llorar, pero le había prometido a su madre no estar triste cuando ella muriese.
Al poco tiempo las personas tiraban sus flores encima de la tierra que hace no mucho estaba aun lado del agujero en el que iría el ataúd de la recién fallecida, y luego se iban. Los únicos que quedaron fueron él, Luce y aquel adolescente, el par tuvo que irse, pues Gamma no quería que Aria continuara sufriendo y recordando a su madre. Siendo él el último en quedarse enfrente de la tumba de Luce.
El clima comenzaba a empeorar, antes el cielo se encontraba con nubes grises. Pero comenzaba a llover suavemente en un principio, gradualmente la lluvia empeoraba. Incluso el cielo lloraba por su muerte.
-Eres increíble-dijo mientras el agua empapaba su traje.-Superaste las expectativas de los médicos y viviste 8 años.-Él fue quien presenció los últimos momentos de Luce.-Puedes estar segura de algo, no volveré a amar-miró el cielo.-Probablemente si estuvieras aquí me llamarías pretencioso-dijo sonriendo levemente-Y no lo niego.-Se dio media vuelta-Descansa en paz.-dijo yéndose. Él era un Hitman, desde un principio no tuvo que sentir algo por alguien. Éste era su castigo por desobedecer esa ley tan importante que había sido impuesta en su carrera.
El amor y la debilidad van agarrados de la mano, sinónimos, caminando siempre juntos, amigos inseparables que para él llevaban al mismo resultado.
El fracaso.
(Al día siguiente, en la habitación de Reborn)
Se levantó estrepitosamente, quedando sentado en su propia cama. Una capa de sudor yacía cubriendo su rostro y gran parte de su cuerpo.
Otra vez ése recuerdo. El día anterior después de rechazar la preocupación de Tsuna había recordado todo y ahora sus memorias persistían en sus pensamientos. Desagradable...
Se cubrió sus ojos con sus manos-Tsk-chasqueó con absoluta molestia.
(En donde Tsuna)
Había tenido un sueño realmente extraño, Verde le había secuestrado y aparentemente se había convertido en mujer. Todos actuaban extraño y Reborn actuó fríamente hacía su persona.
Suspiró, se levantó y no pudo evitar observar su pecho, encontrándose con 'esos'.
Mierda, no fue un sueño.
Hoy era miércoles, como deseaba que el fin de semana llegara pronto. Se rascó la nuca, comenzó a vestirse con desgano y con mucho cuidado.
Anteriormente no había dado cuenta pero el uniforme femenino era muy cómodo y ligero. Aunque traer puesta una falda la hacía sentirse desnuda.
Observó la hora, impresionándose a sí misma, se había levantado temprano ése día! Eso ameritaba un premio.
Bajó a la cocina, encontrándose a su madre haciendo comida y a Reborn tomando café tranquilamente mientras leía el periódico-Oh Tsu-kun, te levantaste temprano. Aun te estoy haciendo el desayuno, siéntate y espera aun poco-dijo Nana sonriendo.
Tsuna obedeció a la orden y se sentó, quedando en el asiento justo enfrente de Rebon.
-Reborn, cómo amaneciste?-preguntó con preocupación. Al menos el azabache ya no estaba tan pálido.
-Bien-contestó sin desviar sus ojos de su lectura. Extrañamente Tsuna presentía que Reborn le estaba evitando.
El silencio inundó el comedor, al menos hasta que alguien volviera a hablar-Ten cuidado con los hombres en la escuela-oyó decir a Reborn.
-Por qué?-preguntó confundido pero a la ve feliz de que el mayor le esté hablando.
-Solamente mantente al margen con tus compañeros-dijo el mayor-También de tus compañeras.
-No comprendo, entiendo un poco sobre los chicos. Pero por qué las chicas?-preguntó.
-Porque las mujeres son celosas-dijo el azabache-Y tú tanto como mujer o como hombre te ves bien-dijo sonriendo mientras alzaba la mirada hacia Tsuna, pero rápidamente la dirigió al periódico.
El castaño se sonrojó, la comida llegó a su mesa, avergonzado comenzó a comer.
Se la había pasado toda la mañana pensando en la palabras de Reborn. Y aun no dejaba de sonrojarse, no se esperaba ése tipo de comentario. Tan concentrado estaba que no se percataba de las miradas deseosas de los hombre y las de odio e ira de las mujeres.
La campana sonó indicado la hora del receso. Gokudera salió a buscarle algo de beber mientras que Yamamoto fue en busca de comida, pues se había olvidado de llevar merienda.
Al salir del aula se encontró con una manada de chicas que le observaban con odio-Oh mira, pero si es Tsu. Eres nueva, deseas que te enseñemos la escuela?-preguntó la que parecía ser la líder de esas bravuconas.
-N-no gracias-dijo comenzando a caminar en dirección contrarias a las adolescentes.
-En serio? Pues quieres que te diga algo?-preguntó otra-Sólo porque tienes linda cara y cuerpo ya los chicos ni nos miran. Lo peor de todo es que algunos hasta te toman fotos y tu como estúpida no te das cuenta. Las chicas como tu me dan asco, ni siquiera llevas accesorios o un poco de maquillaje, eres de esas que no se preocupan de su apariencia; y además te ves bien sin ningún esfuerzo! Nosotras gastamos dinero para vernos bien, nos tomamos gran parte del tiempo para tener un lindo peinado o maquillaje, sólo para que los chicos no nos miren por tu culpa!-gritó con enojo sobresaliente. La chica realmente parecía querer matarla.
Tsuna observó a las chicas, un sentimiento extraño se apoderó de ella-Perdón, pero que excusa tan patética. Si no me preocupo de mi apariencia es porque sé que naturalmente me veo bien. Por desgracia, ustedes se sienten feas y para satisfacer la necesidad de que alguien siquiera les mire tienen que llevar una capa de maquillaje para crear una belleza artificial-dijo sonriendo con autosuficiencia. Ése sentimiento de competencia cuando te insultan... Así se sentían las chicas al pelear entre ellas?.
Notó como todas las chicas fruncieron el ceño, incluso unas tenían los ojos aguados.-Ha! Pues tu lindo rostro va a quedar destrozado después de la paliza que te daremos, ningún chico te mirará ahora-la líder sacó un bate. Planeaban deformarla o matarla?
El arma se acercó a ella, pero no llegó a tocarla, pues el bate salió volando al ser interceptado por una tonfa-Buscas problemas? Herbívoro-habló Hibari escupiendo cada palabra con desprecio y asco.
Las chicas observaron al prefecto con miedo, todos en la escuela le tenían pavor. Incluso el director-T-tú que demonios haces aquí?!-preguntó la líder-No te metas en donde no te llaman!-
-Yo estoy aquí porque quiero y puedo. Y si no quieres que te muerda hasta la muerte lárgate, prostituta de segunda mano-dijo Hibari poniéndose en pose de ataque mientras su mirada se estrechaba amenazadoramente.
Las adolescentes rápidamente se fueron, ninguna deseaba recibir una paliza por parte el azabache.-Sígueme-dijo Hibari caminando. Tsuna ladeó el rostro, pero no tenía deseos de desobedecer a Hibari.
Siguió al mayor hasta llegar al salón disciplinario. Entrando a orden del azabache-Si tanto te agreden las herbívoras quedate aquí en todos los descansos. Nadie se acercará a hacerte daño-dijo.
Tsuna impresionado mira al prefecto, en realidad Hibari se estaba preocupando por él-Gracias Hibari-san!-dijo con una gran sonrisa que dejó prendado por unos segundos al mayor.
Se encontraba caminando a su casa, al lado suyo estaban Gokudera y Yamamoto, quienes en el receso le estuvieron buscando por todos lados. A él no se le ocurrió más que decir que había tenido una indigestión y estaba en el baño.
-Décima, disculpe pero hasta aquí le dejo. Tengo que ayudar a mi hermana en unas cosas-dijo el peligris sonriendo.
Tsuna sonrió, se acercó al italiano y le plantó un beso en la mejilla. Había visto a varias chicas hacer eso al despedirse.
El rostro de Hayato pasó de ser blanco pálido a estar completamente rojo. Por un momento Tsuna se preguntó si había hecho mal al besarle-A-diós D-Décima!-tartamudeó feliz antes de irse. Yamamoto observaba todo con una sonrisa, aunque por dentro se encontraba celoso.-Bueno, yo sí te acompaño hasta tu casa Tsuna!-dijo animado. Al menos podría pasar tiempo a solas con el castaño.
-Si!-dijo sonriendo.
Al poco tiempo llegaron y el castaño se despidió de la misma forma con Yamamoto, quien sonrió felizmente y también le dio un beso en la mejilla antes de irse; dejando a un Tsuna sonrojado y abochornado.
Entró a su casa, encontrándose a todos los demás ex-arcobalenos excepto Reborn, Verde-Qué sucede aquí?-preguntó extrañado.
-Desde la mañana no hemos podido contactar con Reborn, hemos venido aquí para saber si al menos se encontraba. Pero no está-dijo Lal seriamente.
-Eso quiere decir que Reborn a desaparecido-dijo Colonello, igualmente con semblante serio.
Capítulo largo e.e tenía tiempo sin escribir uno así.
Sólo agregué un poquito de drama, ahora sabenpor qué Reborn rechazó a Tsuna. Pero... Por qué desapareció? ¬¬, mencionen en sus comentarios vuestras predicciones n.n
Gracias por vuestras opiniones n.n
Espero que éste cap os haya gustado :D (lo terminé y empecé hoy -ni yo misma me lo creo ¬¬- así que perdonen los horrores, solo pude corregir levemente algunos de ellos)
*:. Tienes esa ridícula figura de un bufón... Que en medio de la guerra alza una pancarta que habla de amor.:*
Ciao Ciao!
