Se me vino inspiración repentina, y aquí estoy de nuevo. Besotes.


VI

(I need to find my way back to the start).


A Sheldon no le gustaba la idea de estar sintiendo eso por su vecina rubia, divertida, hermosa, dulce, feroz, (entre muchas otras cualidades, él podría pasar veintiocho horas con once minutos y cuarenta segundos acerca de ella y sus cosas buenas), pero lo sentía y era inevitable, y le molestaba que ella hubiera llegado a cambiar su equilibrio de vida.

Aunque, en realidad, no es que le molestara tanto. En cierta manera le causaba gracia los constantes intentos de Penny por desafiar sus normas, la forma en que lo encaraba y los gestos de fastidio cada vez que descubría otra manía más de él.
Inclusive, en algunas ocasiones le agradaba ese contacto con la niñez que esa chica le proporcionaba.

En otras se preguntaba qué pensaba Penny de él, y se descubría sonriendo ante la idea de que guardara cierto afecto a su persona.

No. Ridículo. Más allá de lo risible. No.

Sheldon de verdad necesitaba volver a ser el de antes, ese que no se preocupaba si despertaba simpatías en otros y mucho menos de una chica de menor coeficiente intelectual.

Lo necesitaba. Ahora, antes de que fuera tarde.