Disclaimer: es de J.K.Rowling, o de quien sea, sino puedo asegurar que... no se que puedo asegurar que no haya asegurado antes.
Ultimo capitulo... gracias a Alega (ya se que te he acortado el nombre, pero es que es muy largo de escribir...), a Diabolik, A Eri (también te acorto el nombre) y a todas las personas que me leyeron, me hace muy feliz leer los reviews que me mandais, es como una pequeña llamita de ilusión que llevo dentro todo el día.
Y ahora...
MOMENTOS
EPILOGO
Las puertas del Gran Comedor se abrieron delante de la multitud que estaba allí reunida. Nadie había querido perderse la fiesta, así que la mayoría de alumnos habían asistido, pero también profesores y antiguos alumnos.
Una suave música envolvía el ambiente. El olor de deliciosa comida atraía a la gente. Algunas parejas bailaban, y los que estaban solos los miraban con envidia. Habían personas que comían mientras conversaban con sus amigos, o discutían con sus enemigos.
La Fiesta de Primavera había llegado.
Dos parejas se encontraron frente a frente.
Todos sabían que se odiaban, pero ahora las cosas habían cambiado.
¿Podría el amor superar el orgullo?
Una canción acabo y otra comenzó, pero ninguno de los hombres estaba dispuesto a dar el primer paso, y solo se miraban con odio, mientras fruncían los labios. Las mujeres que los acompañaban los miraban suplicantes.
Ambas mujeres se miraron, y extrañamente se sonrieron. Había comprensión entre ellas.
- Un vestido muy bonito, Señora Malfoy.
- Llámame Narcisa, casi somos familia. ¿Puedo yo llamarte Lily?
- Claro - dijo la pelirroja sonriente.
Un gemido de angustia se escucho por la boca de los dos hombres ¡Familia! De todas las cosas que les podían haber pasado en la vida esta era una de las peores. Se habían odiado desde siempre, y ahora sus hijos habían decidido ir en contra de sus enseñanzas.
James odiaba a Lucius porque él odiaba la magia negra más que a nada, y como jefe de aurores Lucius siempre se había escapado de sus redadas con elegancia, cuando conseguía hacerlas, cosa que no era fácil, ya que Lucius era muy admirado, muy rico, y muchas otras cosas más que lo hacían imposible de atrapar.
Lucius odiaba a James porque siempre estaba atosigándolo, intentando encerrarlo en Azkaban, no dejándolo vivir tranquilamente, siempre teniendo de inventar la manera de escapar a sus redadas, algunas de las cuales habían estado muy cerca de descubrir su biblioteca secreta.
Cuando los dos se habían enterado de la relación de los chicos, habían sonreído y habían exclamado "locuras de adolescentes"
Sirius había mirado a James y le había recordado que en una ocasión anterior había dicho lo mismo, y esa locura había acabado en boda, la boda de Remus y Snape. Seguidamente le había dicho que debía apoyar la relación si no quería perder a su hijo (Sirius apoyaba esa relación, claro, pensó James, Draco era su sobrino, y tenía su misma malicia picara), pero James odiaba tanto a los Malfoy... ¡Pero amaba tanto a su hijo! Todavía recordaba cuando lo había tenido en sus brazos por primera vez, mientras Lily yacía cansada, pero muy feliz a su lado, mientras en sus ojos brillaba la chispa de la felicidad absoluta, la misma chispa que brillaba en los ojos de James, y la culpa de todo la tenía aquella carita morena, aquella mata de cabello negro desordenado, aquellos ojos de color indefinido en los que todos sus amigos creían ver un color u otro, aquel niño por el que daría su vida.
Narcisa simplemente había sonreído ante su frase, y había tenido la malicia (esa malicia picara, que sólo posen los Black) de recordarle que ya había oído esa frase antes, todos los Malfoys la decían al enterarse de la pareja de sus hijos, porque nunca elegían a su pareja al gusto de sus padres, quizás era una de las reglas no escritas en aquel Código de Comportamiento que rige la vida de los Malfoys "Cuando te enamores, que sea de alguien que no le guste a tu padre, así evitaras que te robe la pareja" Era por eso que habían Malfoys casados con Veelas, con vampiros, con descendientes de sirenas, Narcisa no dejo de sonreír al recordarle que el esfuerzo que había hecho para que Draco se convirtiera en todo un Malfoy acababa de dar su fruto, porque Lucius habían dicho esa frase.
Porque la había dicho el padre de Lucius el día que se entero de la relación de Lucius con Narcisa "¡Una mujer que juega al Quidditch¡Que deshonra para su familia y para la nuestra¡Sólo es una locura de adolescente, sólo te atrae porque es medio salvaje!" Cosa en que se equivoco porque Lucius estaba tan enamorado ahora de Narcisa cómo cuando la vio por primera vez volar sobre la escoba, con su rubio cabello suelto al aire, y con la mirada decidida a atrapar la Snitch, sus ojos grises sólo atentos a la Snitch, ni siquiera una mirada para Lucius, que estaba acostumbrado a que todos voltearan a verlo. Y la vez que la siguió cuando la vio salir de noche de Slytherin, y la vio bañarse desnuda en el Lago, esa fue la primera de las locuras que hizo por ella, unirse a su baño a la luz de las estrellas y de la luna, y ella le había sonreído, y el mundo de Lucius se redujo a partir de ese momento a las sonrisas de Narcisa.
¡Cómo amaba a su hijo! Bebé nacido de ese inmenso amor, heredero de la encantadora sonrisa de su madre, heredero también de las locuras de su madre, sin duda.
Los dos hombres salieron de sus pensamientos casi a la vez y se estrecharon la mano decididamente. El amor que sentían hacia sus pequeños (en realidad no tan pequeños) podía incluso con el odio que se habían procesado durante toda la vida.
- Y yo me pregunto donde están los que han hecho posible este milagro
- ¿Los niños? - en realidad ya no tan niños - No lo se, Narcisa, quizás estén en el jardín, hay unas flores tan bonitas...
En una parte del Gran Comedor dos personas miraban la escena con diversión.
- Esta es una de las cosas que nunca pensé vivir para ver, cuando eran mis alumnos siempre pensaba que acabarían matándose el uno a otro.
- De eso ya hace mucho, Profesor Riddle,
- Tanto como que en otro tiempo tú también fuiste mi alumno.
- Si, también recuerdo como me divertía hacerte enfadar, y me castigabas durante meses enteros con los peores métodos de los que disponías...
- Te equivocas, se cosas que harían estremecer a cualquiera...
- Lo se profesor Riddle, pero me gusta el peligro. Quizás por ello me arriesgaba a hacerte enfadar...
- Te habría echado el crutacius en aquellos tiempos. Nunca pensé que acabaría... enamorado de ti.
- Los tiempos cambian, y las personas con ellos. Yo nunca pensé que alguien podría sustituir a Remus en mi corazón, y aquí estoy, diciéndole al mundo que el Gran Sirius Black esta con un Slytherin.
- Si, varias personas se nos han quedado viendo... pero esta noche es de sorpresas, me pregunto que nuevas extrañezas nos traerá la noche...
- Si, y una de ellas me gustaría saber ¿Dónde están Harry y Draco?
- ¿Y que más da ahora? Sígueme, tengo algo que mostrarte.
- No me encuentro bien Remus
- Creo que yo tampoco. ¿Estoy viendo a Sirius cogido de la mano del profesor Riddle?
- Seguro que son alucinaciones... alucinaciones que yo también veo, como veo a Lucius hablar con Potter Padre. Seguro que los elfos domésticos han puesto algo extraño en las bebidas, note un sabor extraño en el vino.
- Entonces lo mejor sería que nos retirásemos a descansar a casa
- Si.
- Me gustaría despedirme de Harry y Draco, pero... no los veo...
- Guau, a eso se le llama estar en plena forma pese a su edad.
- ¿Qué miras Theodore¿Qué hay detrás de esa pared que miras con tanto interés? Que es lo que te muestra tu Don.
- Me muestra que mas vale que me busque pareja para esta noche.
- ¿Quién esta montandoselo?
- Riddle con su noviecito.
- ¡Joder!
- Básicamente.
- ¿Por qué no habré obtenido yo un Don como ese! - se lamento la Pansy
- No es tan bueno como crees, necesito urgentemente una mano de ayuda aquí abajo.
- Te sigo envidiando... Por cierto... ¿No sabrás donde esta Draco?
- En el castillo no esta...Vaya... diría que esta noche están todos de lo más activos, Snape trata de controlarse y no comerse vivo a su marido, aunque... - dijo el Theodore mirando hacia una gruesa pared, pero él podía ver a través de ellas - diría que no lo ha conseguido ¡Y en el aula de McGonagall nada menos!
- ¡Que morbo! - y después de un momento a Pansy se le ocurrió una maravillosa idea y sonrió perversamente - Si me disculpas...
- Esperame, sea lo que sea que vas a hacer prefiero verlo cuanto más cerca mejor - y los dos chicos salieron del Gran Comedor.
Cerca del aula de transformaciones los dos chicos se pararon, Theodore decidió esconderse en el aula contigua, y Pansy le guiño el ojo con complicidad.
- Se va a arrepentir de haberme utilizado... - y utilizando su Don se convirtió en una Pansy-ancianita - y ahora a recordar las lecciones de Oclumancia.
Y Pansy abrió la puerta de la clase, y los miro intentando parecer entre sorprendida y indignada, pero por dentro estaba entre divertida y morbosa. Los dos hombres por su parte estaban totalmente avergonzados, y musitaron unas disculpas y comenzaron a vestirse rápidamente.
- ¡Pervertidos¡Depravados¡Degenerados¡Enviciados¡Por Merlín y sus sagrados libros¡Pobre Minerva, mi querida prima lejana! - y Pansy se reía interiormente a más no poder, mientras veía a los hombres ponerse la túnica del revés - ¡Hombres libidinosos¡Lascivos¡Lujuriosos¡Por Dumbledore y su venerable fénix! - aquí ambos hombres salían corriendo por la puerta, pero Pansy siguió gritando - ¡Pervertidores de la vejez, de la inocencia de los niños que estudian aquí¡¡¡Que por siglos sean ingenuos los ojos de esos infantes!
- Ya no te oyen - pudo decirle Theodore entre carcajadas, y entonces Pansy no pudo aguantar más y cayo ella también al suelo riendo - ¿Dónde aprendiste esos insultos?
- Mi bisabuela vino un día de visita, y me encontró...
- ¿Con quien estabas? - pregunto Theodore curioso, creía que la chica sólo había estado enamorada de Draco.
- Yo sola...
- No has conocido hombre alguno...
- No... sólo fantasías creadas por mi mente para compensar la falta de...
- Ven, vamos a un lugar más tranquilo - le dijo Theodore besandola cariñosamente en la boca.
Todo se desarrollaba conforme el plan, no había ninguna sorpresa, la gente se lo estaba pasando bien, la gente bailaba alegre, reía y comía, el Consejo de Estudiantes había hecho un buen trabajo.
Sin embargo Hermione estaba sentada en un rincón sin disfrutar, nada podía sacarla de ese abismo en el que se había sumergido, ni siquiera la satisfacción que tendría que sentir al recibir las felicitaciones por el baile que le daban por ser la Presidenta del Consejo.
Quizás porque sabia que no había hecho gran cosa en la organización del baile.
Quizás porque intuía que Harry estaba con Draco, y en el fondo, pero muy en el fondo había visto la buena pareja que hacían.
Alguien se sentó a su lado, pero Hermione no miro quien era, le daba igual.
- ¿Quieres un traguito de FireWhisky? Va bien para olvidar las penas de amor - dijo una voz triste.
- No quiero depender de nada para olvidar, se que soy lo suficientemente fuerte para hacerlo por mi misma...
- ¿Tu crees? Entonces tienes suerte, yo no creo ser lo suficientemente fuerte para olvidar a Harry.
Entonces Hermione vio a la chica que estaba a su lado, Ginny, la eterna enamorada de Harry, desde aquel primer día que lo vio.
- ¿De donde has sacado la botella? El alcohol esta prohibido para los alumnos.
- ¿Y que mas da? Harry debe estar ahora montándoselo con Malfoy...
- ¡Ginny¡Ese vocabulario!
- Tranquila, ya dejo de beber¡Colin¿Quieres FireWhisky¡Queda media botella!
- ¡Claro! - dijo el chico y se sentó junto a las chicas, Hermione suspiro, ella quería estar sola, pero se iba sumando gente - ¿No quieres Hermione?
- Dame un poco, cualquier cosa que tome será poca para aguantaros - murmuro.
- ¿Crees que podríamos volver a convertirlo en hurón? - dijo Ginny que era la que estaba más borracha.
- Y después enviarlo a algún lugar perdido para que Harry crea que lo ha abandonado, y entonces caerá en mis brazos
- ¡Eh! - protestaron las dos chicas.
- ¿Qué? Harry es Gay, yo soy Gay, hacemos la pareja perfecta...
- Harry estuvo enamorado de Cho, así que es Bi...
- Yo cogería a Malfoy y lo transformaría en un elfo domestico - dijo Hermione que era la que más entendía de transformaciones - así aprendería lo que es sufrir, pobrecitos de ellos - se nota que Hermione ya llevaba unos traguitos de más.
- Quizás unas fotos comprometidas harían que Harry le dejase...
- O podríamos hacer que Malfoy... podríamos hacer que - y Ginny se durmió y tuvo extraños sueños de borracha donde un Malfoy-hurón bailaba el can-can.
- Yo preferiría que... unas fotos donde... - y Colin durmió borracho y soñó en que un Malfoy-hurón posaba en un estudio fotográfico.
Hermione en su pequeña borrachera sonrió, tenía amigos con los que podía compartir el dolor que sentía, y quizás más adelante podría mirar a Harry a la cara y decirle que seguía considerándolo uno de sus mejores amigos. Y en cuanto a Malfoy... que se preparase, el año que viene tendrían que volver a competir por el puesto de Presidente del Consejo, y Hermione pensaba batallar con todas sus fuerzas.
Ron Weasley era un Gryffindor.
Ron Weasley era valiente.
Ron Weasley era curioso.
Quizás era por estas tres condiciones que ahora estaba siguiendo esa llama voladora (Ron tenia dudas de cómo no se consumía ese fuego cuando era evidente que nada lo sustentaba) Ese fuego se había encendido cuando iba a entrar al Gran Comedor, y lo había guiado por desiertos corredores hasta que al fin, Ron diviso una estancia toda iluminada por pequeñas llamitas voladoras como aquella.
Había un enorme ventanal que daba al jardín y al Lago donde se reflejaban las estrellas, y más allá se veía unas minúsculas lucecitas que señalaban el lugar en el que estaba situado Hogsmeade. Parecía que el cielo estaba en la tierra.
- Es un bello paisaje
Ron se sobresalto, había creído que estaba solo, y se giro para ver a Viktor Krum, y sólo pudo sonrojarse, Krum debía pensar que era un romántico, pero Viktor sólo podía pensar en lo bello que se veía aquel chico cuando se sonrojaba.
- Yo... siento interrumpirle... - y su estomago le recordó que no comía desde esa mañana, porque había decidido pasar algo de hambre durante el resto del día para poder comer las delicias que los Elfos Domésticos prepararían para esa noche.
- ¿Tiene hambre? Puedes comer lo que quieras - y entonces Ron vio como había mucha comida encima de una mesa.
- Será mejor que me vaya, es evidente que esperabas a alguien - y Ron pensó que seguramente sería Hermione.
- ¡No! No te vayas... quédate...
Y Ron decidió aceptar la invitación.
Porque le daba igual el baile, en realidad no había tenido nunca ganas de ir, sólo había ido porque Hermione lo había convencido, así ella no sería la única que estaría sin pareja. Porque además Viktor Krum era alguien al que siempre había admirado, y deseaba conocerlo un poco más, quería saber que había detrás del Gran Jugador de Quidditch. Porque además se sentía a gusto allí, entre aquellas llamas voladoras, en aquella intimidad, en aquel silencio, en aquella tranquilidad.
Y ambos chicos conocieron más sobre el otro, hablaron de todo, rieron alegremente, discutieron teorías, intimaron.
- Es realmente bella la vista desde aquí - dijo Ron acercándose a la ventana, y desde allí vio dos sombras que se movían rápidamente por entre la hierba, y antes de que pudiera saber si realmente eran Harry y el hurón...
- Tu eres mucho más bello
Y lo beso.
Y si Ron estaba en un principio sorprendido, pronto se dejo llevar por esa dulce sensación que sentía, era como si todas las piezas de un puzzle comenzaran a encajar. El puzzle de su vida, de su destino.
Una pieza había sido la admiración que sentía por Viktor. Otra la necesidad que había sentido de comprar el póster de Viktor Krum que ahora tenía colgado en su habitación. El autógrafo que Ron guardaba bajo llave, a salvo de las bromas de los gemelos. Los celos que había sentido cuando vio bailar a Viktor y a Hermione. Pero Ron había intentado encajar en su puzzle la pieza de otro puzzle, pero no encajaba, Hermione no había estado destinada a encajar en el puzzle de Ron, este había estado destinado a amar a Viktor, y él había intentado alterar el destino enamorándose de la chica, pero el destino se había encargado de corregir ese error.
Ron gimió dentro del beso y se agarro a Viktor mientras caía en esa placentera sensación.
Un jardín helado, un jardín cubierto de hielo, donde cada flor congelada brillaba por el impacto de la luz de la luna, donde cada hoja desprendía un fulgor azulado.
Era la visión más hermosa que los ojos podrían haber visto esa noche, un jardín encantado, creado sólo por amor, sólo para que la persona amada pudiera disfrutarlo.
Y había sido una emoción que estremeció el corazón de Harry, a quien ya no le quedaba ninguna duda del amor que le profesaba Draco.
Pero nadie contemplaba el jardín ahora.
Aquellos dos chicos sólo podían verse uno al otro, sólo podían besarse, acariciar la piel, derretir el hielo con la pasión que desplegaban sus cuerpos, el fuego que empujaba sus gemidos. Una mano entrelazada a otra, un cuerpo dentro de otro, un cuerpo envolviendo a otro, lagrimas de placer, sonrisas y miradas que no podían apartarse de otras sonrisas y miradas.
En un jardín helado que no se derritió cuando los chicos ya no estaban allí, un jardín helado que siguió aguantando el calor de verano, un jardín helado donde se citaron muchos más amantes mientras Hogwarts existió.
¡Ya se ha acabado! Me ha dado pena terminarlo, de saber que no volveré a escribir sobre este Harry y este Draco...Pero, por otra parte me gusta como ha quedado, hay esperanzas para todos... y pensar que por un momento estuve a punto de perderlo todo porque el ordenador tuvo un error grave...
