Lo siento, lo siento, lo siento... pero los problemas me atraparon y no me querían soltar, además de sufrir un bloqueo horrible que me impedían de escribir nada medianamente decente, por no decir que perdí la información de todas mis historias. Pero en un extraño momento de inspiración en el que tenía el ordenador delante, a altas horas de la noche, dejando de lado un trabajo que tengo que entregar mañana, escribí esto ¡Disfrutenlo!
Me olvidaba es SLASH, y aunque de esto si querría olvidarme... ni Harry ni Draco me pertenecen.
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EL CETRO
Era sábado, y Harry había conseguido dar esquinazo a sus amigos. Había sido necesario hacerlo, tenía que ir a buscar sus cosas a la Cámara de los Secretos, su capa invisible y el mapa del merodeador. También estaba allí su Saeta de Fuego, pero no podía cogerla, no después de que Malfoy le diera su escoba. Sólo esperaba que Myrtle no hiciera ningún escándalo.
Y algo lo golpeo de lleno al doblar una esquina.
- ¡Ay! - dijo al caer al suelo.
- ¿Estas bien? - dijo una voz muy conocida.
- Si, Ron.
- ¿Me conoces pequeño? - ¡Mierda! Había metido la pata hasta el fondo, ¿funcionaria un oblidiate?
- ¡Claro que le conozco! ¡Todos le conocen! Usted, la profesora Granger y Harry Potter son famosos.
- Es verdad, últimamente el profeta también habla de Hermione y de mi, como ya no pueden contar más mentiras de Harry - y Ron le revolvió el cabello, le estaba tratando como si fuera un niño pequeño - ¿Sabes? Tienes el cabello igual de indomable que Harry - le dijo a la vez que le sonreía melancólicamente. Algo en el corazón de Harry se encogió.
- El profeta también dice que esta estudiando para ser auror, estoy seguro que será un buen auror, el mejor.
- Yo no estaría muy seguro de ello, a Harry siempre se le dio mejor Defensa Contra las Artes Oscuras.
- Pero usted debe ser un gran estratega, dicen que en su primer año fue capaz de vencer el ajedrez gigante de la directora McGonagall - Ron siempre tenía su autoestima por los suelos.
- Hace mucho tiempo de eso.
- Y usted es un gran Gryffindor, esta afrontando todo lo que la vida le pone por delante, no como él, que huyo cuando tuvo que enfrentarse a la vida real...
- ¡Harry es el mejor Gryffindor que existe! - Harry dio un paso atrás debido a la furia que había en los ojos de Ron - No hay nadie que merezca más que él estar en Gryffindor - Si, seguro que era un gran Gryffindor, tan buen Gryffindor que ahora estaba en Slytherin - Sólo lo dices porque no te has puesto en su piel, en su desgracia. Sus padres murieron y él no los recuerda, y tiene a Quien-tu-sabes detrás de él, es normal que sintiera miedo, es normal...
- Yo tampoco tengo padres.
- Lo siento Pequeño - le dijo Ron a la vez que se calmaba, seguía teniendo el carácter muy voluble.
- ¿No lo odias por dejarte sólo? - Hacia unos días que había escuchado la opinión de Hermione, quería saber que era lo que Ron pensaba.
- No, es hora de que viva su vida y se eche novia - se rió Ron, Harry por su parte sólo pudo mirarle mal - es hora de que viva su vida sin que nadie le marque como debe hacerlo. Dumbledore lo controlaba, pero a la vez lo quería y lo protegía, pero el ministro sólo quiere usarlo como un arma y... ¿Qué hago hablando de política con un niño?
- Soy algo mayor de lo que aparento - le respondió Harry con una sonrisa.
- Seguro que si, ¿eres un Gryffindor?
- Eh no.
- Entonces eres un Ravenclaw.
- Tampoco
- ¿Hufflepuff? - una sospecha se comenzaba a formar en la cabeza de Ron.
- Será mejor que me vaya - dijo echando a correr.
Ron odiaba a los Slytherin's, justo como él los había odiado el curso anterior. No quería que Ron lo mirara con malos ojos, que lo odiara en esta nueva apariencia. Y sabía que sólo había podido hablar con él porque llevaba ropa normal y no el uniforme de Slytherin.
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El domingo Harry se despertó sobresaltado, el capitán de Quidditch había entrado en su habitación y lo estaba zarandeando.
- ¡Entrenamiento ahora! ¡Arriba Bebé Turner!
Y por suerte no se fijo mucho en su buscador, y suerte también en que la habitación estuviera en penumbras o podría haber visto los ojos verdes de Harry, o la cicatriz que tenía en la frente.
- ¿Se ha ido ya? - pregunto Holmes mientras se levantaba.
Pero Harry no se detuvo a contestarle, sino que se encerró en los lavabos para ponerse las lentillas y se tapaba la frente con el pelo, después se disimularía la cicatriz con maquillaje.
- ¿Urgencia por ir al lavabo? - se rió Holmes al entrar.
- Sí, ¿Arthur todavía duerme? - le pregunto Harry para desviar el tema.
- Sí, ni siquiera esos gritos han sido capaces de despertarlo.
Harry volvió a entrar en la habitación, y saco de su baúl el uniforme de Quidditch de Malfoy. Se iba a poner la ropa de su antaño rival de Quidditch, y le resultaba algo irónico. Al final se la coloco tratando de no pensar mucho en los partidos en los que Malfoy había llevado ese traje y Harry le había vencido, algunas veces de forma muy humillante.
- Te queda bien - le dijo un soñoliento Arthur mientras se desperezaba - ¿Tienes entrenamiento?
- Si, el capitán ha venido a avisarme de forma muy amable - el sarcasmo era evidente.
- ¿Podemos venir a verte? - le pregunto Holmes mientras volvía a entrar y se comenzaba a vestir.
- Claro, no creo que a nadie le importe - al menos mientras estaba en Gryffindor no le había importado a nadie - ¿Vendrás tu Arthur?
- Paso, no me gusta mucho el Quidditch
- ¡¿Cómo puede no gustarte el Quidditch?! - preguntaron a la vez Harry, Holmes y Andrea que entraba por la puerta.
- ¡¿Qué haces aquí Andrea?! ¿Qué no ves que nos estamos cambiando?
- Me he enterado de que hay entrenamiento de Quidditch, y he venido a ver como estabas ¡Es tu primer entrenamiento oficial! - en realidad había hecho millones de entrenamientos oficiales.
- No estoy demasiado nervioso.
- Vamos, venga, a comer.
Llegaron al Gran Comedor mientras los que estaban despiertos le lanzaban miradas expectantes ¡Era el jugador más joven desde Harry Potter! Allí se encontraron con que Natasha ya había acabado de desayunar.
- ¿A que hora te has levantado? - le pregunto Holmes - son las siete y media.
- A las seis, es bueno para la magia levantarse temprano.
- No le hagáis caso - repuso Arthur.
- ¿Tienes entrenamiento?
- Si, mi primer entrenamiento como buscador de Slytherin.
- Espero que no tengáis demasiados problemas con el equipo de Gryffindor.
- ¿Qué quieres decir? - le pregunto Harry teniendo una ligera sospecha.
- Es lo bueno de levantarse temprano, te enteras de todo, el equipo de Gryffindor tenía reservado el campo para hoy, hace un rato que han ido todos a entrenar - le explico Natasha.
- ¿Por qué siempre hacen lo mismo? - se lamento Harry.
- ¿Quiénes?
- Los Slytherin's.
- Turner, tu eres un Slytherin - Harry vio que todos le estaban mirando.
- Es verdad - y comenzó a comer intentando que todos se olvidaran del despiste que había cometido.
Cuando el equipo de Slytherin llego al campo se encontró con que los Gryffindors estaban haciendo todavía el calentamiento. Momentos después volaban hacia ellos. El enfrentamiento era inevitable.
- No podéis estar aquí, tenemos el campo reservado - les espeto Ginny nada más bajar de la escoba.
- Si que podemos, tenemos autorización del Profesor Snape. Necesitamos entrenar a nuestro nuevo buscador.
- ¡Oh sí! Ya me he enterado de que tenéis a uno de primero - y Ginny lo miro - Pero que sepas que nunca llegaras a la altura de Harry.
- ¿De que Harry? - le pregunto burlón el capitán de Slytherin - Porque este es nuestro particular Harry.
- ¿Te llamas Harry? - y Harry asintió con la cabeza - ¿Qué hace un Harry en Slytherin?
- Este año han entrado dos, en Slytherin también tenemos genios del Quidditch - le seguía vacilando el capitán a Ginny.
- Que se llamen Harry no quiere decir que sean Harry Potter - en este caso sí.
- Tienes razón, por ello nuestro Harry a de entrenar, así que ya te puedes estar largando Weasley.
- Sabía que pasaría esto, así que hice que Hermi... que la profesora Granger me firmara una autorización para entrenar.
- Déjamela ver.
- Déjame ver la tuya.
El capitán de Slytherin le dio un papel a Ginny, y esta le dio otro a él. Harry se dio cuenta entonces de que Ginny era la capitana del equipo de Gryffindor. Era una alegría, estaba seguro de que ella lo haría bien. Ahora serian rivales en el Quidditch.
- Nosotros no nos vamos a ir - dijo Ginny.
- Nosotros tampoco - dijo el capitán de Slytherin.
Y el tiempo pasaba y nadie se movía. Harry comenzaba a tener las piernas cansadas, y algo ocurrió, una chica se acerco a Ginny. Vio que sus compañeros de equipo sonreían imperceptiblemente, habían estado esperando ese momento para buscar pelea. Harry la miro y reconoció a una chica de sexto a la que había escogido el año pasado como cazadora para su equipo de Quidditch. Poco sabía de ella excepto que se llevaba muy bien con Ginny, entre las dos hacían unas jugadas geniales.
- Ginny, voy a buscar algún profesor - le dijo cerca del oído pero todos lo oyeron.
- Vaya capitana, tu novia va a buscar ayuda, ¿no podéis resolver los problemas sin un profesor? ¿Si tenéis dudas en la cama, también vais a buscar a un profesor?
- ¡Cállate Slytherin!
- ¿Eso era un insulto?
- ¡¿Ha dicho novia?! - pregunto Harry horrorizado.
- ¿Acaso eres homofóbico niño? - le espeto Ginny.
- ¡No! Es sólo que... - era sólo que su Ginny... su Ginny salía con alguien más. No es que estuviera ya enamorado de ella, pero no dejaba de ser su pequeña e inocente Ginny, a la que quería como una hermana pequeña. ¿Lo sabría Ron?
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- Por lo que se llevan juntas desde mediados del año pasado - le explicaba Natasha - al parecer Harry Potter nunca se dio cuenta de ello - canturreo divertida.
- Dicen que Harry Potter y la Gryffindor salieron juntos durante sólo tres meses - les explico Holmes - eso es lo que escribió mi padre sobre ese romance - pero callo al recordar que ya no se hablaba con su padre.
- Y luego de cortar Potter desapareció junto con sus dos mejores amigos, y reapareció para acabar su ultimo curso en Hogwarts ¿Dónde creéis que estuvo todo ese tiempo? - Natasha lo llevaba claro si pensaba que Harry le iba a decir donde estuvo, Voldemort no debía enterarse hasta el ultimo momento que habían destruido los horrocruxes.
- Quien sabe - le respondió.
- Parece que a Potter le gusta desaparecer, primero en ese verano, y después ahora, que nadie lo ha podido encontrar...
- Pues yo diría que es bastante evidente que son novias.
Si, si que era evidente. Habían entrado al comedor cogidas de la mano y se sonreían la una a la otra como alguna vez Harry sonrió a Ginny. ¿Cómo podía haber estado tan ciego? El año pasado había creído que todo eso era porque eran buenas amigas, que se cogían de la mano porque eran buenas amigas, que se abrazaban porque eran buenas amigas, que se besaban porque... ¿Cómo podía haber pensado eso? ¡Él no se besaba con Ron y eran buenos amigos!
- Hablando de otra cosa... ya he encontrado a una Hufflepuff para el grupo.
- Para que tu la hayas aceptado debe ser alguien especial.
- Excéntrica sería la palabra - les aclaro Arthur, que había ido junto a Natasha a buscar a los nuevos miembros.
- Si, le gustan las manualidades como a todo buen Hufflepuff, sólo que las que ella hace son algo... explosivas.
- ¿Explosivas? - preguntaron al unísono Harry, Holmes y Andrea.
- Pequeñas bombas - sonrió Natasha de forma gatuna - su padre es un agente especial dentro de los aurores, y su madre es una experta en pociones que también trabaja para los aurores. Así que se ha criado entre pociones explosivas que hacían sus padres para entrenar.
- A sus padres no les gustara que se relacione con Slytherin's - comento Holmes - a nadie les gustamos.
- No, no les gustara, pero no tienen porque enterarse, no tiene amigos que puedan escribir a sus padres para decírselo.
- ¿Cuándo la conoceremos?
- Mañana toca clase de vuelo, allí os la presentare.
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Harry no tenía porque estar allí, ya que al estar en el equipo de Quidditch se le habían anulado las clases de vuelo, pero él quería conocerla, a la nuevo miembro del grupo. Dicho así parecía que fueran terroristas, y acababan de agenciarse una experta en bombas.
Así que estaba sentado esperando a que acabara la clase. Era mucho más divertido verlos a todos volar mientras él estaba observándolos. Podía ver quienes tenían talento para volar, y quienes no. Andrea volaba muy bien, cosa de los genes, ya que su hermano había sido un gran jugador de Quidditch. Y había una Hufflepuff...
La clase acabo y Harry no pudo resistirse a acercarse a la Hufflepuff. Era muy buena volando, ligera y veloz, perfecta para ser una buscadora, quizás algún día competirían el uno contra el otro.
- Hola - la saludo Harry. No era una buena manera para empezar una conversación, pero Harry no era muy bueno iniciando pláticas, siempre habían sido los otros los que se habían acercado a hablar con él.
- Hola - le correspondió la niña, extrañada de que un Slytherin se le acercara.
- Yo... quería decirte que has volado muy bien.
- Gracias - le sonrió la niña - me gusta volar.
- Se nota, has hecho muy bien los giros, y has aterrizado sin caerte de la escoba.
- ¿Por qué estas hablando conmigo? - le pregunto la niña todavía sonriéndole, pero extrañada a la vez.
- Porque estoy seguro de que algún día serás buscadora, y quería conocerte antes de que nos enfrentáramos en un partido.
- ¿Buscadora?
- Si, eres ágil, vuelas de una forma perfecta para ser buscadora.
- Gracias, pensaba intentar entrar en el equipo el año que viene, o cuando el puesto de buscador de Hufflepuff quedara libre.
- ¡Sería genial! Sería muy emocionante competir contra ti.
- Si, quiero que mi primo se sienta orgulloso.
- ¿Tu primo es buscador?
- Lo era, murió.
- Oh, lo siento - y de verdad lo hacia, la niña se veía realmente apenada, quizás hubiera muerto en un ataque de los mortífagos.
- Ya hace algunos años que Cedric murió...
- ¿Cedric? ¿Cedric Diggory? - pregunto Harry nervioso. Cedric todavía era una espina clavada en su corazón, si él no hubiera sugerido que cogieran la copa juntos...
- Si, mi nombre es Elyon Diggory.
- Ah... mi nombre es Harry P... Turner - tenía que huir de ahí - De verdad que siento mucho lo que le paso a tu primo, de verdad, creeme.
- Tranquilo, lo hago.
- ¿Quien es? - pregunto Holmes mientras se metía en la conversación.
- Mi nombre es Elyon Diggory.
- Harry Holmes. Vuelas muy bien.
- Gracias, Harry también me lo ha dicho, el otro Harry - dijo señalando a nuestro Harry.
-Si - contesto Harry con un monosílabo, todavía estaba aturdido.
- ¿Cómo lo hacéis para que no os confundan?
- Todos nos llaman por nuestro apellido. Nos tenemos que ir, me ha gustado mucho conocerte - y se dirigió a Harry - Natasha quiere que vayamos a conocer a la otra Hufflepuff.
- ¿La otra Hufflepuff? - les pregunto Elyon.
- Si, estamos formando un grupo de estudio.
- ¿De que asignatura?
- Transformaciones.
- ¿Puedo apuntarme? Las transformaciones no se me dan muy bien. El otro día, cuando intente transformar el palillo en la cerilla, acabe transformándolo en una asquerosa masa viscosa que olía fatal.
- Claro, ven, te presentaremos a los demás - le dijo Holmes y los tres niños fueron al lugar donde estaban reunidos los otros.
Harry no estaba muy seguro de quererla en el grupo, se notaba que era una buena chica, pero era la prima de Cedric. Ella le había creído cuando le había dicho que sentía la muerte de Cedric, pero no sabía si ella perdonaba a Harry Potter.
- Hola - saludaron los tres chicos.
- ¿Quién es ella? - les pregunto Natasha al ver a Elyon.
- Es Elyon Diggory - la presento Harry.
- También ha entrado en nuestro grupo - le explico Holmes.
- ¡¿Qué?! Yo no he dado permiso para que ella entre.
- Te he visto volar antes - comenzó a hablar Andrea con Elyon - eres muy buena.
- Gracias.
- ¡No me ignoreis!
- Has hecho unos giros geniales - siguió diciéndole Andrea.
- ¡Yo soy la alumna responsable! ¡Soy vuestra líder! No la quiero...
- Sometámoslo a votación - dijo Andrea, y Harry noto el porque ella estaba también en Slytherin. Harry levanto su brazo, ella no tenía la culpa de sus inseguridades, y si quería entrar en el grupo tenía todo el derecho a hacerlo, pues habría votado que sí si ella fuera otra persona - somos mayoría.
- Todavía no tienes el control del grupo - se rió Arthur Nott de Natasha - todavía te falta un buen trecho para poder ser considerada princesa de Slytherin.
- Ya lo veo, bueno, aceptada. Por otra parte os presento a Lylian Lewis.
Harry suspiro. Otro de los nombres que estaba de moda, el de su madre, y lo llevaba una niña algo tosca, demasiado alta para su edad, le sacaba a Harry la cabeza, o quizás era que Harry era demasiado bajito.
- Hola - dijo Lylian. También era niña de pocas palabras.
- ¿Por qué has aceptado entrar en el grupo este? - pregunto Harry, sentía curiosidad.
- Me aburro, y mis compañeras son raras, sonríen demasiado.
- Gracias - contesto Elyon con una gran sonrisa.
- No lo decía como un cumplido. ¿Veis lo que decía? Sonríen demasiado, es el infierno, parecen el Joker de Batman ¡Dan grima! - bueno, quizás no era tan parca de palabras como Harry había pensado.
- ¿Quién es Joker de Batman? - preguntaron todos los demás a la vez.
- Un malo de un comic muggle - les respondió Harry.
- ¿Tu no eres una sangre pura? - le pregunto Natasha.
- Mi madre era nacida de muggles.
- Eso no tiene nada que ver, yo también - había estado apunto de decir que él estaba en la misma situación, pero esa era la situación de Harry Potter, no la de Harry Turner - Yo soy hijo de muggles.
- ¿No dijiste que tu hermano mayor había sido buscador? - le pregunto Nott. ¡Mierda! En mal día se le ocurrió a Snape decir que tenía un hermano mayor, y los otros se habían formado la idea de que era un bastardo y que lo habían abandonado en un orfanato muggle.
- Es lo que me hacen decir, y no me hace nada decirlo, al fin y al cabo me he criado en el mundo muggle.
- Dejemos el tema y pasemos a lo importante: bienvenidas, pues, a nuestro grupo.
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"Queridos amigos:
La vida siempre nos depara sorpresas, y hoy he tenido una que me va a perseguir como las pesadillas. Ella es muy buena chica, algo rara, pero alguien a quien pronto se le coge cariño, es sólo que la relaciono con alguien, con algo que paso, algo con lo que todavía tengo pesadillas.
Han pasado ya algunos años desde aquello, y creía que lo había superado, pero me he dado cuenta de que no. Y ahora la voy a tener que ver muy a menudo. Eso no es malo, ella no tiene ninguna culpa de los sentimientos que siento.
Es tarde, me he de ir a dormir, así que hoy me despido aquí. Dadle recuerdos a Molly, y a todos los Weasley.
Harry"
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La profesora Granger recogía sus cosas cuando dos Slytherin's se le acercaron. No le gustaban los Slytherin's y menos esos dos, ella era claramente una hija de mortífagos y él... se había saltado una de las normas de la escuela y era la envidia de muchos chicos de primero, lo que había causado que muchos de los de primero fueran a pedirle a Hermione que hablara con la directora para poder jugar al Quidditch también.
- ¿Tienen alguna duda? - les pregunto intentando ser amable.
- No - le respondió Natasha Avery de forma cortante.
- Ya hablo yo - le dijo Harry bajito a la niña, y luego comenzó a hablar a Hermione - estamos organizando un grupo de estudio de Transformaciones, y queríamos su aprobación. Tenemos ya un profesor responsable, pero como el grupo es de estudio de Transformaciones queríamos que usted nos diera su visto bueno.
- Hay unos prerrequisitos a cumplir para comenzar un grupo de estudio.
- Lo sabemos - le respondió Natasha con disgusto en su voz - Yo soy la alumna responsable, el profesor Malfoy será el que nos supervisara, tenemos la aprobación del profesor Snape...
- ¿Entonces para que quieren mi firma? Ya tienen a dos profesores que los respaldan.
- Porque Transformaciones es su área, y queríamos que usted también nos respaldara - intervino Harry.
- Necesitan alumnos de las cuatro casas para que el grupo sea legal.
- Sólo nos falta un Gryffindor para el CETRO.
-¿El CETRO? - le preguntaron los dos a Natasha.
- Legalmente son las "Clases de Estudio de Transformaciones Románticamente Originales".
- Bonito nombre - le dijo sarcásticamente Hermione.
- Si, mucho mejor que Ejercito de Dumbledore.
Harry ya estaba viendo que las dos chicas se iban a matar porque se lanzaban unas miradas furiosas.
- No tienen mi consentimiento, váyanse ahora.
- Si, cuanto menos la veamos Granger mejor.
- ¡Profesora Granger! - dijo Hermione enfadada por esa falta de respeto.
- Vamos Harry - y Natasha arrastro a Harry fuera de la clase.
- ¡No la aguanto! - exclamo Natasha una vez que estuvieron fuera de la clase - ¡Nos odia!
- Es normal, los Slytherin's nos hicieron muchas putadas cuando estudiábamos juntos.
- ¡Oh! Olvidaba que ella era tu...
- Sigue siendo una de mis mejores amigas - le dijo Harry - al igual que tu lo eres. Es normal que nos rechace, Malfoy y sus amiguitos nos hicieron muchas malas jugadas, yo pensaba igual que ella hasta que me convertí en un Slytherin. Voy a tratar de convencerla, tiene que haber una forma...
- Profesora Granger - la llamo Harry al entrar a la clase, ella no estaba allí - Profesora Granger - la volvió mientras golpeaba la puerta de su despacho.
- Adelante - y Harry abrió la puerta y entro - Turner. ¿Qué hace aquí? Creí que había quedado claro que no les iba a dar mi consentimiento.
- Pero realmente lo queremos. Es usted nuestra profesora, y la respetamos...
- Ustedes no me respetan.
- Tiene razón, ¿Y sabe porque? Porque el respeto es algo que se ha de ganar. Yo la respeto, pero usted no ha hecho nada para ganarse el respeto de los otros Slytherin's, es más, nos odia sólo porque odia a los Slytherin's, se deja llevar por sus prejuicios. Trata a las otras tres casas por igual, pero a nosotros no. Nos presta menos atención que a los Ravenclaw's con los que compartimos clases, si tenemos alguna duda nos lo explica lo más brevemente posible, y no nos ha invitado a ninguna de las sesiones de repaso que sabemos que hace. Trátenos igual que a los demás, y vera como se gana su respeto - Harry estaba siendo lo más franco posible, pero a la vez pensaba cada palabra antes de decirla, porque temía que dijera algo que lo delatara ante Hermione.
- "Los mejores profesores que tuvimos en Hogwarts eran aquellos que se portaban de manera justa, y nos trataban a todos por igual" - Harry reconoció la posdata que había escrito en una de las cartas que había enviado a Hermione - supongo que le he fallado. Él esperaba mucho más de mi. Bueno, déme el pergamino donde he de firmar, tienen mi consentimiento. Y si tienen alguna duda pueden venir a preguntarme.
- Gracias profesora Granger, y no se preocupe, exceptuando a Snape y Malfoy...
- Los profesores Snape y Malfoy - le corrigió Hermione.
- Exceptuando los profesores Snape y Malfoy, todos los demás son algo injustos con nosotros. Y ahora que usted se ha dado cuenta de esto podrá corregir sus errores.
- Eres un niño algo raro.
- Soy un Slytherin - le respondió Harry con una sonrisa y deseando que olvidara el pensamiento anterior. Hermione no pudo hacer otra cosa que devolverle la sonrisa.
- ¿Tienen ya a todos los miembros para formar el grupo?
- Somos cinco Slytherin's, un Ravenclaw y dos Hufflepuff's. Nos falta un Gryffindor.
- Hay un Gryffindor que necesitaría una ayuda en Transformaciones ¿conoces a Michael Carrol?
- Vagamente, sólo hemos intercambiado un par de frases - un par de frases mordaces en clase de Malfoy y de Snape, era aquel chico con el que ya se había enemistado.
- Dígale de mi parte que quiero que se apunte a vuestro grupo.
- Creo que habrá cierta reticencia a hacerlo, el par de frases que hemos intercambiado no eran muy amables.
- Entonces, Turner, creo que tendrás que trabajar para que es chico supere los prejuicios que tiene hacia los Slytherin's.
- Déme un papel firmado por usted.
- Realmente eres un chico extraño.
- No soy extraño, simplemente será una manera de obligarlo a entrar.
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- ¡Carrol!
Un grupo de Gryffindor's se pararon en medio del pasillo y se giraron extrañados: había un Slytherin llamándolos.
Harry sabía que tenía que ir con cuidado, eran cuatro chicos contra el solo. Hubiera dado cualquier cosa para poder hablar con Carrol a solas, pero este se movía con su grupo en todo momento, incluso a los baños, eran peores que las mujeres.
- ¿Puedo hablar contigo en privado? - dijo dirigiendose al Gryffindor en cuestión, aunque ya sabía cual era la respuesta.
- ¡Ni hablar!
- ¡Como te atreves a insinuar en hablar a solas con él!
- ¡Quieres hacerle cosas malas! ¡No te lo permitiremos!
- ¿Eh? - los amigos de Carrol lo apuntaban con sus varitas, el chico por su parte lo miraba molesto.
- No se que quieres, pero la respuesta es no. Y vosotros - dijo dirigiendose a sus amigos - no soy ninguna niña tonta, no tienen por que protegerme. Soy bueno en todas las asignaturas.
- Her... la profesora Granger dice que eres un desastre en su asignatura, quieres... - pero no pudo acabar la frase, por los chicos Gryffindors le habían lanzado unos maleficios, por suerte eran de primero, y Harry convoco una sencilla barrera para acabar con ellos.
Cuando la desconvoco los Gryffindors ya habían desaparecido.
- Niños raros.
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Alguien le revolvió el cabello a Harry haciendo que se volviese molesto. Bastante revuelto lo tenía normalmente para que alguien se lo alborotara más.
- ¿Cómo has conseguido la firma de Granger? ¡Ella nos odia! - le dijo Malfoy.
- Soy un Slytherin, ¿acaso no se supone que conseguimos todo lo que queremos?
- Bien, hacia tiempo que no veía a un Slytherin de primero que lo tuviese tan claro como tu. ¿Quieres un té? He conseguido té importado de china.
- Claro - respondió sin dudar. Momentos después se arrepintió ¡Acababa de aceptar ir a tomar un té con Malfoy! Las cosas no eran como antes, pero no dejaba de ser Malfoy, aquel con quien se había pasado los últimos siete años peleándose.
Harry había estado ya varias en el despacho de Malfoy, pero el despacho estaba algo revuelto. Habían libros esparcidos por encima la mesa, y ninguno de ellos trataba de pociones.
- Estoy trabajando en la seguridad del castillo - le dijo Malfoy a la vez que apilaba los libros en otro sitio - Ninguno quería que lo hiciera, pero Granger los convenció a todos, y Severus también hablo a mi favor. No entiendo porque Granger se puso de mi parte - Draco encendió un fuego y puso un caldero pequeño encima.
- La profesora Granger decidió que iba a dejar sus prejuicios acerca de los Slytherin's aparte, y que nos iba a tratar a todos igual, habrá hecho lo mismo con usted.
- Supongo que si, pero no es normal. Granger y yo nos odiábamos, al menos la Comadreja sigue haciéndolo, sino lo hiciera creería que el mundo se ha acabado.
- No lo llames así - le dijo Harry a la vez que se ponía de pie. Malfoy le miro extrañado, y Harry se dio cuenta de lo que acababa de hacer - Si queremos eliminar los prejuicios acerca de Slytherin debemos demostrar que no somos como ellos creen.
- Eso es imposible - le dijo el Profesor a la vez que echaba unas hiervas en el caldero - porque somos todo lo que ellos creen. Somos malvados, tramposos, manipuladores, astutos, nos aprovechamos de las debilidades de los demás...
- Todo eso es lo que me habían contado de Slytherin antes de entrar en Hogwarts, y los creí cuando conocí a alguien... - Harry no podía especificar quien era, porque era el mismo chico que tenía ahora delante - pero ahora que estoy dentro de Slytherin las cosas no están tan claras, puede que seamos así, pero también somos muchas más cosas. Llevo una semana aquí, y no me arrepiento de estar en esta casa, me han guardado secretos con lo que se prueba que la lealtad no es sólo de Gryffindor.
- Eso es porque es entre nosotros, no somos así con los demás.
- Pero deberíamos ser así con todos nuestros amigos, sean de la casa que sean.
- Y lo seriamos si los de las demás casas quisieran ser nuestros amigos. Pero no quieren serlo, creen que son superiores a nosotros, rechazan nuestras manos... - ¡Oh, oh! Harry sabía a lo que se refería.
- Pero Potter rechazo su mano cuando aun no había entrado usted en Slytherin.
- Si, es un gran consuelo saber que me odiaba incluso antes de que entrase en Slytherin... Mejor dejemos el tema - la cara de Malfoy era completamente inexpresiva, ocultando, como siempre, era la cara que Harry conocía, con la que había pasado los últimos siete años.
- ¿Y como te has enterado de que la profesora Granger nos ha dado su firma? - le pregunto Harry intentando que Malfoy olvidara lo que habían estado hablando.
- Reunión de profesores, Granger me lo comento allí - le dijo mientras le sonreía, y Harry le devolvió la sonrisa, era reconfortante volverlo a ver sonreír - aquí tienes el té - le dijo pasándole un vaso.
- Gracias - y Harry tomo un sorbo, estaba bueno - Ahora sólo nos queda convencer al Gryffindor de que entre.
- No parece caerte muy bien.
- Tengo algunas diferencias con él, pero seguro de que Natasha conseguirá convencerle.
- Seguro que si, ella también es una buena Slytherin. ¿Y cómo vas con el Quidditch?
- Bien, aunque en el primer entrenamiento oficial no llegamos ni siquiera a subirnos en la escoba, los Gryffindors tenían el campo reservado y...
- Acabasteis peleando - acabo su frase Malfoy - siempre es igual.
- Lo se.
- ¿Lo sabes?
- Eh... he oído muchas historias de cómo usted y Potter se peleaban.
- Seguro que si, fuimos la atracción de Hogwarts. Yo también recuerdo mi primer entrenamiento, la Comadreja acabo escupiendo babosas por la boca - y se rió.
Harry recordó aquello. Visto ahora tenía cierta gracia, no por lo mal que lo paso Ron, claro. Y lo que era divertido era la cara arrogante de Malfoy en aquel entonces. Era divertido las ganas que siempre tenía Malfoy de fastidiarle.
- Y en tercero me disfrace de dementor para asustarle y perdiera. Pero él aprendió el patronus, y acabe... da igual como acabe aquella vez - y Harry rió, recordaba aquel partido - ¿Te hace gracia?
- Lo siento Señor.
- Draco.
- Lo siento Draco.
- Supongo que es divertido visto ahora - se rió el Profesor - es hora de ir a cenar, vamos - y los dos se levantaron.
- ¿Qué cree que habrá para cenar?
- Seguro que nada bueno, al menos con Dumbledore la comida era buena, habían pastelitos de chocolate, y se podía tomar chocolate deshecho por la mañana, y se podía poner mucho caramelo en el flan - Harry no sabía que a Malfoy le gustaran las cosas dulces - pero McGonagall dice que los dulces no son demasiado sanos ¿acaso no sabe que el azúcar es bueno para el cerebro?
Antes de llegar al Gran comedor se encontraron con que Hermione y Ron estaban hablando en un pasillo. No los vieron en un principio, y eso hizo que ambos pudieran escuchar una parte de la conversación, una que hizo que Harry se le pusieran los pelos de punta.
- "Ella es muy buena chica, algo rara, pero alguien a quien pronto se le coge cariño" ¡Ha conocido a una chica y se ha enamorado! Ya era hora de que Harry tuviera pareja - le decía Ron.
- Si, pero... - y entonces Hermione los vio - Malfoy, Señor Turner - los saludo algo tensa.
- Así que Potter tiene novia - dijo Malfoy con una sonrisa despectiva. Harry se sintió algo mal, hacia tanto que no veía a Malfoy sonreír así... no le gustaba esa sonrisa, le gustaba la sonrisa que mostraba cuando estaban en privado. Además, esos dos deberían dejar de sacar ideas erróneas de sus cartas.
- No te importa - le corto Hermione. Harry se sorprendió, había creído que habían limado sus asperezas, pero ahora veía que no había sido así.
- Si que tiene - le contesto en cambio Ron - ¿Celoso Malfoy? - Harry vio como Malfoy se sonrojaba de la furia - Harry tiene novia, y tu estas más sólo que la una.
- Si nos disculpáis, tenemos cosas más importantes que hacer que discutir la vida privada de Potter - y Malfoy comenzó a andar, cogiendo a Harry por el hombro y llevándoselo.
- Ese niño... - escucho Harry que decía Ron.
- ¿Qué pasa?
- Nada, sólo me choque con él el otro día. Así que es un Slytherin...
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- Declaro oficialmente abierto el CETRO: el Club Exclusivo Terrorista Retorcidamente Original.
- Antes dijiste que significaba Clases de Estudio de Transformaciones Románticamente Obedientes. Aunque los dos nombres son horribles.
- Dije que legalmente significaba eso, ilegalmente significa esto otro, me apetece fastidiar un rato a Granger.
- ¿Terrorista? - pregunto Elyon mientras abría los ojos desmesuradamente, pero todavía sonreía.
- ¡Deja de sonreír! ¡Tienes cara de psicópata! Grima, grima, grima...
Harry rió. Todo el grupo era divertido, el ED no había sido así, claro que habían sido otras circunstancias...
- ¿Sabéis han vuelto a abrir el ED? Granger va a ser la profesora responsable - les informo Holmes - he oído a dos de primero comentarlo.
- Si, Ginny Weasley va a ser la alumna responsable - dijo Carrol. El cómo había conseguido Natasha que se uniera al CETRO, era un misterio para Harry - todos me pidieron que me uniera.
- ¡Oh si! tu grupo de admiradores - le soltó Harry - besan el suelo que pisas.
- Si, porque saben apreciar que mis comentarios son ingeniosos, a otros solo les ríen la gracia su profesor de pociones.
- ¡¿Qué insinuas?!
- ¿Yo? Nada...
- Es el fin del mundo - dijo Nott - Slytherin's abriendo clubs de transformaciones, especialidad de Granger, jefa de los Gryffindor's; y Gryffindors abriendo clubs de Defensa contra las artes oscuras, especialidad de Snape. Jefe de los Slytherin's.
La puerta del aula se abrió dejando ver al profesor Malfoy, haciendo que toda la conversación se cortara. Harry todavía estaba enfadado con Carrol por insinuar que le hacia la pelota a su profesor, y cuando Draco le sonrió se removió inquieto en su asiento, Carrol le enviaba una sonrisa de triunfo.
- Buenas tardes.
- Buenas tardes profesor - respondieron los chicos.
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Todavía podía notar la mirada de Carrol en su nuca mientras acompañaba a Malfoy a su despacho. ¡Él no era el niño mimado del Profesor! Seguro que habían más estudiantes que iban a tomar el té con Malfoy.
- Eres muy bueno en transformaciones.
- Si, siempre lo he... - ¡No! ¡No! ¡No! Había estado apunto de meter la pata - sabido, siempre he sabido que sería bueno en esa asignatura, si, eso. Porque son... divertidas.
- ¿Las pociones no son divertidas? - le pregunto Draco mientras trataba de contener una sonrisa. No sabía que era lo que había intentado ocultar su alumno, pero era evidente que le ponía nervioso. Y eso si que era divertido, de alguna forma se parecía a alguien importante para él, pero no lograba recordar a quien.
- ¡No! También son divertidas - no excesivamente, pero comenzaba a cogerle el gustillo eso de ser el alumno preferido del profesor ¡Él no había pensado eso! ¡No lo había hecho! - pero no soy demasiado bueno en su asignatura.
- Si que lo eres - le contesto Draco.
- ¿Usted Cree? - solo era bueno porque eran pociones de primer.
- No eres ningún genio, pero eres el mejor alumno de los de primero. Aunque el nivel de pociones es bastante bajo, no hay nadie que destaque.
Entraron en el despacho y Draco comenzó a servir el té. Últimamente parecía que se había aficionado a esta bebida.
- Este té es diferente del de la ultima vez - comento Harry.
- Si, lleva canela, y algunas otras hierbas.
- ¿Cómo consigue tantos té distintos?
- Es el único lujo que me puedo permitir, la tienda que hay en Hogsmeade es bastante barata, y si envió una de las lechuzas del colegio no me cobran el envió.
- Nunca pensé que habían tantos te diferentes - dijo Harry echando un vistazo a todos los potes que habían allí apilados.
- ¿Acaso nunca has tomado el té a las seis?
- No, mis tíos no me dejaban bajar al salón
- ¿Vivias con tus tíos? Creí que te habías criado en un orfanato.
¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Se había relajado demasiado!
- Era la forma en que llamábamos a las personas que nos cuidaban... Tío Albert... Tío Daniel... Tía María - comenzó a recitar los nombres de los cuidadores que había conocido en su breve estada en el orfanato.
- ¿Te gustaba vivir allí?
- No demasiado - era un lugar deprimente aunque sólo había estado dos meses - era un lugar muy frío, parecía una cárcel, los muros del patio eran muy altos y no podíamos ver la calle, los pisos que habían a los lados eran muy altos y nos tapaban la luz, así que era como vivir en penumbras, además no me llevaba bien con nadie, y los... tíos eran muy desagradables.
- Yo me crié en un castillo, era muy hermoso, habían enormes habitaciones con techos altísimos y grandes ventanales con cortinas de terciopelo... - A Harry le gustaba como sonaba la voz de Draco en esos momentos, le gustaba su forma de sisear, era tan relajante - recuerdo que me gustaba besar el terciopelo de pequeño, era como una caricia, pero alguno de los fantasmas de la familia me veía y se pasaba horas y horas dándome un sermón. Eso era lo que más odiaba, los retratos y los fantasmas de mis antepasados, siempre estaban allí para decirme que todo lo hacia mal, que si seguía de esa forma nunca iba a ser un Malfoy, que iba a deshonrar el apellido...
- Pero fue tu padre quien llevo la vergüenza a la familia ¿no? - Draco lo miro de forma inexpresiva y Harry se apresuro a añadir - Quiero decir, se unió a Voldemort y fue a Azkaban...
- Si - su voz fue pausada, saboreando aquella palabra.
- Cuando toda la guerra acabe... ¿Volverás a tu castillo?
- Depende de cómo esta guerra acabe... si Potter vence y sigo vivo, volveré a vivir allí, pero haré grandes reformas - su voz había vuelto a tomar un matiz diferente, hablaba rápidamente, ilusionado y su mirada estaba perdida, quizás reproducía mentalmente las cosas que cambiaria - limpiaría el jardín, quitaría todas las malas hierbas y plantaría flores de todos los colores, y volvería a colgar de la rama de un árbol el columpio en el que solía jugar de pequeño, y que mi padre quemo en un arrebato de furia. Tiraría todos los retratos y obligaría a los fantasmas a irse, quemaría el despacho de mi padre y todas sus cosas, todas las cortinas serian grises, de terciopelo en invierno y de seda en verano. Haría una hoguera con la mesa del comedor, y bailaría alrededor.
- ¿Bailarías alrededor de la hoguera? - pregunto Harry divertido, era una de las cosas más extrañas que había oído.
- Si, era horrible comer allí, separados por varios metros y en silencio. La habitación azul la conservaría tal como esta, también el salón de los espejos se quedaría como esta ahora, pero pondría el piano en el centro, y... ¿Ya son las nueve?
- Si - le respondió Harry mirando el reloj. El tiempo había pasado volando.
- Vayamos a cenar.
Draco le abrió la puerta y Harry salio del despacho. El profesor coloco un hechizo de cierre que Harry no pudo oír, sellando así la puerta. Hicieron el camino en relativo silencio, subiendo escaleras, hasta que Draco le alboroto el cabello.
- Cuando todo esto acabe, te llevare allí. Y si quieres, también podrás bailar alrededor de la hoguera que haré, con la mesa y los cuadros.
- Tengo ya ganas de ver esa hoguera... pero falta mucho para que la guerra acabe... mucho - y Harry cada vez estaba más seguro de ello, porque, si bien tenía muchas ganas de abrazar a sus amigos como Harry Potter, tenía muchísimas más ganas de quedarse como en aquel momento, caminando junto a Draco, porque una vez que volviera a ser el-niño-que-vivió Draco lo odiaría como siempre. Y extrañamente eso dolía, se había acostumbrado demasiado a su presencia calmada y sonriente cuando estaban a solas, a tomar el té con él algunas tardes.
Llegaban ya al comedor cuando se toparon con Ron y Hermione que también entraban. Draco puso su mano en el hombro obligándolo a ir más rápido, quería que los ignorase.
- Pero Malfoy - dijo Ron con una voz extrañamente melosa, esa que había aprendido a utilizar durante su ultimo año en Hogwarts, que utilizaba raramente, pero las veces que la había utilizado, Harry recordaba que eran para temer - no sabía que tenias esa clase de relación... - Harry se puso furioso con su mejor amigo cuando Draco retiro rápidamente la mano de su hombro - sabía que estabas necesitado de cariño, pero es un alumno... una serpiente como tu, pero no deja de ser un niño...
Harry se sonrojo violentamente al comprender las palabras, y unas extrañas imágenes aparecieron en su mente, eran muy extrañas, imágenes que implicaban los labios de su profesor, y su manera de hablar o de sacar otro tipo de sonidos más interesantes. Realmente eran imágenes muy extrañas.
- Cállese Weasley - dijo una voz detrás de todos ellos - y váyase a su casa, estoy harto de verlo por aquí, si tanto añora el colegio puede tomarse una poción rejuvenecedora y volver a primer curso - Harry se puso lívido por las palabras pronunciadas por Snape - y gracias a Salazar porque las imágenes en su mente hayan cambiado, Turner, a unas más decentes para los niños de su edad.
Todas las miradas se centraron en su persona y Harry se sintió que volvía a enrojecer.
- Voy a mi mesa... a cenar - y camino intentando disimular su incomodidad hacia la mesa de Slytherin.
- ¡Vaya! ¡Hay alguien que quiere acostarse contigo, hurón!
Harry dejo de fingir caminar y corrió lo más rápido que pudo.
