Título: Incoherencia.
Fandom: Twilight.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, la trama sí.
Claim: Jacob/Leah.
Rated: M
Advertencias: Al raiting me remito, (cítricos, pipol).
Summary: Fue una mala jugada, lo admites. Una muy jodidamente mala jugada.
Notas: Para el reto Palabras para el recuerdo, del Foro LOL. (Palabra clave: Licor).


Incoherencia.

Fue una mala jugada, lo admites. Una muy jodidamente mala jugada.

En ningún universo paralelo podría ser bueno convertirte en humano teniendo a una muy desnuda Leah tan cerca que con sacar la lengua le tocarías la nariz. Algo que habías dicho la había enfadado, provocando que se abalanzara sobre ti, se convirtió en un humana en medio del frenesí de intentar morderte.

Estaba caliente, desnuda y sudada. Y sobre ti. Tú tienes diecisiete años y a esa edad las hormonas son un total desastre, todo te parece sensual y el sexollena tu mente, además de que Leah era hermosa y tenía un cuerpo malditamente mortal. Podría causar accidentes automovilísticos con ese cuerpo que se gastaba, solo necesitaba colocarse unos pantaloncillos cortos y una camiseta escotada, y listo, frenazos y gritos en la avenida.

Ella te besó, o tu a ella, y sabía a limón. Sus labios eran una puta mezcla de limón y frambuesas (o cerezas, no estaba muy seguro), que te volvió loco. Eran adictivos, agridulces, placenteros. Eran una especie de droga de las que había bastado una mínima probada para ser dependiente por toda tu vida. Su saliva mezclada contra la tuya, mientras le acariciabas la piel desnuda y sus uñas se clavaban en todos lados de tu anatomía, era más aturdidora que el efecto que cualquier licor podría tener sobre ti.
El sudor de Leah era caliente, como ella, y se deslizaba por tu piel como si fuera el tuyo propio. La excitación se podía percibir en el ambiente mientras ninguno de los dos podía armar alguna frase coherente en sus cabezas, la sintaxis no existía y sólo podías pensar cosas como «labios, Leah, caliente, licor, maldición, adicto, agridulce, joder», así sin orden específico, como un revoltijo que jugaba por toda tu mente bloqueada por sus caricias.

Leah te desconectaba totalmente… y aún no estaban en la mejor parte.