Disclaimer: Veamos... Esme es una madre sexy y dulce, pero no es la mía, es de los Cullen, y su dueña es Meyer. Si Carlisle fuera mío lo mandaría a salir en bóxers todo el tiempo. Y Edward... él es de Bella.

Claim: Carlisle/Esme.

Summary: Fue mirarla a los ojos y saber que la querría para siempre. Fue llamarla 'amor' en silencio, dentro de su corazón.

Recomendación musical: Scusa ma ti chiamo amore — Sugarfree.

Dedicatoria: A las tweeties, como siempre. Con una mención a por ayudarme a traducir la frase :D

Notas: Nunca pensé que escribiría de ellos, y aquí me tienen. Su historia me parece una monada, Carlisle es una monada y Esme...también. Besos a todos.


Scusa ma ti chiamo amore.

(Disculpa si te he dado un nombre, sólo digo que eres tú. Rediseñas mi destino y coloreas el deseo en mis ojos)


Las personas pueden significar en tu vida muchas cosas, pueden pasar sin pena ni gloria, puedes quererlas, odiarlas, comprenderlas y ayudarlas. Puedes amarlas.
Esme era para Carlisle, desde el primer momento en que la vio, una de esas personas para ser amadas.

Fue mirarla a los ojos y saber que la querría para siempre. Fue saber que esa chica era especial y jurarse no olvidarla nunca. Nunca.

Fue tomar su mano y conducirla hacia la puerta, fue resistir las ganas de decir 'Quédate' y tan sólo sonreír y dejar que se marchara. Fue querer volver a verla y no dejarla salir de su vida.

Fue pensarla durante años, fue recordar su sonrisa y su esencia. Fue llamarla 'amor' en silencio, dentro de su corazón. Fue entender que ella había cambiado su destino y que nunca borraría su recuerdo, —tampoco quería hacerlo—.

Fue intentar seguir con su larga eternidad, sin dejar de recordarla.

Ese día la vio, la vio escondida entre muerte. La vio, y no supo si fue más grande el alivio de verla, o la tristeza al notar su lugar. Sintió sus latidos, débiles y quedos. La vida de ella estaba acabando, y él no podía permitirlo.

Fue llevarla lejos e inyectar su ponzoña, fue escucharla gritar por piedad y sentir cada vez más dura y fría su piel. Fue verla a los ojos rojos y, sin embargo, pensar lo angelical que era.

Fue descubrir que ella tenía la capacidad de amar con pasión en cada momento de su existencia. Fue besarle la mano, la mejilla y la frente; fue besarle el cuello en silencio y luego juntar sus labios y beberse su aliento.

Fue querer que eternidad fuera un para siempre. Fue querer estar junto a ella hasta el fin de los días. Fue tomarla del brazo y llevarla a su habitación. Fue tomarle la mano, arrodillarse y pedirle que lo hiciera la persona más feliz del universo.

Fue mirarla caminar por el altar, vestida de blanco y con los ojos brillando, del brazo de Edward. Fue decir con fervor un 'sí acepto' eterno. Fue besarle los labios y sellar el juramento de una existencia juntos y felices.

Es llegar a la casa y darle un beso en los labios, encontrarla siempre allí esperando por él. Es llevarla a su cuarto y besarle hasta el alma. Es guardar para siempre en el corazón ese amor.