-¡Demonios, Edward! Sabía que eras lento, pero no para tanto- Lo regaño el oso Emmett mientras soltaba grandes carcajadas.

Edward lo hizo callar molesto.

-Grítalo de nuevo Emmett, creo que mi abuelo no te escucho, ¡En Inglaterra!

Emmett soltó otra carcajada, y palmeó la espalda del cobrizo, que rodó los ojos.

Emmett nunca cambiaria.

-Creo, y sabes que me cuesta decir esto, que Emmett tiene razón-Dijo Jasper, un chico rubio y alto, algo desgarbado, y el psicólogo personal de Edward.

-¡Sabia que este día llegaría! Pero deberías haberme avisado así lo filmaba-Emmett volvió a sonreír ampliamente, a ese chico nunca se le acababan las sonrisas.

-Lo sé, Jasper. Soy un lento, ¡pero no puedo! Simplemente no puedo…-Edward sacudió la cabeza con decepción, y Emmett rodó los ojos.

-¿Qué tan difícil es decir 'te amo'?

-Lo es cuando está en juego mi amistad con Isabella.

-Belly te adora, idiota. Está perdida por ti, ¿acaso no viste la cara de enojo que pone cuando tú hablas con Tanya? Ya, deja de ser tan indeciso y simplemente ¡Díselo!

Emmett se estaba poniendo nervioso, pues no sabía de qué maldita forma darle fuerzas a Edward para hablar con Bella.

El timbre interrumpió la acalorada charla, y Edward soltó un suspiro.

-Lo haré. Se lo diré hoy-Y con pesadez, tomó sus libros y emprendió camino hacia la clase de trigonometría.

..

.

-¿Estás bien, Bells?-Edward miró a su amiga con el seño levemente fruncido, mientras ella se sentaba en su cama, y lo miraba seria.

Luego de clases habían ido juntos a la casa de Edward, y el cobrizo había decidido que ese era el momento de la verdad.

-¿Estás saliendo con Tanya?-Le preguntó la castaña de sopetón, dejándolo asombrado.

-¿Qué?

-Que si estás saliendo con Tanya y no me contaste nada. Ya sabes, se supone que confías en mí, pero has estado pasando tanto tiempo con ella, con eso de los 'trabajos'-Edward frunció el seño cuando Bella hizo comillas en el aire para referirse a los trabajos-Y siempre pareces estar molesto porque debes encontrarte con ella, pero no sé, me pareció que quizás con el tiempo ella te fue gustando, y comenzaron a salir, y por alguna extraña razón tu no me habías contado, y eso me duele, porque yo a ti te cuento todo, y quiero que tú me cuentes todo a mí, porque eres lo más importante que tengo Edward, y no quie-Edward se acercó rápidamente a su castaña amiga y le tapó la boca con una mano. Cuando Bella se ponía nerviosa se podría pasar horas y horas hablando sobre cosas sin sentido.

-No estoy saliendo con Tanya. No te escondí nada. Y tú también eres lo más importante que tengo.

Bella no sabía en qué momento Edward se había puesto tan cerca de ella, pero podía oír la respiración del cobrizo a solo tres centímetros de su cara.

-¿De verdad?-Edward sonrió con ternura cuando la voz de Bella salió amortiguada por su mano.

-Nunca te mentiría a ti, cariño, lo sabes.

Bella asintió, sintiendo como el alivio inundaba su cuerpo.

-¿Puedes decirme en qué momento se te ocurrió era patética idea?-Le preguntó Edward, separando su mano de la boca de la castaña, y extrañando su contacto inmediatamente.

-No lo sé, yo… Fui una tonta, lo siento-Bella enterró su cara en el pecho de Edward, aspirando ese aroma que tanto amaba, esa mezcla cítrica, a sol y a hombre.

-¿Ed?

-¿Sí, Bells?

-¿A ti te gusta alguien?

Edward se puso tenso, y abrazó a su castaña amiga con un poco más de fuerza.

-¿Porqué me lo preguntas?

-Pues, no lo sé… Antes siempre me contabas cuando te gustaba alguna chica, pero ahora ya no lo haces-Edward notó la angustia en la voz de Bella.

La castaña pensaba que él no confiaba en ella. Que idea más estúpida.

-Pues… Si me gusta alguien Bells, más bien, estoy enamorado de ella.

Edward se extrañó al ver cómo la castaña se apartaba de él, y lo miraba entre dolida y confundida.

-¿Porqué nunca me lo dijiste? ¿Quién es ella?

-Ella-

-¡Edward! ¡Te llaman por teléfono! ¡Creo que es Tanya!-Edward cerró los ojos frustrado.

-Ya voy Alice-Respondió cansinamente, para luego mirar a su amiga, que bajó la vista-Ya vengo ¿sí?

La castaña asintió sin decir ni una palabra, y Edward se giró para salir de la habitación.

-¿Se lo piensas decir hoy?-Bella levantó la vista cuando vio a Alice entrar en la habitación, luego de que Edward se hubiera ido.

-Me acaba de decir que está enamorado de otra.

-¿¡Qué!-Alice miró a Bella sin comprender. ¿Edward? ¿Enamorado de otra? Pero si su hermano estaba completamente loco por Bella, eso no podía ser.

-Si, me dijo que amaba a una chica.

-Dime exactamente cuáles fueron sus palabras.

-Yo le pregunte si le gustaba alguien, y él me dijo que si le gustaba una chica, más bien, que estaba enamorado de ella-Bella cerró los ojos con fuerza.

No llores, no llores, no debes llorar, no llores… Se repetía en su fuero interno mientras Alice la miraba pensativa.

-Estaba hablando de ti.

-¿Qué?-Bella la miro como si estuviera loca.

-Bells, ¡Mi hermano te ama! Tiene que estar hablando de ti.

-No me ama, Alice.

-Sí, te ama.

-No es cierto.

Si lo es.

-¡No, Alice, no puede amarme!

-¿Porqué no puedo amarte?-Bella quedó petrificada en su lugar cuando la voz de su adorado cobrizo le llegó a sus oídos.- Dímelo, Bells. ¿Por qué no puedo?

-¿No es algo obvio?-Preguntó la castaña amargamente, atreviéndose a mirar a Edward, que caminaba hacia ella lentamente.

-No, no lo es.

-¡Vamos, Edward! Si lo es. Solo basta con mirarte a ti, y mirarme a mí. Tú eres Edward Anthony Cullen, y eres el chico perfecto, no hay chica en el colegio que no sueñe con estar contigo, eres el capitán del equipo de futbol, tienes buenas calificaciones, una familia hermosa, una vida impecable. Eres amable, cariñoso, lindo, a veces algo rebelde, y no sueles meterte en problemas. Y en cambio, mírame a mí. Hay personas en la escuela que no saben siquiera de mi existencia, soy tan torpe que no sirvo para ninguna actividad física, mis calificaciones no son malas, pero tampoco las mejores. Mi familia siempre tuvo problemas, no recuerdo haber tenido ni una época completamente feliz con mis padres. No soy hermosa, ni siquiera linda. Mi cabeza es un desastre todo el tiempo, y po-Por segunda vez en el día, el cobrizo cortó la cháchara de Bella tapándole la boca con una mano.

-Dijiste que no hay chica en el colegio que no sueñe con estar conmigo. ¿Te incluyes en ese grupo?-Bella asintió resignada, pero lo que menos se esperó fue que Edward retirará su mano con rapidez, para reemplazarla con sus labios.

Bella automáticamente enroscó sus manos en el cuello de Edward, acariciando su cabello suavemente, al mismo tiempo que este la abrazaba por la cintura, elevándola unos cuantos centímetros del suelo.

-No quiero…Volver a escuchar que dices eso, nunca más-Susurró Edward sobré los labios de la castaña, mientras se separaban para poder respirar bien.-Eres una mujer hermosa, Isabella, la mujer que cualquier hombre desearía tener, y eres la mujer que amo. No vuelvas a decir que eres un desastre, ¿Entiendes, cariño? No quiero oírlo.-Bella asintió apenada, y volvió a unir sus labios con los de Edward.

-Te amo, siempre lo haré- El corazón de Edward casi explota cuando la castaña murmuró estas palabras con una sonrisa en sus hinchados labios.

-Y yo te amo a ti, mi vida. Siempre lo haré.

….

..

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Hola chicas! Acá les dejo el capítulo final de Best Friends. La verdad es que me hubiera gustado hacerlo un poco más largo, pero ya no sabía que otra cosa haceeeeeeeeer, asique lo deje así jaja

Espero que les haya gustado, ¿Me dicen su opinión en un review?

Besoteees, Emma